En pocas ocasiones un topónimo está tan bien puesto como en el caso del Carrascal de Azuébar. Y es que, efectivamente, nos encontramos ante un espacio dominado en su totalidad por la carrasca y el alcornoque. Por ello, este topónimo le viene que ni pintado. Nos encontramos en el paraíso de la carrasca.
En esta ocasión, un nutrido y animado grupo de amigos nos reunimos para disfrutar de este enclave mágico de la sierra de Espadán.
Comenzamos animadamente por el camino de tierra, entre olivos, rodeados de rodeno.
Primeramente avanzamos por el barranco del Sas. En este tramo ya vamos encontrando alcornoques de cierto porte.
Algunos presentan la marca indeleble de la utilidad que han tenido.
El pequeño valle está húmedo. Presenta un ambiente que confirma que ha llovido últimamente.
En algún punto del barranco vemos zonas con agua.
Avanzamos cómodamente, charlando con los amigos (foto Ricardo Vivó).
En algún punto del barranco vemos zonas con agua.
Avanzamos cómodamente, charlando con los amigos (foto Ricardo Vivó).
Llegamos a este pozo cerrado por una valla. El el pozo de la fuente del Sas.
A partir de aquí, nuestro camino transcurre por el barranco de la Falaguera o de la Mosquera. Ahora veréis por qué.
Seguimos de frente por la pista que al poco de pasar por esta caseta, se cruza con un sendero a la derecha. Podríamos haber tomado este sendero y haber hecho la ruta en dirección contraria a la que lo hicimos. Pero decidimos hacerla al revés aconsejados por alguno de los cazadores con los que hablamos en el bar de Azuébar. Nos dijeron que iban a realizar la batida del jabalí en el Carrascal, pero en la vertiente este y sin llegar hasta arriba, lo que nos alibió. Pero nos recomendaron retrasar en lo posible la subida a la cima por precaución. Así lo hicimos y subimos por la Mosquera, alargando algo la llegada hasta el Carrascal.
Ahora avanzamos por el barranco de la Falaguera y comprendemos perfectamente el por qué de su nombre. A la vista está. En este caso, el topónimo también está acertado al cien por cien.
En bastantes ejemplares de alcornoques vimos estas botellas que nos parecieron medios para el estudio de plagas o tratamientos contra ellas.
Durante la ruta también íbamos a encontrarnos con gran variedad de setas y hongos, como éstas de la foto. Nosotros, analfabetos totales en este campo, únicamente nos limitamos a fotografiarlas.
Encontramos muchos ejemplares de alcornoques descarnados con ese color rojizo intenso tan peculiar.
Caminar por esta pista en una maravilla. Nos sentimos pequeños.
Siguiendo la pista también llegaríamos a la casa de la Mosquera, pero nosotros la dejamos para meternos por esta senda marcada con un hito que sale a la derecha del camino. Vale la pena recorrer este frondoso y exuberante tramo de senda.
Caminar por esta pista en una maravilla. Nos sentimos pequeños.
Siguiendo la pista también llegaríamos a la casa de la Mosquera, pero nosotros la dejamos para meternos por esta senda marcada con un hito que sale a la derecha del camino. Vale la pena recorrer este frondoso y exuberante tramo de senda.
Grandes extensiones de helechos nos confirman el nombre del barranco que transitamos (foto de Ricardo Vivó).
También vimos algún bonito ejemplar de castaño, amarilleando ya de otoño.
Contemplando este espectacular ejemplar de alcornoque.
Contemplando este espectacular ejemplar de alcornoque.
Más y más helechos.
Dominaban este barranco.
Dominaban este barranco.
Entre helechos, como habéis visto, llegamos a esta fuente a los pies de la Mosquera.
A su lado sale una corta pero muy empinada senda que nos lleva hasta la casa de la Mosquera.
El grupo llegando a la casa de la Mosquera.
A su lado sale una corta pero muy empinada senda que nos lleva hasta la casa de la Mosquera.
El grupo llegando a la casa de la Mosquera.
Y llegamos a la ruinosa casa de la Mosquera (1861).
En otro tiempo fue el centro de una importante industria de extracción del corcho de estos alcornoques.
En otro tiempo fue el centro de una importante industria de extracción del corcho de estos alcornoques.
Desde la Mosquera, echamos un vistazo al barranco de la Falaguera de donde venimos.
En la casa de la Mosquera encontramos aficionados a la micología que habían encontrado setas comestibles.
Tras unos instantes en la casa y alrededores y vistas las setas de los micólogos, seguimos nuestro camino. Por cierto, recabando información sobre la Mosquera, descubrí una página en la que se pone en venta la finca. Si tenéis curiosidad, pinchad en "Mosquera".
Tras unos instantes en la casa y alrededores y vistas las setas de los micólogos, seguimos nuestro camino. Por cierto, recabando información sobre la Mosquera, descubrí una página en la que se pone en venta la finca. Si tenéis curiosidad, pinchad en "Mosquera".
Nosotros seguimos viendo setas de formas y colores diferentes.
En este punto dejamos el tramo de PR y seguimos de frente.
Llegamos a esta revuelta y nos fijamos en una senda que sale a la izquierda.
La senda va subiendo poco a poco entre bonitos alcornoques.
Setas...
...y más setas.
Y Paco aguantando éstas tan raras que nos recuerdan unas maracas.
Aquí seguimos a la derecha y en pocos metros llegamos a un primer collado.
En el collado tenemos en primer plano la imagen del pico Bellota.
Lo malo era que las nubes no nos dejaban disfrutar del todo del excelente paisaje que hay desde aquí.
Lo malo era que las nubes no nos dejaban disfrutar del todo del excelente paisaje que hay desde aquí.
Aprovechamos este lugar para descansar y tomar fuerzas antes de la subida al Carrascal.
El almuerzo es siempre un momento distendido y agradable en el que compartimos alimentos y conversaciones.
Desde aquí, intentamos acercar el mar con el zoom, a pesar de las nubes.
Una mantis religiosa nos vino a visitar.
Tras el almuerzo, seguimos camino hacia la base de la meseta del Carrascal. La senda va ascendiendo entre alcornoques.
Una bonita senda. No nos podemos quejar.
Otra seta.
Y llegamos a un segundo collado desde donde vemos claramente nuestro objetivo.
Esperando al grupo en el collado (foto de Ricardo Vivó).
Esperando al grupo en el collado (foto de Ricardo Vivó).
El Carrascal.
Ahora sólo nos queda llegar hasta la base de su rocosa meseta y llegar arriba.
Una vez en su base, subiremos entre los bloques de rodeno, apoyándonos de vez en cuando con las manos. La subida presenta un buen desnivel.
Ahora sólo nos queda llegar hasta la base de su rocosa meseta y llegar arriba.
Una vez en su base, subiremos entre los bloques de rodeno, apoyándonos de vez en cuando con las manos. La subida presenta un buen desnivel.
El Espadán asoma detrás de esa loma.
Llegamos a la meseta cimera del Carrascal y nos topamos con restos de construcciones de la guerra civil.
Pero nosotros queremos llegar al vértice geodésico. Desde nuestra posición no lo vemos. El bosquecillo de carrascas nos lo impide. Para llegar a él seguiremos un camino poco evidente marcado con hitos que más o menos nos llevan hasta él. Es algo engorroso caminar por él debido a la vegetación, pero tampoco nada de otro mundo. En el trayecto cruzaremos por los restos de una trinchera.
Y llegamos hasta el vértice geodésico del Carrascal (880,792 msnm).
Para disfrutar mejor de las vistas, lo mejor es acercarse, con mucha precaución, a cualquiera de los salientes rocosos que hay alrededor del vértice. Aunque en nuestro caso, la visibilidad fue muy mala debido a las nubes que no nos dejaron disfrutar del paisaje. Aún así, lo pasamos muy bien. Ahí van algunos ejemplos.
Las nubes subieron hasta la cima y nos imposibilitaron la visión.
Desde el Carrascal saludamos la resto del grupo.
Tras disfrutar lo que buenamente pudimos, regresamos sobre nuestros pasos.
Como podéis ver, la senda es bastante intrincada.
La sierra de Espadán cubierta por las nubes.
Destrepamos las rocas de rodeno del Carrascal y regresamos al collado por la misma senda por la que vinimos.
Es resto del grupo nos esperaba preparado para seguir el camino.
Ahora volveremos por la senda del Sas. desde el collado cogemos una senda que se va a la izquierda, fácil de seguir en un principio. En uno de sus tramos, esta carrasca caída corta la senda. La bordeamos por la derecha.
Encontramos ejemplares descorchados como el de la foto.
Y una constante de todo el recorrido: las setas.
la senda desemboca en este collado. Aquí volvemos a dejar el PR y nos vamos a la derecha, por una senda que va a tener, en algunos tramos, un fuerte desnivel de bajada en los que habremos de tener cuidado de no resbalar. El sendero transcurre por un barranco. Por ello, la frondosidad de la senda nos satisfará cien por cien.
Antes de tomar la senda, no entretenemos unos instantes en el collado disfrutando de las excepcionales vistas de la sierra de Espadán, y en concreto del pico que le da el nombre.
Como decía, la frondosidad del barranco nos envuelve.
Como decía, la frondosidad del barranco nos envuelve.
Bonitas sendas para caminar.
Y seguimos encontrando espectaculares ejemplares de carrascas.
La senda del Sas desemboca en la pista que tomamos por la mañana. Giraremos a la izquierda y en algo menos de dos kilómetros llegaremos de nuevo al punto de inicio.
Últimos metros de la ruta.
Y junto a este campo de algarrobos, damos por finalizada la ruta.
Resumiendo, bonita y espectacular ruta que sube al Carrascal caminando casi siempre entre alcornoques centenarios y exuberante vegetación de bosque mediterráneo, disfrutando de uno de los entornos más mágicos de la sierra de Espadán.
La ruta en el mapa.
La ruta en wikiloc.
Película.
Hola Emilio:
ResponderEliminarExquisita crónica --como ya es habitual en tí-- de una bonita ruta por la sierra de Espadán, en Azuébar, donde existe una gran variedad de especies vegetales, como el alcornoque y la carrasca (de ahí "El Carrascal de Azuébar"); con gran asistencia de compañeros senderistas, con los que departimos todo tipo de temas.
Ahora, a esperar la siguiente para volver a disfrutar de las montañas de nuestra comunidad, que son innumerables.
Nos vemos el sábado.
Un abrazo.
Ricardo Vivó
¡Hola Ricardo! Un excelente día de senderismo (como todos) donde disfrutamos de la naturaleza y de muy buen ambiente. Además, la sierra de Espadán siempre nos sorprende.
EliminarUn abrazo.
Esta es una ruta preciosa, la he hecho unas cuantas veces, y creo que haciendo el mismo recorrido que explicas tan bien esta entrada, aunque yo siempre lo he hecho a la inversa que vosotros, dejo lo mejor, en mi opinión, el excelso alcornocal de la Mosquera, para el final jeje, además el Carrascal es un monte con porte, con presencia, de los que apetece subir siempre.
ResponderEliminarTe echo una mano con las setas, al menos con las que conozco, las que llevan los chicos en la cesta son macrolepiotas proceras, "apagallums" en valenciano, que son las mismas que sostiene Paco a modo de maracas, solo que estas aún no han abierto el sombrero del todo, luego la redondita es un "pet de llop", comestible pero bastante insípida, y la de la foto antes del collado previo al Carrascal es un champiñón, tiene pinta de ser de los buenos, la mejor manera de saberlo es tocándolos, si se pone amarillo de inmediato no es comestible, si no se altera el color, mucho mejor que los que venden en el super jeje.
Y por último, ya empezamos con la monserga de los cazadores, estos, aunque decidieron ellos en que sentido teníais que hacer la ruta, al menos no os salieron con lo de "no podéis pasar", como me pasó a mi una vez, no muy lejos de la Mosquera.
Un abrazo.
¡Hola Dani! Pues la idea era hacer la ruta como comentas que la has hecho tú, pero como dije en la entrada, los cazadores nos recomendaron hacerla al revés. Disfrutamos igual. A la próxima, la haremos en sentido contrario. En cuanto a las setas, gracias por aportar tus conocimientos. Vimos muchas variedades de ellas, pero yo no soy aficionado. Y en cuanto al Carrascal, comparto tu opinión: apetece volver a subirlo otra vez. A ver si la próxima tenemos mejor día y disfrutamos de las vistas.
EliminarUn abrazo.
Estupenda ruta Emilio y mas con la entretenida compañía de las setas. Como bien dice Dani las Maracas de Paco son las misma setas que llevaban en la cesta los Micólogos que visteis en la Mosquera, pero aún sin desplegar el sombrero. Aunque eso si dudo de que la otra seta fuera un Champiñón y bueno por aportar yo también algo la seta que mas me a llamado la atención es la roja que estaba junto al Rusco. Podría ser la Amanita Caesarea o como le llaman por aquí "Ou de Rei" la Amanita de los Cesares, posiblemente la mejor seta que tengamos por aquí.
ResponderEliminarAún así con setas o sin ellas la ruta es una maravilla, igual que como nos la has contado.
Un abrazo
¡Hola José Ramón! Gracias también por tu aportación sobre las setas de las que soy un ignorante total. De cualquier manera, y como comentas, la ruta tiene grandes valores que la hacen una excelente ruta con y sin setas.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio
ResponderEliminarBien, bien....En Espadán nunca fallas y esta ruta es una de las chulas de verdad. Me gusta!!!
Vaya pedazo de setas, una pena no conocerlas porque cuando vamos por ahí y vemos algunas podríamos asegurarnos un pequeño festival en casa jajaja.
Un abrazo
Jose
TROTASENDES BENICALAP
¡Hola Jose! Desde luego, la expresión que tanto usamos y que se ha convertido en un tópico "Espadán nunca defrauda", es cierta. Vayas a la ruta que vayas por ella, siempre se trata de una excelente ruta. Espadán nunca cansa. Y en cuanto a las setas, pues eso, nuestros desconocimiento e ignorancia hace que no las podamos disfrutar del "todo".
EliminarUn abrazo.
El Carrascal!! otro clásico de la sierra. Vaya alcornoques y si, llegar a la cima, es cuestión de un poquitín de paciencia entre tanta joven carrasca, jeje. Y vaya recopilación de setas, pero claro si no las conocemos...
ResponderEliminarYo subí en una ocasión desde Almedijar y prolongando luego desde Mosquera con el Cerro Gordo y bajando por la Rambla de Almedijar, otra excelente ruta.
P.D. Por lo visto tu rodilla mejor, me alegro, saludos!!
¡Hola Javi! Espectaculares e impresionantes alcornoques en toda la ruta. Una maravilla. En cuanto a la ruta que propones, no está nada mal. La tendré en cuenta para el futuro. Mi rodilla, mejorando. Gracias.
EliminarUn abrazo.