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lunes, 4 de octubre de 2021

CAMINO PRIMITIVO, 1ª ETAPA: OVIEDO-GRADO (15/9/2021)



“…la Ruta de Santiago es la única peregrinación histórica de primera magnitud cuyo itinerario reviste tanta importancia – o más, según los casos - que la misma meta hacia la que se encamina.” (Juan G. Atienza, “Los peregrinos del Camino de Santiago”). Con esa idea partimos en esta nueva aventura en otro itinerario hacia Santiago de Compostela: el Camino Primitivo. No importa tanto llegar allí sino caminar hacia allí.

Emprendemos la marcha del camino a Santiago desde Oviedo, llamado Primitivo por ser el primero del que se tienen referencias, ya que fue realizado por Alfonso II el Casto, rey de Asturias, en el siglo IX para visitar la tumba del apóstol Santiago recientemente descubierta. Allí mandó construir una basílica. Se trata de un camino sin grandes desniveles pero es lo que conocemos como rompepiernas por el contínuo subir y bajar, lo que lo convierte en un recorrido duro.

Datos de la etapa.

Distancia: 24 km.
Tiempo total: 9 horas.

Primera etapa larga en kilómetros pero llevadera por el poco desnivel en general, aunque en nuestro caso la lluvia deslució y dificultó el recorrido. El inicio desde la catedral del Salvador y el necesario callejear por la capital del Principado hasta dejar la urbe, nos permitirá tener una noción básica de la ciudad, tanto del centro histórico como de los nuevos barrios por los que pasaremos. Una vez hayamos dejado atrás el mundanal ruido, un entorno rural nos envolverá inmediatamente y quedaremos ampliamente gratificados con el paisaje que nos circunda, jalonado de pequeños bosques autóctonos donde el roble y el castaño destacan; hórreos, ermitas, lavaderos, fuentes, vacas, caballos...serán elementos abundantes durante todo el recorrido. Un goce para los sentidos y más si venimos de un ambiente prácticamente urbano cien por cien que nos ha hecho olvidar sonidos, aromas, animales, plantas...que parecen ser cosas de otro tiempo lejano y ya ajeno a nosotros.

Como es habitual en el camino, madrugamos para aprovechar las primeras horas de la mañana. Callejeamos por Oviedo en busca de la catedral del Salvador, donde se encuentra el inicio del camino. A pesar de lo pronto de la hora, la ciudad ya muestra cierta actividad a pesar de que se encuentra en fiestas


Pasamos junto a la fuente de la Foncalada (en la foto vemos la parte trasera). Según Wikipedia "Dentro del arte prerrománico en Asturias es el único ejemplo de su clase conservado hasta nuestros días, además del único vestigio o resto de construcción con fin de utilidad pública de la Alta Edad Media dentro de la ciudad. Está considerado el monumento civil en uso continuado más antiguo de España."


En nuestro callejear por la ciudad, nos vamos encontrando con algunas de las esculturas  en bronce (más de cien) que adornan Oviedo. En este caso se trata de la escultura "La gitana", del artista ovetense Sebastián Miranda.


Y llegamos a la Plaza de Alfonso II el Casto. Al fondo, la catedral del Salvador (S. XIV). En primer plano, otra de las esculturas en bronce que podemos disfrutar en Oviedo. Se trata de Ana Ozores, La Regenta, obra del escultor Mauro Álvarez Fernández que rinde homenaje a "Clarín" y a esta obra que inmortalizó en la literatura la ciudad de Oviedo (Vetusta) .


En el suelo, frente a la catedral, esta placa metálica que marca los caminos que aquí empiezan. A la derecha, el camino del Norte. A la izquierda, el Primitivo. Además, viene una reseña recordando que la peregrinación de Alfonso II fue la primera.


Enfrente de la placa, junto a la catedral, la escultura homenaje a Alfonso II el Casto.


 Y antes de seguir, foto del grupo dispuesto a recorrer y disfrutar lo que el camino nos depare.
De izq. a der. Voro, Alberto, Paco Álvarez, Paco Bayarri y servidor. Detrás, Iñaki, Urbano y Paco Pastor.


Hemos iniciado el camino siguiendo la dirección que nos marcaba la placa. El itinerario por la ciudad está marcado con conchas metálicas en el suelo que habremos de seguir para salir de Oviedo. Callejeamos siguiendo las marcas y vamos conociendo un poco más la ciudad.
En la foto, el monumento a la Concordia, situado en la plaza Carbayón, obra de la escultora Esperanza D'Ors.


Nos separamos unos metros para pasar por el teatro Campoamor, que recibe este nombre del insigne poeta asturiano Ramón de Campoamor y conocido en toda España porque allí se hace la entrega de los Premios Princesa de Asturias. Delante de su fachada, de espaldas a ella, otra de las esculturas de bronce. Se trata de la escultura titulada "Esperanza caminando" del escultor Julio López Hernández. Representa a una estudiante leyendo distraídamente un libro.


Y nos topamos de frente con otra de estas esculturas que ciertamente son un atractivo para el visitante y supongo que para los locales. Se trata del  cantante asturiano Tino Casal, obra del escultor Anselmo Iglesias Poli.


A nuestro paso por esta elegante ciudad, también encontramos algunos templos, como el de la foto: Basílica de San Juan el Real (S. XX).


O esta capilla que pertenece a la congregación Siervas de Jesús de la Caridad.


Seguimos recorriendo la ciudad en busca del barrio de La Florida.


A las conchas metálicas se le suma la emblemática flecha amarilla.


Seguimos el deambular por las calles de Oviedo y en el paseo de La Losa de Renfe, nos encontramos con otra de las esculturas urbanas de Oviedo. Se trata de la estructura denominada "Construcción para un encuentro" de la escultora Mayte Alonso. Al parecer, la estructura "evoca a la típica mina del paisaje de Asturias", según la autora (Fuente, Wikipedia). Debo ser un analfabeto en cuestión de arte.


Superamos la vía del tren por esta pasarela junto al apeadero de La Argañosa. Tras cruzarla seguiremos hacia la izquierda.


Pasamos junto a este supermercado tan llamativo.


Y nos topamos con el puente de La Florida que tiene esta estructura tan similar al puente de Calatrava de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.


Antes de dejar el barrio de La Florida, en una rotonda, encontramos esta pequeña escultura de Santiago Peregrino esculpida en bronce por la escultora asturiana Pilar Fernández Carballedo. Nos encomendamos a él para que todo nos vaya bien. 


Estamos a punto de dejar atrás Oviedo. Han sido unos cuatro kilómetros aproximadamente. Y lo dejamos por este punto donde los setos está podados con forma de oveja formando un curiosos rebaño verde.


Y seguimos por este camino adoquinado que nos acerca a ese mundo rural que comenté en el principio.


El verde empieza a dominar en el paisaje y no nos va a dejar durante todo el camino.


Y empezamos a impregnarnos de múltiple detalles que llaman nuestra atención, como este precioso hibisco.

"Voy camino de la tarde
entre flores de la huerta,
dejando sobre el camino
el agua de mi tristeza."

                                 Federico García Lorca


También hemos empezado a disfrutar con los pastos salpicados de vacas paciendo o descansando sobre la hierba. Otro elemento que va a ser una constante de nuestro camino.

"El rancho en la hondonada.
La vaca triste.
Y el alma mía que les canta.
La vaca triste. El rancho en la hondonada.
Desde este tren de ensueño,
nada..."

                                Liber Falco

Tupidos caminos abovedados por robles y castaños y alfombrados ya de otoñales hojas serán constantes a lo largo de nuestro peregrinar.


Y el verde, el color verde en todas sus tonalidades que impregnará nuestras retinas y dejará una huella indeleble en nosotros, será otra constante durante las siete etapas.


Si seguís las etapas vais a ver más de una foto de helechos. La cantidad y el tamaño de los mismos impresiona. 


Y las castañas, aún envueltas en su espinosa cápsula, abundan por los caminos.


La niebla es otro de los fenómenos atmosféricos que serán habituales a diario. "Estos es Asturias", nos dijeron varias veces los lugareños. Y así lo asumimos. Lo cierto es que confieren al paisaje un halo de misterio y de magia que le otorga un aspecto muy especial.


Y seguimos caminando entre sorprendidos e ilusionados por el paisaje, el ambiente, los colores, los aromas...Esta pista terrena nos ha de llevar hasta Lampaxuga.


Vamos a encontrar muchos lavaderos que nos harán recordar los que vemos en nuestras andanzas por tierras valencianas.


En muchos casos se encuentran junto a ermitas, como en este caso.
El lavadero se encuentra junto a esta capilla dedicada a la Virgen del Carmen.


Interior de la capilla.


El cielo se encapota cada vez más y nos tememos que no tardará en llover.


Imagen  casi insólita, podríamos decir, por lo poco habitual para nosotros. Bellotas colgando ufanas del roble que las ha hecho crecer.


Pero mientras mantenemos la esperanza de que el tiempo nos acompañe, aunque los pronósticos no son nada halagüeños.


más adelante, junto al camino, encontramos este lavadero tradicional, el lavadero de la Pipera.


No tardamos en llegar a Lloriana, donde pasamos por delante de su iglesia de Santa María (S. XII).


Que tiene adosada una fuente de aguas frescas.


Y el cementerio también junto a ella.


Una prolongada bajada que acometemos con precaución por lo resbaladiza que está y que nos llevará hasta la AS-232 para entrar en la Bolguina.


La humedad era más que evidente y cada vez era más inminente el inicio de la lluvia.


Entrando en la Bolguina.
Pasamos de largo por delante del bar, luego nos arrepentiríamos.


Seguimos empapándonos de pequeños detalles que jalonan el camino.


Pasamos por Fabarín y dejamos la carretera para cruzar el puente de Gallegos (S. XIII) sobre el río Nora, afluente del Nalón.


En la actualidad es de acceso peatonal y presenta una escultura moderna de hormigón.

Vadeando el Nora por el puente de Gallegos. Al parecer el adjetivo le viene por ser paso hacia los que se dirigían hacia Galicia.

Frente a él vemos el nuevo puente que salva el río y que propició que el antiguo se peatonalizara.


Seguimos aproximadamente medio kilómetro por la carretera. Junto a ella, un lavadero más.


Seguimos disfrutando de una exuberante vegetación que nos encanta.
En la foto, la flor de una yuca filamentosa.


Tras deambular ese medio kilómetro por la carretera, nos desviamos por este camino que se va a introducir en un precioso bosque paralelo al río. Se puede seguir por la carretera, recortando tal vez distancia, pero te pierdes este precioso camino.


El río Nora nos acompaña en este tramo.


Una verdadera maravilla caminar por lugares así. Es indescriptible las sensaciones que produce disfrutar de caminos como éste. Hay que vivirlo, no contarlo.


Caminando por aquí empezamos a notar las primeras gotas, que van a ir en aumento en muy poco tiempo y que nos va a obligar a ponernos el chubasquero. El camino nos lleva a una pista asfaltada que en una buena subida nos devuelve otra vez a la carretera.


En pleno esfuerzo en la subida.


La lluvia ya no nos va a abandonar durante toda la jornada y habrá momentos que arreciará.


Con un cielo tan nublado y la lluvía que caía, vimos muy tristes a estos girasoles, que seguramente, añoraban ese sol que los guía habitualmente.

"Sal de mi corazón, del que me has hecho
un girasol sumiso y amarillo
al dictamen solar que tu ojo envía."

                             Miguel Hernández


La carretera nos lleva a L!Escampreru, donde nos llevamos el gran chasco de ver cerrado "Casa Concha" por descanso los miércoles y nos arrepentimos de no haber parado en la Bolguina. Y hemos de continuar bajo la lluvia. Vemos que por obras en la carretera de Avilés, hemos de tomar un pequeño desvío.


Llegamos a Valsera pasando por la Capilla de Fátima.


Con la humedad del ambiente, vamos a ver hongos yesqueros en muchos troncos.


Y seguimos disfrutando de caminos como éste.


Cruzamos este puente sobre el río Andallón y llegaremos enseguida a Premoñu.


En Premoñu descansamos y nos protegemos un momento de la lluvia en el porche de la capilla de Santa Ana (S. XVII).


A la salida de Premoñu seguimos un camino a la derecha que nos va a llevar a Paladín, donde tenemos la esperanza de poder tomar algo en el hostal Villa Palatina, de donde nos separan tres kilómetros.


Las gotas de lluvia empañan el objetivo de la cámara y deslucen las fotografías, aunque no consiguen deslucir lo que disfrutamos de caminar por estos ancestrales caminos.


Llevamos ponchos impermeables y chubasqueros, pero vamos empapados. La lluvia no cesa y nada impide que nos mojemos hasta los huesos.


El río Nalón nos acompaña.

"Va a llover... Lo ha dicho al césped
el canto fresco del río;
el viento lo ha dicho al bosque
y el bosque al viento y al río."

                                Jaime Torres Bodet

Y llegamos a Villa Palatina. Afortunadamente estaba abierto y nos recibieron y atendieron de maravilla.


La foto a la salida es testigo de la alegría que llevábamos después del almuerzo.


Hemos de continuar camino y salimos de Paladín cruzando el río Soto, afluente del Nalón.


Después de atravesar Puerma, dejamos el asfalto y seguimos camino por una senda de ribera. 


A nuestra izquierda, el Nalón.


La senda nos lleva a la AS-234 por la que seguimos con precaución porque carece de arcén. 



Aproximadamente un kilómetro después de salir a la carretera, cruzamos el Nalón por el puente de Peñaflor.


A esta imagen le viene bien un precioso poema de Ángel González que acabamos de ver en un panel junto al camino. Es el siguiente:

"No vas tú por el río:
es el río el que anda
detrás de ti, buscando en ti,
el reflejo, mirándose en tu espalda.
Si vas deprisa, el río se apresura
si vas despacio, el agua se remansa."


Ya en Peñaflor, pasamos junto a la iglesia de San Juan (S. XIII, restaurada en los S. XVIII-XIX).


Y entramos en Grado por este puente sobre el río Cubia, afluente del Nalón, pero aún nos queda un poco para terminar la etapa.


Callejeamos por Grado antes de llegar al parque de San Antonio.


Parque de San Antonio de Grado. Bordeamos el parque y subimos al albergue de Grado que se encuentra en la parte de arriba.


Y aquí, en el albergue de Grado, cuñamos la credencial y ponemos fin a esta primera etapa.

La lluvia no ha cesado, pero no ha impedido que disfrutáramos mucho de todo lo que hemos visto y vivido. Mañana nos espera otra etapa que seguro que nos aportará también grandes momentos. Esperemos que el tiempo sea más benévolo con nosotros.

Remato con este pensamiento de René Descartes que viene muy bien tras la experiencia de esta primera etapa aquí en Asturias: “Los viajes sirven para conocer las costumbres de los distintos pueblos y para despojarse del  prejuicio de que sólo en la propia patria se puede vivir de la manera a que uno está acostumbrado” 

Demás etapas:



Película de la etapa.

4 comentarios:

  1. Hola Emilio.

    Bonito contraste el de esta primera etapa, con ese trazado urbano, pero cultural a la vez, por las calles Oviedo primero y luego con esa transición hacia terreno más campestre, hasta que ese verde tan típico de Asturias, que la humedad de la jornada resaltó aún más, terminó por afianzarse.

    Muy de acuerdo con las palabras de Descartes con las que cierras la crónica, crónica que por cierto, y como de costumbre, te ha quedado muy bonita.

    Estaré atento a las siguientes!

    Un abrazo.

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    1. ¡Hola, Dani! Una etapa que para empezar, no está mal. Salida de la urbe para luego empaparnos de toda la naturaleza desbordante que encontramos en esta bonita tierra. Y, desde luego, aprendemos y conocemos otros modos de vida diferentes a los nuestros y, sin embargo, tan parecidos. Es una paradoja, pero en el fondo es así.
      Un abrazo.

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  2. ¡Hola Emilio!

    Gran etapa con un toque cultural genial, ni la lluvia pudo quitarle su belleza.

    Una pasada el entorno por el que va esta camino primitivo, ahora a ver si continúo poniéndome al día, que con el peque cuesta encontrar tiempo para leer y comentar.

    Un abrazo.

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    1. ¡Hola, David! Una bonita etapa sin duda, algo empañada por la lluvia, pero eso ya no nos arredra y disfrutamos de todo lo que vivimos y caminamos. Es normal y necesario que dediques más tiempo al peque que a estas labores, hemos de dedicarles todo el tiempo posible, no te arrepentirás de hacerlo porque recompensa mucho.
      Un abrazo.

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