EL CALDERÓN O ALTO DE LAS BARRACAS (29/3/2014)

El cerro Calderón o Alto de las Barracas es de ineludible visita para cualquier senderista que se precie. No en vano es la máxima altura, no sólo de la provincia de Valencia, sino de toda la Comunidad con sus 1836 m (según reza el poste de madera de su cima, aunque en el cartográfico del IGN figura 1838 m). 

Y como no podía ser de otra manera, este fin de semana era el previsto para subir a esta cima desde la Puebla de San Miguel (1100 m de altitud) siguiendo el PR-CV 131-8, a pesar de la previsiones de mal tiempo y de las pésimas condiciones de la carretera de acceso a esta recóndita población del Rincón de Ademuz. Las 8 de la mañana fue la hora fijada para la salida desde la Puebla de San Miguel.

El presumible mal tiempo, la distancia y el mal estado de la carretera hizo que el grupo dispuesto para la realización de la ruta se redujera a tres.

Aquí posamos para la posteridad (y para esta entrada en el blog) a la puerta de la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel , de izquierda a derecha: Emilio Romero, Rafa y un servidor.

Pero la vida está llena de casualidades y el destino hizo que este mismo fin de semana nuestros amigos de Casiaventurilla y Senderoxtrem hubieran pensado hacer lo mismo. El grupo de Senderoxtrem tenía previsto colocar un original buzón de firmas en la cima más alta de la Comunidad. Ellos no tenían pensando subir por el PR sino por el barranco del Saladillo y el de la Hoz, subida más directa. No nos lo pensamos mucho y nos unimos a ellos.

Ahora el grupo había crecido bastante.

Tras un reconfortante café, el grupo se dispuso a iniciar la ruta.

Salimos de la Puebla de San Miguel por la carretera, dirección a Mas del Olmo. 

 Un paisaje espectacular, cubierto de nubes, nos emociona.

 

El colorido, a pesar de las nubes, es una maravilla. En el conjunto destacan los almendros en flor y otros frutales.

Ermita de San Roque.

En este punto, dejamos la carretera por la derecha de la ermita, por un camino que enfila hacia el barranco del Saladillo y que transcurre entre campos.

El camino se adentra en la rambla.

Ya desde el inicio encontramos soberbios ejemplares de sabinas, cosa que va a ser una constante durante todo el recorrido.

Y después de caminar unos 800 m, llegamos hasta un campo de almendros que hemos de bordear por la izquierda y subir por el ribazo hasta un camino.

El espectáculo de la primavera.

Tras subir el ribazo del campo continuamos hacia la izquierda por una senda que pronto girará hacia la derecha para adentrarse definitivamente en el barranco del Saladillo.

Vamos ganando altura poco a poco. 

Las diferentes tonalidades del paisaje nos sigue impactando.

El primer tramo del barranco es bastante abierto y el grupo camina en bloque.

Encontramos ya algunas sabinas rastreras, que en las proximidades del cerro Calderón serán las grandes protagonistas.

También encontraremos enebros en este paisaje tan espectacular.

Vamos recorriendo el lecho del barranco buscando el mejor paso posible, sorteando vegetación propia de estas zonas.

El barranco se va estrechando poco a poco.

La estrechez del barranco obliga a caminar de uno en uno.

La altas paredes nos envuelven y empequeñecen.

Al ir en cabeza del grupo y desconocer la ruta, seguimos por el interior del barranco justo en una zona donde la estrechez de las paredes era grande, escasamente dos o tres metros de anchura. Hasta que llegamos a un punto cuyo paso era difícil de superar: unas rocas lo impedían. Al regresar sobre nuestros pasos para reunirnos con el grupo vimos que nos estuvieron llamando para avisarnos que teníamos que haber salido antes en un punto determinado. En el track aparece este tramo de ida y vuelta que se debe evitar.

Hasta aquí llegamos. Unas grandes rocas nos impedían el paso. Además, nuestra ruta no seguía por aquí. Tuvimos que regresar unos 400 metros para salir del barranco.

En este tramo de barranco encontramos algunos jóvenes ejemplares de tejos.

En este punto, por el lateral izquierdo del barranco, nos salimos del mismo por este estrecho paso rocoso que hemos de hacer con cuidado de nos resbalar.

Este es el punto más complicado del recorrido. Dejamos el barranco y ascendemos en pocos metros a gran altura sobre el mismo.

Dejamos el barranco del Saladillo para adentrarnos en el de la Hoz. Esta subida tiene una buena pendiente que nos pone a prueba.

Cuando ya hemos adquirido cierta altura, nos detenemos en un mirador natural con espectaculares vistas del barranco que hemos recorrido y las altas paredes del entorno.

Y qué mejor lugar que esta estupenda atalaya para parar a almorzar.

El entorno es espectacular.

Tras el almuerzo continuamos la marcha y seguimos ascendiendo.

Magníficos ejemplares de pino albar nos van saliendo al paso.

En algunos puntos vemos pequeños rodales de nieve.

Otro majestuoso ejemplar de pino nos sorprende a mitad del bosque. Su espectacularidad hace que no tenga nada que envidiar al cercano pino Vicente. Ante semejantes ejemplares uno no puede dejar de fotografiarse.

Maravilloso ejemplar.

Al final, desembocamos en esta pista que cruzamos para continuar por el barranco de la Hoz, sin camino definido, dirección hacia el Calderón.

Avanzamos entre pinos sin parar de subir.

Con la altura la vegetación se va haciendo cada vez más escasa. Los enebros, las sabinas rastreras y los pinos negrales pueblan estas alturas.

Entre pinos.

A medida que nos acercamos al vértice geodésico las sabinas rastreras pueblan el suelo, acompañando a un terreno pedregoso. El viento sopla con muchísima fuerza y el frío se empieza a notar.

Por fin llegamos hasta el vértice del cerro Calderón, luchando con el viento en contra.

La numerosas nubes, que pasan a gran velocidad, el fortísimo viento y el frío no facilitan contemplar el paisaje. Pero algo podemos entrever y aprovechamos para fotografiarlo desafiando la fuerza del viento.

Popular poste del Alto de las Barracas.

El paisaje debe ser precioso.

La foto en el geodésico tampoco puede faltar.

Este es el original buzón colocado en la cima del Calderón por Senderoxtrem.

El grupo aguantando el frío tras la colocación del buzón-cohete.

Emilio Romero, Rafa y servidor en el Alto de las Barracas, posando para la posteridad.

Panorámica de lo alto del cerro Calderón.

Tras pasar bastante frío y hacer como pudimos algunas fotos, nos dispusimos a bajar. La bajada la realizaríamos por el PR-CV 131-8.

Restos de una reciente nevada en algunos puntos.

Otro rodal de nieve entre estos jóvenes ejemplares de pino.

Otro precioso ejemplar de pino.

A medida que descendemos, vuelven los pinos y el viento se suaviza. Seguimos la pista que lleva hasta la Puebla de San Miguel.

Pasamos de largo por el desvío al Pino Vicente, que no visitaremos en esta ocasión.

También dejamos atrás el desvío al pico del Gavilán, que también dejaremos para otra ocasión.

Pasamos por este cruce que también conduce al Calderón.

Marcas del PR_CV 131.8 que vamos siguiendo.

Junto a la pista nos encontramos el corral del Bisco.

Desde la pista obtenemos excelentes vistas de todo el valle con la Puebla en el fondo.

A unos 300 m del corral del Bisco, este hito nos marca una "senda" a la izquierda sin marcar, pero bastante definida en casi todo su trazado y que permite ahorrarnos algo más de 3 kms de pista atajando para desembocar en la Santica.

En el descenso, en algunos puntos vertiginoso, encontramos monumentales ejemplares centenarios de sabinas.

Este atajo es más bonito que seguir la monótona pista.

Y más pinos espectaculares.

La senda nos proporciona excelentes vistas de la Puebla de San Miguel.

La senda cruza la pista en este corral para evitar una curva y desemboca en la "Santica".

La senda por la que hemos atajado, termina aquí, en la Santica. El Peirón está dedicado a la Virgen de la Cueva Santa.

Este último tramo transcurre totalmente por pista.

Seguimos descendiendo hacia el valle. El paisaje magnífico.

Los campos engalanados de blancas flores dan colorido a este adusto paisaje.

Otra vez pasamos junto a la ermita de San Roque.

De regreso de nuevo a la Puebla.

Pasamos por la fuente de San Antonio Abad, antes de entrar definitivamente al pueblo.

Como suele ser habitual en estos casos, el día termina con una buena comida de confraternidad que no deja indiferente a nadie. En el bar de la Puebla nos dispusimos a terminar esta estupenda mañana senderista.

Y esta es la paella que nos tuvimos que comer (¡Qué sacrificio!).

El ambiente durante la comida fue fabuloso.

En resumen: excelente ruta a la máxima altura de la Comunidad que nos ha dejado un excelente sabor de boca y más teniendo en cuenta la estupenda compañía de la que disfrutamos. Preciso llevar agua ya que no encontramos fuentes en el recorrido.


Mapa de la ruta

La ruta en Wikiloc

                          

Película.