“La gran lección del arte de la novela es la
diversidad: también es su sustancia.” (“El verano de Cervantes”, Antonio Muñoz
Molina). De la misma manera, la gran lección y la sustancia del senderismo también es la diversidad. No todas las rutas son iguales. Unas son más largas que otras, unas tienen mayor dificultad que otras, unas tienen más encanto que otras... En esa diversidad se encuentra la esencia del senderismo que nos hace entender que hemos de disfrutar unas y otras precisamente en lo que las diferencia.
Nuestra idea era realizar el PR-CV 462 (con forma de raqueta) porque era, en principio, una ruta sencilla que se adaptaba a nuestro interés de esta semana (ruta corta, sencilla y con posibilidad de almuerzo en el pueblo). Pero el hombre propone y Dios dispone. Llegamos a Siete Aguas y nos plantamos en el Parque de la Glorieta donde comienza el PR. Avanzamos unos metros y tras pasar la Cruz Pairal giramos hacia la izquierda buscando la fuente de la Rosa. Nos encontramos una valla que nos hizo presagiar que algo pasaba. Efectivamente, apenas pasamos la fuente, vimos que la senda que se supone que cruza la rambla del Papán y continúa por el otro lado del barranco había desaparecido a causa de la Dana y era imposible pasar por ahí, al menos nosotros lo vimos mal y no seguimos. Por ello, hubimos de pensar en una solución que fue buscar un punto de la ruta al otro lado del barranco que nos permitiera realizarla. Mirando el mapa pudimos comprobar que desplazándonos en coche ochocientos metros saliendo de Siete Aguas y una vez pasado el Puente Real, girando a la izquierda, junto a una gran explanada pasaba el PR y nos permitía realizar todo el recorrido salvo el tramo que cruza la rambla del Papán que lo une a Siete Aguas (la imaginaria empuñadura de la raqueta). Por ello, la ruta no se corresponde al PR-CV 462 en su totalidad debido al deterioro del sendero en el tramo inicial que nos ha impedido realizarlo al completo. Se trata de una ruta sencilla, sin pretensiones, toda ella por pista de tierra incluso puede considerarse monótona; pero, como todo en esta vida, depende de las pretensiones y necesidades que uno tenga, y como dije en la presentación, en la diversidad se encuentra la esencia del senderismo.
Sin haber amanecido aún y a 3º de temperatura nos presentamos en Siete Aguas con la idea de realizar hoy una sencilla ruta.
“Estaba el pueblo en un sosegado silencio,
porque todos sus vecinos dormían y reposaban a pierna tendida, como suele
decirse…” ("Don Quijote de la Mancha", Miguel de Cervantes)
Nos plantamos delante del panel que describe e ilustra el PR-CV 462 que veníamos a realizar.
Comenzamos a caminar a medias luces porque el sol, remolón y con frío, se resistía a asomarse en el cielo.
Vemos las primeras paletas de la ruta que nos mandan hacia la izquierda dirección al corral de Arravacas. Hacia allá vamos.
Nos encontramos esta valla que nos hace pensar que algo no va bien. Pero pasamos y seguimos.
A escasos metros nos encontramos con la fuente de la Rosa. Hay mucha humedad en el ambiente y en el suelo.
Apenas unos metros después nos encontramos con el muro de un chalet derribado y la senda en pésimo estado. Se supone que bajando por ella cruzaríamos a la otra parte de la rambla del Papán para seguir la ruta, pero vimos que la Dana se llevó el sendero y era muy difícil pasar por allí. Como dije al principio "el hombre propone y Dios dispone". Ante la imposibilidad de seguir el PR por aquí, tuvimos que buscar un plan B. Miramos la posibilidad de encontrar un punto del sendero que permitiera seguir la ruta y que estuviera a la otra parte del barranco. Miramos el mapa y pudimos comprobar que desplazándonos en coche ochocientos metros saliendo de Siete Aguas y una vez pasado el Puente Real, girando a la izquierda, junto a una gran explanada pasaba el PR y nos permitía realizar todo el recorrido circular salvo el tramo que cruza la rambla del Papán que lo une a Siete Aguas
Justo junto a esta explanada pasa el PR y desde aquí podíamos realizar el recorrido circular completo salvo el tramo que cruza la rambla del Papán. Habíamos solucionado el problema.
Desde nuestro punto de inicio era visible Siete Aguas y la cima del Tejo (1250 msnm), que visitamos en diciembre de 2019.
Bonita vista desde el inicio de nuestra ruta de Siete Aguas.
"Despertaba
el día,
y,
a su albor primero,
con
sus mil ruidos,
despertaba
el pueblo."
Gustavo Adolfo Bécquer
Iniciamos la ruta que haremos en sentido contrario a las agujas del reloj. Caminamos por un camino entre jóvenes olivos como los de la foto.
"Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento."
Miguel Hernández
O viñedos como el que vemos aquí.
"Ahora vamos de nuevo a cantar alma mía;
a cantar sin palabras.
Desnúdate de imágenes y poda extensamente
tus viñas de hojarasca."
Luis Palés Mato
¿Acaso lloran los olivos? Mirad las lágrimas que derraman sus ramas.
"Andando, andando.
¡Que quiero ver el fiel llanto
del camino que voy dejando!"
Juan Ramón Jiménez
Cruzamos un camino asfaltado y seguimos por uno de tierra.
Nos hemos alejado ya un buen tramo de Siete Aguas.
Junto al camino encontramos un gallinero y como en cualquier gallinero que se precie, encontramos el gallo dueño de él.
"El gallo canta... Y la mañana impía
despierta con su luz a los humanos,
haciéndoles trocar delirios vanos
por el forzoso afán de un nuevo día."
Pedro Antonio de Alarcón
El sol ya da muestras de su luminosidad y agradecemos que caldee el ambiente que sigue siendo muy frío.
Vemos que el camino nos lleva hasta la base del viaducto del AVE.
En su base encontramos otro poste direccional que nos marca el camino a seguir.
El camino gira a la izquierda y empieza a subir paralelamente a la vía del AVE. Esta subida será constante con algún tramo algo pesado, por el desnivel, hasta el corral de Arravacas.
A pesar de la velocidad, pudimos captar el paso de un Ave dirección Madrid.
“Decía (mi padre) que los árboles deben estar en
el campo, que ponerlos en las calles era matarlos.” (Elio en “Con el amor
bastaba” de Máximo Huerta)
A escasos metros del camino vimos a nuestra izquierda un vértice geodésico que no está señalizado en el PR y que no he logrado identificar el la web del IGN.
Pero nosotros nos acercamos y nos hicimos la correspondiente foto de ruta que no nos habíamos hecho en el inicio como solemos hacer habitualmente.
Tras la foto de rigor, volvemos al camino y seguimos subiendo disfrutando de las vistas que nos ofrece la altura que vamos alcanzando. Acercamos con zoom el Tejo, al que subimos por el camino en zigzag que tan bien se ve en la foto.
Seguimos subiendo sin descanso, aunque el ancho camino nos permite hacerlo con comodidad.
"Voy camino de la tarde
entre flores de la huerta,
dejando sobre el camino
el agua de mi tristeza."
Federico García Lorca
Los pinos han hecho acto de presencia hace un rato y adornan un poco el monótono camino que llevábamos.
Acometemos el último tramo de la subida por un camino desnudo de pinos, pero cubierto con monte bajo.
La ventaja de no tener pinos en los laterales es que nos permite tener un amplio panorama frente a nosotros.
Hacia el noroeste tenemos esta perspectiva de la Sierra del Burgal.
Llegamos a este cruce con una paleta direccional. Hacia la izquierda nos devuelve a Siete Aguas. Y nos marca que estamos a escasos metros del Corral de Arravacas, al que nos vamos a acercar.
Estas son las ruinas del corral de Arravacas, ejemplo de construcción tradicional de un pasado muy cercano pero del que ya no nos acordamos y que nunca volverá. El corral es el punto que marca la vuelta a Siete Aguas.
De nuevo en el cruce que acabábamos de ver, ahora sí seguimos hacia la derecha dirección Siete Aguas.
Lo que a la ida fue subida se ha tornado ahora en bajada, también con pendiente, pero llevadera por lo cómodo que es caminar por ancha pista.
¿Quién quedaría indiferente al contemplar estas bellas y coloridas "Aster sedifolius", comúnmente conocidas como manzanilla de pastor? Nosotros, evidentemente no. Vale la pena detenerse unos instantes para disfrutar de la belleza y perfección de la naturaleza.
"En el monte encontramos uva crespa
y una flor y otra flor;
cada flor con tu aroma y cada uva
con tu mismo sabor."
José Pedroni
La pista por la que descendemos transcurre paralela al barranco del Masegar que vemos en la foto.
Grandes y coloridas matas de aliagas con esas vistosas florecillas amarillas que disimulan, por bellas, lo doloroso de sus espinas.
En otro tramo del camino, el barranco del Masegar queda a nuestra izquierda y nos permite comprobar los estragos que hizo la DANA.
Junto al camino vemos otro corral. Éste ha corrido mejor suerte que el de Arravacas y está mejor conservado, intuimos que incluso aún tenga alguna utilidad.
Cruza por el camino una babosa. No solemos ver muchas en nuestras rutas y si las comparamos con las que hemos podido ver en zonas más húmedas y septentrionales, ésta parece de juguete.
Mirad ésta en la cercanías de Potes (Cantabria). Hay diferencia. ¿verdad?
Ya estamos cerca de Siete Aguas. Al fondo, de nuevo, el Tejo.
Llegamos a este punto. En el fondo vemos una paleta. Justo aquí el PR seguiría de frente junto a la paleta direccional y cruzaría la rambla del Papán para acceder por la fuente de la Rosa a Siete Aguas. Justo es este tramo el que la DANA dejó inservible y no se ha recuperado, por lo que seguiremos por la izquierda para llegar hasta el punto donde comenzamos la parte circular de este PR.
Bajando por aquí cruzaríamos al otro lado de la rambla del Papán y accederíamos a Siete Aguas. Este pasó desapareció por la DANA.
Desde el cruce que acabo de describir, apenas quedan quinientos metros para volver al punto donde iniciamos la ruta.
Llegamos finalmente al punto de inicio de la ruta. Esto nos ha permitido realizar la parte circular del PR que como comenté al principio tiene forma de "raqueta". Únicamente nos hemos dejado el "mango" por la imposibilidad de realizar ese tramo. Pero hemos logrado el objetivo que nos marcamos en esta ocasión: ruta corta, sencilla y con posibilidad de almuerzo.
Y como podéis comprobar, tuvimos tiempo de almorzar y muy bien además.
Como comenté también al principio en la diversidad está la esencia y la sustancia del senderismo. No todo van a ser rutas largas, complicadas, extenuantes...hemos de tener la ocasión de realizar otras más sencillas y discretas como ha sido el caso de ésta.
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