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martes, 4 de febrero de 2025

ARTANA: DESDE SANTA CRISTINA A PEÑAS BLANCAS (1/2/2025)

 

“La piedra es un órgano más de mi cuerpo, como lo son los bigotes en el gato. A través de la piedra yo percibo el mundo.” (Mateo Hernández en “Mil ojos esconde la noche” de Juan Manuel de Prada). Para nosotros la montaña es como un órgano más de nuestro cuerpo, algo inherente y necesario a nosotros, como lo son los bigotes al gato. A través de ella intentamos percibir el mundo.

En esta ocasión hemos realizado una ruta basada en una de las diez que aparecen en un folleto denominado "Guía de senderismo Artana" que podemos ver en la página del Ayuntamiento de Artana. Se trata de la que aparece con el nombre de "Gamellons-Peñas Altas". En nuestro caso la hemos realizado empezando en la ermita de Santa Cristina en vez de en Artana. Se trata de una ruta exigente por la subida desde prácticamente el inicio hasta alcanzar el GR-36 (km 2.4) y por la bajada desde Peñas Altas (km. 2,5), sobre todo un centenar de metros justo después de empezar a bajar desde este excepcional mirador sobre Artana por lo empinado y descarnado de la senda y en el que habremos de poner nuestros cinco sentidos para no resbalar y caer. Después la senda de bajada se suaviza, aunque no deberemos bajar la guardia. También en el tramo inicial seguiremos un tramo de la ruta denominada como "Castellets". Prácticamente toda la ruta transcurre por el mágico bosque que tapiza la Sierra de Espadán entre alcornoques y pinos.


Comenzamos nuestra ruta desde la ermita de Santa Cristina a una muy temprana hora de la mañana con muy poca luz.

Antes de iniciar la ruta, buscamos una zona que tuviera algo más de luz. La encontramos aquí y nos la hacemos.


Iniciamos la ruta bordeando por la izquierda la ermita y salimos a un camino entre campos de olivos. Andaremos por aquí unos trescientos metros.


Antes de dejar el camino, pasamos por la casa de Rosso, en ruinas.


En este cruce, dejamos el camino y seguimos por la izquierda para buscar el barranco de Eslida.


Llegamos al cauce, que es un cúmulo de cantos rodados que hemos de cruzar.


Dejamos el cauce y buscamos cómo llegar a un tubo que pasa por debajo de la carretera y que tenemos que cruzar. (foto de Emilio Romero)


Aquí tenéis el tubo por el que cruzamos al otro lado de la CV-223.


En la otra parte nos encontramos con el barranco Baldriana, también un cúmulo de piedras que hemos de ir sorteando.
 

Tras unos metros de terreno muy enmarañado llegamos junto a la valla de la embotelladora de La Orotana.


Instalaciones de la embotelladora.


Al terminar la valla enfilamos un sendero en fuerte subida durante algo más de un kilómetro y medio  hasta enlazar con el GR-36. (foto de Emilio Romero)


La exuberancia del barranco es evidente. Los helechos son un claro ejemplo de ello.


El musgo también evidencia que la humedad es evidente.

"Para el pájaro el aire, para el musgo la roca,
los mares para el alga, mayo para la rosas,
que todo ser o planta va buscando
su natural atmósfera,
y sucumbe bien pronto si es que a ella
oculta mano sin piedad la roba."

                     Rosalía de Castro


El sendero es incómodo por la cantidad de piedras que tiene. (foto de Emilio Romero)


Como es común en Espadán, los protagonistas de sus bosques son los alcornoques, algunos de gran porte como el de la foto. Eso nos hará disfrutar mucho del entorno y de la ruta.


En pocos metros hemos adquirido una buena altura, lo que da idea del desnivel de este primer tramo.


Hacía tiempo que no veíamos una flor de jara negra. Nos alegró mucho encontrar ésta solitaria entre tanto pino y alcornoque.

"Entre las hierbas alguna humilde flor ha nacido,
azul o blanca. ¡Belleza del campo apenas florido,
y mística primavera!"

                                   Antonio Machado


El entorno que nos rodea es excepcional. Los alcornoques y el rodeno forman un conjunto de una belleza incomparable.


La subida es constante con algún tramo con mayor pendiente que pone a prueba nuestra forma física.


Seguimos subiendo y no nos sorprende tener la primera visión del "gegant" Peñagolosa. En primer plano la loma de Peña Saganta.


El esfuerzo de la subida nos obliga a concentrarnos para llevar mejor la ascensión. En instantes así, fluyen ideas, sensaciones, pensamientos, recuerdos, canciones...

"Si te pierdes en la vida
sigue a tus sueños y verás
que ellos saben el camino.
Ellos saben llegar."

(Mago de Oz, "Alicia en el Metalverso")


A mayor altura, mejor visión del Peñagolosa y la Peña Saganta.


El sendero es durillo, al menos para nuestra edad, pero no tiene desperdicio.


Disfrutamos como enanos, que eso parecemos al lado de algunos ejemplares de alcornoques.


Hay tramos verdaderamente duros por su verticalidad y la descomposición del suelo.


Encontramos rincones verdaderamente originales.


Y seguimos disfrutando a cada paso de grandes ejemplares de alcornoques. (foto de Emilio Romero)


Llegamos a este pequeño llano en el que nos detenemos unos instantes a descansar tras una subida tan contínua.


También nos sentimos enanos ante la grandeza y la magia de estos bosques.


Mirad de nuevo el horizonte que podemos contemplar entre las copas de alcornoques y pinos.


Siempre encontramos algún imprudente. En medio de tanto árbol y tanta pinocha, es muy peligroso fumar aquí y tirar la colilla al suelo.


Tras la fuerte subida, aproximadamente en el kilómetro dos y medio, enlazamos con el GR-36, por el que seguiremos  cresteando durante dos kilómetros.


Este tramo ofrece excelentes perspectivas a ambas vertientes norte y sur.
En esta foto vemos las perspectivas en la vertiente norte.


El tramo de GR-36 sube y baja lomas como la de la foto. Pero evidentemente el recorrido es mucho más suave que la subidita que nos hemos hecho.


En la vertiente sur podemos contemplar, por ejemplo, las antenas del Peñalba de Vall de Uxó.
(foto de Emilio Romero)


Hacia el este también podemos ver el mar.


En la vertiente norte también atisbamos el Bartolo y las Agujas de Santa Águeda. Debajo podemos ver la población de Betxí.


Podemos ver de seguido la población de Artana, alterada únicamente dependiendo de la frondosidad de los árboles.


El cresteo nos lleva en un contínuo sube y baja de las lomas de este bonito tramo. (foto de Emilio Romero)

Otra flor de jara, esta vez de jara blanca nos detiene unos instantes para contemplar su belleza sencilla sin artificios. Nos gusta la textura de papel pinocho de sus pétalos.

"Como el bosque tiene
tanta flor oculta,
parece olorosa
la luz de la luna."

Jaime Torres Bodet


No dejamos la imagen de Artana que protagoniza todo este tramo de GR.


Se ha hecho hora de almorzar y hemos de buscar el bar adecuado y mira por donde, vemos este recinto, tal vez pequeño corral, junto al sendero que nos viene muy bien para nuestros propósitos.


Pues ya ubicados, aquí tenéis nuestra sencilla mesa.


Antes de dar buena cuenta a las viandas, Emilio Romero inmortalizó el momento.


Tras el almuerzo, continuamos nuestro camino. La belleza del sendero sigue intacta.


Nuevamente vemos, entre las copas de los pinos, los Órganos de Benitandús.


También disfrutamos de esta panorámica de la Plana Baja. Visto desde aquí entendemos perfectamente de dónde le viene el nombre a la comarca.


¡Qué pesada, otra vez Artana!


Seguimos nuestro caminar disfrutando por este tramo de GR-36, cuya travesía hemos realizado en tres ocasiones.

Desde el sendero vemos una gran balsa de riego en la urbanización Font de la Figuera por la que pasaremos más tarde.


Y nuevamente una florecilla solitaria, indefensa pero bella, es motivo de nuestra atención.
Preciosa la delicada flor de la scabiosa.

"La violeta enamorada,
la retama encaramada,
la madreselva mezclada,
la flor de lino celosa.
¿Cuál es la más hermosa?

          Tirso de Molina


Impresionante también las vistas sobre el corazón de la Sierra de Espadán representada en las cimas que he señalado en la imagen.


Tras dos kilómetros discurriendo por el GR lo dejaremos en este punto para seguir por la senda de Peñas Blancas.


Este tabla indica por donde nos vamos a desplazar.


El sendero empieza a bajar sin excesivo desnivel.


A unos seiscientos metros de haber iniciado la senda, llegamos a la plataforma de las Peñas Altas. (foto de Emilio Romero)


Selfie de Emilio Romero en las Peñas Blancas.


Estas son las preciosas vistas que se disfrutan desde Peñas Blancas.

Tras disfrutar de las vistas tenemos que seguir bajando. Ahora viene el tramo más peliagudo de la ruta. No es muy largo, pero es intenso.

La continuación de la bajada desde las Peñas Blancas durante un centenar de metros es un poco compleja porque la senda tiene mucha inclinación y el terreno está muy descompuesto y muy resbaladizo y se convierte en peligroso, por lo que extremaremos las precauciones.


Si es preciso, tendremos que ayudarnos con apoyo de las manos que nos harán bajar con mayor seguridad (foto de Emilio Romero)


Después de este tramo el sendero se suaviza algo y nos permite bajar con más tranquilidad. (foto de Emilio Romero)


Vemos cómo la naturaleza nos enseña que muchos pueden vivir a costa de otro sin esfuerzo. Estos hongos yesqueros son buena muestra de ello, se aprovechan del alcornoque aferrados a su corteza de corcho. Supongo que habréis reconocido el símil al que me refiero.


Seguimos bajando entre alcornoques y pinos pero ya más relajados.


A veces encontramos efectos visuales curiosos como el que veis en la foto con este tronco caído que nos recuerda un jabalí.


El sendero desemboca en una pista que seguiremos por la izquierda unos quinientos metros.


Caminar por la pista después de la bajada que hemos hecho nos da la sensación de circular por una autopista.


Pero todo lo bueno se acaba y tenemos que volver a dejar la comodidad de la pista para volver a coger un sendero que va por la derecha.


Volvemos a bajar por un sendero donde volvemos viendo esta marca azul que hemos visto durante gran parte de la ruta.

Pasamos junto a un depósito de agua que nos dio la impresión de estar en desuso.


Nuevamente encontramos otro momento de reflexión de los varios que encontramos a lo largo de las rutas.

"¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!"

                                 Fray Luis de León


Pasamos por una zona de jóvenes alcornoques que parecen que hayan sido plantados recientemente.


El sendero desemboca definitivamente en una pista que ya no representa ninguna dificultad hasta llegar a la ermita nuevamente.


Este bonito paseo nos acerca a...
(foto de Emilio Romero)

...la urbanización de la Font de la Figuera.


Frente a la urbanización esta gran balsa de agua, que denota la importancia del agua en la zona.


El camino sale a la carretera CV-223 que cruzamos por aquí.


Apenas hemos cruzado la carretera seguimos por la izquierda el antiguo camino de Artana a Eslida. (foto de Emilio Romero)


En este camino son protagonistas los campos de olivos, que producen el preciado aceite de la Sierra de Espadán.

"Sobre el olivar,
se vio la lechuza
volar y volar.
Campo, campo, campo.
Entre los olivos,
los cortijos blancos."

     Antonio Machado


En las orillas del camino abundan las matas de diente de león y nos detenemos a fotografiar esta bella flor de una de esas matas. Su amarillo "CHILLÓN" la hace muy vistosa y atractiva.

"Flor de un día es lo más grande
al pie de lo más pequeño.
Flor de la luz el relámpago,
y flor del instante el tiempo."

            Miguel Hernández


En la cercanía de la ermita encontramos un azud que recoge aguas del barranco de Eslida.


El azud forma un pequeño estanque que embellece el paraje.



Y por fin llegamos de nuevo a la zona de aparcamiento de la ermita, donde damos por finalizada la ruta.

Pincha en el enlace para ver la fotos de la ruta.

Debemos disfrutar de la montaña siempre de la manera más segura posible para evitar riesgos y accidentes. Para ello es importante que leas estos consejos sobre "Seguridad en la práctica de senderismo y emergencias en montaña".

La ruta en el mapa


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