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lunes, 9 de octubre de 2023

CAMINO LEBANIEGO, 8ª ETAPA: CABAÑES - STO. TORIBIO DE LIÉBANA (14/9/2023)

“Podemos sentirnos auténticos peregrinos, pero lo más posible es que sólo seamos un remedo, un reflejo múltiple de los miles de peregrinos que ya han recorrido el Camino.” (“El Camino Mágico de Santiago”, Xosé Azofra Carballo)

Octava y última etapa de este Camino Lebaniego particular que comenzamos en Santander. En esta etapa iremos desde Cabañes hasta el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, donde terminará nuestro camino de peregrinación. Es una etapa cómoda prácticamente sin desnivel, apenas la subida al castañar del Habario y los dos últimos kilómetros antes de llegar al Monasterio de Santo Toribio presentan un ligero desnivel que ralentizará nuestro paso.

DATOS DE LA ETAPA

- 12,22 km.
- 362 m. de desnivel positivo.
- 405 m. de desnivel negativo.
- 2h. 35 min. tiempo en movimiento.
- 3h. 01 min. tiempo total.

Tras desayunar rápidamente salimos con las primeras luces del día a acometer los últimos doce kilómetros de este Camino Lebaniego particular que comenzamos en Santander.

“Sea moderado tu sueño; que el que no madruga con el sol, no goza del día.” ( Miguel de Cervantes)


Nos despedimos de la Peña Ventosa y nos dirigimos a cruzar Cabañes.


Caminamos por sus silenciosas calles y con las nubes cubriendo las cimas cercanas.


"Yo no sé lo que tiene esta pequeña ventana; si hablara de dolores, de sollozos y de lágrimas, tal vez al concretarla, no expresaría mi emoción con exactitud; porque el misterio de estas ventanas está en algo vago, algo latente, algo como un presentimiento o como un recuerdo de no sabemos qué cosas…" (Azorín, “Las confesiones de un pequeño filósofo”)


Nos hemos acercado al albergue público de Cabañes para que recojan nuestras mochilas.


Seguimos nuestro camino, pero antes hacemos una foto a la iglesia de San Juan Bautista de Cabañes.


Las nubes cubren el cielo. Eso impide que la luminosidad sea la adecuada para obtener fotos nítidas.

"Es la mañana llena de tempestad
en el corazón del verano.
Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes,
el viento las sacude con sus viajeras manos."

                                                    Pablo Neruda

¿Veis algo raro en esta placa conmemorativa en la pared de una casa de Cabañes?


Este poste direccional nos marca la dirección del camino oficial. Pero nosotros lo dejaremos momentáneamente para retomarlo más adelante y así poder disfrutar de una obra de arte de la naturaleza: el castañar milenario del Habario.


"Daremos a las nubes que circundan los flancos
de las altas montañas nuestro saludo atento,
y veremos cuál corren al impulso del viento
como un tropel medroso de corderillos blancos."

                                Enrique González Martínez


 Este tosco poste de madera marca el camino a Pendes pasando por el castañar milenario del Habario. Seguimos por él y enlazaremos de nuevo con el trazado oficial poco antes de llegar a Pendes.


Las fotos aún salen oscuras porque las nubes cubren el cielo y la luz es escasa.


Subimos un tramo y el camino nos ofrece bellas panorámicas.
En el vértice de esa especie de "V" que forman las montañas podemos reconocer la localidad de Lebeña, por donde pasamos ayer.


Aquí podeís ver a Lebeña después de hacer zoom.


Sigue nuestro camino por un entorno eminentemente rural.


El camino en subida empieza a penetrar en una preciosa zona boscosa, anticipo de lo que vamos a ver enseguida.

Y empezamos a disfrutar de lo que la naturaleza ha creado a lo largo de muchos siglos. Empezamos a ver excelentes ejemplares de castaños, pero esto no hace nada más que empezar. Caminamos por el maravilloso Castañar del Habario.


Cada ejemplar que veíamos producía nuestra admiración. Nos habríamos fotografiado en todos y cada uno de los ejemplares que vimos.


Una belleza digna de ser admirada y que tuvimos el privilegio de poder ver. Algunos con más de diez metros de circunferencia.


“Por lo general el viento era suave y quizá por eso los grandes árboles no discutían, sino simplemente intercambiaban comentarios, cabeceaban con buen humor, me hacían señales de complicidad. A veces me apoyaba en alguno de los más viejos y la corteza rugosa me transmitía una comprensión casi paternal." (Santiago en “Primavera con una esquina rota” de Mario Benedetti)

"Repasar la corteza de un árbol experimentado es como acariciar la crin de un caballo que uno monta a diario. Se establece una comunicación muy sobria pero lo bastante intensa como para que después uno la eche de menos cuando vuelve al trajín de la ciudad.” (Santiago en “Primavera con una esquina rota” de Mario Benedetti)


Salimos del castañar y vamos subiendo por el camino.


Siguen sin levantar las nubes. Nuestra posición elevada nos permite ver Cabañes, que dejamos hace nada.


Acercamos con nuestro zoom el albergue donde pernoctamos anoche.


El camino nos lleva hasta el "área recreativa del castañar milenario del Habario". Aquí encontramos una zona para aparcar y mesas de picnic.


En este punto nos hacemos la foto de grupo.


Desde el área recreativo cogemos un pequeño atajo que nos evita un par de curvas de la carretera.
¿Qué os sugiere la imagen de este castaño solitario en tan bello paraje? 

"Sé bien que soy tronco
del árbol de lo eterno.
Sé bien que las estrellas
con mi sangre alimento.
Que son pájaros míos
todos los claros sueños…
Sé bien que cuando el hacha
de la muerte me tale,
se vendrá abajo el firmamento."

               Juan Ramón Jiménez


Poco antes de llegar a Pendes volvimos a retomar el camino oficial.


Cruzamos Pendes. Aquí podemos degustar y comprar quesos artesanos en la quesería Las Brañas de Pendes. Nosotros no pudimos porque a tan temprana hora aún no estaba abierta.


Desde Pendes una bajada contínua por pistas cementadas unas veces, de tierra otras, nos dejará en la ermita de San Francisco de Tresvega.


Siempre nos llama la atención los frutos rojos del escaramujo porque destacan sobre el verde, ofreciendo un contraste tonal.


En la bajada, en el valle de Cillórigo, es visible Tama.


Cómoda bajada.


Ermita de San Francisco de Tresvega (S. XVII) en Pendes, junto al camino.


Desde la ermita de San Francisco, el camino se allana hasta Potes, unos seis kilómetros.


Río la Sorda.


Cruzamos el río por este puente de madera y seguimos camino.


Caminaremos ahora por un camino rural paralelo al río Deva, con parcelas agrícolas a ambos lados.


Ante tantas plantas verdes que vemos por doquier nos sorprenden estos cardos secos. ¿Cómo es posible con la humedad y la cantidad de agua que hay que haya alguna planta que se seque? Es posible que no sólo de agua vivan las plantas.

"Cardos y penas por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
Y no me dejan bueno hueso alguno."

                            Miguel Hernández


Estampa típica de Cantabria que nos ha acompañado en todo el camino.

"mientras el hombre esgrime fusil, espada y gumia,
sus armas predilectas de cultura y progreso-
una vaca el sosiego del crepúsculo rumia."

                                            Emilio Bobadilla


Nuestro camino transcurre paralelo al río Deva. El camino Lebaniego oficial pasa por Tama  entrando por este puente, con casa adosada a su ojo, sobre el río Deva. Si hacemos esto, accederemos a los servicios que ofrece esta población con bares y supermercados y la posibilidad de visitar el Centro de Interpretación de los Picos de Europa. El camino oficial sigue después hasta Potes siguiendo la N-621. Nosotros desestimamos esta opción y no entramos en Tama. Seguimos el camino rural que nos dejaría en Potes.


Más bonito y tranquilo este camino rural que caminar junto a la Nacional.


El río Deva, al que acompañamos durante este largo tramo hasta Potes.

"Cielo en el río del alba
-mi amor en tus ojos vagos-
oh, naufragar -¡ascender!-
¡siempre más hondo! ¡más alto!
...Río en el amanecer..."

                  Jaime Torres Bodet



Preciosa la flor de la achicoria común. Cualquier elemento con un color distinto del verde resalta de manera especial.

“Esta flor vivirá pocos días, Platero, aunque su recuerdo podrá ser eterno. Será su vivir como un día de tu primavera, como una primavera de mi vida.” (J. R. Jiménez, “Platero y yo”)



Ajena a nuestro paso esta vaca pace tranquilamente. 


Entre tanto castaño, tanto roble, tanto avellano, tanto nogal...nos extrañó mucho ver este gran pino junto al camino, al que estamos más habituado en nuestras rutas levantinas.


El Deva, que no ha dejado de acompañarnos en esta etapa.

“…aunque nunca supe el nombre de aquel río del cuento, lo que sí sabía es que las aguas de todos los del mundo vienen a dar al mar y arrastran con ellas las lágrimas de quien llora en su orilla.” (Leonardo en “La Reina de las Nieves” de Carmen Martín Gaite)


La proximidad de los Picos de Europa ya es evidente.


Avistamos Potes.
   

Detrás del edificio CEIP Concepción Arenal podemos ver la Torre del Infantado de Potes.


Potes, panorámica general.


También destaca por encima de las casas la iglesia nueva de San Vicente de Potes.


Entramos a la villa cruzando un puente sobre el río Deva.


El Deva a su paso por Potes.


En nuestro callejear por Potes, de salida de la población, encontramos este monumento dedicado al médico rural. Merecido monumento a unas personas con vocación, dedicados a cuidar de la salud en una época y en una zona en la que los medios escaseaban. ¡Cómo ha cambiado la medicina en todos los sentidos!

Callejeamos por Potes buscando el último tramo que nos llevará hasta el Monasterio de Santo Toribio.
Cruzando este semáforo que vemos en la foto se encuentra el camino al Monasterio. Desde aquí nos quedan poco más de dos kilómetros, eso sí, con una buena subida que dado el calor y el cansancio acumulado se nos hace un poco pesado (peor era ir a trabajar).


Al inicio, un panel informativo.


Los impresionantes Picos de Europa a mis espaldas.

"Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas."

                 Mario Benedetti


Foto de grupo antes de comenzar nuestros últimos kilómetros de peregrinación.


Monumento al peregrino cruceno. No podía falta una foto a su lado.
Aunque éste estaba de vuelta ya. A nosotros aún nos quedaba llegar.


Nos impactaron mucho las moles de los Picos de Europa. Espectáculo natural.


El carril peatonal transcurre paralelo a la CA-885. En un lado de la carretera se encuentra el camping La Viorna Picos de Europa.

Cruzamos de lado para hacer un corto recorrido por sendero que salva una curva y nos devuelve a la carretera.


Ya tenemos ante nosotros el edificio del Monasterio de Santo Toribio.


Llegamos al Monasterio. Nuestra peregrinación está a punto de finalizar. Nos hacemos una foto de recuerdo en la entrada del edificio principal. 

El Monasterio de Santo Toribio de Liébana alberga  entre sus muros desde el S. VIII la reliquia del Lignum Crucis (madera de la cruz en que murió Jesús) traída aquí al mismo tiempo que los restos de Santo Toribio primer obispo de Astorga, que la llevó allí desde Roma. A su muerte, sus restos junto con la reliquia fueron llevados a Santo Toribio con el fin de protegerla del avance árabe en la península. Desde ese momento, peregrinos hacia Compostela que iban bien por el Camino del Norte o bien por el Camino Francés se desviaban hasta el Monasterio para venerar el Lignum Crucis.

Desde aquí podemos conectar de nuevo con el Camino Francés en Mansilla de las Mulas siguiendo el Camino Vadiniense. Aquí vemos el pilón que nos indica la dirección a seguir.


Iglesia del Monasterio de Santo Toribio de Liébana.


Puerta del Perdón, embutida junto a un contrafuerte, que se abre solemnemente para el Jubileo.
Este 2023 es Año Santo Jubilar Lebaniego. El año jubilar se produce cuando el 16 de abril, día de Santo Toribio, cae en domingo. Entonces se abre esta puerta y los peregrinos que la cruzan y cumplen con los requisitos, obtienen la indulgencia plenaria. Esto viene siendo así desde el S.XVI.


En este panel aparecen las condiciones para obtener la indulgencia plenaria. No sé si cumplimos con todas ellas.


El grupo tras finalizar la peregrinación delante de la Puerta del Perdón.


Tocaba ahora asistir a la misa del Peregrino. Nos vino bien para descansar nuestras piernas y protegernos del calor del exterior.
Interior de la iglesia del Monasterio de estilo gótico monástico.


Icono de factura reciente en el ábside central, obra de Tomino Conti y una de las vidrieras de una de las paredes laterales del templo.


Visitamos también La capilla del Lignum Crucis, de estilo Barroco Colonial, que fue construida a principios del siglo XVIII por el que fuera Inquisidor en Madrid y Arzobispo de Santa Fe de Bogotá (Colombia) Don Francisco Gómez de Otero y Cossío, (1640-1714) -natural del vecino pueblo de Turieno- cuya estatua orante se erige en un lucillo junto al altar. (fotos de José Pascual)


El grupo a la espera del inicio de la misa del peregrino. (foto de José Pascual)


Hoy era el inicio de las fiestas en honor de la Santa Cruz en Potes y el Monasterio rebosaba de visitantes, autoridades locales y provinciales, peregrinos...

Nuestra peregrinación había terminado. Pero una vez cubiertas las necesidades del espírtitu, faltaban por cubrir las necesidades del cuerpo. Y para ello qué mejor que regresar hasta Potes y disfrutar de un cocido lebaniego que nos resarciera de todas las "penalidades sufridas", de todo el cansancio acumulado durantes estos ocho días de peregrinación.

Caminando de vuelta a Potes.


Preciosa la estampa de los Picos de Europa.

"Y hay en nuestras montañas, y en nuestros cielos
en cuanto tiene vida y en cuanto tiene ser,
un color de suavidad y transparencia húmeda,
de vaguedad, que sólo a nosotros da placer."

                                          Rosalía de Castro


Saludamos de nuevo al peregrino que seguía en el mismo sitio sin haber avanzado ni un metro.


Una vez en Potes, buscamos lugar para disfrutar de un típico cocido lebaniego.


Y encontramos el lugar apropiado para satisfacer nuestros deseos.
Aquí tenéis un buen cocido lebaniego que nos supo a gloria.

“Los viajes sirven para conocer las costumbres de los distintos pueblos y para despojarse del  prejuicio de que sólo en la propia patria se puede vivir de la manera a que uno está acostumbrado” (René Descartes)

Ahora podíamos decir que habíamos cumplido nuestros objetivos. Tocaba el regreso pero antes dimos una pequeña vuelta a esta preciosa villa con multitud de rincones bellos dignos de ser visitados.


Puente medieval de San Cayetano en el casco antiguo de Potes. Es uno de los puentes que podemos ver en Potes, denominada por ello "La villa de los puentes".


Ahora vemos mejor la Torre del Infantado.

El puente Nuevo de Potes sobre el río Quiviesa, que desemboca metros más abajo en el Deva, es el más importante de la villa y el único por el que pasa tráfico rodado.

Torre de Orejón de la Lama o Torre de Bedoya (S. XV). Llama la atención sus ventanas del primer piso ajimezadas.


Y el último adiós a la iglesia nueva de San Vicente.


Nuestra credencial de peregrino, el salvoconducto que nos permitió pernoctar en albergues y que da fe de nuestro paso por las diferentes localidades del camino hasta llegar a Santo Toribio.

La Lebaniega que certifica nuestra peregrinación a Santo Toribio.

“En primer lugar somos lo que somos y hacemos lo que hacemos, así que no podemos colgarnos títulos a priori. Una vez terminada la ruta es posible que lleguemos a ser peregrinos, antes no. (“El Camino Mágico de Santiago”, Xosé Azofra Carballo)

Nuestro tiempo se va acabando, pero todo lo que hemos caminado, todo lo que hemos experimentado, todo lo vivido y lo aprendido en ese caminar se vendrá con nosotros. Con todo eso nos iremos yendo poco a poco. Así mismo, es bien cierto que una parte de nosotros se queda también en el camino. El peregrinaje continúa, no termina hoy, es un día a día que nos llevará hasta el destino definitivo. Al final de nuestro camino es posible que lleguemos a ser peregrinos, antes no.

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2 comentarios:

  1. Hola Emilio.

    No me he perdido ninguna de las ocho etapas de vuestro particular Camino Lebaniego, cuyas entradas he leído con pasión. Me ha encantado el hecho de que empezarais a orillas del Cantábrico y finalizarais a pies de los imponentes Picos de Europa. Y precisamente es eso lo que más me ha llamado de esta andadura vuestra, los contrastes, que los ha habido en todos los ámbitos, y que bien has dejado patentes en tus textos y fotos, empezando por vuestro paso por ciudades señoriales como Santander o monumentales como Santillana del Mar, combinado por el paso por otras poblaciones más austeras pero igualmente encantadoras; o el hecho de las comidas o pernoctas, ya que unas veces habéis hecho comidas más opulentas o dormido en amplias camas en habitación individual y otras han sido de más modesto bocata y estrecha litera compartida.
    También me ha gustado, como es habitual, que no te has centrado exclusivamente en el camino, y nos has mostrado todos los detallitos que han aparecido en él, y ahí también ha habido contrastes, pues nos has enseñado desde el árbol más monumental y gigantesco a la más pequeña y colorida florecilla; o desde la vaca más grande a los más diminutos caracoles, babosas o orugas, o de las más cotidianas gallinas o gatos a las más exóticas alpacas ¿o eran guanacos?.
    Y ya para finalizar si me tuviera que quedar con una etapa me quedaría con la séptima, por el paso por esos bosques encantados y la ya cercana presencia de los Picos de Europa.
    Ya solo me queda felicitarte por haber completado con éxito este nuevo peregrinaje, y agradecerte por supuesto que nos lo hayas contado. Ahora a pensar en el de 2024!!, seguro que en tu mente ya estás construLLendo el recorrido 😉

    Un abrazo.

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    1. ¡Hola, Dani! Como bien apuntas, el Camino Lebaniego particular que hemos realizado estaba lleno de contrastes, como la vida misma diría yo. Y por supuesto, yo intento disfrutar y empaparme de todo lo que veo y cualquier mínimo detalle me interesa. Es una vivencia tan especial que cuando vuelves a casa necesitas tiempo para retomar la normalidad cotidiana. Cada vez entiendo más a los vagabundos que van de un sitio a otro, sin más intereses ni necesidades que comer, dormir y disfrutar de lo que van viendo y recorriendo. Por eso, el camino, cualquier camino, engancha y después de uno buscas otro que te permita seguir "peregrinando". Por supuesto, en mi cabeza ya estamos "construllendo" un nuevo recorrido para el próximo año.
      Un abrazo.

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