Para Lucio Anneo Séneca “Quien pretende llegar a un sitio
determinado, emprenda un solo camino y déjese de tantear muchos a un tiempo.
Pues esto último no es caminar, sino vagar.” En nuestro caso tenemos que confesar que nos sentimos más vagabundos que caminantes, lo que nos lleva a emprender más de un camino, lo que nos permite conocer muchos más lugares.
En este caso vagamos de nuevo a la Sierra de Espadán, concretamente a Eslida, para ascender al puntal del Aljub para desde allí acercarnos al pico Bellota, cimas que desde hacía tiempo no visitábamos además de que lo hicimos desde Chóvar. En este caso lo haremos desde Eslida. Se trata de una ruta de mucha exigencia dado que en los dos primeros kilómetros que nos llevan hasta el puntal del Aljub, salvaremos unos 500 m de desnivel por una vertical senda en la que nos ayudamos de las manos en alguna zona para impulsarnos porque nuestras piernas y rodillas están exigidas al máximo. Desde el puntal del Aljub nos dirigiremos hasta el pico Bellota siguiendo por todo el cordal en un recorrido rompepiernas con contínuas subidas y bajadas que endurecen un poco más la ruta. El regreso a Eslida ya es más amable.
Iniciamos la ruta en un punto de la carretera a Chóvar, a la salida de Eslida, junto a una caseta con un panel turístico, a los pies de los restos del castillo. Esto nos permite ahorrarnos distancia y desnivel acumulado además de contemplar la población desde este punto.
Junto a este panel que muestra los lugares emblemáticos de Eslida, empezamos la ruta de hoy.
Antes de comenzar, nos hacemos la habitual foto de grupo. Rafa Lafuente a la derecha y servidor a la izquierda.
Iniciamos el recorrido siguiendo la carretera a Chóvar unos doscientos metros.
Enseguida nos desviaremos por este camino que sale a la derecha y lleva al castillo de Eslida.
Nos encontramos en la base del castillo pero en esta ocasión no visitaremos.
"La fortaleza nombrada
está en los altos alcores
de una cuesta,
sobre una peña tajada,
maciza toda de amores."
Jorge Manrique
Junto al camino este panel que nos informa de las características de la fortaleza. Como curiosidad, presenta una torre del homenaje de planta triangular, lo que supone una originalidad casi única en la Comunidad.
Seguimos por la bonita senda que ya desde el principio comienza a ascender.
La presencia de helechos en el sendero nos habla de que caminamos por zona de umbría y presentan este bonito y vivo color verde.
"Por el sur de mis pies fue primavera
y al norte de mi frente flor de helecho."
Federico García Lorca
Eslida nos recibió con escasos dos grados, que evidenciaban lo frío que fue la noche. Esta escarcha en el musgo de la senda confirma este hecho. Encontraremos escarcha en diferentes puntos de la ruta incluso ya bien entrada la mañana.
"Es de musgo mi barba trasparente,
ópalos desleídos son mi frente
y risa de las náyades mi canto."
Manuel José Othón
No tardamos en coger altura y alejarnos de Eslida.
Encontramos tramos empedrados en el sendero, lo que nos habla de un camino tradicional.
El terreno además del desnivel presenta zonas descarnadas con piedra suelta.
Vamos ganando altura y tras las montañas más cercanas aparece el perfil inconfundible del Bartolo y las Agujas de Santa Águeda, que luego veremos con más claridad.
Encontramos almendros en campos abandonados que están cargados de flor. Son un evidente anuncio de una primavera cercana.
El sendero desemboca en una pista. El poste nos indica que hemos transitado por un PR. En este caso el PR CV 352. En la bifurcación lo abandonaremos para seguir un sendero a la izquierda, muy directo, que nos encumbrará en el puntal del Aljub.
Como comenté antes, encontraremos rincones con presencia de escarcha.
Otra constante de la ruta es, cómo no, la presencia durante todo el recorrido de alconorques que adornan de esa manera tan especial la montaña y que tanto nos gustan.
Y aparece, como no podría ser de otra manera, Penyagolosa, visible durante gran parte de la ruta.
“Una
montaña que se ve en el horizonte, sobre el cielo límpido, es una imagen que se
graba en nuestra alma y que en ella reposa durante tiempo y tiempo.” (Azorín,
“España”)
Hemos alcanzado considerable altura, y lo que apenas antes era un esbozo,ahora podemos verlo en su totalidad: el Bartolo y las Agujas de Santa Águeda.
También, como es habitual en la sierra de Espadán, encontraremos restos de construcciones de la Guerra Civil.
No vemos Eslida, pero sí los Chalets de la Costera, en la ladera de la montaña.
El sendero se empina hasta alcanzar casi la verticalidad, lo que nos obliga a realizar un gran esfuerzo.
La sierra de Gúdar también asoma parcialmente. En la instantánea, la redondeada meseta de Peñacalva.
El suelo descascarillado y resbaladizo unido a la verticalidad de la senda endurece el ascenso.
Pero las vistas como ésta nos redimen del sufrimiento de la subida. En primer plano los Órganos de Benitandús. Al fondo, cómo no, Peñagolosa.
La dureza de la subida y también la necesidad de disfrutar de lo que vemos y pisamos, nos lleva a detenernos de vez en cuando. (foto de Rafa Lafuente)
“¿No
amáis las montañas? ¿No son vuestras amigas las montañas? ¿No produce su vista
en vuestro espíritu una sensación de reposo, de quietud, de aplacamiento, de
paz, de bienestar?” (Azorín, “España”)
No sólo los alcornoques nos acompañaron en la ruta, también los pinos y algunos de una altura y un porte excepcional, como éste que veis en la foto realizada por Rafa Lafuente.
“Sabe
Platero que, al llegar al pino de la Corona, me gusta acercarme a su tronco y
acariciárselo, y mirar el cielo a través de su enorme y clara copa…” (“Platero
y yo”, J. R. Jiménez)
Duro ascenso. No llevamos ni dos kilómetros y el desnivel salvado es considerables. Mirad al fondo de la fotografía donde queda Eslida.
¡Parece que se acerca el final!, pero la pendiente no disminuye...
Bueno, al menos ya vemos las antenas. Eso no anima un poco.
La pendiente no aminora y las piernas y los pulmones se quejan. (foto de Rafa Lafuente)
“Ascender por pendientes empinadas requiere paso corto al
principio.” (Willian Shakespeare)
Hemos cambiado de vertiente y se ahora se nos abre este horizonte, con Chóvar en el fondo.
Y todo este horizonte perfilado por la sierra Calderona...
“Es que el bosque tiene ruidos
extraños, modulaciones misteriosas que a veces semejan llanto de niños, a veces
risotadas de muchachas que anduvieran volando entre el ramaje.” (Conde de Laín
en “El abuelo”, Benito Pérez Galdós)
Pasamos junto al aljibe, que debe ser el que dé nombre a la cima.
Salimos a la pista que nos llevará a la cima del puntal, llenita de antenas.
Nos detenemos ante la amplia panorámica que se nos abre.
En la foto, Artana, inicio de muchas de nuestras rutas.
El puerto de Castellón.
El puerto de Sagunto.
Seguimos un poco más para acercarnos a la caseta forestal que hay también en este complejo de edificios y antenas.
Un panel nos sitúa y nos nombra los elementos del paisaje más importantes que vemos desde aquí.
Pasamos delante de parte de las antenas. Nuestro camino sigue por aquí.
Chóvar en el fondo, inicio también de muchas rutas por Espàdán.
Ahora desde aquí nos dirigiremos hasta el Bellota. El sendero sigue junto a esta caseta de contadores y recorrerá un bonito, aunque rompepiernas, cordal que nos llevará hasta allí. Durante el recorrido iremos disfrutando de las vistas en una u otra vertiente,
Junto al sendero, el pilón de término entre Eslida y Chóvar.
Llegamos hasta el collado de Aín. Seguiremos por la izquierda para ir hasta el Bellota. Luego volveremos hasta aquí para bajar al Collado de Barres y regresar a Eslida.
No perdemos la referencia del Bellota.
Pasamos por el pinar del Retor.
Como comenté, el cordal es un rompepiernas donde después de una bajada, venía una subida, alguna con cierto desnivel que cargaba más nuestras ya maltrechas piernas.
A la vertiente norte, podemos ver desde el cordal los restos del castillo de Aín...
En la cima del Bellota encontramos varios puesto de observación o nidos de ametralladoras
"Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes.Tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes. Tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes. Tristes.
Miguel Hernández
Vistas desde el Bellota.
Rafa haciendo el último esfuerzo antes de la recompensa.
El esfuerzo y la fatiga han valido la pena. Ahora toca disfrutar a lo grande y en eso estamos. (foto Rafa Lafuente)
“¿Llegar?
¿Qué es llegar y, sobre todo, adónde y a qué se llega? ¿Cómo puede nadie saber
que ese adónde y ese qué son de llegada? (“Cuentos de antología”, Juan
Ramón Jiménez)
Y foto triunfal en el punto más alto de la ruta de hoy, con el Batalla detrás, a la izquierda de la foto.
Jérica y detrás Viver.
Impresionante foto con Torás a los pies de Peñascabia.
Y tras el esfuerzo llega el momento de recuperar las fuerzas gastadas. Un buen almuerzo es fundamental. Hay que cuidarse.
Tras el almuerzo, un brindis al sol. (foto de rafa Lafuente)
Chóvar.
Espadán y la Rápita al fondo.
El Carrascal desde los restos de las construcciones militares del Bellota.
Tras disfrutar de las vistas desde esta bella montaña, toca continuar. Volveremos ahora de nuevo por el cordal, ahora en dirección contraria hasta el collado de Aín.
El recorrido de vuelta es, evidentemente, igual de rompepiernas que la ida. Nos encontraremos con bajadas y alguna subida como la de la foto que pone de nuevo a prueba nuestras fuerzas.
¡Hay que ver lo que pinchan las aliagas! A pesar de eso tiene unas florecillas muy vistosas y llamativas. Vamos a dedicarles un poema.
"Orgullo de la enramada,
blanca y leve florecilla,
más que todas delicada,
y más que todas sencilla."
Carolina Coronado
No por pesada, deja de ser interesante la senda, que disfrutamos con bonitos rincones como el de la foto.
Un pequeño llano que agradecemos y que nos permite ver al fondo las antenas del Puntal del aljub.
Llegamos hasta el collado de Aín y seguiremos la paleta del poste direccional que nos deriva a la izquierda hacia el collado de Barres siguiendo el PR CV 352.
Ahora toca bajar ya definitivamente hasta llegar a Eslida.
La altura del sendero nos permite tener vistas hacia la Plana, con Villarreal, Almazora y Castellón en la imagen.
"Almendros en flor.
La primavera
se acerca."
José María Hinojosa
La primavera también es anunciada por el constante zumbido de las abejas que van libando aquí y allá en las flores del romero, de los almendros...
"De aquí a la cumbre, de la cumbre al llano,
siempre en ágil, continuo movimiento
va y torna, como lo hace el pensamiento
en la colmena del cerebro humano."
Enrique Álvarez Henao
A pesar de lo avanzado de la mañana, aún hay recovecos con escarcha.
El sendero desemboca en el collado de Barres. Aquí enlazamos con el GR 36 del que recorreremos un tramo y que se solapa con el PR 352.
Apenas salimos al collado, nos desviamos por la derecha por un sendero en descenso.
Hay tramos en los que la fuerza del agua ha socavado la senda apareciendo surcos profundos en su suelo.
Ya quedan muy lejos las antenas del Puntal del Aljub en las que estuvimos unas horas antes.
Llegamos a un nuevo cruce que seguimos por la derecha siguiendo el GR 36 y el PR 352.
El suelo de este primer tramo está bastante descompuesto y nos lleva hasta el barranco del Oret que seguiremos un tramo.
Preciosa flor de diente de león que casi nos deslumbra con su vivo color.
"Para ti mi pensamiento,
para ti mi corazón;
para ti, flor de tormento,
mi pasión."
Arturo Borja
El tramo por el interior del barranco es muy bonito.
El sol no penetra en esta zona del barranco lo hace que la escarcha esté presente en algunos tramos.
"Hemos andado despacio, sin acabar nunca.
Salimos una madrugada, hace mucho, oh, sí, hace
muchísimo
Hemos andado caminos, estepas, trochas, llanazos.
Las sienes grises azotadas por vientos largos. Los
cabellos enredados en polvo, en espinas, en
ramas, a veces en flores."
Vicente Aleixandre
En algún punto encontramos también agua.
Y no podía faltar en un ambiente tan húmedo la presencia de helechos, con un intenso color verde.
El tramo de barranco desemboca en una pista. Nosotros seguiremos por la derecha.
Aquí dejamos el GR 36 para seguir por la derecha, que nos llevará más directos al inicio de la ruta por la pista de la fuente de las Escaletas.
La pista también presenta tramos escarchados y son cerca de las dos de la tarde.
El camino está flanqueado por alcornoques y es muy cómodo de caminar.
Llegamos a la fuente de las Escaletas que encontramos seca.
Otro tramo que aún conserva la escarcha de la noche.
En el cruce con este florido campo de almendros se termina la pista y seguimos por la derecha enlazando con un tramo que realizamos a la ida y que nos dejará nuevamente en la carretera para llegar al punto de inicio.
"Almendro de la gracia sorprendida,
regalo de un invierno;
almendro que haces puente esta mañana
entre mi alma y lo eterno."
Juan Bautista Arriaza
"Suele tal vez, venciendo los rigores
del crudo invierno y la opresión del hielo,
un tierno almendro desplegar al cielo
la bella copa engalanada en flores."
Juan Bautista Arriaza
Nos queda poco aún para llegar a Eslida, pero se nos hace largo.
Volvemos a pasar de nuevo por la base del castillo de Eslida.
Salimos a la carretera y la seguimos por la izquierda unos doscientos metros hasta llegar ...
...al punto de inicio de la ruta.
Aquí ponemos punto y final a la ruta de este sábado de febrero, nuevamente con la imagen de Eslida a los pies de su castillo, ahora iluminado y calentado por el buen sol que nos ha acompañado.
Aquí terminamos una exigente ruta que a pesar de ello nos ha proporcionado excelentes momentos y nos ha hecho conocer sendas que no conocíamos. Nuestro vagar nos ha traído nuevamente a Eslida para conocer nuevos rincones de esta preciosa sierra de Espadán, que jamás defrauda.
Hola Emilio: Preciosa ruta la elegida con un kilometraje no excesivo pero si intenso a juzgar por los desniveles calibrados. Veo que tanto Rafa como tu estáis en plena forma. El paisaje bien vale el esfuerzo. Ya tengo ganas de reincorporarme al grupo pero de momento seguiré deleitándome con tus narraciones magistrales. Un abrazo.
¡Hola, Emilio! Pues como dices, la ruta preciosa, el desnivel bueno y nosotros no tan bien como puedes creer. Ahora, eso sí, lo pasamos pipa, como habitualmente. Se te echa de menos. A ver si pronto nos acompañas. Un abrazo.
Hola Emilio: Preciosa ruta la elegida con un kilometraje no excesivo pero si intenso a juzgar por los desniveles calibrados. Veo que tanto Rafa como tu estáis en plena forma. El paisaje bien vale el esfuerzo. Ya tengo ganas de reincorporarme al grupo pero de momento seguiré deleitándome con tus narraciones magistrales. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Hola, Emilio! Pues como dices, la ruta preciosa, el desnivel bueno y nosotros no tan bien como puedes creer. Ahora, eso sí, lo pasamos pipa, como habitualmente. Se te echa de menos. A ver si pronto nos acompañas.
EliminarUn abrazo.