CIRAT: SALTO DE LA NOVIA,NOGUERICA,BARRANCO DE LAS SALINAS (4/11/2012)

Esta semana hemos visitado Cirat invitados por Carlos (Tío Charly) encargado del Albergue rural Jaramacil de esta población del Alto Mijares. Como yo, otros buenos amigos senderistas como Juanjo Carrasco (Caminatasalas8) y su inseparable compañero Vicente Gimeno o José Tomás (Foto Rutas Camunidad Valenciana) gran conocedor de la zona y autor de numerosas rutas por Cirat, junto a otros entusiastas senderistas, acudimos a esta invitación para recorrer una bonita ruta por los alrededores del pueblo que nos llevaría a visitar los restos del castillo de Cirat, el conocido Salto de la Novia, el mirador de la Noguerica y el barranco de las Salinas.

El lugar de encuentro era la Plaza de la Virgen, donde se encuentra enclavado el albergue Jaramacil, que os invito a visitar. A las 9 de la mañana nos encontramos allí conocidos y no tan conocidos para realizar esta bonita ruta circular de unos 10 km, por parajes emblemáticos de la zona.Las lluvias de las últimas semanas y la que parecía que iba a caernos hoy, auguraban un salto de la Novia con agua suficiente para ver la cascada y pozas del barranco de las Salinas llenas, después de haber padecido un verano tan seco.Más o menos sucedió ésto, si bien, la cantidad de agua había disminuido con respecto a la que llevaron dos semanas atrás después de las abundantes lluvias caídas en la zona.

 

 Sobre las 9 de la mañana, fuimos llegando a la Plaza de la Virgen. Sañudos y presentaciones antes de comenzar.

Una vez reunidos todos, comenzamos a callejear por Cirat, buscando la salida del pueblo.

En la foto la torre del Conde de Cirat, en la Plaza Mayor, el edificio más emblemático del pueblo.

Vicente Gimeno ante el edificio del Ayuntamiento.

La foto del grupo, antes de salir del pueblo, junto a esta bonita fuente de Cirat.

 Saliendo del pueblo el cielo está nublado y caen algunas gotas, pero en este ambiente el campo está magnífico.

Vamos por pista un tramo siguiendo las indicaciones de Salto de la Novia.

El poste direccional nos enseña el camino a seguir.

Las pista se ha convertido en una preciosa senda entre pinos y va ascendiendo suavemente.

La humedad , la llovizna y el cielo encapotado confieren a la mañana un aspecto espectral y especial. Los aromas del monte inundan nuestras pituitarias.

En este punto de la senda, nos desviamos para subir a los restos del Castillo de Cirat.

Los cinglos de la Noguerica enfrente. Allí hemos de subir más tarde. Bajo nuestros pies el barranco de las Salinas.

Subimos al castillo por la senda más directa y empinada con cuidado de no resbalar en las mojadas piedras. Lo que se aprecia parecen restos de la base de una torre.

Frente a nosotros, desde la plataforma del castillo, se nos presenta el Campero, altivo y airoso.De seguro que subiremos a él en otra ocasión más propicia.

Estos restos tienen pinta de pertenecer a lo que fue el aljibe.

A nuestros pies podemos contemplar el fondo del barranco de las Salina. Ahora lleva agua. Por esta parte, el castillo carece de muralla, dado que por este lado es inexpugnable.

Posando con la Noguerica de fondo mientras el grupo disfruta del paisaje.

Sin querer, la vista se nos vuelve de nuevo hacia el Campero, custodiado por el Rosaire a su derecha.

Descendimos del castillo por una senda que bordea la muralla, de menos pendiente que por la que subimos y llegamos al mismo punto desde el que veíamos estos restos de muralla.

De nuevo en la senda que conduce al Salto de la Novia. Seguimos en esa dirección.

Descendemos ahora por una bonita senda de herradura que conserva su pavimento en bastantes zonas y por la que antaño transitaban los vecinos que vivían y cuidaban las huertas cercanas al barranco de las Salinas.

Las últimas lluvias han hecho crecer algunas setas como la de la fotografía.

En el punto que vemos en la foto, la senda cruza el barranco de la Losa junto a la fuente del piojo.Las losas aún mantienen la humedad del agua que discurría por ellas estas semanas atrás.

Proseguimos en dirección al Salto de la Novia. Carlos esperando a componentes del grupo.

Una de las masías que antaño cobijaba a masoveros que cultivaban los huertos y bancales de esta zona.

La senda discurre bajo estas elevadas y rocosas paredes.

Salimos a una pista en la que encontramos una pequeña zona de recreo  y este poste señalizador que hemos de seguir ahora.

Una senda con una empalizada de madera como barandal, nos conducirá a la parte inferior del Salto de la Novia.

Una vez visitado el Salto de la Novia en su parte inferior, ascenderemos a un mirador desde el que admiraremos este monumento natural pero ahora desde lo alto.En la foto se puede apreciar la barandilla de madera del mirador.

Por fin llegamos hasta este paradisiaco lugar y aunque la cascada no lleva todo el agua que cabria desear, es suficiente para apreciar la belleza que encierra este bello rincón de Cirat y que lo convierte en un verdadero emblema de la localidad, digno de ser visitado y admirado.

Posando con Carlos en este bello paraje.

Visitado el Salto, nos dispusimos a subir al mirador y contemplarlo desde lo alto. Además aprovecharíamos para almorzar en él.

De camino vimos este madroño cuyos frutos aún estaban verdes. Una pena.

Aprovechamos el mirador para tomar el merecido almuerzo.

 Preciosa perspectiva aérea del Salto de la Novia. Vale la pena extasiarse contemplándolo.

Volvimos sobre nuestros pasos y la lluvia empezó a caer . Ahora tomaríamos la senda de la Jarica y giraríamos en un punto por una senda que nos conduciría al mirador de la Noguerica.

Este tramo de senda tenía la frondosidad que podéis ver en la foto. Se aprecia que es una zona de umbría. La lluvia de estos días ha contribuido aún más a reverdecer las especies vegetales que crecen aquí.

El horizonte brumoso no disminuye el encanto de las vistas de la zona.

En un punto, abandonamos el caminos más ancho que llevábamos y cogemos una senda a la derecha bastante limpia y tupida que asciende al mirador de la Noguerica. La lluvia arrecia cada vez más.Es preciso ponerse el chubasquero. Algunos centenares de metros antes de llegar al mirador nos asomamos a un saliente desde el que tenemos una bonita

 perspectiva de Cirat y el valle del Mijares.

Cirat en el centro de la imagen, enclavado en el valle que surca el Mijares.

 

Aquí Cirat más cerca, con el zoom. El amarillo de los chopos, es la señal evidente de por donde discurre el río.

La lluvia es cada vez mayor y decidimos no llegar hasta el mirador y descender hacia Cirat. Retomamos la senda hacia abajo y volvemos a salir a la pista de la Jarica y continuando por ella hacia Cirat.

Fuente de la Jarica, entre piedras y hiedra.

La pista nos conduce hasta este punto: el pilón de Royas, que marca el camino Real de Onda a Aragón.Nos encontramos ya próximos a Cirat.

Seguimos bajando hacia Cirat. Ya estamos casi sobre sus tejados.

Muy cerca ya del pueblo, encontramos la señal que se desvía hacia el barranco de las Salinas. Decidimos desviarnos hasta donde nos permita el estado de las losas y piedras ya que mojadas pueden ser un peligro evidente.

Cruzamos el arroyo que baja del barranco y nos introducimos en él.

Llegamos hasta esta primera poza, donde detenemos el camino al encontrar las piedras demasiado húmedas y resbaladizas para ser pisadas.La prudencia ante todo.

José Tomás tanteando el terreno por si era factible adentrarse un poco más.

Regresamos pues hacia Cirat y aún vimos desde la pista el Pozo Negro, otra de las pozas en las que se suele bañar la gente cuando los calores aprietan.

Finalmente y como fin de fiesta, degustamos una exquisita paella que Carlos y su mujer  prepararon para todos nosotros. Gracias a ambos, un aplauso para ellos y que volvamos a repetir en otra ocasión con motivo de otra ruta por estos lares.

Fachada del albergue Jaramacil.

Película

Galería fotográfica.