Seguidores

martes, 11 de noviembre de 2025

ESLIDA: A LA COSTERA POR LOS COLLADOS DE LA NARIZ, ROIG Y LA NEVERA DE CASTRO (8/11/2025)

 

“Sola la vida humana corre a su fin ligera más que el tiempo, sin esperar renovarse, si no es en la otra, que no tiene términos que la limiten.” ("Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes) Por esa rapidez con la que pasa la vida humana hemos de aprovecharla bien y por eso venimos a la montaña con toda la asiduidad que podemos. Tal vez en la otra, sin término que la limite, no tengamos esta imperiosa necesidad de disfrutar de la montaña tan a menudo y lo hagamos de una manera más pausada.
Hemos vuelto a Eslida una vez más. En esta ocasión subiremos a La Costera por segunda vez (ya lo habíamos hecho en noviembre de 2023). Pero esta vez cambiamos el recorrido y el sentido de la ruta para volver a subir. Subimos en este caso a La Costera en sentido contrario a las agujas del reloj, pasando primero por el collado de la Nariz, a continuación por la perfectamente conservada nevera de Castro, luego por el collado de la Malladeta y después el coll Roig para desde aquí, en fuerte subida, alcanzar La Costera en la que no disfrutamos de buenas vistas porque los pinos, alcornoques y encinas cubren la cima; pero eso da igual porque durante el recorrido disfrutamos de la preciosidad y grandeza de la Sierra de Espadán. En nuestro recorrido transitaremos por algunos tramos de senderos homologados, el SL-CV 101, el PR-CV 138, el PR-CV 384 y un corto tramo de GR-36, así como por otros tramos sin relación con estos senderos homologados. Nuestra ruta da comienzo antes de entrar a Eslida, lo hicimos concretamente desde la ubicación del Parque de Bomberos de la Diputación. La ruta presenta una constante pero mantenida subida hasta el kilómetro seis setecientos aproximadamente. Luego una fuerte bajada por suelo descarnado y piedra suelta hasta el Coll Roig. Desde aquí, otra fuerte subida hasta La Costera. Luego ya es todo bajada. Unos dos kilómetros de la misma con mayor pendiente y luego ya más suave hasta el final. Ruta con excelentes vistas de la Sierra de Espadán y algunos de sus picos más emblemáticos y de los típicos bosques de alcornoque de esta preciosa sierra. 


A primera hora de la mañana aparcamos con cierta dificultad antes de entrar a Eslida, con la imponente presencia del Puntal del Aljub. La dificultad de aparcar venía dada por la cantidad de coches aparcados en varias zonas habilitadas para ello debido a la celebración del "Marató dels dements", que se celebraba hoy aquí.

Antes de la salida, nuestra foto de inicio. De derecha a izquierda Emilio Romero, Rafa Lafuente y un servidor, dispuestos a darnos una panzada de montaña con más de seiscientos metros de desnivel positivo en unos doce kilómetros.


Caminamos dirección Eslida unos metros por la carretera para dejarla enseguida por este camino hacia la umbría de Castro. Podéis ver en la foto la cantidad de coches aparcados enfrente.


Seguimos esta carretera en ascenso que está siendo ampliada para ser reasfaltada al parecer.


Enseguida cogemos cierta altura que nos presenta esta vista de Eslida y el imponente Puntal del Aljub.


No menos imponente estaba la luna, que nos acompañó durante buena parte de la mañana, compitiendo en presencia con el sol. ¡Qué tendrá la luna que ha atraído a escritores, poetas, músicos...!

"Como el alma tiene
su música oculta,
¡parece que el alma
llora con la luna!..."

Jaime Torres Bodet


Seguimos subiendo. 
Este enorme alcornoque es un anticipo de los que veremos en diferentes fases de la ruta.


Llegamos a la urbanización de La Costera y nos desviamos a la izquierda.


Encontramos enseguida este poste informativo sobre el Parque Natural de la  Sierra de Espadán, sus características y valores paisajísticos y culturales.


La pista está ensanchada como dije y apisonada, pero está blanda por la lluvia reciente. 
Pero nos permite un cómodo caminar ya que la pendiente no es excesiva. Caminaremos por ella aproximadamente hasta el kilómetro seis, coincidiendo con un tramo del PR-CV 384.


A medida que subimos vemos Eslida con mayor claridad.

"Despertaba el día,
y, a su albor primero,
con sus mil ruidos,
despertaba el pueblo."

Gustavo Adolfo Bécquer


En este largo tramo de pista encontramos varios grupos de ciclistas que, o bien subían, o bien bajaban.


Seguimos nuestra cómoda subida con un tímido sol que agradecemos en este corto tramo de camino, porque vamos mayormente por la umbría y la mañana es algo fresca.


Seguimos disfrutando de bellos y tortuosos alcornoques en el camino.


Junto a la pista, una bebedero de animales.


En este punto nos encontramos un enlace con el PR-CV 138 y el GR-36 que obviamos para seguir de frente.


A escasos cincuenta metros vemos la subida otro cruce que enlaza con el PR-318 y el SL-CV 101 que termina en este punto. Desde aquí subiríamos al coll Roig enseguida, pero nosotros obviamos también este desvío y seguimos de frente. Por cierto, en este lugar había un punto de avituallamiento de la carrera.


Vamos subiendo tan poco a poco que no nos damos cuenta hasta que vemos en el horizonte esta bonita panorámica con el Penyagolosa al fondo.

"!Aire! ¡más luz, una planicie verde
y un horizonte azul que la limite,
sombra para llorar cuando recuerde,
cielo para creer cuando medite!"

         Manuel Gutierrez Nájera


Si hacemos zoom, en la parte izquierda de la foto,  aparece el Castillo de Villamalefa.


Y más cercana, esta imagen de Eslida, que junto con Artana más tarde, van a ser los figurantes que más van a aparecer.


El cómodo camino nos permite abstraernos en nuestras meditaciones.

"¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!"

                                     Fray Luis de León

Alcanzamos el collado de la Nariz y nos acercamos al borde mirando hacia el norte.


Esto es lo que vemos, la Calderona en toda su extensión.


Hacemos zoom sobre el pico del Águila de Gátova.



Disfrutando del paisaje e intentando captar con nuestra cámara, lo mejor posible, lo que ven nuestros ojos. (foto de Rafa Lafuente)


Seguimos subiendo, ahora con algo más de pendiente.


Hacia el oeste el paisaje no es menos impresionante, con un buen ramillete de cimas de la Sierra de Espadán: Carrascal, Bellota, Puntal del Aljub, Tarraguán, Batalla.


La visión de estos paisajes nos produce una profunda impresión que nos lleva a envolvernos en pensamientos y sensaciones.

"Hemos andado despacio, sin acabar nunca.
Salimos una madrugada, hace mucho, oh, sí, hace
muchísimo.
Hemos andado caminos, estepas, trochas, llanazos.
Las sienes grises azotadas por vientos largos. Los
cabellos enredados en polvo, en espinas, en
ramas, a veces en flores."

          Vicente Aleixandre

La altura alcanzada nos permite la vista extraordinaria sobre la Calderona.
Ahora repasamos alguna de las cimas más emblemáticas que vemos desde aquí.


El Alt del Pi (perdón por la mala calidad de la imagen, no hice bien el zoom).


El Sierro u Oronet.




El Gorgo.




Tenemos también una excelente vista sobre le embalse de Ajuez, que se ve con bastante agua y el barranco del mismo nombre. A la izquierda la cónica peña del Castellet.


En el fondo del valle del Palancia alcanzamos a acercar con el zoom la población de Soneja.


En el kilómetro seis dejamos la comodidad de la pista que nos trajo hasta aquí y comenzamos ahora un tramo de subida más intensa como se ve en la foto.

Antes de subir, con la excusa de la foto, un pequeño descanso.


A nuestra derecha asoma la antena del pico de la Nevera.


Estos conejitos aguantan con estoicismo las  ráfagas de viento que los bambolean una y otra vez y ponen una bonita nota de color que contrasta con el verde que les rodea.

"Mira cómo se mece
una vez y otra vez,
virgen de flor y rama,
en el aire de ayer."

Federico García Lorca


Justo en el kilómetro seis donde abandonamos la pista se encuentra la balsa contra incendios que veis en la foto.

Ya era la hora del almuerzo y buscamos un sitio al sol, porque además de que gran parte del camino transcurría por la umbría, el fuerte viento hacía que la sensación térmica fuera más baja. Esta roca nos vino muy bien e hizo las veces de mesa.


Aquí, una vez preparadas las viandas, nos dispusimos a dar buena cuenta de ellas.

“No te impacientes. Como dijo el camellero, come a la hora de comer. Y camina a la hora de caminar.” (El Alquimista, Claudio Coelho)


Tras el almuerzo, nos toca subir. Aún no hemos alcanzado el punto más alto de la ruta y con la panza llena las cuestas tienen más pendiente.


Subimos poco a poco disfrutando cada paso por esta bonita sierra. No nos importa el esfuerzo, está recompensado con creces por lo que disfrutamos aquí.


¡Mirad la altura que hemos alcanzado!


En esta ocasión encontramos setas de todo tipo. 
No se nos ocurrió coger ninguna porque no tenemos la más mínima idea del tema.


¡Mirad que subidita más mona! 
¿A que no sabíais que las subiditas podían ser monas? Pues lo son.


¿Qué me decís de esta vista? 
Podemos ver algunos de los más emblemáticos picos de la sierra otra vez:
Carrascal, Bellota, Aljub, Batalla, Espadán.


Llegamos a esta meseta desde la que tenemos buenas vistas.


Mirad, hacia el norte, la Plana. En primer plano Betxí y el Solaig. 
Al fondo el Bartolo y las Agujas de Santa Águeda.


Llegamos al punto más alto de la ruta (827 msnm). Aquí seguimos por un sendero que baja por la izquierda y que en unos cien metros nos deja en la Nevera de Castro.


Dos florecillas de diente de león nos saludan a nuestro paso. No habrán visto hoy muchos senderistas por aquí y se mostraron alegres al vernos.

"Canto las flores que en los campos nacen;
cántolas para ti, que a ti te placen."
 
                             Carolina Coronado


Llegamos a la Nevera de Castro. Está en perfecto estado de conservación.


Un panel junto a ella nos cuenta su historia, su función y su uso. Fue construída en el S. XVII y restaurada en 1995.


Puerta de acceso.


Interior de la nevera. (foto de Rafa Lafuente)


Tras la visita a la nevera, descendemos por una estrecha y descarnada senda.


En la bajada tenemos ocasión de disfrutar de vistas excepcionales que llenan nuestras retinas de belleza y paz.

“Lo repetiremos: el paisaje somos nosotros; el paisaje es nuestro espíritu, sus melancolías, sus placideces, sus anhelos, sus tártagos. Un estético moderno ha sostenido que el paisaje no existe hasta que el artista lo lleva a la pintura o a las letras. Sólo entonces-cuando está creado en el arte-comenzamos a ver el paisaje en la realidad.” (Azorín, “El paisaje de España visto por los españoles”)


Terreno pedregoso, descarnado y con inclinación que nos hace bajar con precaución.


El sendero desemboca en esta pista con un panel informativo sobre las aves que podemos encontrar en esta sierra y un poste direccional que nos marca el camino a seguir y que nos indica que seguimos el PR-CV 138.

Seguimos descendiendo hacia el coll Roig. Entre los pinos vemos la imagen de Eslida.


El sendero es muy bonito.


En el sendero encontramos este pintoresco punto ideal para hacerse unas fotos.


Aquí estoy yo con Eslida al fondo.


Vamos encontrando entre la pinocha setas de diferente forma.


Una más.


Eslida y el Batalla detrás.


Llegamos al Coll Roig. Lo cruzamos y seguimos un sendero que nace de frente en fuerte subida. 
Estamos en el kilómetro ocho de la ruta. Aquí enlazamos con el GR-36 que seguiremos unos cuatrocientos metros y con el SL-CV 101 que nos llevará hasta la Costera.


Apenas comenzamos la subida un tronco caído obstaculiza el paso.


Esta abeja acababa de posarse en las flores de diente de león y ante nuestra presencia salió volando. Aún la pudimos captar.

"Abeja blanca, ausente, aún zumbas en mi alma.
Revives en el tiempo, delgada y silenciosa.
Abeja blanca zumbas- ebria de miel- en mi alma
y te tuerces en lentas espirales de humo."

                                          Pablo Neruda

Seguimos la dura subida. El que algo quiere, algo le cuesta. Si queremos subir a La Costera, pues tenemos que apechugar con la subida.

“Un paisaje se conquista con las suelas del zapato, no con las ruedas del automóvil.” (William Faulkner)


La matas de brezo adornan la senda.


En la subida seguimos disfrutando de las vistas sobre la sierra.


Es una gozada caminar por este tipo de sendero.


Entre las ramas, Betxí.


Encontramos setas de todas las formas, tamaños y colores.


Entre los pinos vemos las Peñas Altas de Artana.


Y un níscalo o rebollón.


Alcanzamos la cima de La Costera y paramos unos instantes para normalizar la respiración.

“¿Llegar? ¿Qué es llegar y, sobre todo, adónde y a qué se llega? ¿Cómo puede nadie saber que ese adónde y ese qué son de llegada?  (Juan Ramón Jiménez, “Cuentos de antología”)



Tras el pequeño receso, ahora nos toca bajar. La senda de bajada tiene buena pendiente, sobre todo al principio, y hay que bajar con la debida precaución. Pero tendremos buenas vistas mientras bajamos.


Preciosa vista del Espadán.






La piedra suelta hace resbaladiza e insegura la senda. 


Vista hacia Artana 

Con el zoom acercamos la ermita de Santa Cristina.

"La tarde todavía
dará incienso de oro a tu plegaria,
y quizás el cenit de un nuevo día
amenguará tu sombra solitaria.

Mas no es tu fiesta el Ultramar lejano,
sino la ermita junto al manso río"

                    Antonio Machado


Poste de dirección que seguimos hacia la derecha.


Como en cualquier sendero de Espadán, no podía faltar la pedrera.


Llegamos al paraje de la "font dels Llops".


En esta ocasión la vimos con agua. La vez anterior estaba seca.

"A la fuente del amor,
piedra vieja entre altas rocas
-cita eterna, tarde roja-,
vengo con mi corazón"

  Juan Ramón Jiménez


Aprovechamos para quitarnos esas piedrecitas que tanto fastidian.



En el descenso, disfrutamos de vistas hacia el este. Artana y su castillo.


También vimos estas raras y curiosas setas conocidas como "jaula roja" o "corazón del diablo".


La umbría propicia que el suelo se cubra de helechos que tapizan la zona.

"Por el sur de mis pies fue primavera
y al norte de mi frente flor de helecho."

                        Federico García Lorca


Ya asoma Eslida.


Pero aún nos queda por recorrer bonitos tramos de alcornocal.


Finalmente, el sendero desemboca en la pista por la que ya pasamos por la mañana.


Con Eslida a la vista, ya sólo nos queda recorrer unos centenares de metros para terminar la ruta.


Terminamos donde comenzamos esta mañana. aún resuenan en el ambiente los ecos del speaker que ha estado animando la carrera toda la mañana. Pero ya vemos que muchos de los coches de la mañana ya no están. Habrá terminado la carrera. Nosotros hemos terminado también nuestra ruta.

Como nuestra vida corre más ligera que el tiempo, volveremos a intentar disfrutar de una nueva ruta Dios mediante.

Pincha en el enlace para ver las fotos de la ruta.

Debemos disfrutar de la montaña siempre de la manera más segura posible para evitar riesgos y accidentes. Para ello es importante que leas estos consejos sobre "Seguridad en la práctica de senderismo y emergencias en montaña".

La ruta en el mapa.


La ruta en Wikiloc

Powered by Wikiloc

Película


0 comentarios:

Publicar un comentario