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domingo, 29 de septiembre de 2024

CAMINO DE INVIERNO, 8ª ETAPA: VILARIÑO/VILASECO (18/9/2024)

“Hay quien desea ver en la peregrinación razones puramente culturales, artísticas y turísticas. Algunos sienten la peregrinación como un hecho deportivo y senderista. La realidad es que en el Camino de Santiago hubo y hay de todo. Por eso es una ruta de fe, iniciación, de arte, de deporte, de geografía física y humana, y sobre todo de experiencia personal en la soledad silenciosa del caminar..." (“Los Caminos de Santiago. Arte, cultura y leyendas” José Fernández Arenas)

El “Camino de Invierno” es el que utilizaban los peregrinos que se dirigían a Santiago por el Camino Francés y querían evitar el paso en invierno del camino nevado que pasaba por O Cebreiro. Este camino alternativo al esquivar esas nieves era ideal durante los meses invernales y seguía las riberas del Sil y del Miño. El Camino de invierno nace en Ponferrada (León) dejando el Camino Francés; entra en tierras gallegas por la comarca de Valdeorras, continúa por el sur de la provincia de Lugo y se une el Camino de la Plata en A Laxe, desde donde continúa hacia Santiago. Pasa pues por las cuatro provincias gallegas en este orden: Orense, Lugo, Pontevedra y La Coruña. Por ello se le denomina como el Camino más gallego de todos los caminos. Es un camino poco transitado y que pasa por pequeños pueblos y aldeas que a veces carecen de servicios. Por ello es conveniente planificar bien las diferentes etapas. Las etapas suelen estar planificadas en base a dos elementos fundamentales. Por una parte, una distancia asequible (unos 20 km de media más o menos). Por otro lado, un lugar donde poder pernoctar y que se adapte a esa distancia. 

El camino se encuentra muy bien señalizado. A partir de la entrada en Galicia los mojones indican la distancia a Santiago. En general hemos seguido el trazado oficial; pero en alguna etapa hemos realizado alguna variante bien para acortar distancia o desnivel o bien por ambas cosas. Pero han sido en mínimos casos. 

DATOS GLOBALES DEL CAMINO DE INVIERNO DESDE MONFORTE DE LEMOS

- 140 km en siete etapas.
- 2639 m de desnivel positivo.
- 2690 m de desnivel negativo.
- 27 h 31 min tiempo en movimiento.
- 38 h 15 min tiempo total.

DATOS GLOBALES TOTALES DEL CAMINO DE INVIERNO

- 267 km en trece etapas.
- 5269 m de desnivel positivo.
- 5527 m de desnivel negativo.
- 54 h 53 min tiempo en movimiento.
- 67 h 15 min tiempo total.

DATOS DE LA OCTAVA ETAPA

- 22,12 km.
- 570 m de desnivel positivo.
- 515 m de desnivel negativo.
- 3h. 42 min tiempo en movimiento.
- 11h. 14 min tiempo total.

La etapa pasa, entre otros núcleos, por: 

- Fión (1 km)
- O Cerdeiro (4 km)
- A Vendanova (4,7 km)
- Outeiro (6,1 km)
- Montecelo (6,7 km)
- Diomondi (7,3 km)
- A Portela (7,6 km)
- Belesar (9,5 km)
- A Ermida (10,8 km)
- Lincora (12,3 km)
- O Priorato (14,3 km)
- A Ponte (12,3 km)
- Chantada (15 km)
- Asma (16,8 km)
- Hotel Vilaseco (22 km)

Esta etapa tiene dos momentos de mayor dificultad. Son la bajada desde Diamondi hasta Belesar por los denominados "codos de Belesar" que transcurren por una antigua calzada romana y la posterior subida hasta San Pedro de Líncora con 2,5 km de fuerte subida que nos harán sacar lo mejor de nosotros mismos. La etapa pasa por diferentes aldeas y lugares sin ningún servicio. Sólo encontramos en poblaciones como Belesar y Chantada. La bajada desde Diomondi hasta Belesar es el tramo más bonito de la etapa. Transcurre por un mágico bosque de robles que hará las delicias del peregrino. En Belesar podemos entretenernos unas horas para realizar un bonito crucero en catamarán por aguas del Miño, que nos llevarán hasta la isla de Mayorga, donde gira para volver de nuevo hacia Belesar. Justo donde se coge el catamarán encontramos un bar donde podremos tomar algo. En nuestro caso decidimos realizar el crucero. Por ello, entre el tiempo de espera hasta el inicio del crucero y las dos horas que dura la navegación junto con el tiempo dedicado a la comida hace que el tiempo total de esta etapa se dispare hasta las 11 horas. En realidad, el tiempo total de no haber realizado el crucero sería de unas 7 horas más o menos. Sin duda, el tramo más duro de la etapa es el que va desde Belesar hasta Chantada por la fuerte subida. Hay que tomárselo con paciencia. La etapa finaliza en el Hotel Vilaseco, en pleno campo, a escasos setecientos metros de la población

La etapa se presentaba larga y dura por lo que madrugamos un poco y tras un buen desayuno, salimos en total oscuridad, necesitando los frontales y luces rojas de posición para ser visibles para posibles vehículos.

Salimos de Torre Vilariño buscando enlazar de nuevo con el camino oficial. En Fión, a un kilómetro escaso de Torre Vilariño encontramos de nuevo un mojón del Camino. Aquí enlazamos con la carretera LU-P-5807 que seguiremos hasta Montecelo. La oscuridad hace que las fotos no tengan la calidad que debieran, pero sirven bien para hacerse una idea de la salida totalmente de noche.

"Y el viento, el viento que me peina
como una mano maternal!
mi verdad: se pierde en la noche:
no tengo noche ni verdad!
tendido en medio del camino
deben pisarme para andar."

                          Pablo Neruda

Desde aquí ya sólo nos quedan 118,463 km a Santiago.


El tiempo y la distancia va pasando y como decía Borges "Ya no es de noche y no es aún de día."

"Entre el alba y la noche hay un abismo
de agonías, de luces, de cuidados;
el rostro que se mira en los gastados
espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
otro cielo no esperes, ni otro infierno."

                  Jorge Luis Borges


Poco a poco la luz se va apoderando del ambiente y nos permite mejor visión.
Casa de la aldea de Vilaravides junto a la carretera.


Una espléndida luna se dejó ver asomándose entre las nubes que cubrían parcialmente el cielo.

"De noche blanca corría,
blanca corría la luna
y yo corría tras ella.
De repente la perdía
de repente aparecía."

            Liber Falco

 
Poco a poco las luces del alba llenan la mañana y las tinieblas van desapareciendo.


Las vacas aún dormitan tranquilas. Alguna ha decidido ya levantarse.

"El rancho en la hondonada.
La vaca triste.
Y el alma mía que les canta.
La vaca triste. El rancho en la hondonada.
Desde este tren de ensueño,
nada..."

                           Liber Falco


El grupo camina en amigable conversación. aunque juntos, cada cual hace su camino particular y personal.


Entre los árboles que vamos viendo por le camino, destacan los manzanos. Vimos muchos. Aquí tenéis uno repleto de manzanas.

"¡Está la linda boca fresca,
la dulce manzana carnal,
y nuestra vida funambulesca
tan líricamente anormal!"

      Medado Ángel Silva

Y,¡cómo no!, seguimos viendo helechos por todas partes como ya vimos ayer.


Entramos en la parroquia de Diomondi


En muchos tramos pareciera que fuéramos por un túnel vegetal de robles.


La luz cada vez más evidente, nos permite disfrutar de la sencilla belleza de estos dondiegos (Mirabilis jalapa) que resaltan entre el predominante color verde del campo gallego.
A Rafael Alberti también le llamaban la atención los dondiegos a los que dedicó este poema en "Marinero en tierra".

"Dondiego no tiene don.
Don.
Don dondiego
de nieve y de fuego.
Don, din, don,
que no tienes don.
Ábrete de noche,
ciérrate de día
cuida no te corte
quien te cortaría,
pues no tienes don.
Don dondiego,
que al sol estás ciego.
Don, din, don,
que no tienes don"

En un terreno particular encontramos estas esquemáticas y originales figuras hechas en madera que representan unos ciervos.


La proximidad del Miño se adivina con estas nubes bajas que parecen proceder de la evaporación de sus aguas.


Llegamos a Montecelo donde vemos a nuestra derecha un bonito cruceiro entre castaños que señala el Camino Real y que lleva adosada en su base una piedra que servía para posar el féretro en las marchas fúnebres para descansar y rezar un responso, o para posar el santo en las procesiones.


A apenas seiscientos metros de Montecelo encontramos estos viejos hórreos poco cuidados a la entrada de Diomondi.


Nos hemos desviado unos pocos metros del camino que baja a Belesar para ver la bonita iglesia de San Paio de Diomondi. Es un ejemplo de románico compostelano.

                         
Capiteles de la portada.

                                            
Ventana y puerta laterales.


Adosado a la iglesia se encuentra este edificio que en la actualidad es el albergue de peregrinos.


En tan emblemática iglesia posamos en grupo para la posteridad.


Tras visitar la iglesia de San Paio de Diamondi (San Pelayo), volvemos sobre nuestros pasos para comenzar la bajada a Belesar por un bonito camino en zigzag, los "codos de Belesar", en referencia a una calzada romana que aún conserva parte del antiguo empedrado.


Iniciamos la bajada rodeados de robles, helechos y musgo y una ligera neblina que da un aspecto espectral al bosque.


El camino no tiene desperdicio. Un goce para los sentidos.


Un gozo y un privilegio poder transitar camino tan bellos y ancestrales.


Una imagen vale más que mil palabras.

"En los bosques, perdido, corté una rama oscura
y a los labios, sediento, levanté su susurro:
era tal vez la voz de la lluvia llorando,
una campana rota o un corazón cortado."

                                        Pablo Neruda


El camino presenta empedrado en algunos tramos de la antigua calzada romana.


Preciosos rincones adornan este precioso bosque mágico. Seguro que elfos, gnomos, trasgos y meigas vigilaban nuestro paso.


A medida que bajamos, el espesor del bosque disminuye y ya somos capaces de ver las aguas del Miño.


Y poco después los robles dan paso a los viñedos que pueblan los bancales de las laderas. Ya vemos el pueblo de Belesar.


El camino en su último tramo transcurre entre viñas bordeado por los muretes de las terrazas en las que se cultivan las viñas. Aquí vemos la sencilla escalerilla de piedra que da acceso al viñedo.


La azules aguas del Miño en el fondo. 
En la imagen el embarcadero desde el que cogeremos el catamarán que nos llevará aguas abajo por el Miño.


Primeras casas de Belesar.


Entramos por esta calle con mucha pendiente, conocida como "calle ancha", porque es la más ancha del pueblo, aunque ya veis lo estrecha que es.


Encontramos esta fuente antes de llegar abajo.


Las señales nos guían por las estrechas callejas de Belesar.


La ruina y el olvido también están presente en la Galicia profunda. Aquí un ejemplo.


El pueblo, además de la tranquilidad que se respira, tiene rincones entrañables.


Llegamos abajo y nos encontramos con el lavadero, con fuente. El lavadero se encuentra enfrente del puente que cruza el río.


A la otra parte del puente se encuentra la otra zona de Belesar. El Miño parte en dos el pueblo, pero curiosamente, esta parte pertenece al municipio de Saviñao y la parte de enfrente pertenece a Chantada.
En el otro lado vemos la nueva iglesia de Belesar. La antigua, así como el viejo puente romano, quedaron anegados por la construcción del embalse de los Peares.


Tras buscar dónde poder comer, nos sugirieron este restaurante que nos quedaba de paso de camino hacia Chantada.


Disfrutando de las vistas del Miño y la otra parte de  Belesar.

Como comenté al principio, habíamos concertado un crucero por el Miño. El recorrido comenzaba a las 11,30 y tenía una duración de dos horas. Queríamos llegar pronto porque en el mismo embarcadero donde se coge el catamarán hay un bar y pensamos en almorzar allí. Sabíamos que abrían a las 10,30 por lo que madrugamos para llegar con tiempo para poder almorzar. Pues aún tuvimos que esperar cuarenta y cinco minutos hasta que abrieran el bar y una hora más para coger el catamarán. Y lo peor es que nos tuvimos que conformar con café con leche y bollería industrial porque recién abierto no había otra cosa. 

Embarcadero del catamarán que depende de la Diputación de Lugo. También es posible realizar el paseo en una empresa privada: "Quinta Sacra".


Mientras esperábamos, fueron varias personas de Belesar las que medio en broma nos insinuaron si queríamos vendimiar. Parece ser que están en plena vendimia y les falta mano de obra para la recolección.


Parte del grupo a la espera de que abrieran el bar del embarcadero. De paso, descansando. Luego vendría una dura subida.


Mientras esperábamos nos entretuvimos haciendo fotos de todo lo que veíamos.


Un grupo de patos nadaban arriba y abajo ajenos a nuestra presencia, yo diría que indiferentes.


Tras tomar un café con leche, llegó la hora de subir al catamarán. 
El recorrido era aguas abajo siguiendo el curso natural del río. Como veis en la foto, tenía una posición privilegiada en el barco. El catamarán pasará por el meandro del Cabo do Mondo, que vimos en la etapa anterior desde un mirador.


Los viñedos en las laderas serían una constante durante todo el recorrido.


Un bonito paseo durante el cual un guía iba dando información de los que íbamos viendo y curiosidades interesantes de la Ribeira Sacra.
En la imagen, la aldea de Pincelo, alguna de cuyas casas quedaron anegadas por el embalse. Como se aprecia, el agua llega hasta las mismas casas.


Llegando al puente de Portotide.


A Veiga en la orilla.


En el recorrido pudimos ver más patos disfrutando de este ... entorno.


Enfrente podemos ver la isla de Maiorga. En momentos en los que baja el caudal del Miño, la isla se convierte en península. En este punto es donde el catamarán da la vuelta para volver al punto de origen.


Volvemos hacia Belesar. Ahora tenemos otras vistas.
En la imagen, Nogueira de Abajo, arriba se ve la torre de la Iglesia de Santa María de Nogueira de Miño, en A Eirexe.


En una ladera, tirando de zoom, conseguí fotografiar el "mirador do Cabo do Mundo 2" en el que estuvimos la tarde anterior.


Una de las lanchas de la empresa privada "Quinta Sacra" volvía al embarcadero.


Pasamos también por la playa fluvial de A Cova, por lo visto muy concurrida en verano.


Ya sólo nos queda regresar al punto de inicio disfrutando plácidamente del paseo.

"No vas tú por el río:
es el río el que anda
detrás de ti, buscando en ti
el reflejo, mirándose en tu espalda.
Si vas deprisa, el río se apresura.
Si vas despacio, el agua se remansa."

                               Ángel González


Belesar de nuevo. Punto y final del crucero. Entretenida experiencia.


Tras el crucero retomamos el camino. Cruzamos el puente de Belesar y vamos a afrontar el tramo de mayor dificultad de la jornada por su desnivel y dureza.
Entramos en tierras de Chantada.

Empezamos a subir por un camino empedrado con fuerte pendiente.


Nos vamos deteniendo para retomar la respiración y de paso disfrutar de las vistas que nos proporciona la altura que vamos alcanzando.


Encontramos este panel junto al camino que nos explica qué es lo que nos espera a partir de aquí. El tramo que vamos a acometer es conocido como Los Codos de Belesar. Es un tramo enlosado de aproximadamente medio kilómetro que forma parte de un camino romano y que formó parte del Camino de Invierno que al parecer ya se realizaba en el S. XV ya que durante los trabajos arqueológicos realizados durante la limpieza de la senda, se encontró una insignia con forma de vieira que indicaría que ya en esa época se seguía este camino de peregrinación a Santiago.


Tenemos que poner un gran esfuerzo en la subida porque tiene un fuerte desnivel que nos obliga a ponernos las pilas.


El esfuerzo también nos invita a la reflexión, no sólo en los momentos plácidos del camino. Notar que cada vez te cuestan más las cosas te hace consciente del paso del tiempo en tu persona. El tiempo no pasa en balde.

"Del sol que vieron mis años mozos
a gatas quedan tibios reflejos
que en el recuerdo buscan ansiosos
mis pobres ojos, sin luz, de viejos."

                      José Alonso y Trelles


El empedrado hace más complicada la subida por la dificultad de la pisada.


A pesar del esfuerzo, nos vemos recompensado por dos razones. Una, la belleza de la senda y dos la sombra que nos evita el sol.


Salimos a la carretera. Ahora un sol inclemente nos castiga y tenemos hambre. Vamos en busca de la comida y aún nos quedan unos cientos de metros.


Aquí podemos ver la altura que en muy poca distancia hemos alcanzado.


Llegamos hasta el restaurante donde habíamos reservado. Allá vamos.


Y aquí nos veis tan formales, esperando que nos atiendan. Las vistas desde aquí son excepcionales. La comida, sin embargo, nos dejó muchas dudas.


Este bacalao a la gallega pedí yo. Estaba algo soso, poco hecho y las patatas duras. Pero cuando hay hambre, no se ponen peros.


Tras la comida, que nos entretuvo más de dos horas, seguimos nuestro camino. El camino sigue por la carretera apenas unos doscientos metros. Para evitar varias curvas el sendero corta la carretera varias veces, pero la pendiente es muy fuerte y pondrá a prueba nuestras aptitudes físicas.
En la imagen, el inicio del sendero que irá cortando la carretera.


Los manzanos, como comenté antes, son abundantes en esta tierra. Vemos muchas manzanas en el suelo y nos llama la atención la cantidad de fruta que se pierde.


Apenas hemos cogido el sendero llegamos a un arroyo que cruzamos sobre unas piernas. Se trata del arroyo de Camporramiro.


A veces nos detenemos para coger aliento y volvemos la vista atrás para disfrutar de las vistas.


Pero la subida aún no termina. 
Aún nos queda llegar a San Pedro de Líncora para suavizar la pendiente.


El sendero que corta la carretera tiene más pendiente que ir por asfalto (algún compañero fue por la carretera) pero por contra, ofrecía tramos con sombra y más estéticos.


Alguna revoltosa mariposa merodeaba por la senda, pero se negaba a parar para fotografiarla, pero la tozudez y la constancia suelen dar sus frutos. Pude captar esta mariposa blanca de la col (Pieris brassicae) con persevereancia y paciencia.

"Tras una mariposa,
cual zagalejo simple,
corriendo por el valle
la senda a perder vine."

    Juan Menéndez Valdés

 
Este "remolino" de diente de león está preparado para que una ráfaga de viento lo deshaga y lo haga volar llevando la semilla lejos de allí. 


El Camino te permite pensar en muchas cosas, en lo divino y lo humano, en el pasado y el porvenir, en alegrías y penas...en esos momentos que proporciona al peregrino la soledad silenciosa del caminar.

"No lloro las arrugas de mi frente
Ni me estremece la indiscreta cana;
Lloro los sueños de mi edad lozana,
Lloro la fe que el corazón no siente."

                       Manuel del Palacio


Las bellotas de los robles van cayendo del árbol y ocupan los caminos.


Ya queda menos de subida, pero lo cierto es que la pendiente es para cansarse.


Llegamos a la iglesia de San Pedro de Líncora. 


También tiene el cementerio anejo.


A partir de aquí el camino se suaviza. 
Ya vemos Chantada, aunque aún nos quedan diez kilómetros para el final de etapa.



El camino desde San Pedro de Líncora va junto a la carretera hasta Chantada.


Chantada cada vez más cerca, aunque no es nuestro final de etapa.


Un hórreo más, de los tantos que vemos a lo largo de las etapas.


Pasamos por el barrio de A Ponte.


A la salida cruzamos un puente sobre el río Asma, afluente del Miño.


Río Asma.

Entramos en Chantada y la atravesaremos de sur a norte.
En la foto, la Calle Dos de Mayo, en el casco antiguo, con sus típos soportales.


Casas blasonadas con típicas balconadas como la de la foto, jalonan la travesía.


Alcanzamos la Plaza del Mercado. En ella destaca la nueva iglesia parroquial de Santa Marina.


Y vemos también en la misma plaza una de esas casonas blasonadas, en este caso la Casa de Lemos, reconvertida en Casa de la Cultura de Chantada.


Seguimos luego por una zona más comercial y moderna, la Calle del Comercio y la peatonal de Leonardo Rodríguez.


Salimos de Chantada por la calle Uxío Novoneyra. Esta calle en los mapas del S. XIX aparece como calle de Santiago, indicando que por aquí pasaba el camino. A la izquierda de esta calle, casi al final, confluyen el IES Lamas das Quendas (en la foto y enfrente el colegio de primaria Xoán de Requeixo. En ambos centros escolares estaba pintada la cara de Rosalía de Castro, emblemática poetisa gallega.

"Yo no sé lo que busco eternamente
en la tierra, en el aire y en el cielo,
yo no sé lo que busco, pero es algo
que perdí no sé cuándo y que no encuentro,
aun cuando sueñe que indivisible habita
en todo cuanto toco y cuanto veo."

                                 Rosalía de Castro 


Un hórreo nos despide definitivamente de Chantada y seguimos camino a Centulle.


El cruceiro de Casasoa nos devuelve a la carretera.


Seguiremos la carretera unos doscientos metros para abandonarla por un camino a la izquierda.


En este punto dejamos la carretera y continuaremos por caminos rurales que discurre paralelo al corredor gallego de Chantada a Lalín, el CG-2.1.


Robles y castaños vuelven a ser nuestros compañeros de camino.
Unos tres kilómetros después de haber tomado este camino rural, hace un giro hacia la izquierda en el pequeño núcleo de Boán. Seguimos por caminos rurales.


Los maizales son abundantísimos por estos lares y ocupan muchos campos.


Tramos por sombra, entre bonitos túneles vegetales.


Otros al descubierto, al sol, entre maizales.


Y, por fin, once horas después de haber iniciado la etapa, vemos frente a nosotros el Hotel Vilaseco, en mitad del campo y rodeado de un fuerte olor a ganado porcino. Pero ya tenemos ganas de llegar. Ha sido un día largo y una etapa dura.


Este peregrino nos recibió a nuestra llegada.


Y ésta fue la habitación que compartiríamos esta noche.
Ducha, descanso y cena.


Bajamos al comedor. Nos esperaba una sorpresa a los valencianos.


Nos asomamos a la terraza. La tarde declina y la noche llega.


Ésta era la sorpresa. ¡Una paella en Galicia!
Los más ortodoxos pusieron el grito en el cielo por llamarle paella a un arroz con componentes tan diferentes e impropios de una paella (pollo, costillas, almejas, pulpo, langostinos, mejillones...).


Pero yo me la comí a gusto. El nombre era lo de menos y habiendo hambre, no íbamos a andar con remilgos.


Luego el dueño del hotel se marcó una queimada con conjuro incluido y nos hizo salir uno a uno para participar del ritual.

Quemando el alcohol.


Aquí me tenéis haciendo el indio.


Y el resultado final fue éste, un sorbo de queimada para digerir mejor la cena e irse a dormir más a gusto. Mañana nos esperaba una nueva etapa. El peregrino no sabe lo que le deparará el día siguiente y hay que estar preparado para cualquier cosa.

“…la Ruta de Santiago es la única peregrinación histórica de primera magnitud cuyo itinerario reviste tanta importancia – o más, según los casos - que la misma meta hacia la que se encamina.” (Juan G. Atienza, “Los peregrinos del Camino de Santiago”)

Pincha en el enlace para ver todas las fotos de la etapa.

- Camino de Invierno, 1ª etapa: Ponferrada-Borrenes (22/3/2024).
- Camino de Invierno, 2ª etapa: Borrenes-Sobradelo (23/3/2024).
- Camino de Invierno, 3ªetapa: Sobradelo-A Rúa (24/3/2024).
- Camino de Invierno, 4ª etapa: A Rúa-Soldón (25/3/2024).
- Camino de Invierno, 5ª etapa: Soldón-Barxa de Lor (26/3/2024).
- Camino de Invierno, 6ª etapa: Barxa de Lor-Monforte de Lemos (27/3/2024).

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1 comentario:

  1. Hola Emilio.

    Jajaja, estoy seguro que ninguno de los talibanes de la paella 😂 que iban contigo se levantó de la mesa y se fue, y que todos dieron buena cuenta de ese arroz, que todo sea dicho de paso, tenía una pinta estupenda.

    Todo un acierto, ya que se os brindó la ocasión, el hacer ese catamarán por el Miño. Complementó a la perfección una bonita y completa etapa, que a pesar de esas pequeñas decepciones gastronómicas tuvo cositas tan interesantes como la magia de ese bosque y la tranquilidad de esas pequeñas aldeas alejadas del mundanal ruido. En nuestra reciente visita a Galicia tuvimos la inmensa suerte de disfrutar de ambas cosas, con los bosques y aldeas remotas de la Serra do Courel.

    Un abrazo.

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