“Del espíritu del lector depende la suerte de los libros.” (Terenciano Mauro). De la misma manera, según el espíritu con el que abordemos una ruta, hará de ella una ruta más o menos interesante.
Más que de una ruta debemos hablar de un paseo por la zona de les Valletes, dentro del término municipal de Alzira. Es un recorrido muy sencillo y apto para alguien que quiera iniciarse en el senderismo y que puede realizar cualquier persona incluso los niños. También los más acostumbrados a caminar por la montaña podemos realizar este paseo para estirar las piernas y pasar un rato entretenido sin ninguna exigencia física. Abordaremos esta sencilla ruta con un espíritu positivo.
Nuestro recorrido lo iniciamos en el camino de Les Valletes de Bru, camino que nace aproximadamente en el km 18 de la carretera CV-50, en las proximidades de Alzira.
Apenas iniciamos la marcha, encontramos una bifurcación. Tomaremos el camino de la izquierda. A la vuelta lo haremos por el de la derecha que ahora dejamos. (foto de Emilio Romero)
Se trata de un sencillo recorrido que rodea la zona boscosa y con urbanizaciones de les Valletes, a unos dos kilómetros de Alzira.
La tónica de un primer tramo de tres kilómetros será los campos de naranjos a nuestra izquierda y a nuestra derecha, una exuberante masa boscosa que iremos rodeando en nuestro recorrido y que son las primeras estribaciones de la Serra de les Agulles.
Otra característica de la ruta será la presencia de grandes fincas de naranjos durante casi todo el recorrido. En la foto la entrada a una de estas fincas.
Y en la imagen podéis observar la exuberancia del bosque.
"Mi ser fluye en tu música,
bosque dormido en el tiempo,
rendido a la nostalgia de los lagos del cielo."
Vicente Gerbasi
En algún tramo la vegetación parece querer envolvernos.
Pero volvemos enseguida a un amplio camino entre naranjos y el bosque de les Valletes. A nuestra izquierda la Sierra de la Murta.
Algún árbol de gran porte nos llama la atención.
"Sé bien que soy tronco
del árbol de lo eterno.
Sé bien que las estrellas
con mi sangre alimento.
Que son pájaros míos
todos los claros sueños…
Sé bien que cuando el hacha
de la muerte me tale,
se vendrá abajo el firmamento."
Juan Ramón Jiménez
Un impenetrable bosque flanquea el camino por la derecha.
Los almendros en flor ya anuncian la incipiente primavera y nos hacen disfrutar de su belleza.
"Almendro de la gracia sorprendida,
regalo de un invierno;
almendro que haces puente esta mañana
entre mi alma y lo eterno."
Antonio López Baeza
Otra finca grande de naranjos con su casa señorial en medio.
El abundante trébol nos ilusionó pensando en la posibilidad de encontrar uno de cuatro hojas que nos trajera suerte. No encontramos ninguno, ¡adiós suerte!
Pasamos junto a esta balsa de riego. Precede a la caseta del Melonero.
A pocos metros de la balsa, encontramos la Caseta del Melonero.
Las montañas de la Sierra de la Murta, más cerca.
A los tres kilómetros nos introducimos de lleno en el bosque. Es, sin duda, el tramo más bonito e interesante de este paseo.
Nos sumergiremos en la profundidad del bosque aproximadamente durante un kilómetro y medio.
En este tramo pasaremos el Pas del Llop. (foto de Emilio Romero)
Caminando por este tupido sendero tenemos la impresión de caminar por el interior de una selva.
“Es
que el bosque tiene ruidos extraños, modulaciones misteriosas que a veces
semejan llanto de niños, a veces risotadas de muchachas que anduvieran volando
entre el ramaje.” (Conde de Laín en “El abuelo”de Benito Pérez Galdós)
Aproximadamente en el kilómetro 3,5 llegamos al Pas del Llop.
(foto de Emilio Romero)
El verde dominante que predomina en el bosque se ve alterado por el colorido y la belleza de esta flor de Lantana. Una verdadera maravilla que impacta visualmente apenas la vislumbras.
¡Qué pura, Platero, y qué bella esta flor del
camino! Pasan a su lado todos los tropeles- los toros, las cabras, los potros,
los hombres-, y ella, tan tierna y tan débil, sigue enhiesta, malva y fina, en
su vallado solo, sin contaminarse de impureza alguna.
Juan Ramón Jiménez
Apenas pasamos el Pas del Llop, seguimos un camino que sale a la izquierda.
(foto de Emilio Romero)
Los tréboles alfombran el suelo con este precioso color verde que veis en la fotografía.
"Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña."
Federico García Lorca
No nos habíamod hecho hoy la foto de inicio. Nos la hemos hecho en medio del bosque porque nos ha parecido el mejor lugar para ello. En la foto, de izquierda a derecha Rafa Lafuente, Ana, servidor y Emilio Romero.
(foto de Emilio Romero)
Seguimos nuestro camino. Entre los pinos, seguimos viendo grandes plantaciones de naranjos.
Y en la lejanía, vemos las siluetas inconfundibles del Mondúver y el Peñalva.
Seguimos nuestro tránsito por el bosque. Ya recorremos los últimos metros.
En estos los últimos metros de cobertura vegetal nos llega nuestro momento de reflexión.
“Donde esté tu tesoro, allí estará también tu
corazón.” (El Alquimista, Claudio
Coelho)
Hemos dejado atrás el bosque y de nuevo, los campos de naranjos y los grandes chalets ocupan el paisaje por el que transitamos. (foto de Emilio Romero)
En alguna propiedad particular encontramos defensores caninos que nos avisan del peligro de intentar violarla. Alguno de ellos se lo toma de manera más tranquila.
A lo lejos, de nuevo, el macizo del Mondúver.
Y muchos ejemplos de grandes fincas de naranjos.
Un gran pino junto al camino nos hace detenernos a fotografiarlo.
"Al bosque me llevó mi fantasía,
y en su fondo erizado de retamas,
hallé un gigante pino, cuyas ramas
eclipsaban la luz del medio día."
Manuel del Palacio
Nos hizo gracia esta caseta para proteger este contador de luz.
Además de naranjos y caquis también vemos algunas palmeras.
En un punto de la carretera nos encontramos con esta puerta metálica. Por lo visto, da acceso a una urbanización y sólo acceden los propietarios. Nosotros lo sorteamos por la derecha para seguir nuestro camino. (foto de Emilio Romero)
El camino nos lleva hasta las proximidades del barranco del Estrecho. El barranco lo salva el puente que vemos en la foto y que vamos a cruzar a continuación.
Cruzamos el puente del Estrecho.
“Recuerda
que la vida es un puente y que nadie en su sano juicio construye nada sobre los
puentes.” (Fernando Sánchez Dragó, “El sendero de la mano izquierda”,
Cauce seco del barranco del Estrecho.
Tras salvar el puente hemos de cruzar la CV-50. Pondremos la máxima atención para cruzar porque tiene bastante tráfico.
Nada más cruzar nos incorporamos a la vía verde del Camino Natural del "Antiguo Trenet".
Este Camino Natural aprovecha la antigua vía de FEVE que iba desde Carcaixent a Dénia.
Caminaremos por esta vía verde durante un kilómetro aproximadamente.
En un casa de campo fotografiamos este bonito caballo.
"Andando.
Dejad atrás los caballos,
que yo quiero llegar tardando
(andando, andando)
dar mi alma a cada grano
de la tierra que voy rozando."
Juan Ramón Jiménez
No podíamos dejar de parar ante la belleza de esta rosa.
"La rosa no huele a rosa.
La tierra se va cansando
de la raíz a las hojas,
la tierra se va cansando."
La tierra se va cansando
de la raíz a las hojas,
la tierra se va cansando."
Rosa María Loynaz
Dejamos la vía verde en este punto y salimos de ella por la derecha.
Apenas hemos caminado cien metros después de salir de la vía verde hemos de cruzar con precaución la CV-570.
Cruzamos el barranco del Estrecho por un corto puente.
Y, a continuación, volvemos a cruzar la CV-50 con muchísimo cuidado y sin precipitarnos si no nos asegurado bien de que no viene ningún vehículo.
Nada más cruzamos la CV-50 cogemos un camino a la izquierda, paralelo a la carretera, que nos devolverá al punto de inicio.
A nuestra izquierda, los campos de naranjos fueron sustituidos por campos de caquis.
El camino bordea el bosque de les Valletes.
Poco antes del final, un nuevo chalet, como uno más de tantos que hemos visto en nuestro paseo.
Y ya avistamos el final de la ruta.
Pocos metros antes de finalizar vemos, encaramado en un cerro, el Santuario de Ntra. Sra. del Lluch, emblema de la ciudad de Alzira.
Y llegamos al punto de inicio, que también es nuestro punto final.
En esta ocasión la ruta no daba de sí para almorzar en el camino, por lo que decidimos ir a Alzira para hacerlo en un bar. La cantina de "El You" fue el lugar elegido para ello.
Y este fue nuestro sencillo almuerzo.
Y aquí dimos por terminada esta ruta que dentro de su sencillez y cortedad asumimos con un espíritu positivo lo que hizo que adquiriera un interés que, a priori, dadas sus características, no tendría.
Pincha en el enlace para ver las fotos de la ruta.
Debemos disfrutar de la montaña siempre de la manera más segura posible para evitar riesgos y accidentes. Para ello es importante que leas estos consejos sobre "Seguridad en la práctica de senderismo y emergencias en montaña".
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