BETXÍ: LA GORRETA, LA RÁPITA, LA MINETA- PR-CV 428 (14/12/2024).
“Mientras vamos hacia algo o huyendo de algo, por quimérica que parezca la meta, estamos vivos. Lo otro es vegetar.” (Casilda Iriarte en “La Reina de las Nieves” de Carmen Martín Gaite ). De momento no queremos vegetar. Mientras vamos a la montaña, por quimérica que parezca la actividad con nuestra edad, nos sentimos vivos todavía.
Esta semana nos trasladamos a Betxí, Plana Baja, (territorio de nuestro amigo Dani Alcalá "Per dalt i per baix") para realizar un ruta que transcurre casi en su totalidad por el PR-CV 428 y que nos lleva a la loma de la Gorreta, al puntal de la Rápita de Artana o al Alto de la Mineta, además de una mina abandonada, "la Sultana", poco antes de finalizar. Os lo cuento a continuación.
Nuestra ruta parte desde las afueras de Betxí, en un punto de la Urbanización Versalles, en el Camino de las Viñas de Piquer.
Apuntaba el amanecer cuando comenzamos a caminar. El primer tramo de la ruta (algo más de kilómetro y medio) es algo anodino ya que transcurre por asfalto por dentro de esta urbanización Versalles, la urbanización Monserrat y la urbanización Penya Negra.
Dentro de este tramo de asfalto, también pasamos junto a campos de naranjos, riqueza agrícola de esta zona de la Plana.
De camino tenemos una primera vista del Solaig. El PR-CV 428, pasa por allí pero ese tramo hoy no lo vamos a hacer nosotros.
El incipiente amanecer nos ofrece bonitas perspectivas como la de la foto, con el Bartolo y las agujas de Santa Águeda perfiladas al fondo.
"Mátame
al amanecer,
o de noche, si tú quieres;
pero que te pueda ver
la mano;
pero que te pueda ver
las uñas;
pero que te pueda ver
los ojos,
pero que te pueda ver."
Nicolás Guillén
Rodeamos este último chalet de la urbanización Penya Negra. Aquí hemos dejado definitivamente el asfalto.
Y salimos a este descampado donde vemos enfrente un camino.
Seguiremos este camino adentrándonos en una bonita y tupida pinada que nos va a acompañar prácticamente hasta el final de la ruta. (foto de Emilio Romero)
Comenzamos a subir, primero de una manera moderada, pero esta ruta es una ruta rompepiernas con subidas con fuerte pendiente y bajadas destructoras de rodillas.
Aproximadamente hasta el kilómetro tres, no enlazaremos con el PR-CV 428. Hasta allí fuimos vien do las marcas de un PR ya muy borradas (tal vez descatalogado) que no hemos sido capaces de averiguar.
(foto de Emilio Romero)
Poco a poco las subidas se hacen más pronunciadas y comenzamos a calentar músculos.
Estas piedras son restos de trincheras de la Guerra Civil. He visto fotos de hace años (2015) en que seguramente se recuperaron estos restos y aparecen con sacos terreros que el tiempo y las inclemencias atmosféricas han hecho desaparecer.
La cosa empieza a ponerse tiesa y requiere poner de nuestra parte más impulso.
(foto de Emilio Romero)
Llegamos a un tramo más vertical y lo encontramos equipado con cadenas para facilitar la subida.
(fotos de Emilio Romero)
El tramo de cadenas desde arriba. (foto de Rafa Lafuente)
Hemos alcanzado altura y ello nos permite de disfrutar de esta perspectiva de las tierras de la Plana Baja, con el Bartolo y las Agujas de Santa Águeda al fondo.
Llegamos a un paraje en la zona de la Penya Negra donde encontramos unas mesas y bancos de madera a modo de una zona de picnic junto a un refugio de piedra en seco típico de estas montañas.
Refugio de piedra en seco.
Y como no nos habíamos hecho la foto de inicio de ruta como suele ser habitual en nuestras salidas, decidimos hacerla aquí. De izquierda a derecha, Emilio Romero, Rafa Lafuente y un servidor.
Por encima de las copas de los árboles, Betxí y un horizonte infinito.
"!Aire! ¡más luz, una planicie verde
y un horizonte azul que la limite,
sombra para llorar cuando recuerde,
cielo para creer cuando medite!"
Manuel Gutierrez Nájera
Nuevamente, el Solaig, referente constante en este primer tramo de ruta.
Estos restos posiblemente pertenezcan también a la línea defensiva. Parece un puesto de observación o de ametralladoras.
Si encontramos subidas con pendiente, también nos las tuvimos que ver con tramos de bajada que son los que más nos preocupan a nuestra edad porque cualquier resbalón puede tener consecuencia fatales hasta en el sendero más fácil y sencillo (sino que se lo digan al dueño de Mango, Isak Andic, fallecido en accidente de montaña este fin de semana).
(foto de Rafa Lafuente)
La experiencia nos dice que a nuestra edad y aunque parezca indecoroso si es preciso poner culo en tierra, pues se pone y no pasa nada. (foto de Emilio Romero)
Este tramo de bajada se las traía y hubo que poner los cinco sentidos en juego para no resbalar. ¡Quién fuera más joven!
La bajada llega a un punto en el que encontramos una roca lisa y bastante vertical. Aquí encontramos un segundo paso equipado con cadenas que nos facilitaron la bajada. (foto de Emilio Romero)
El final de la cadena nos deja en un frondoso barranco.
Descendemos de manera más suave entre abundante vegetación.
Algún pino corta el paso pero se nota que ha sido podado en algunas ramas para facilitar el paso.
Luego nos toca volver a subir. Como comenté al principio, un rompepiernas.
Nuevamente estamos arriba. Hemos llegado a un cordal que vamos a recorrer durante un buen tramo.
Excelentes vistas hacia la Sierra de Espadán.
Excelentes también las vistas hacia Betxí y la Plana. Todo enmarcado por un bonito cielo azul.
Con zoom acercamos a ver algunas casas de Borriol.
De nuevo también, omnipresente en la ruta, el Bartolo y las agujas de Santa Águeda.
Otro refugio de piedra en seco. Desde este punto disfrutamos de excelentes vistas en 360º
Preciosa panorámica de la Plana. Betxí en el centro de la foto. Al fondo la Sierra de las Santas con el Bartolo. (foto de Emilio Romero)
(foto de Emilio Romero)
"El mar
sonríe a lo lejos.
Dientes de espuma,
labios de cielo."
Federico García Lorca
Hacia el norte, la inevitable y emblemática Peñagolosa.
A escasos metros del refugio de piedra en seco nos encontramos con este cruce. En este punto enlazamos con el PR-CV 428 que ya no dejaremos hasta el final. Hacia la izquierda se va hacia el pico Solaig, pero no era el objetivo de hoy. Nosotros seguiremos hacia la derecha.
Esta señal nos indica que ya hemos enlazado con el PR. Encontraremos las marcas en el resto del sendero.
El cordal nos ofrece excelentes perspectivas de la Sierra de Espadán y vamos reconociendo cimas y lugares que nos resultan familiares. Por ejemplo, hacia el este, el pico Font de Cabres.
Vemos asomar entre las copas de los pinos los restos del castillo de Artana que visitamos no hace mucho.
Llegamos a la Gorreta, por donde cruza un camino que hemos de seguir a la izquierda. En la bifurcación vemos un cartel que nos avisa que del 12 de abril al 25 de mayo se colocan colmenas en las proximidades.
El camino se dulcifica y se ensancha y podemos caminar de una manera más cómoda.
(foto de Emilio Romero)
Llegamos al paraje del clotxó de la Gorreta, donde además del aljibe, encontramos unos sencillos bancos de madera que nos van a venir de perlas.
Clotxó de la Gorreta.
¡Mirad qué bien nos han venido los banquitos de madera. Los vamos a utilizar a modo de mostrador para depositar las sencillas viandas que nos vamos a tomar para recuperar las fuerzas perdidas.
Formando como un equipo de fútbol formando antes de empezar un partido, en este caso un almuerzo.
(Foto de Emilio Romero)
Desde el paraje del clotxó de la Gorreta asoma entre los pinos una vez más la Plana Baja.
En la imagen, las Alquerías del Niño Perdido y detrás, Burriana.
También le hacemos un zoom a la ermita de San Antonio Abad, patrón de Betxí, en la montaña de su mismo nombre.
Seguimos por un cómodo camino, rodeado de pinos, como nos gusta.
El viento los pinos suavemente ondula. ¡Duérmete, recuerdo, duérmete, amargura!
Gabriela MIstral
En una ladera, frente al camino, una ganadería de reses bravas. Desde la barrera se ven mejor los toros.
Llegamos a un cruce con un poste direccional que nos marca seguir de frente.
Como somos muy obedientes hacemos caso a la señal y seguimos nuestro camino de frente.
Llegamos al collado del Parrús, nombre muy valenciano, por cierto.
Entre tanto bosque y tanta vegetación a mi sombra le cuesta hacerse ver. Pero yo sé que está conmigo aunque yo no la llegue a ver. Miradla aquí, delante mío.
"La
tarde todavía
dará incienso de oro a tu plegaria,
y quizás el cenit de un nuevo día
amenguará tu sombra solitaria."
Antonio Machado
"Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas! ...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
—La tarde cayendo está—."
Antonio Machado
Aquí vemos de nuevo al Solaig, aunque esta vez más alejado de nosotros.
El Font de Cabres al fondo también ha estado muy presente en la ruta.
En este punto vemos una tabla clavada en un pino con el nombre "clotxó del Parrús". No vemos el clotxó, pero aquí estaremos pendientes porque hemos de seguir un sedero hacia la izquierda, pero salen dos. Uno más evidente y otro aún más a la izquierda que es el que hemos de seguir.
La delicada flor de la boca de ladrón o conejito nos llama la atención por su aparente fragilidad en medio de tan frondoso bosque lleno de grandes árboles y tan exuberante naturaleza.
"Orgullo de la enramada,
blanca y leve florecilla,
más que todas delicada,
y más que todas sencilla."
Carolina Coronado
Algo similar nos pasa con esta coronilla de fraile (globularia vulgaris).
También vamos disfrutando del paisaje.
No tanto de las fábricas de cerámica que bordean la carretera de acceso a Onda.
Nueva subida que sumada a otras que hemos hecho va cargando nuestras piernas y nuestras articulaciones, aunque paradójicamente prefiramos subir que bajar.
Vamos camino de la Rápita de Artana. La altura que vamos alcanzando cada vez es mayor.
Desde esta atalaya tenemos una amplia visión de la Plana como podéis apreciar en la foto.
Ahora el Solaig desde mayor altura de la que lo habíamos visto antes.
La parte más oriental de la Sierra de Espadán en la foto, con alguna de sus cimas más conocidas.
Betxí, el polígono de la cerámica de Onda, detrás. Al fondo Castellón y el Bartolo de telón de fondo.
Una mata de uva de pastor (sedum sediforme) que aguanta bien los periodos de sequía porque almacena agua en sus hojas.
Seguimos caminando y disfrutando de las estupendas vista que la montaña nos ofrece, dos placeres que nos hacen sentir que seguimos vivos.
Nueva subida que nos sube hasta la Rápita y sigue probando nuestras fuerzas.
Otra florecilla silvestre que nos encanta, el diente de león. Ese amarillo chillón es muy llamativo y no la deja pasar desapercibida.
Vistas hacia la Sierra de Espadán. En la imagen, se ve parcialmente Artana y se adivina el castillo en lo alto del cerro en mitad de la imagen.
Llegamos a la Rápita de Artana.
Vemos un cartel panorámico que nos informa de lo que vemos enfrente.
Anotando lo que nuestros ojos están contemplando.
Este poste, algo destartalado nos marca también dónde estamos.
El panel nos ayuda fácilmente a identificar las cimas más representativas de esta zona de la Sierra de Espadán que tenemos delante de nosotros.
Si nos vamos a la parte más oriental donde se inicia este sistema montañoso, destaca el montículo donde se asienta es castillo de la Vilavella.
Algo más a la derecha, se yergue el pico Font de Cabres que ya hemos visto antes.
Más cercano, delante de los picos de la sierra que acabo de nombrar, el castillo de Artana.
Y no desdeñamos las vistas de nuevo hacia la Plana Baja. Nos encanta disfrutar de los grandes espacios de alejados horizontes.
Y otro compañero de la ruta de hoy también bien visible desde la Rápita: el Solaig.
Los conquistadores pacíficos de la cima en una foto para el recuerdo.
En la montaña todo lo que se sube, se baja y viceversa. Ahora toca bajar de nuevo para volver a bajar y volver a subir...y así sucesivamente. Nuestras articulaciones ya llevan un tiempo quejándose.
Llegamos a otro aljibe. Desconocemos su nombre.
Algún pequeño tramo algo más llano nos ofrece un pequeño respiro que se agradece. Caminamos por el cordal que nos llevará hasta el Alto de la Mineta. (foto de Emilio Romero)
Aquí podemos ver la parte central de la Sierra de Espadán.
Vista similar con una cantera abandonada (menos mal) muy cerca de las Peñas Aragonesas de Artana.
Florecilla de brezo.
Onda y Peñagolosa.
En un punto del sendero vemos esta agrupación de hitos. Recuerdo algo similar en el Camino Aragonés antes de llegar a Puente la Reina de Jaca.
Mirad la similitud.
Aunque siempre vamos hacia adelante, de vez en cuando conviene echar la vista atrás para saber de donde venimos. No debemos olvidar el pasado.
En este punto alcanzamos el Alto de Mineta.
Apenas pasado el alto, nos encontramos con otra bajada peliaguda en la que hay que tener precaución para no resbalar.
Al fondo del todo la Peña Pastor y el cordal hasta el Espadán.
Onda y Peñagolosa entre las ramas de los árboles.
Nueva paleta direccional para guiar nuestros pasos. Nos marca la mina a lago más de una hora de camino. Vamos para allá.
Onda.
Otra bajadita que se las trae y ya van... he perdido la cuenta.
Tenemos una predilección especial por los árboles y si estos son de gran envergadura mucho más.
"Al bosque me llevó mi fantasía,
y en su fondo erizado de retamas,
hallé un gigante pino, cuyas ramas
eclipsaban la luz del medio día."
Manuel del Palacio
Llegamos a este original pilón que nos sugiere...bueno, no sé.
Marca los términos municipales de Artana, Onda y Betxí. Por cierto, desconocemos su diseñador.
Seguimos nuestro camino por bonitas y tortuosas sendas ya en su tramos final. El bosque sigue siendo el entorno del camino. Nos gusta.
El Solaig haciéndonos un nuevo guiño. Tendremos que venir a conocerlo mejor.
Nueva bajada.
Rafa Lafuente y Emilio Romero en plena actividad.
El sendero va descendiendo poco a poco.
En un recodo del camino, en un pequeño hueco del terreno, nos adentramos hasta llegar a la puerta de la mina Sultana.
Entrada a la mina Sultana. Apenas tiene recorrido en su interior.
Apenas nos queda un kilómetro de senda entre pinos y aprovechamos para disfrutar de estos últimos metros.
El sendero se abre formando un camino más ancho, pero aún caminamos por una pinada.
Pasamos por una casa de campo.
Últimos metros ya fuera de la pinada.
Como indica el cartel, andamos por el camino de la Mina, que acabamos de visitar.
Y los últimos setecientos metros son ya de asfalto.
Y sobre las dos, llegada al punto de inicio donde finalizamos esta entretenida y rompedora de piernas ruta en Betxí.
Como dije al principio, mientras nos sintamos vivos buscaremos nuevas metas por quiméricas que parezcan y realizaremos rutas que nos ayuden a sentirnos así. Precisamente el dolor de músculos y articulaciones al terminar nos dan fe de que seguimos vivos. Pues así hemos de continuar hasta que el cuerpo nos diga "hasta aquí hemos llegado".
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