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domingo, 14 de abril de 2024

CAMINO DE INVIERNO, 4ª ETAPA: A RÚA DE VALDEORRAS/SOLDÓN (25/3/2024).

“Durante el Camino se tiene tiempo para observar, sentir, descubrir, experimentar, pensar, reflexionar. En una palabra, que paso a paso y etapa a etapa se va obteniendo una nueva visión del mundo y, por lo tanto, de los propios problemas.” (“El Camino Mágico de Santiago”, Xosé Azofra Carballo)


El “Camino de Invierno” es el que utilizaban los peregrinos que se dirigían a Santiago por el Camino Francés y querían evitar el paso en invierno del camino nevado que pasaba por O Cebreiro. Este camino alternativo, al esquivar esas nieves, era ideal durante los meses invernales y seguía las riberas del Sil y del Miño. El Camino de Invierno nace en Ponferrada (León) dejando el Camino Francés; entra en tierras gallegas por la comarca de Valdeorras, continúa por el sur de la provincia de Lugo y se une el Camino de la Plata en A Laxe, desde donde continúa hacia Santiago. Pasa pues por las cuatro provincias gallegas en este orden: Orense, Lugo, Pontevedra y La Coruña. Es un camino poco transitado y que pasa por pequeños pueblos y aldeas que a veces carecen de servicios. Por ello es conveniente planificar bien las diferentes etapas.
El camino se encuentra muy bien señalizado. A partir de la entrada en Galicia los mojones indican la distancia a Santiago. En general hemos seguido el trazado oficial; pero en alguna etapa hemos realizado alguna variante bien para acortar distancia o desnivel o bien por ambas cosas. Pero han sido en mínimos casos.

En esta cuarta etapa pasaremos a la provincia de Lugo. Se trata de una etapa de dificultad fácil, aunque en los primeros siete kilómetros iremos subiendo sin descanso hasta alcanzar la máxima altura de la etapa, más o menos en Os Albarados. Desde aquí la ruta desciende hasta Montefurado. Una nueva subida desde Montefurado hasta O Ermidón. Desde O Ermidón caminamos por una carretera a media ladera con excelentes vistas del Sil, la vía férrea y la N-120. Aproximadamente en el kilómetro 14,3 el trazado oficial deja la carretera para seguir un camino que sale por la derecha al parecer por un bonito bosque. Pero nosotros decidimos seguir por la carretera hasta la ermita de San Juan donde volvemos a enlazar con el trazado oficial. Pero aquí también tomamos la decisión de dejar el camino oficial para evitar una fuerte subida y aún más fuerte bajada hasta Soldón. Y decidimos bajar a la N-120 y seguir por ella aproximadamente un kilómetro y volver a enlazar con el trazado oficial a las puertas de Soldón. Entramos en la aldea y buscamos el puente que cruza el río Soldón junto al cual se encuentran los Apartamentos Muiños donde nos alojaremos en esta etapa. En esta etapa no hay pueblos con bares, ni siquiera en Soldón. Tendríamos que ir hasta Quiroga para encontrar todos los servicios.

DATOS GLOBALES DEL CAMINO HASTA MONFORTE DE LEMOS

- 126,61 km. en seis etapas.
- 2630 m. de desnivel positivo.
- 2873 m. de desnivel negativo.
- 27 h. 22 min. tiempo en movimiento.
- 29 h. tiempo total.

DATOS DE LA CUARTA ETAPA

- 19,01 km.
- 476 m. de desnivel positivo.
- 520 m. de desnivel negativo.
- 4 h. tiempo en movimiento.
- 4 h. 20 min. tiempo en total.

La etapa pasa por: 

- Os Albaredos (km 6,7). 
- Montefurado (km 9,4). 
- O Ermidón (km 10.6). 
- Soldón (km 19)

"Quien quiera peregrinar, mucho ha de madrugar." ("Los Caminos de Santiago", José Fernández Arenas) Eso hicimos como buenos peregrinos: madrugar. 

Esta preciosa luna llena nos saludó al salir a la calle.

¡Con qué pura y serena transparencia
brilla esta noche la luna!
A imagen de la cándida inocencia,
no tiene mancha ninguna.

                      Rosalía de Castro


Antes de partir, lo primero fue buscar un desayuno que nos mantuviera lo suficientemente fuertes durante la etapa porque no encontraríamos otro sitio para almorzar durante todo el día. En el Bar Paco, junto al restaurante A Leiria donde cenamos anoche, y único abierto a esa temprana hora de la mañana, encontramos lo que buscábamos.


Tras desayunar, partimos buscando la carretera LU-933. 


Aquí encontramos el punto desde el que iniciaremos la etapa de hoy, la Avenida de Almendralejo. Los siete primeros kilómetros de la etapa serán por esta carretera y en subida hasta el punto más alto de la etapa. Aunque es carretera, apenas tiene tráfico (el tráfico mayoritariamente lo hace por la N-120) y además nos va a permitir disfrutar de excelentes vistas del Sil.


Apenas iniciado el camino vemos la cola del embalse de San Martiño que llega hasta aquí.


En subida, callejeamos por A Rúa. El día está gris y también amenaza con llover.


Y no falla, "cuando el camino pasa por un pueblo siempre se entra o se sale por el cementerio."
El cartel de la verja de entrada es curioso. No creo que aunque estuviera abierta fuera a salir nadie.

"De aquí al cementerio, todo
es azul, dorado, límpido.
Cuatro pasos y los muertos.
Cuatro pasos y los vivos."

            Miguel Hernández


Salimos de A Rúa por esta rotonda. Seguimos adelante por la LU-933.


Llegamos a otro bucle de carreteras y encontramos el enlace con el camino oficial que dejamos ayer al entrar en A Rúa.

Ahora seguiremos la carretera hasta Os Albaredos.


Fijaos si es antigua la carretera que aún tiene los antiguos mojones del MOPU.


A Ambos lados de la carretera encontramos vegetación, que suaviza la monotonía del asfalto. 
Además también nos entretenemos con pequeñas y sencillas "esculturas" como la de la foto, que jalonan este tramo de carretera.


¡Mirad esta mata de cantueso! ¡Qué morado más bonito resaltando entre le verde de la hierba!


A lo largo de los siete primeros kilómetros, muchas figuras de madera con diferentes formas colgaban de los pinos.


Mirad éstas qué graciosas y ocurrentes. Pareciera que los pinos nos estuvieran mirando.


La carretera transcurre a media ladera a una altura considerable y nos permite una contínua vista del Sil y sus meandros, la N-120 y la vía del tren.


Caminamos por asfalto, pero de manera cómoda y bastante tranquilos porque apenas se nos cruzaron coches.


Las flores de los pinos estaban en plena efervescencia.


El tiempo no se abría y hasta en algún momento cayó alguna gota que realmente no llegaba a molestar.

"¿Qué hacer para saber
si ahora, en esta hora
de lluvia y cielo gris,
te duele el corazón
como me duele a mí?"

       Jorge Guillén


Los alcornoques eran también abundantes.


Aproximadamente en el kilómetro seis, cambiamos de provincia: entramos en Lugo.


Y seguimos disfrutando de bonitas vistas sobre el Sil. En la foto vemos sus aguas próximas  a la presa de Martiño. La N-120 y la vía férrea también son visibles. Y los viñedos en las laderas también se dejan ver.


Seguimos hechizados por las preciosas flores de este cerezo.


Sobre el kilómetro seis y medio dejaremos la carretera (aunque la retomaremos más tarde) para pasar por Os Albaredos.


Entramos en Os Alvaredos. No solemos ver a nadie en las aldeas por las que pasamos.

"Por las calles voy dejando
algo que voy recogiendo:
pedazos de vida mía
venidos desde muy lejos."

             Miguel Hernández

Pasamos junto a la capilla de Santa Bárbara que por su sencillez casi nos pasa desapercibida.


Esta humilde fachada estaba decorada con elementos parecidos a los que hemos estando viendo por la carretera que nos ha traído hasta aquí.


Este rincón de la aldea está pensado para los peregrinos. En él se puede cuñar la credencial y también había algún zumo e incluso una señora que salía en ese momento con su hija nos ofreció un café.


Salimos de la aldea por una estrecha senda.


A los pocos metros de salir, encontramos esta original escultura realizada en un tronco.


En el paraje de la escultura se encuentra esta sencilla fuente/lavadero.


Desde el paraje de la fuente, comenzamos un descenso por un camino tapizado de hierba que nos devuelve a la carretera.


Salimos a la carretera de nuevo, pero sólo lo haremos unos metros para volver a dejarla y seguir la continuación del sendero que llevábamos. Nos dirigimos hacia Montefurado.


Un nuevo momento de reflexión en esta fuerte bajada .

"Hemos andado despacio, sin acabar nunca.
Salimos una madrugada, hace mucho, oh, sí, hace
muchísimo
Hemos andado caminos, estepas, trochas, llanazos.
Las sienes grises azotadas por vientos largos. Los
cabellos enredados en polvo, en espinas, en
ramas, a veces en flores."

                                       Vicente Aleixandre


Llegamos hasta un puente que cruza el arroyo de Centeais, próximo a un molino.


Tras cruzar el puente y seguir por la izquierda, vemos enfrente el viaducto de la vía férrea.


Sin cruzar el viaducto por debajo, seguimos a la derecha por un camino paralelo a la vía que nos llevará hasta Montefurado. Como se aprecia, esos nubarrones no auguran nada bueno.


Entramos por el apeadero de Montefurado.


En una ligera subida entraremos al núcleo principal de la aldea.


En nuestras rutas semanales por la montaña hemos visto matas de romero de buen tamaño, pero ésta de Montefurado creo que se lleva el premio. No se aprecia en la foto, pero nos sobrepasaba.


Las viñas nos siguen acompañando.


Entrando en el casco urbano ya destaca el campanario de la iglesia de San Miguel.


Y más cerezos en plena floración, un placer para la vista.


“Yo amo las cosas: esta inquietud por la esencia de las cosas que nos rodea ha dominado en mi vida. ¿Tienen almas las cosas? ¿Tienen alma los viejos muebles, los muros, los jardines, las ventanas, las puertas?” (Azorín, “Las confesiones de un pequeño filósofo”)


Pasamos por la plaza donde se ubica la iglesia de San MIguel (S.XVIII) a la que se accede por una escalinata. Nos llama la atención el color rojizo de su fachada debido a la oxidación del hierro que contienen las piedras con las que se construyó.


Este vecino ha tenido el detalle de colocar esta pila con un grifo para que el peregrino que lo necesite pueda beber o cargar su cantimplora para seguir el camino. Detalles así son de agradecer.


La aldea es pequeña. Apenas llegará a los treinta habitantes, de los que no vimos ninguno. Ni el coche de Google pasa por aquí.


Bonita y sencilla balconada con el detalle de estas macetas con flores que le da un encanto especial.


Bonito rincón de Montefurado. El lavadero municipal.

"Pintada, no vacía;
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias."

       Miguel Hernández


Otro caserío con su balconada típica.


En la misma plaza en la que encontramos el lavadero encontramos también esta pequeña cruz.


Numerosas casas muestran el abandono que sufren desde hace años.


Al salir de Montefurado se inicia un ascenso por un camino que nos llevará hasta O Ermidón. Vamos dejando las últimas casas de la aldea con mampostería rojiza típica y sus balconadas de madera.


Muchas de ellas están en ruinas. Entre sus paredes podemos observar que muchas tenían bodegas subterráneas.


Aquí vemos una de estas bodegas subterráneas.


Y aquí el bonito camino herboso en ascenso.


Dos solitarias jaras pringosas nos llaman la atención. ¡Cuántas preguntas nos surgen ante su presencia!
¡Cuánta belleza en lugares tan poco visitados y transitados!


“Durante el Camino se tiene tiempo para observar, sentir, descubrir, experimentar, pensar, reflexionar."
(“El Camino Mágico de Santiago”, Xosé Azofra Carballo)

"¡Ay del noble peregrino
que se para a meditar,
después de largo camino,
en el horror de llegar!"

           Antonio Machado

El agua, siempre protagonista en Galicia. De cualquier parte surge un arroyo o un pequeño río.


Desembocamos en la carretera y la cruzamos para entrar en O Ermidón.


O Ermidón es otra parroquia del municipio de Quiroga. A la vista está que no debe tener muchos habitantes.


De alguna de sus casas podemos ver sus interioridades. Arquitectura rústica y popular que nos atrae.


Apenas salimos de la aldea, tenemos esta fabulosa vista del Sil.


Una constante de toda la etapa son los brezos que adornan las laderas con sus moradas florecillas.


En todas las etapas  hay pequeñas historias que no siempre se cuentan. Pero os quiero contar ésta. Un caracol cruzaba la carretera por la que caminábamos. La ligera llovizna caída seguramente le había animado a salir de su caparazón e iniciar una aventura. Tuve, por un momento, el pensamiento de apartarlo del camino por miedo a que alguien lo pisara. Pero pensé que dada la soledad del paraje, nada de eso podría ocurrirle. Así que continué mi camino.


Seguimos disfrutando de las vistas sobre el Sil, de la N-120...En la imagen, un viaducto de la N-120 que cruza el caudalosos Sil y encima la aldea de Figueiredo.


A los pocos minutos de haber dejado que el caracol siguiera con su destino apareció un coche. Inmediatamente nos surgió la duda: ¿qué pasaría con nuestro caracol? ¿Sería atropellado?...En este último caso me sentiría responsable...Ahora ya nada se podía hacer. Tal vez el destino ya esté escrito en nuestra vida y no podamos hacer nada por evitarlo.


El camino también debe seguir. En el Camino aprendes que el futuro siempre se dirige hacia adelante. Nuestro destino lo llevamos siempre delante.


Los jarales también tapizan las laderas y acompañan nuestro peregrinar.

“Están los jarales bajos constelados de sus grandes flores vagas, rosas de humo, de gasa, de papel de seda, con las cuatro lágrimas de carmín. (“Platero y yo”, Juan Ramón Jiménez)


Mirad el brezo como os decía, tapizando las laderas de morado.


Y las vistas permanentes del Sil. Se nos quedarán impregnadas para siempre en nuestras retinas y nuestro corazón.


En esta bifurcación el camino sigue por el sendero que vemos en ascenso. Mirando el mapa, la carretera, sin hacer ninguna subida, llega al mismo punto donde luego desemboca el sendero. Decidimos pues seguir por la carretera, obviando el camino oficial que retomaremos poco después unos dos kilómetros más adelante. Habremos recortado algo la distancia y el desnivel.


Aunque hayamos optado por seguir por la carretera, hemos seguido disfrutando del paisaje, a pesar del día gris que nos ha tocado.


En este punto, dos kilómetros después de haberlo dejado, retomamos el camino oficial, aunque lo volveremos a dejar enseguida, cien metros después.


En esta bifurcación, junto a la Capilla de San Juan que vemos en la imagen, vamos a volver a dejar el trazado oficial que sigue junto al camino que va por la derecha junto a la capilla. De seguir por el camino oficial, tendríamos una fuerte subida hasta Bendillón y luego una fuerte bajada hasta Soldón. Y el peregrino tiene que optimizar recursos si es necesario. El turismo queda en segundo plano. 


Por ello decidimos abandonar el trazado oficial y bajar hasta la N-120 que teníamos cerca.


Salimos a la N-120 y caminamos por el arcén con cuidado porque había tráfico, si bien el arcén es bastante ancho y permite caminar con cierta comodidad.


Apenas llevamos un kilómetro por la nacional llegamos a esta área recreativa.


Se trata del Mirador del Comite.


Hacemos una corta parada y nos inmortalizamos con esta foto.


Desde el mirador podemos disfrutar de un meandro más del Sil, ya cerca de Soldón.


Apenas pasado el mirador vemos a la otra parte de la carretera un mojón que nos indica que el camino oficial va por allí. Nosotros ya no lo seguiremos e iremos directos a Soldón. De seguirlo haríamos más distancia y desnivel y no aportaría nada a la etapa.


Seguimos por un sendero paralelo a la carretera que sale por la izquierda y que nos lleva directos a Soldón.


Es un camino cómodo.

A nuestra izquierda, el Sil.


Y entramos en Soldón, una bonita aldea, también con escasos habitantes, aunque al parecer en verano renace y crece su población.


Nos encanta llegar a los lugares caminando y disfrutar de sus calles.


Unas gallinas nos dieron la bienvenida y la señora de la foto es de las pocas personas que hemos visto al cruzar por estas pequeñas aldeas.


Salimos de la aldea en busca de los apartamentos en los que nos hemos de alojar: Apartamentos O Muiños. El navegador nos saca fuera del pueblo, en un área recreativa junto al Sil.


En medio del camino esta culebrilla de agua.


Y el puente sobre el río Soldón, que vierte aquí sus aguas al Sil.


Estos son los Apartamentos en los que pasaremos la noche.




Éste es el interior de uno de ellos.


Los apartamentos se encuentran justo debajo de este elevadísimo viaducto de la N-120 sobre el río Soldón.

En Soldón no hay donde comer. Muy amablemente Luis, el dueño de los apartamentos, nos acercó a Quiroga para que pudiéramos comer en algún restaurante y, de paso, comprar la cena en algún supermercado de la población para cenar en los apartamentos.


Aquí, en el restaurante Chapakuña nos dieron de comer.





Creo que comimos bastante bien, ¿no os parece?

Para la cena, el plato fuerte sería un pulpo de tres kilos cocinado al más puro estilo gallego que nos supo a gloria. Ved las fotos.







Esta fue nuestra cenar para cargar baterias para la etapa del día siguiente.

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6 comentarios:

  1. Nada de risas! Sois un grupo de valientes que sabéis coger fuerza para sobrellevar “el camino” con esas comilonas que os montáis.
    Adelante y que lo podáis repetir muchos años!

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    1. ¡Hola, Anónimo! Bueno, gracias por lo de valientes, pero no es para tanto. Bueno, a la hora de comer lo somos más. Pero es por una buena causa, hemos de recuperar las fuerzas perdidas y acumular energías para seguir caminando.
      Saludos.

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  2. Enhorabuena otra etapa que ya no te la cuentan,pero la próxima vez retira el caracol de la carretera,como siempre eres único para contar las cosas

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    1. ¡Hola, Julián! Sí, ya no me la cuentan. Y te haré caso, para otra vez apartaré el caracol. Me sentía responsable si le pasara algo habiendo podido evitarlo.
      Un abrazo.

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  3. No me sorprende lo completo del reportaje, magnífico, como siempre. Muy detallado y atractivo. Me ayuda a plantearme la realización de este camino en breve. Ya me habían advertido de la falta de servicios en esta variante del camino, pero eso también le aporta un punto de atractivo. Un abrazo

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    1. ¡Hola! Gracias por el comentario. A pesar de la falta de servicios en algún tramo, siempre se encuentran alternativas y soluciones. Que eso no te impida realizar el camino. Vale la pena.

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