“Qué pena morir, cuando me queda tanto por leer”
(Marcelino Menéndez Pelayo). La misma pena nos dará marcharnos de aquí sabiendo
que nos queda tanta montaña y caminos por recorrer todavía.
Un ejemplo de lo mucho que aún nos queda por ver es la ruta de hoy. Nunca habíamos venido hasta L'Alcora (comarca de L'Alcalatén) para hacer alguna ruta y nos vamos siendo aún más conscientes de las que nos quedan aún por hacer aquí y en otros lugares. Lástima que nos tengamos que marchar algún día.
En nuestra ruta de hoy visitaremos dos ermitas (Sant Vicent y El Salvador), varios molinos (Matraca, del Conde Aranda y Palomet), tres fuentes (Font Nova, Sant Vicent y Fonteta) y el castillo de L'Alcalatén.
Llegamos a una pronta hora, como debe hacerse en verano, a L'Alcora y aparcamos en esta arboleda que lleva a la piscina municipal de la localidad.
Como siempre hacemos, lo primero antes de comenzar la marcha, una foto de inicio.
De izq. a der. Emilio Romero, un servidor y Rafa Lafuente.
Bajamos unas escaleras que nos dejan en el Paseo de la Font Nova y seguimos por la izquierda.
(foto de Emilio Romero)
Llegamos a la Font Nova, con buena cantidad de agua surgiendo de sus caños.
"¡Ay del que llega
sediento
a ver el agua correr
y dice: La sed que siento
no me la calma el beber!"
Antonio Machado
Junto a la fuente, un bonito lavadero, muy cuidado y arreglado.
A escasos metros encontramos este poste direccional que nos informa que vamos a caminar por un tramo del SL-CV 90, aunque lo dejaremos en el kilómetro 1,7. Caminamos hacia la ermita de Sant Vicent.
De las verjas de las casas colgaban las campanillas que, con un ligero tintineo promovido por la brisa, nos saludaban a nuestro paso.
" Ya te enredas del alma en una queja,
ya en la azul campanilla de una reja,
ya de un mantón en el airoso fleco."
Salvador Rueda
Pasamos por el primero de los molinos que encontraremos en nuestra ruta. Se trata del molino de Matraca, muy restaurado y con un bonito reloj de sol en su fachada (estaba parado a nuestro paso por aquí).
Nueva encrucijada que dirige nuestros pasos. En las palas podemos comprobar que también vamos a coincidir con el PR-CV 120 y el PR-CV 357 (este PR presenta un control negativo de calidad según la FEMECV).
Nos adentramos por una senda que transita por un tupido bosque.
(foto de Emilio Romero)
Inevitable caminando por el bosque encontrarse detalles como el de la foto, un chinche encaramado en un cardo corredor.
También nos maravillamos de la perfecta redondez de las flores de este cardo erizo.
La señal en el pino evidencia que caminamos por SL y PR que comparten recorrido.
(foto de Emilio Romero)
Pasamos por la fuente de Sant Vicent, sin gota de agua.
"Ya no mana la fuente, se agotó el manantial;
Ya el viajero allí nunca va su sed a apagar."
Rosalía de Castro
Nada más pasar la fuente unos rústicos escalones nos dejan en un área recreativa.
Ésta es el área recreativa que rodea la ermita de Sant Vicent.
Esta ardilla correteaba por la pinada subiendo y bajando por los pinos.
"La ardilla corre.
La ardilla vuela.
La ardilla salta
como locuela.
”Mamá, la ardilla
¿no va a la escuela?"
Amado Nervo
Llegamos a la ermita de Sant Vicent, en perfecto estado de conservación como puede verse.
En la porchada que se encuentra frente al ermitorio, la pared está ilustrada con plantas aromáticas de la zona.
Apenas sobrepasada la ermita, encontramos este nutrido poste con paletas. Nosotros seguimos hacia la derecha, siguiendo el SL-CV 90 y dejando el PR-CV 120 que se va por la izquierda.
También nos entretenemos un momento leyendo la información sobre la ermita. Fue inaugurada en 1609. Como curiosidad leímos que para los alcorinos Sant Vicent es el patrón de los enamorados y no San Valentín.
Seguimos nuestro camino y una vez pasada la ermita un centenar de metros, podemos observar el ábside y la cúpula. (foto de Rafa Lafuente)
Seguimos por un ancho camino. En esta bifurcación nosotros seguimos de frente y aquí dejamos el SL-CV 90 que sigue hacia la izquierda. Desde aquí empezaremos una subida que tiene bastante desnivel.
Cogemos la subida con calma.
El tramo final se nos hace realmente duro.
(foto de Emilio Romero)
Lo que recompensa del esfuerzo que hemos de realizar son las vistas que nos proporciona la altura alcanzado. Aquí vemos parcialmente L'Alcora.
Suele pasar que cuando piensas que ha terminado la subida, te encuentras que aún te falta lo peor.
Vistas hacia la sierra de Espadán al fondo. Por delante vemos asomar dos cimas conocidas: el Turio, a la izquierda, y la Peña Saganta a la derecha.
Aunque difuminado por la distancia y la neblina, es inconfundible el pico Espadán.
Siempre pegada a mí, silenciosa, fiel...mi sombra, aunque más evidente en unas ocasiones y menos en otras, nunca me abandona.
"la sombra de mi alma
huye por un ocaso de alfabetos,
niebla de libros
y palabras.
¡La sombra de mi alma!"
García Lorca
Alcanzamos el punto más alto de la ruta que nos ofrece esta bonita imagen hacia el norte, aunque no lo nítida que nos gustaría, de Figueroles con el Penyagolosa al fondo.
En la otra vertiente podemos ver, acercando con el zoom, la ermita de Sant Vicent de la que venimos.
Sirva este pino de gran porte como hito junto al que encontraremos el sendero que hemos de coger en bajada y que nos llevará hasta el embalse de L'Alcora. (foto de Emilio Romero)
Aunque el pino es un buen referente, junto a él un hito de piedra nos marca también el sendero que hemos de tomar. Fijaos en la piedra que lo corona. Tiene pintada una graciosa cara.
Iniciamos aquí un vertiginoso sendero de bajada.
La concentración durante la bajada nos concentra además en nuestros pensamientos.
"Cada arruga de mi piel
es el mapa de lo que viví.
Cada cana es un adiós,
un te quiero, un hola, un perdón.
Mi diario está en mi piel,
aquí puedes leer el guión
de la obra de mi existir,
de victorias, derrotas y amor,
despedidas y alguna canción."
"Epílogo", Mago de Öz
Encontramos algún tramo algo más técnico y en el que ponemos nuestros cinco sentidos para no resbalar y evitar una posible caída dada la pendiente y la piedra suelta que es traidora como los ojos verdes que decía la canción. (foto de Rafa Lafuente)
Aunque la senda tiene su dificultad, nos recompensan bonitos tramos que encontramos.
En un momento de la bajada tenemos ante nosotros la vista del dique del embalse. Vemos el embalse lleno.
A escasos metros del final del sendero encontramos esta construcción de piedra que nos podría servir de refugio, aunque su interior no estaba muy limpio.
El sendero desciende hasta el dique del embalse.
Nos acercamos para fotografiar sus aguas.
Aguas abajo del embalse.
A alguien se le ocurrió inmortalizarnos con este selfie.
Seguimos por un sendero que sale hacia nuestra derecha paralelo al cauce del río. Aquí vemos las paredes del dique de la presa.
El sendero es evidente y cómodo para caminar por él.
En algún punto la espesa vegetación nos hace agacharnos un poco para poder pasar.
(foto de Emilio Romero)
Pasamos por este otro molino, uno de los siete molinos harineros que tuvo al parecer L'Alcora. Este es el molino del Pantano o del Conde de Aranda.
En este panel encontramos la historia y el funcionamiento del molino.
Detrás del molino se encuentra la Roca del Molí, mole de roca adaptada para la escalada y como vía ferrata.
Por este lado del río transcurre una acequia entubada por la que caminamos algunos metros.
Llegamos a "La Fonteta" o "font del molí del Pantà", que tenía un grifo del que manaba un hilillo de agua.
Otro tramo de la acequia no está cubierto y caminamos en paralelo a ella.
Esto son las ruinas de otro molino, el de Palomet.
En esta bifurcación seguimos por la izquierda para bajar al cauce del río Lucena que habremos de cruzar.
“Cuando
tengas que elegir entre dos caminos, pregúntate cuál de ellos tiene corazón.
Quien elige el camino del corazón no se equivoca nunca.” (Popol Vuh)
Por suerte o por desgracia, según se mire, en este punto por donde vamos a cruzar, el río no tiene agua y cruzamos sin problemas. Supongo que no siempre será así.
En la otra orilla, entre las cañas que pueblan la ribera del río, una paleta direccional. Hemos de seguir por la derecha y enlazamos con el PR-CV 357. Este sendero presenta un control de calidad negativo en la FEMECV, por lo que su seguimiento puede no ser posible en su totalidad por ausencia de marcas o postes.
Apenas hemos cruzado el río, encontramos esta pared de piedra que nos va a servir de mostrador o mesa auxiliar para almorzar, que ya va siendo hora.
Aquí posamos antes de dar cuenta de las viandas.
(foto de Emilio Romero)
Tras almorzar, continuamos nuestro camino. Ahora nuestro próximo objetivo es el castillo de L'Alcalatén. Seguiremos por la derecha.
Junto al camino vemos este monumental algarrobo que daba muy buena sombra
Junto al algarrobo encontramos este poste informativo que señala un punto a visitar de alguna ruta local.
Éste en concreto nos informa de las propiedades y usos que ha tenido y tiene en la actualidad el fruto del algarrobo.
Alrededor del precioso algarrobo encontramos a un señor con dos ayudantes más jóvenes que estaban construyendo un barandal a modo de banco de madera de olmo para poder disfrutar de tan excelente y natural sombra.
Nuevo poste.
Y ya tenemos frente a nosotros la silueta del castillo hacia el que nos dirigimos encaramado en lo alto de una colina.
En la entrada de una casa solariega, encontramos estas matas de hortensias que llamaron nuestra atención, porque estamos acostumbrados a verlas en zonas más septentrionales.
En este cruce, teníamos la opción de seguir por la izquierda y llegaríamos al castillo por la parte norte, pero dando un rodeo muy grande y dada la hora y el calor que nacía, decidimos acortar el recorrido para terminar antes y seguimos por la derecha por el ancho camino que nos llevaría más directos al castillo.
El camino asciende con ligero desnivel que es fácil de llevar y nos permite esta visión de L'Alcora.
Después de la subida, estamos a punto de llegar a nuestros objetivos. Aquí vemos en primer término la ermita del Salvador y detrás los restos del castillo de L'Alcalatén.
(foto de Rafa Lafuente)
Llegamos a esta escalera de piedra que subimos de manera algo incómoda porque la medida de los escalones no igual en todos y hemos de adaptar nuestros pasos a las diferentes distancias.
Nos encontramos primero con la ermita del Salvador que vemos en muy buen estado. Varios paneles cerámicos en su porchada dejan constancia de las ayudas de diferentes asociaciones que has contribuido a mejoras y restauraciones del edificio. Al parecer se trata de uno de los primeros templos cristianos de Castellón.
Las vistas desde la ermita son bastante buenas, como puede verse aquí.
Un panel nos señala diferentes punto geográficos que se divisan desde aquí.
Foto en el porche de la ermita y de paso aprovechamos la sombra para refugiarnos del sol un momento. (foto de Rafa Lafuente)
Tras la visita a la ermita, que nos queda de paso que subimos al castillo, abordamos los últimos metros para conquistar esta fortaleza.
A los pies de la fortaleza que vamos a conquistar encontramos uno de los diferentes paneles informativos que vamos a encontrar en las distintas zonas del castillo.
El castillo está equipado con escaleras para facilitar su visita.
(foto de Emilio Romero)
Aquí estamos después de la incruenta conquista del castillo porque no hemos encontrado oposición alguna. Aquí estamos en la plaza de armas.
Aquí tenemos una vista general del castillo.
"Monstruo de piedra, elévase el castillo
rodeado de coposos limoneros,
que sombrean los húmedos senderos
donde crece aromático el tomillo."
Julián del Casal
Y estas son las vistas que tenían sus moradores desde aquí.
Otro de los paneles en el que podemos encontrar las distintas actuaciones que se han realizado en el castillo.
Tras la visita al castillo volvemos sobre nuestros pasos y descendemos de la colina donde se ubica el castillo.
Volvemos a pasar por la ermita, pero ahora ya no nos detenemos y seguimos.
A los pies de la ermita, en la explanada del castillo, encontramos este poste. Seguimos de frente por un camino que nos dejará en breve en L'Alcora.
De nuevo entre pinos. Agradecemos la sombra que nos ofrecen.
Salimos de la pinada y caminamos por un amplio camino que no nos protege del sol y el calor ya va apretando.
Junto al camino este peirón.
El camino sale a la carretera CV-190 por la que transcurriremos unos trescientos metros.
Transitando por la carretera con precaución.
Cruzamos un puente sobre el río Lucena.
Río Lucena a su paso por L'Alcora.
Salimos de la carretera en una rotonda y cogemos como a la mañana el Paseo de la Font Nova, que nos llevará hasta el punto de inicio.
Estamos de nuevo en la arboleda donde aparcamos por la mañana. Aquí ponemos punto y final a la ruta por L'Alcora, donde nunca habíamos estado y a donde seguro que volvemos porque hay más rutas que visitar por aquí.
Pero dado el calor que hemos pasado al final y la pérdida de agua y sales minerales, teníamos que hidratarnos con una cerveza fresca. (foto de Emilio Romero)
Como dije al principio, es una lástima que con lo que nos queda por explorar, tengamos que dejar este mundo. Haremos lo que esté en nuestras manos para minimizar el problema.
La ruta en el mapa.
La ruta en Wikiloc
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