“Abrir el cuaderno o el libro o usar el lápiz ya
eran en sí mismo actos de felicidad.” (“El verano de Cervantes”, Antonio Muñoz
Molina). Caminar al aire libre, sentir el sol en el rostro, pisar las sendas y caminos, disfrutar de la montaña y la naturaleza ya son en sí mismo actos de felicidad para nosotros también.
Ruta que nos lleva desde Sellent (Ribera Alta) hasta la Cabrentà en el término de Estubeny (La Costera) por la vía ciclo viandante de Sellent a Estubeny que transcurre por caminos rurales y pistas forestales y que está bien marcada y es fácil de seguir. Una vez en la Cabrentà nos entretenemos en ese bonito laberinto que es este Paraje Natural Municipal que por la exuberante vegetación y sus condiciones climáticas es conocida como la "selva de Estubeny" o "selva mediterránea". El recorrido por los rincones del paraje nos llevará a lugares que nos recuerdan el escenario de Parque Jurásico y además de la flora disfrutaremos de formaciones geológicas muy curiosas. Tras disfrutar del paraje, retornamos a Sellent por un sendero con muchas cañas que lo cierran un poco y que transcurre paralelo al río aunque no lo veremos casi nada aunque escucharemos el rumor del agua que nos acompañará durante un buen tramo. Tendremos que vadear el río en dos puntos. En ambos casos nos encontramos con un gran caudal de agua que hacía inevitable descalzarse o cruzarlo a las bravas. En nuestro caso elegimos esta segunda opción. Estos dos vadeos del río son las únicas dificultades de la ruta que por lo demás no presenta ninguna dificultad. Empezamos y terminamos nuestra ruta en el Cementerio Municipal de Sellent.

A primera hora de la mañana nos encontrábamos ya en el punto de inicio de nuestra ruta de esta semana que no era otro que el cementerio de Sellent. Curiosamente, allí donde termina nuestro caminar por este mundo, nosotros íbamos a empezar una nueva ruta.
"En el viejo camposanto
hay sepulcros fanfarrones
criptas/ nichos /panteones
todo en mármol sacrosanto
de harto lujo/ pero en cuanto
a desniveles sociales/
en residencias finales
como éstas /no hay secretos
y los pobres esqueletos
parecen todos iguales."
Mario Benedetti
Aquí posamos como lo hacemos habitualmente antes de partir.
De izq. a der. Emilio Romero, Rafa Lafuente y un servidor.
(foto de Emilio Romero)
Iniciamos el camino dirección a Sellent.
(foto de Emilio Romero)
Aquí Sellent, despertando aún.
"Despertaba el día,
y, a su albor primero,
con sus mil ruidos,
despertaba el pueblo."
Gustavo Adolfo Bécquer
Pasamos junto al lavadero municipal. Los lavaderos en la actualidad ya no tienen la función para la que fueron construidos, sólo quedan como recuerdo de un pasado reciente que, como cualquier cosa pasada, ya no retornará.
Entrada a la población de Sellent. ¡Mirad si se puede ir a sitios en el pueblo!
Pero nosotros no entraremos en Sellent. En este punto encontramos este poste que nos marca la vía ciclo viandante que lleva a Estubeny y que vamos a seguir hasta las proximidades de esta población. Todo el recorrido está marcado por esta señalización por lo que es fácil de seguir.
Dejamos la visita a Sellent para otra ocasión.
Junto al poste direccional, encontramos este panel que nos informa del camino que acabamos de iniciar.
El camino sigue una pista cementada en ascenso, tal vez algo monótona, lo que nos hace fijarnos en esta bonita mata de dondiegos.
En los montes de alrededor el sol asoma mientras recorremos la zona de umbría.
¡Cómo está la mañana! El sol pone en la tierra su
alegría de plata y de oro; mariposas de cien colores juegan por todas partes,
entre las flores, por la casa -ya dentro, ya fuera-, en el manantial. Por
doquiera, el campo se abre en estallidos, en crujidos, en un hervidero de vida
sana y nueva". (J.R. Jiménez, "Platero y yo")
Seguimos subiendo de manera moderada por la pista cementada.
Por fin llegamos a una zona donde ya vemos pinos y el paisaje es más amable.
(foto de Emilio Romero)
Llegamos al mirador de Sellent con este panel identificador de lo que nos muestra el horizonte que tenemos enfrente.
Entre otros, vemos la localidad de Antella.
También las localidades de Cárcer, Alcántará del Júcar y Gavarda.
En un descenso del camino, en una mirada hacia atrás, el contraluz nos ofrece una bonita imagen con la silueta de Emilio Romero.
Tras alguna bajada, nos viene inevitablemente una subida.
(foto de Emilio Romero)
Llegamos a una zona donde los pinos nos dejan para dar paso a grandes extensiones de naranjos, algunas de ellas en apariencia poco cuidadas.
(foto de Emilio Romero)
En esta bifurcación que nos manda hacia la izquierda, alcanza la ruta su máxima altura.
Hacia el este el sol asoma ya claramente sobre el horizonte y muestra su protagonismo hasta ahora ausente.
"(Atravesando hojas,
el sol ya cobre viene
a herirme el corazón.
¡Yo quiero ser eterno!)"
Juan Ramón Jiménez
En la lejanía vemos asomar algunas casas de Estubeny.
Encontramos el segundo mirador de la ruta de hoy: el mirador de Estubeny.
Estubeny.
Destaca la torre exenta de la iglesia de San Onofre que vemos al fondo.
Tras el mirador, seguimos un camino cementado ambientado por el humo de unas quemas en los campos vecinos.
El aire cristaliza bajo el humo.
¿Ojo de gato triste y amarillo?.
Yo en mis ojos, paseo por las ramas.
Las ramas se pasean por el río.
Federico García Lorca
Seguimos nuestro entretenido y cómodo camino. Los ailantos salpican la vegetación.
Pasamos por debajo de esta ¿acequia? que nos pareció la entrada a Parque Jurásico.
A la vista Estubeny.
Los granados también hacen aparición junto al camino.
"Manitas de los niños
que al granado se tienden,
por vosotros las frutas
se encienden."
Gabriela Mistral
El camino nos desciende hasta el cauce del río Sellent.
Cruzamos el río por un puente de cemento. A la vuelta tendremos que vadearlo en dos ocasiones, pero con alguna diferencia con respecto a este paso.
Tras cruzar el río y una pequeña subida, llegamos al inicio del Parque Natural Municipal de la Cabrentà.
La entrada al Parque nos recibe con un panel que nos da toda la información que necesitamos conocer para disfrutar del paraje.
Aquí tenemos un ejemplo de recorrido dentro del paraje que podemos seguir, pero el lugar es un poco laberíntico y nos permite realizar diferentes recorridos o más bien, distintas maneras de recorrerlo.
Nosotros iniciamos nuestra visita accediendo por esta escalera de piedra que veis.
La vegetación del paraje es exuberante, con especies como los almeces, los laureles, aladiernos, zarzaparrilas, hiedras gigantes, granados, algarrobos, higueras... Podemos ver información de estas especies en pequeños paneles con códigos QR. Toda esta exuberante vegetación y las características especiales de las condiciones ambientales de este paraje hace que se le haya denominado la "selva de Estubeny".
Una grieta entre dos grandes rocas nos lleva a este rincón en el que posamos para la posteridad.
(foto de Emilio Romero)
No hemos salido de un rincón espectacular cuando ya nos hemos metido en otro y venga, una foto más.
(foto de Emilio Romero)
Y por este otro paso tan estrecho nos adentramos en un espació mágico que os intento mostrar a continuación.
Un espacio mágico nos sigue encantando más aún de lo que hemos visto hasta ahora.
Mirad el tamaño de estas hojas de hiedra.
"Húmedo está, bajo el laurel, el banco
de verdinosa piedra;
lavó la lluvia, sobre el muro blanco,
las empolvadas hojas de la hiedra."
Antonio Machado
Hay zonas habilitadas con escaleras y pasamanos de cuerda que facilitan el tránsito por esta "selva" tan especial.
Los grandes ejemplares de almeces abundan en todo el Parque.
Las caprichosas formas geológicas son otro de los atractivos de este curioso Parque Natural.
En varios puntos encontramos paneles que nos explican qué es lo que vemos y cómo se ha formado.
En varios rincones podemos contemplar la formación al aire libre de estalactitas.
Y ejemplares caídos de almeces que por su tamaño nos hacen recordar la selva de Jurasic Park, pero sin dinosaurios.
En lugares tan magnos nos sentimos muy, muy pequeños.
El agua es también un elemento esencial en el paraje. No en vano es uno de los principales elementos que han originado este bello paraje.
Ciertamente tenemos la impresión de estar metido en una selva.
Las campanillas siempre nos invitan a detenernos para captar esa lucecita que sale de su interior y que nos llama tanto la atención.
"Cuando yo os oigo tocar,
campanitas, campanitas,
sin querer torno a llorar."
Rosalía de Castro
Si hay paneles explicativos de la geología, también los hay de la flora y la fauna.
Pasamos junto a la fuente del Tío Marcelino.
Y nuestro recorrido termina en este camino cementado que seguimos hacia la derecha y que nos lleva al punto donde entramos al paraje.
Por el camino seguimos disfrutando del paraje. Más agua añadida a la que ya hemos visto.
Poste del GR-332 "La Canal", que transcurre entre Estubeny y el pico Caroche a lo largo de 70 km y que se puede hacer en tres etapas.
En el paraje también hay una zona de picnic en la que poder descansar y comer algo si se tercia.
Salimos del Parque Natural Municipal de la Cabrentà por donde entramos y seguimos durante unos cien metros el mismo camino que nos trajo hasta aquí.
En este punto dejamos el camino que seguimos antes para volver a Sellent por esa senda que vemos que sale por la derecha una vez que hemos vuelto a cruzar el río por donde lo hicimos poco antes.
Iniciamos aquí una senda que en algún tramo se cierra bastante con cañas y otro tipo de vegetación y que transcurre paralela al río Sellent aunque prácticamente no lo veamos debido a la vegetación que lo oculta, aunque no dejaremos de escuchar el rumor del agua.
El agua, principal protagonista de La Cabrentà nos trajo a la cabeza una de las enseñanzas de Lao Tse .
"El agua fluye hacia abajo y no se esfuerza por adquirir velocidad, y así no es lenta. Por ello, los sabios no se agarran a nada y no pierden nada, no planifican nada y así no fallan en nada." (Lao Tse)
Ya veis cómo las cañas invaden la senda y hemos de ir apartándolas para poder pasar.
(foto de Emilio Romero)
"Caña de voz y gesto,
una vez y otra vez
tiembla sin esperanza
en el aire de ayer."
Federico García Lorca
En tramos, el sendero se abre y permite un caminar más cómodo, pero nos da la impresión de que no está muy transitado.
Pasamos por debajo de un verdadero túnel de cañas.
Aún nos quedan dos vadeos del río Sellent. Esto que vemos es un anticipo de lo que nos espera.
Aquí dos palets nos permiten pasar sin mojarnos.
Pero llegamos a este paso del río y sólo tenemos dos posibilidades: descalzarnos y cruzar o pasar a las bravas. ¿Y qué hicimos?
Tras cruzar este primer paso, seguimos con los pies algo mojados.
Este era el paisaje que nos rodeaba.
Vegetación exuberante pero nos permitía el paso. Los ailantos acompañaban esta vegetación de ribera. (foto de Emilio Romero)
Y llegamos al segundo vado que debíamos cruzar del río Sellent. En esta ocasión ya no tuvimos el dilema de si nos descalzábamos o no porque con los pies mojados un poco más no iba a cambiar la situación.
"Salí al alba, dueño mío,
y llegué, marcha que marcha
entre cristales de escarcha,
hasta la margen del río."
Amado Nervo
¡Y allá que cruzamos el Sellent como si no llevara agua!
(foto de Rafa Lafuente)
Tras el segundo vadeo seguimos por el tramo final de la ruta. Nuestros pies hacía ¡chof, chof! y buscamos un sitio para sentarnos y, al menos, escurrir los calcetines.
La parada nos vino bien porque nos quitamos bastante agua de los pies escurriendo los empapados calcetines. (foto de Emilio Romero)
Con caminar más cómodo y la buena temperatura que nos iba secando poco a poco las botas, continuamos nuestro camino ahora algo más alejados del río, que transcurría más abajo del sendero.
Aún nos quedaba alguna pequeña subida, pero nada del otro mundo.
El último tramo de la ruta predominaba el cultivo de la naranja.
Y también disfrutamos de campos que presentaban esta bonita y florida estampa.
Vimos un ejemplo de reutilización en este campo de naranjos que han utilizado unos neumáticos rellenos con tierra a modo de muro. No sé si estética y ecológicamente son apropiados, pero el ejemplo está ahí.
En este punto estamos ya muy cerca del final porque vemos el puente por el que pasa la carretera de acceso a Sellent.
Y, efectivamente, al girar la curva llegamos al cementerio. Curiosamente el lugar en el que terminan nuestros días, terminamos también nuestra ruta de hoy. Cosas que pasan.
"Amante: no me lleves, si muero, al camposanto.
A flor de tierra abre mi fosa, junto al riente
alboroto divino de alguna pajarera
o junto a la encantada charla de alguna fuente.
A flor de tierra, amante. Casi sobre la tierra,
donde el sol me caliente los huesos, y mis ojos,
alargados en tallos, suban a ver de nuevo
la lámpara salvaje de los ocasos rojos."
Juana de Ibarbourou
Hemos concluido una ruta más que nos ha entretenido visitando un vistoso paraje y nos ha proporcionado una pequeña dosis de aventura que nos ha hecho pasar una buena mañana en la naturaleza. Ahora a esperar una próxima ruta al menos ten distraída como ésta.
La ruta en el mapa
La ruta en Wikiloc
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