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domingo, 28 de enero de 2024

SUERAS: A LOS ÓRGANOS DE BENITANDÚS POR LA SENDA DE "LES ÀGUILES" (20/1/2024)

“-Rico no: soy un pobre con plata, que no es lo mismo.” (León-XII, en “El amor en los tiempos del cólera.”, Gabriel García Márquez). Yo tampoco soy rico, soy un pobre con horas y horas de caminos, sendas y montaña en mis piernas, que no es lo mismo.
Nos ha costado realizar la primera ruta del 2014, pero ya está aquí. Nuevamente la Sierra de Espadán será el escenario de esta bonita ruta, la ruta se enclava, pues, dentro del "Parque Natural de la Sierra de Espadán". Nos hemos desplazado a Sueras para realizar una corta pero muy completa ruta que nos lleva desde esta localidad hasta los Órganos de Benitandús por la senda de "les Àguiles" en una constante subida que nos hará ponernos las pilas por su acentuado desnivel. Tras disfrutar de las vistas desde los órganos, aún nos queda otra corta pero dura subida hasta la cima de los Órganos, máxima altura de la ruta. Desde aquí descenderemos hacia Sueras, también por bonitas sendas, en una constante bajada con un primer tramo más inclinado y con piedra suelta que hará que pongamos todos los sentidos para no resbalar. El sendero desemboca en el camino de Veo que nos llevará hasta el punto de inicio. Además de la senda de "les Àguiles" la ruta recorre tramos de sendos PR-CV, concretamente el PR-CV 140 y el PR-CV 161. Ambos senderos se encuentran cancelados temporalmente según podemos ver en la web de la FEMECV.

Por una de esas casualidades que nos pasan en la montaña, antes de iniciar la ruta, nos encontramos con Juane Alemany, alma del excelente blog "Peña Senderista esto se empina", que con su grupo se disponían a realizar una ruta por la zona, que en este caso no coincidía con  la nuestra. Nos saludamos y mantuvimos una breve conversación tras lo cual, cada uno emprendió su ruta.


A primerísima hora aparcamos en aparcamiento público Fonseca de Sueras desde conde iniciaremos nuestra ruta. El día anterior, por fin, llovió. No en la duración y cantidad que hubiéramos deseado pero algo es algo "dijo un calvo cuando le salió un pelo". Es por ello que nos encontramos un cielo encapotado, que daba a la mañana un aspecto gris y triste.


Empezamos a caminar buscando el camino del cementerio.

“Un largo viaje empieza con un primer y sencillo paso.” Lao Tse 


Dirigimos nuestros pasos hacia la urbanización "Espadán".


El camino del cementerio nos ofrece esta panorámica de Sueras.


Nuestro camino llega al cementerio. En esta ocasión estamos de paso, aunque somos conscientes de que en algún momento nos llegará la hora de quedarnos eternamente. Hoy nuestro camino sigue por un sendero (la pista del cementerio) que sale por la derecha marcado con una tablilla clavada en un árbol con la palabra "VOLTA", dado que por él transcurre el trail "Volta a la Campana".

"De aquí al cementerio, todo
es azul, dorado, límpido.
Cuatro pasos y los muertos.
Cuatro pasos y los vivos."

            Miguel Hernández

El sendero se ensancha. El terreno está húmedo de la lluvia del día anterior y esa humedad flota en el ambiente en forma de una leve neblina que llena el ambiente.

"Deja en la niebla hundido tu futuro
y ve tranquilo a dar tu último paso,
que cuanto menos luz, vas más seguro."

                                 Miguel de Unamuno

Aprovechamos un claro entre los pinos para realizar la foto de inicio de ruta que no habíamos hecho al salir. Rafa Lafuente y un servidor posando con Tales y el Montí de telón de fondo en este bonito escenario. (foto de Rafa Lafuente)



A algo más de kilómetro y medio del inicio, dejamos el camino para seguir un sendero por la derecha.


Un bonito bosque de pinos circunda el sendero en ligera subida.


El sol intenta imponerse a las nubes que aún cubren el cielo. El Montí recibe esos primero rayos de sol.


Llegamos al pozo de las Águilas, que recibe este nombre de la partida donde está ubicado. Recogía el agua de la lluvia y servía para el aprovechamiento de tan necesario líquido.


Este panel explica la utilidad de este pozo y de otros similares que aparecen en otras zonas del término.


Este tabla de madera marca el tramo de ruta que vamos a seguir. El letrero reza "Camí de les Àguiles, recuperat per C.M. Serra Espadà". Estas iniciativas son muy de agradecer.


El sendero va ascendiendo. Tras estos troncos mojados por la lluvia vemos dónde hemos dejado Sueras.


La lacrimosas hojas de los lentiscos son testigos de la lluvia del día anterior. ¿O es que lloran por algo?

"En los bosques, perdido, corté una rama oscura
y a los labios, sediento, levanté su susurro:
era tal vez la voz de la lluvia llorando,
una campana rota o un corazón cortado."

                                                  Pablo Neruda

El sendero sigue ascendiendo, pero nada del otro mundo. La altura nos hace disfrutar de horizontes más lejanos y de la niebla que cubre las zonas más bajas.

"Si la niebla se esfuma
¿Qué otra pasión me espera?
¿Será tranquila y pura?"

            Federico García Lorca

Llegamos a la cima de les Âguiles. Nos asomamos a este pequeño enclave rocoso y...


...esto es lo que vemos.


La ruta de hoy tiene forma de ocho. Este punto que veis en la foto es el Collado de Mano, que sería el punto de intersección del ocho. En este primer paso por aquí seguimos por la izquierda por un sendero precioso que bordea el embalse de Benitandús y nos llevará hasta el monumento de piedra que son los "Órganos de Benitandús".


Vamos a disfrutar de lo lindo por este sendero. Ahora además de los pinos, los alcornoques serán nuestra compañía. El sendero irá adquiriendo un fuerte desnivel que pondrá a prueba nuestra forma física.


En varios tramos de la senda es visible el embalse de Benitandús. Es claramente visible en él las consecuencias de la sequía que padecemos.


“Se extravió por desfiladeros de niebla, por tiempos reservados al olvido, por laberintos de desilusión. Atravesó un páramo amarillo donde el eco repetía los pensamientos y la ansiedad provocaba espejismos premonitorios.” (“Cien años de soledad”, Gabriel García Márquez)


Caminar por los bosques de Espadán es como introducirse en un mundo mágico de cuento.


Por momentos nos parecía estar metidos en una exuberante selva.


En esta bifurcación nos desviamos hacia la derecha. A partir de aquí el desnivel se acentúa y nuestras piernas, nuestro corazón y nuestros pulmones tendrán que esforzarse al máximo. El sendero hacia la izquierda nos llevaría hasta Benitandús.


Exuberancia por todas partes, variadas tonalidades de verde, rincones mágicos, silencio ensordecedor...nos rodean y hacen del sendero un cúmulo de sensaciones que lo hacen especial.


En muchas sendas de Espadán podemos disfrutar de la presencia de los helechos, que dejan constancia de que la sierra es un paraíso con un microclima peculiar que la hace tan especial.

"Tu voz regó la duna de mi pecho
en la dulce cabina de madera.
Por el sur de mis pies fue primavera
y al norte de mi frente flor de helecho."

                Federico García Lorca


Fuerte subida hacia los Órganos de Benitandús.


Siempre escoltados por preciosos especímenes de alcornoques.


En los descansos para retomar la respiración aprovechamos para disfrutar de las vistas. Hacia el norte, claramente visible el Bartolo, con sus antenas (fondo izquierda) y las Agujas de Santa Águeda (derecha de la imagen).


También en la misma dirección, pero más próximos a nosotros, Tales en primer término. Detrás, la cima del Montí y algo más atrás, la populosa Onda.


Nuevamente visible entre la abundante vegetación, el diezmado embalse de Benitandús.


Poco antes de llegar a los Órganos de Benitandús, encontramos esta construcción que nos parece un búnker o nido de ametralladoras.


Y, por fin, después de una dura subida compensada por el bonito sendero y las vistas que hemos disfrutado desde él, tenemos ante nosotros las espectaculares formaciones silíceas de los Órganos de Bentindús. Abajo, en el valle, Benitandús.


Bonito escenario para posar para la eternidad, con la Peña Pastor, el Gurugú y el pico Espadán de telón de fondo. (foto de Rafa Lafuente)


Incomparable escenario para posar. No me pude evitar hacerme una foto en lugar tan impresionante. (foto de Rafa Lafuente)


Tras disfrutas un rato de las vistas y de los Órganos, hemos de continuar y si pensábamos que la subida ya había terminado, estábamos equivocados porque aún nos quedaban trescientos metros de subida con buena pendiente hacia la cima de los órganos.


buena pendiente y suelo descarnado con piedra suelta para llegar a la cima.


Menos mal que seguimos disfrutando de la belleza agreste y centenaria de los alcornoques.

“Ningún árbol es fuerte sin contínuos vientos; pues con ello se fortifican sus raíces.” (Lucio Anneo Séneca)


A medida que subimos, nos detenemos por momentos para despedirnos de los órganos hasta una nueva ocasión, y con el incomparable escenario de fondo de esa zona de la sierra de Espadán.


En la cima de los órganos, máxima altura de la ruta (729 m.), vemos otra construcción que tal vez sea parte de un nido de ametralladoras o un parapeto de observación.


Desde la cima de los Órganos tenemos unas excelentes vistas que no dudamos en captar con el objetivo de nuestra cámara. (foto de Rafa Lafuente)

“Las cosas son del que las mira y las sabe apreciar y las entiende y es capaz hasta de hablar con ellas. “(Casilda Iriarte, Carmen Martín Gaite, “La Reina de las Nieves”, pág. 306)


Tales entre las copas de los pinos, el Montí, Onda y al fondo el Bartolo y las Agujas de Santa Águeda desde la cima de los Órganos.


Tras disfrutar de las vistas desde la cima seguimos nuestro camino. Nos vamos de aquí con nuestros ojos impregnados de la inmensidad y belleza que observamos desde aquí. (foto de Rafa Lafuente)

"¿Qué hacer para saber
si ahora, en esta hora
de lluvia y cielo gris,
te duele el corazón
como me duele a mí?"

            Nicolás Guillén

“Un paisaje se conquista con las suelas del zapato, no con las ruedas del automóvil.” (William Faulkner)



Iniciamos la bajada de la cima de los Órganos con cuidado por la inclinación de la senda y lo descarnado del suelo con piedra suelta y raíces que estaban mojadas y resbalaban al pisarlas.


El tramo más inclinado es el del principio de la bajada, unos trescientos metros aproximadamente. Luego la inclinación se suaviza, aunque es conveniente no bajar la guardia porque resbalar es fácil si pisamos mal.


Eso sí, siempre rodeados de alcornoques que hacen conjunto con los dos alcornoques móviles que transitan la senda.


Ya nos queda menos. Sueras a vista de pájaro.


Un tronco obstruye el sendero y hemos de sortearlo. Notamos que uno se hace mayor cuando un obstáculo de esta clase nos cuesta un poco cuando antes era una pequeña anécdota. 

“Ese roble ya no da sombra, y sólo sirve para leña.” (Venancio en “El abuelo”, Benito Pérez Galdós

Entre las copas de los árboles no se nos escapa con el zoom la mirada sobre el inexpugnable castillo de Mauz. Al parecer está en proceso de refuerzo de la estructura que queda en pie para evitar más derrumbes.

¡Cuántos castillos levanté en la playa!
Derribólos el viento
Con sus torres y cúpulas altivas
De oro, y cristal, y argento.

                             Jacinto Verdaguer



Y llegamos de nuevo a la intersección del ocho: el collado de Mano. 
Seguiremos a la izquierda dirección a Sueras. En este punto encontramos la presencia de un cazador apostado que nos indicó que podíamos seguir porque no entorpecíamos la batida (no sabíamos que hubiera una batida. Horas antes cuando pasamos por aquí no había nadie).


Un tramo de trescientos metros nos lleva...

...al Camino de Veo. Aquí seguiremos hacia la derecha para llegar de nuevo a Sueras.


Poco más de un kilómetro después de tomar el camino de Veo, llegamos a Sueras al aparcamiento Fonseca de Sueras, donde terminamos esta entretenida ruta.
 

                        
Pero aquí no terminó nuestra estancia en Sueras. Ahora tocaba recuperarnos del esfuerzo realizado y no podía ser mejor que almorzando en el Bar Palas, justo enfrente de donde terminamos la ruta.

Sirva este párrafo para conceder a esta ruta, en principio sencilla y simple, la importancia que tiene cualquier ruta por sencilla que pueda parecer: “Nos inclinamos a infravalorar lo fácil, estimado amigo. A menudo nos dejamos deslumbrar por lo enrevesado, cuando lo simple suele estar más cerca de la realidad. El mundo está lleno de simplezas que nadie observa. No hay nada tan importante como un detalle pequeño cuando se sitúa en el lugar adecuado.” (Hopalong Basil en “El problema final” de Arturo Pérez Reverte)

Debemos disfrutar de la montaña siempre de la manera más segura posible para evitar riesgos y accidentes. Para ello es importante que leas estos consejos sobre "Seguridad en la práctica de senderismo y emergencias en montaña"


La ruta en el mapa

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