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martes, 25 de febrero de 2014

EL CAMINO ARAGONÉS O TOLOSANO (2010)



Tras varios años en el baúl de los recuerdos he decidido sacar a la luz este bonito Camino Aragonés a Santiago que realicé en julio de 2010, por el que entraban en España, camino de Compostela, los peregrinos europeos que procedían de Italia, Austria, países del este y sur de Europa. Denominado también como Camino Tolosano es, por tanto, un camino con la misma tradición peregrina y antigüedad que el Camino Francés. 



Es Somport un puerto natural de paso en el valle de Canfranc y por ello, utilizado desde tiempos remotos para cruzar los Pirineos. Nuestro camino recorrerá unos 160 km hasta Puente la Reina, donde confluye con el Camino Francés y que repartiremos en seis bonitas etapas que intentaré resumir en esta entrada. Por supuesto no pretende ser una descripción exhaustiva del camino, sino más bien un somero relato a modo de homenaje a tan milenaria ruta y a los buenos momentos vividos en su caminar. Recorreremos tierras de dos comunidades autónomas (Aragón y Navarra) y tres provincias (Huesca, Zaragoza y Navarra). Transitaremos pues, por paisajes muy variados que harán de la ruta una agradable travesía. Al ser un camino todavía poco transitado, disfrutaremos de muchos momentos de soledad y recogimiento que le confieren un encanto especial a este recorrido , impregnándonos del misticismo que acompaña a este camino milenario.

1ª ETAPA: ESTACIÓN DE CANFRANC / JACA (23 KM)

Localidades de paso:

Tiempo total aproximado: 7 horas y media.

Nuestro camino se inicia en Canfranc-estación, moderna localidad surgida a raíz de la construcción de la estación internacional de Canfranc a principios del s. XX, a donde llegamos cerca de las 9 de la mañana procedentes de Jaca, donde hicimos noche el día anterior. Nuestros primeros pasos se centraron en acudir a la casa parroquial para obtener la credencial del peregrino. Al no encontrar al párroco, nos dirigimos al local de Información y Turismo donde no disponían de dicha credencial, aunque amablemente nos cuñaron unos papelitos para certificar nuestro inicio en este punto que luego pegaríamos en la credencial, que hubimos de obtener en Jaca. 

A continuación nos dirigimos a la estación Internacional de Canfranc, desde donde comenzaba nuestra andadura de seis jornadas hasta llegar a Puente la Reina.


Aquí estamos posando en el andén de la estación un servidor, Alberto y Javi.


La estación de Canfranc es un monumental edificio que nos recuerda a un palacio, inaugurado en 1928 por el rey Alfonso XIII que formó parte de un proyecto conjunto con Francia para unir ambos países a través de una línea férrea que atravesaba el puerto de Somport.Dejó de utilizarse entre los años 1945 y 1949. Tras muchos años abandonada, en la actualidad pertenece al Gobierno de Aragón y se han realizado en ella diversas actuaciones de restauración para que puede ser visitada y mostrar así parte de su pasado esplendor. En verano de 2013 empezaron estas visitas guiadas al parecer con una buena aceptación por parte de los visitantes (Ver: La estación de Canfranc). Frente a ella se encuentra la actual estación que se utiliza para trenes de media distancia operados por Renfe que la unen con Zaragoza.



Moderna iglesia de Ntra. Sra. del Pilar (Miguel Fisac)


Desde aquí y durante muchos kilómetros seguiremos  casi paralelos al río Aragón, corriente fluvial que dio nombre al Reino de Aragón y a la actual Comunidad de Aragón.


Salimos de Canfranc-Estación dirección a Jaca y cruzamos el río Aragón por este puente, después de bajar unas escaleras junto a un túnel. Las flechas amarillas nos marcan, inconfundiblemente, el camino.


Desde el camino vemos la Torreta de Fusileros, construida a finales del s. XIX tras la construcción de la carretera de Zaragoza a Francia por el Somport para defender este paso de posibles invasiones francesas. Aunque moderna, tiene aspecto medieval.


Avanzamos por el valle de Canfranc entre senderos cubiertos por la típica vegetación pirenaica.



El agua también es la protagonista en este tramo. Muchas arroyos y torrentes desaguan en el río Aragón, formando a veces bonitas cascadas como ésta de la imagen.

Y el cauce del río nos sirve también de guía, puesto que  transcurrimos en todo momento junto a él por un precioso sendero.

Estos postes metálicos nos van informando de la distancia que nos queda para llegar a Santiago. Por tierras de Aragón, este camino coincide con el GR 65.3 que recorre la Jacetania, la Canal de Berdún y Valdonsella. Por ello, también encontraremos las clásicas señales blancas y rojas típicas de un GR.




Tras una hora más o menos, llegamos a la población de Canfranc, ésta mucho más antigua (s. XI), ejemplo de pueblo fronterizo y comercial con la vecina Francia y donde se instauró una especie de aduana para el cobro de peajes a viajeros y mercancías en época medieval. Ha sufrido graves incendios en su historia debido al uso de la madera en sus construcciones. Dos de ellos fueron particularmente virulentos: el de 1617 y el de 1944. Este último supuso la despoblación casi total del pueblo, de la que aún está recuperándose lentamente.

Tras salir de Canfranc, volvemos a cruzar el Aragón por este puente románico de los Peregrinos, toda una joya y un placer para el peregrino.


Un gran silencio nos acompaña en todo este trayecto. El maravilloso entorno natural de este milenario camino nos envuelve.

En algunos tramos el río Aragón forma estrechas y profundas gargantas. Nuestra senda tiene el privilegio de transcurrir junto a ellas.


En las cercanías de las principales poblaciones, estos paneles nos informan de la historia del lugar al que nos aproximamos.En este caso nos acercamos a Villanúa.

Villanúa a los pies de picos pirenaicos de más de 2000 m.


Salimos de Villanúa y seguimos por la margen izquierda del río, dirección Castiello de Jaca. Dejamos tras nosotros, poco a poco, las altas cumbres del Pirineo que aún conservan algo de nieve.


Los paisajes son espectaculares.

Llegamos sobre las dos de la tarde a Castiello de Jaca, población nacida en torno a una fortaleza levantada sobre un cerro para la defensa de la cercana ciudad de Jaca. El calor aprieta de lo lindo y las fuerzas empiezan a faltar. Una fuente de fresca agua nos alivia los calores y el cansancio. Cruzamos el pueblo por la calle de Santiago, como no podía ser de otra manera.

A la salida de Castiello de Jaca cruzamos el río Ijuez, afluente del Aragón, en el punto que vemos en la foto.


Antes de llegar a Jaca, el camino pasa junto a la ermita de San Cristóbal. Una fuente de agua fresca y un banco acogen al peregrino, mientras el santo lo protege de las adversidades del camino.

Y al fin, sobre las cinco de la tarde, tras unas 8 horas de caminar con fuerte calor, llegamos al final de la etapa: Jaca. Ésta es la primera población importante de este histórico camino Aragonés en España. Con ganas de quitarnos el calor y descansar, nos dirigimos al albergue de peregrinos, donde tendremos ocasión de hacerlo.


Albergue municipal de peregrinos de Jaca.


Catedral de Jaca, en su cara sur, con un bonito pórtico y bella portada en su interior.


Tras el descanso y una buena siesta, toca callejear por la ciudad, visitar sus principales monumentos, en mi caso comprar zapatillas nuevas. Las que traía habían hecho ya muchos caminos y aquí dijeron que ya no podían continuar más. También nos acercamos a la iglesia de Santiago de Jaca para obtener la credencial de peregrino que nos hacía falta, El párroco, tras una entretenida charla en la que defendió la mayor antigüedad de éste camino sobre el de Roncesvalles, nos entregó las credenciales. Continuamos la visita a la ciudad, buscamos un sitio para cenar y enseguida a descansar. En el Camino se madruga y es preciso acostarse pronto. Mañana nos espera otra dura jornada.

2ª ETAPA: JACA / ARRÉS (24 KM).

Localidades de paso:


Tiempo total aproximado: 7 horas y media.

Tras una calurosa noche, sobre las 6,30 nos disponemos a salir del albergue. Buscamos algún lugar para desayunar pero no encontramos nada. Por lo tanto, continuamos nuestro camino hasta encontrar algún bar donde podamos desayunar. Durante esta etapa, recorreremos la Canal de Berdún por la que corre el río Aragón. Dejaremos la variante que nos lleva hasta San Juan de la Peña porque alargaría en exceso la etapa y acabaremos en la pequeña localidad de Arrés donde la Federación de Asociaciones del Camino ha rehabilitado una casa de la población como albergue.


Nos vamos alejando del paisaje pirenaico y encontraremos zonas de bosques con quejigos  y pinos así como zonas con cereal, que en esta época de verano tiñen de dorado y amarillo el paisaje.

Al poco de salir de Jaca llegamos a este cruce de caminos donde se nos ofrece la posibilidad de desviarnos por la variante a San Juan de la Peña, precioso monasterio que la tradición dice que ocultó el Santo Grial durante cuatro siglos (de 1071 al 1399) hasta ir a parar a Valencia tras diversas vicisitudes. Decidimos no tomar este desvío que alargaría en demasía nuestro camino y seguimos por el camino tradicional.

Tenemos suerte de transitar por bonitos y sombríos bosques (montes del Boalar).

Atravesamos algún barranco a través de puentes nuevos. Se nota que cuidan el trazado del camino, cosa que es de agradecer. Aquí cruzamos el barranco de Mosqueruela.

Volvemos a subir ahora por el bosque de Cornaraña.


Tras unas 3 horas de camino, vemos frente a nosotros, junto a la carretera, un hotel, la antigua venta de Esculabolsas, cuyo nombre le viene por haber sido lugar donde era habitual el mal trato a los peregrinos que veían vaciadas aquí sus bolsas por los hospederos. En este lugar desayunaremos.

Tras desayunar ligeramente pero con ganas, seguimos  nuestro camino hasta la cercana población de Santa Cilia de Jaca. En ella decidimos parar a almorzar.

A la entrada de Santa Cilia encontramos una moderna escultura del Santiago peregrino en la que no dudamos fotografiarnos.

Tras un buen almuerzo, seguimos nuestro camino bajo un sol implacable. Seguimos en todo momento por el margen izquierdo del río Aragón. Nos dirigimos hacia Puente la Reina de Jaca. 


Los campos de cereales bordean el camino.


Tras un tramo bastante llano y sin sombra, entramos en una bonita zona boscosa en el Monte Solandoto que agradecemos mucho.

Antes de salir de este bosque encontramos en un pequeño claro estas curiosas formaciones de piedras hechas, imagino, por los peregrinos que por aquí pasan.

Puente de acceso a Puente la Reina de Jaca sobre el río Aragón.


En Puente la Reina de Jaca confluye un ramal menor que entra en España por el Valle de Echo, pasando por la selva de Oza, Siresa, Echo y cruza longitudinalmente la Sierra de los Dos Ríos, para llegar a Puente la Reina de Jaca o más al oeste a Berdún donde enlaza con el procedente de Jaca.No nos quedamos aquí porque en el año que hicimos el camino, no había albergue en esta localidad. Decidimos continuar hasta Arrés, unos 4 km más allá.

En Puente la Reina tenemos la opción de seguir por el margen derecho del río, pasando por Berdún o seguir por el margen izquierdo hacia Arrés. Tomamos este segundo ramal puesto que las guías desaconsejan el otro recorrido por la falta de albergues, de señalización y por transcurrir en gran parte por asfalto.


Seguimos pues sin entrar en Puente la Reina y cogemos el desvío a Arrés. Seguiremos un tramo de carretera hasta que veremos un estrecho sendero en una curva que asciende por el monte Samitier entre matorral básicamente. Antes de encontrar este sendero, es el cereal el que nos acompaña.

Ya tenemos Arrés frente a nosotros, pero la subidita que nos espera, con el calor que hace, va a ser lo más duro de la jornada, sin duda.


El sendero llega por fin a la carretera de acceso a Arrés, que está situado en un altozano. El calor aprieta de lo lindo y la subida hasta la población es muy dura. Desde la carretera destaca la grandiosa torre de defensa de lo que fue su castillo.





Por fin, sobre las 2 de la tarde, con un sol de justicia, llegamos a este pequeño y sencillo albergue de 20 plazas de la Federación de Asociaciones del Camino donde nos recibieron con una fresquísima agua con limón que sació nuestra sed. No recuerdo el nombre del alberguero que realizaba el turno de la primera quincena de julio, le pido perdón, pero en contrapartida he felicitarle por el trato y porque nos hizo sentir como en familia.


Interior del albergue de Arrés.


Tras la ducha y una reconfortante siesta, una guía local nos llevó a conocer esta pequeña aldea. Nos mostró sus rincones más coquetos y la Iglesia parroquial.

Una guía local, cuyo nombre no recuerdo (pido disculpas por ello, porque su amabilidad no lo merece) nos enseñó la población y su sencilla iglesia de la Inmacualda Concepción, donde aprovechamos para descansar y refugiarnos del calor veraniego mientras nos contaba la historia de la iglesia y del pueblo.


En este albergue existe la costumbre de celebrar una cena comunitaria entre los peregrinos. El alberguero preparó un sencillo guisado de patatas que nos supo a gloria. Esto junto a una ensalada y una fresca sandía completaron un sencillo pero agradable menú que nos comimos en buena armonía.En la mesa del fondo nos sentamos los nacionales. En ésta en  primer término los foráneos (peregrinos de Polonia, Bélgica, Holanda). Con la voluntad de los peregrinos de un día, cenan los del siguiente. La solidaridad es imprescindible.

Tras la cena tuvimos ocasión de ver en el bar del pueblo un partido del mundial de Sudáfrica (Final de consolación Uruguay-Alemania) y tras el partido, el alberguero nos llevó hasta un mirador detrás del bar para contemplar una bonita puesta de sol.También nos contó un bonito cuento de la Mil y una noches.

Desde este mirador teníamos unas excelentes vistas de la Canal de Berdún. En la foto, en el montículo que vemos en el centro, se encarama la población de Berdún, al otro lado del río Aragón y que da nombre a esta comarca.



El albergue envuelto en las sombras de la noche.
Tocaba descansar. Mañana venía otra dura etapa. A las 10,30 retirada con la retina impactada todavía por la bonita puesta de sol.


3ª ETAPA: ARRÉS / RUESTA (28 KM).

Localidades de paso.

Tiempo total aproximado: 8 horas 45 minutos.

Sobre las 6,30 salimos de Arrés. Chispea un poco, pero se agradece. Las vistas del amanecer sobre la Canal de Berdún son magníficas. Hoy puede ser un gran día, como dice la canción.


Vistas del amanecer en la Canal de Berdún.


Vista retrospectiva, al poco de salir, de la localidad de Arrés encaramada en un peñasco a 700 m de altitud y la cresta del monte Santa Águeda detrás.


Vemos ahora Berdún desde más cerca. Los campos de cereal también nos acompañan por este terreno bastante llano.

Caminamos ahora por la Canal de Berdún, con el río Aragón a nuestra derecha. No encontramos ninguna localidad en este trayecto hasta que lleguemos a Artieda. Serán unos 15 km de bastante soledad.


La población que vemos a la izquierda en la loma de la montaña es Mianos. Estamos en la provincia de Zaragoza, por la que transitaremos durante un tiempo. El camino no entra en Mianos. Nuestra intención es seguir hasta Artieda. En este tramo nos despistamos y perdemos las señales. Pero nuestra orientación y las instrucciones de un labriego trabajando en su campo nos recondujeron por el buen camino.


Cuando vimos Artieda frente a nosotros supimos que volveríamos al buen camino. Teníamos ganas de llegar para descansar, almorzar y refrescarnos de fuerte calor que estábamos pasando.


El peregrino siempre persigue su sombra, dirección a occidente.


Y tras un buen repecho entramos en Artieda. Nos dirigimos al albergue, donde almorzamos y tomamos unas frescas cervezas que nos supieron a gloria. En la foto la iglesia de San Martín de Tours, de origen románico (s. XII).

Tras salir de Artieda , nos restan aún unos 11 km hasta Ruesta. El calor nos aprieta y endurece la marcha. Caminamos entre cereales y arbolado. A los pocos kilómetros ya vemos las aguas del polémico embalse de Yesa.

Pantano de Yesa.

Este polémico embalse conocido como Mar de los Pirineos, se sitúa a la entrada de los mismos. Represa las aguas del río Aragón. De él nace el canal de Bardenas, que trasvasa agua para el regadío a esta comarca y a la zona de la Ribera en el sur de Navarra y la comarca zaragozana de las Cinco Villas. Fue inaugurado en 1960 y provocó el abandono de varios pueblos : Ruesta, Tiermas y Escó. También anegó parte del original camino de Santiago. Asimismo se anegó una gran superficie de tierras de cultivo, que afectó a la población del valle. Una polémica ampliación del embalse que afectaría a más terreno del actual, hizo que las poblaciones y diversas asociaciones de la zona presentaran diversas denuncias al proyecto que parecen no haber terminado bien. Al menos parece ser que se va a llevar a cabo un recrecimiento pero con menores consecuencias que las previstas en un principio.

El tramo que nos queda hasta Ruesta se nos hace pesado. Hay tramos de carretera y poca sombra. El calor es muy fuerte y tenemos ganas de llegar a Ruesta. Sobre las 2,30, con el sol en pleno apogeo, llegamos al destino.

Albergue de Ruesta, en una de las casas rehabilitadas, en este pueblo abandonado, por la CGT.
Ruesta es una de las poblaciones que quedó abandonada tras la construcción del embalse de Yesa. Unos 20 años después del despoblamiento, la Confederación Hidrográfica del Ebro cedió el uso de Ruesta al sindicato CGT de Aragón, dentro de un plan de recuperación de despoblados originados por los embalses. Este sindicato con ayuda de alguna otra entidad han restaurado dos edificios del pueblo, casa Valentín y casa Alfonso, que funcionan como albergue y casa de cultura para conferencias.


Iglesia en ruinas de Ruesta.
Esta población, al parecer, tuvo cierta importancia en el camino durante el s. XI contando con varias iglesias (una dedicada a Santiago y otras dos dedicadas a Santa María y San Pedro) y algún hospital de peregrinos.

Tras la consiguiente ducha y siesta, aquí hay poco que ver. Una pequeña vuelta para ver el despoblado y luego nos dedicamos a descansar en la estupenda terraza sobre el pantano, ante un cielo amenazando tormenta de verano que luego se hizo realidad y esperando que , con los rudimentarios aparatos del albergue, pudiéramos ver la final del mundial de Sudáfrica entre Holanda y España, cosa que pudimos hacer a medias. Cenamos bien y en buen ambiente con el alberguero que era argentino y nos marchamos a dormir para retomar fuerzas para el día siguiente.

4ª ETAPA: RUESTA / SANGÜESA (22 KM)

Localidades de paso:


Tiempo total aproximado: 6 horas y cuarto.


Bien desayunados, sobres las 6 y media, nos disponemos a salir. La mañana es agradable. Las primeras luces del día aún no han aparecido. En esta semioscuridad y con un silencio absoluto, comenzamos a caminar por las abandonadas calles de Ruesta. Lo hacemos también en silencio para no alterar la soledad que dejamos detrás.Bajamos por una callejuela junto al albergue que desciende hasta cruzar el puente sobre el río Regal.

Nuestro camino sigue por una callejuela junto al albergue. Desde ella nos despedimos de la que fue nuestra habitación por una noche.


Descendemos por esta solitaria, silenciosa y triste callejuela.


El camino desciende hasta el río Regal, pero antes un vistazo atrás para retener en el recuerdo la última estampa de Ruesta.


Cruzamos el río Regal por un puente de madera, que desagua en el embalse de Yesa. Después pasamos cerca del camping que dejamos a un lado para continuar nuestro camino.


Y enseguida llegamos a la ermita de Santiago,que nos presenta esta sencilla portada de medio punto.

Vamos ascendiendo poco a poco, sin pausa, en una subida sostenida que se va endureciendo poco a poco por las estribaciones de la sierra de Peña Musera. Nos compensan las excelentes vistas sobre el embalse de Yesa. Enfrente, el abandonado pueblo de Tiermas, en la otra orilla del embalse, que tuvo unas conocidas termas romanas de donde le viene el nombre debido al manantial de aguas sulfurosas que existían allí. También tuvo un balneario que aprovechaba esas aguas termales. Ambos quedaron sepultados por las aguas.


Otra bonita panorámica del embalse.

Si hubiéramos realizado el camino por la orilla derecha del embalse, nuestros pasos nos habrían llevado por Escó, Tiermas, Yesa y por Javier con su famoso castillo, estas dos últimas ya en la provincia de Navarra , pudiendo haber visitado el Monasterio de Leyre (aunque fuera de la ruta). Lo dejaremos para otra ocasión.

Tras la subida constante y pronunciada entre robles y pinos, nos vamos desviando del embalse, hacia el suroeste y llegamos a una zona más llana, donde el cereal y los tonos ocres, marrones y amarillos predominan sobre los verdes. Campos de secano y cereal y silencio espectral que nos hace concentrarnos en nuestros pensamientos. Soledad y silencio son los compañeros del camino. Una sensación de libertad y paz inunda nuestro espíritu.


Desde que salimos de Ruesta, no hemos pasado por ninguna población. Ya tenemos frente a nosotros, en el fondo del valle, Undués de Lerda, última población aragonesa del camino. Hacia allí dirigimos nuestros pasos.


Este rudimentario poste nos informa de que entramos a la población por una antigua calzada romana.

Aspecto de la calzada romana de Undués de Lerda.


Estas bonitas lavandas nos reciben en Undués.

Albergue de peregrinos de Undués.


Aseada y silenciosa calle de este bonito pueblo zaragozano. Como dije antes, es la última población aragonesa del camino.Aprovechamos para almorzar, muy bien por cierto, en este bonito y recóndito rincón de Aragón.


Curioso timbre campanero en una casa de Undués.

Pero debemos de seguir hacia adelante. El Camino tiene estas cosas. Siempre mirando hacia adelante. Siguiendo al astro sol en su camino hacia el oeste, hacia el ocaso, donde se pone para luego volver a renacer por el oriente.


Al salir de Undués y hasta Sangüesa, el camino ondulea por colinas y vaguadas donde el matorral y los campos de cultivo, salteados por alguna que otra carrasca, son los verdaderos señores del terreno.

A poco más de 2 km de Undués encontramos este obelisco que marca el límite provincial de Aragón con Navarra. Entramos pues en Navarra.


El cereal se adueña del terreno y amarillea el campo. El viento agita las espigas produciendo un mar de olas doradas que van y vienen sin cesar. Nos sentimos llenos de plenitud y sosiego.


Por caminos rurales nos vamos acercando a la populosa Sangüesa.


Entramos en Sangüesa por este arco que atestigua la antigüedad e importancia de esta población.
Tras llegar a Sangüesa, como siempre que llegamos a un nuevo destino, buscamos el albergue de peregrinos. Nos hace falta una buena ducha y descansar del camino.


Habitación del albergue de Sangüesa.

En esta población se nos unen nuestros amigos Concha, Rafa y Vicente que continuarán el camino con nosotros hasta Puente la Reina. También tendremos una baja. Nuestro amigo Javier se verá obligado a volver a Valencia. Sus maltrechas plantas de los pies, al rojo vivo, no le permiten continuar. Es la ley del Camino.

Tras la ducha reparadora y el descanso conveniente, toca recorre la ciudad. Sangüesa sí que tiene mucho que ver. Es una población con mucha historia. Multitud de edificios civiles y religiosos así lo atestiguan. A sus iglesias y conventos hay que sumar numerosos palacios y casas solariegas que demuestran la importancia que esta villa tuvo en la Edad Media. La Sangüesa antigua no era ésta. Se correspondía con la cercana Rocaforte encaramada en un cerro. Dada la vecindad de este núcleo y su situación estratégica y proximidad a la ruta del Camino de Santiago, Sancho Ramírez le otorgó el fuero de Jaca (año1090) a quienes vinieran a habitar este lugar. Las condiciones del terreno dificultaban su ampliación por ello su hijo Alfonso I el Batallador construyó años después una nueva población en el llano concediéndole también a este nuevo núcleo el fuero de Jaca (1122) dando lugar a la nueva y actual Sangüesa. La nueva Sangüesa surgió en torno a la Rúa Mayor, eje principal de la población por la que cruzaba el Camino de Santiago. De todo este ilustre pasado son testigo la cantidad de monumentos de la población, algunos de los cuales recorreremos ahora brevemente.


Precioso artesonado de madera de uno de los palacios de la villa.


Rúa Mayor, columna vertebral de Sangüesa por la que atraviesa el Camino de este a oeste, como en las poblaciones nacidas por y para el Camino.


Iglesia de San Salvador (s. XIII). 
El pórtico del s. XVI fue construido para proteger la fachada.


Iglesia fortaleza de Santiago (s. XII y XIII). La portada presenta una talla de Santiago.


Interior de la iglesia de Santiago.


El nuevo grupo al completo posando en la portada gótica del convento de San Francisco de Asís.


Y la joya de Sangüesa: Iglesia de Santa María la Real (s. XII).
En el exterior destaca su torre almenada (s.XIV) que le confiere un caracter defensivo.


Pero sobre todo, su bellísima portada románica (s. XII), verdadero retablo en piedra, realizada al parecer por el maestro de San Juan de la Peña, que trabajó la parte superior, y Leodegarius al que se atribuye la inferior. Toda una imaginería en piedra para explicar la cosmogonía religiosa de la época, donde la parte superior representa el cielo y la inferior al Juicio Final.

Retablo plateresco del interior de Santa María la Real (s. XVI).


El equipo descansando un rato después de la visita turística a la población.

Ahora sólo nos queda buscar un lugar para cenar y a dormir. Mañana nos espera una larga etapa de casi 30 km por recorrer y es preciso estar descansado.


5º ETAPA: SANGÜESA / MONREAL (27 KM)

Localidades de paso:

Tiempo total aproximado: 8 horas y 45 minutos.


A las 6 de la mañana ya estábamos listos para partir. Desde Sangüesa se nos ofrecen dos opciones.Una que pasa por Rocaforte para ir a parar a Izco pasando por el Alto de Aibar. Y la otra ,que fue la que elegimos nosotros, que pasa por la Foz de Lumbier, verdadera joya natural que el río Irati (afluente del Aragón) ha esculpido en la roca caliza por la que corre y que, como amantes de la naturaleza, no podíamos dejar de ver.


Salimos del albergue  poco antes de las 6. Aún no había amanecido.


A la salida de Sangüesa, dirección a Liédena, cruzamos por última vez el río Aragón.

En Liédena hacemos un pequeño descanso para desayunar y proseguimos hacia la Foz de Lumbier, que recorreremos por la vía verde que transcurre por el antiguo trazado del antiguo tren del Irati, primer tren eléctrico de España. 

En las proximidades de la Foz ya distinguimos la corriente del río Irati.



El recorrido por esta espectacular vía verde es de casi un km y medio y pasa por dos túneles. En este punto entramos en el desfiladero.


Las paredes de esta espectacular hoz miden entre 150 y 400 m de altura.


La amplia senda transcurre por una de sus paredes. En el fondo vemos el transcurrir del río.


Ha valido la pena desviarnos para vez esta maravilla de la naturaleza.


Es un lujo caminar por este lugar.


Sus verticales paredes son un lugar seguro e ideal para que aniden diferentes especies de rapaces entre las que abundan los alimoches y los buitres leonados.


Cada paso nos sigue impresionando más.


Salimos de la hoz y aquí el río Irati se ensancha. Sin entrar en Lumbier seguimos nuestro camino en dirección a Nardués.

Tenemos frente a nosotros la pequeña población de Nardués. Esperamos encontrar un bar para almorzar, pero no tendremos suerte. Ni siquiera encontramos a nadie por la calle. Hace un calor sofocante. Al menos encontramos una fuente donde refrescarnos.

Tras pasar por Aldunate nos disponemos a seguir una senda entre arces, robles y pinos bastante cerrada hacia el Alto de Loiti. Pero llegamos a un punto en que nos topamos con el talud de la Autovía (A-21) en construcción. La autovía está vallada y no permite cruzarla. Buscamos un paso inferior  cerca y tenemos la suerte de encontrarlo. Cruzamos al otro lado y subimos a una zona alta para orientarnos mejor. Divisamos Izco a lo lejos, a la otra parte de la autovía. Tenemos la suerte de encontrar también un paso elevado a modo de cañada para permitir el paso de los animales de un lado a otro y volvemos a cruzar la autovía por arriba. Ahora ya nos orientamos dirección a Izco sin problemas. Este imprevisto nos ha entretenido más de lo esperado, pero estas cosas pasan en el Camino. Nunca sabes lo que te puede ocurrir.

Crucero a la entrada de Izco.

Casa solariega en Izco. En esta población pudimos almorzar en el albergue de peregrinos. Tuvimos suerte que llegara el panadero en esos momentos. Al final todo se soluciona.


Tras el necesario descanso emprendemos el camino hacia Monreal. Tramo duro el que nos espera. Calor sofocante, camino polvoriento, escasas sombras...pero espacios infinitos ante nuestros ojos. ¿Qué más queremos?.


Entrando a la pequeña población de Abínzano.


Continuamos por la llanura polvorienta y recalentada del valle de Ibargoiti. Los campos de cereales se extienden a uno y otro lado del camino, formando un mar dorado de espigas. Al fondo, sobre la llanura, destaca la Higa de Monreal (1295 M).


La población anterior a Monreal es Salinas de Ibargoiti.


Accedemos a ella a través de este bonito puente medieval, el Puente Grande. En su base, una refrescante fuente espera al peregrino.


Nos queda el esfuerzo final. Entramos en un bosque de pinos y más tarde de robles. Agradecemos la frescura que nos proporciona. A pleno sol, el calor es asfixiante.


Llegando a Monreal. Esta localidad surgió y se desarrolló también ,como muchas otras, gracias al Camino de Santiago.


Y por fin, entramos en Monreal de una manera inmejorable: a través de este precioso puente gótico sobre el río Elorz.


Son casi las 3 de la tarde. Tenemos ganas de llegar al albergue. Ha sido una jornada muy dura.


Alberto en la puerta del albergue de peregrinos de Monreal.

Interior del albergue. Habitación en el piso superior.

Tras el descanso preceptivo, la visita turística de costumbre. Una vuelta por el pueblo, callejear y conocer sus rincones más típicos.


De obligada visita es su parroquia de Ntra. Sra. de la Natividad, hasta 1902 de San Martín de Tours.


En su interior, entre otras cosas, nos llamó la atención esta talla de Santiago peregrino.

Y tras la cena en un bar de la localidad, dimos con nuestros huesos en la cama, que cogimos con muchas ganas. Al día siguiente nos esperaba la última etapa.


6ª ETAPA: MONREAL / PUENTE LA REINA (31 KM).

Localidades de paso:
Tiempo total aproximado: 9 horas.


La salida prevista para este día es a las 6 de la mañana ya que nos espera una larga jornada hasta Puente la Reina. Comenzaremos la jornada entre campos de cereales. Dejaremos a nuestra izquierda la Higa de Monreal. Luego nos encaramaremos en las sendas de la ladera de la sierra de Alaiz entre encinas y boj.


Paisaje dominado por el cereal al comienzo de esta etapa. Será una constante a lo largo de toda la jornada.



En la foto, Yárnoz en las laderas de la sierra de Alaiz. Divisamos la iglesia de la Natividad y una torre defensiva.

Durante varios km llevaremos a nuestra derecha el Canal de Navarra, que discurre paralelo a nuestro camino y a la carretera.

Dorados campos de cereal serán también una constante hasta Tiebas.

Camino de Tiebas encontramos este sencillo monumento en madera en homenaje a la figura del pastor.


Antes de llegar a Tiebas nos llama poderosamente la atención el castillo-palacio (s. XIII) que domina la localidad. También nos llamó la atención el polvo que levantaban unas cercanas canteras.


En Tiebas hacemos un alto para reponer fuerzas.


El grupo posando en la entrada de la iglesia de Santa Eufemia de Tiebas, tras el almuerzo.


Desde la lejanía adivinamos Pamplona.


También fácilmente reconocible, el Alto del Perdón.

Desde Tiebas hasta Enériz podemos elegir entre dos opciones: la que pasa por Muruarte de Reta o la que pasa por Biurrun y Úcar. Nosotros elegimos esta segunda opción.

Precioso campo de girasoles a la salida de Tiebas.

La salida de Tiebas es un tanto compleja y tuvimos que tener mucha atención puesto que era preciso pasar junto a una fábrica harinera. Finalmente encontramos el rumbo correcto.

Encontramos después de ciertas dudas, el camino correcto. Detrás de nosotros la fábrica de harinas que despista un poco.

Prácticamente todo este tramo hasta Puente la Reina transcurre entre campos de cereal, con muy poca sombra. Grandes extensiones de cultivo dorado nos rodeaban.


Llegamos a Biurrun. Iglesia de Ntra. Sra. del Rosario.


Continuamos nuestro camino bajo el implacable sol de julio, sin sombra que nos ampare y entre campos de trigo.

Y llegamos a Úcar. Ayuntamiento de esta localidad en la foto.

Y más y más cereal. El calor derretía.


Y llegamos a Enériz donde nos detenemos a beber algo fresco. Lo necesitábamos.
En la foto la iglesia de Santa María Magdalena (s. XVIII).
En Enériz se reunen las dos variantes del Camino separadas en Tiebas.

Entramos ya en el último tramo de la etapa, pero antes de llegar a Puente la Reina, nos falta pasar por uno de los monumentos más conocido y enigmático de este camino aragonés: la ermita de Santa María de Eunate. En este último tramo el cereal da paso a zonas de huerta donde el verde hace su aparición después de mucho tiempo.

A nuestra derecha ya podemos ver la famosa ermita de Santa María de Eunate, rodeada de huertas.

Este verde pasadizo desemboca en el monumento.


La foto ante este monumento es inevitable. En el Camino Francés ya me quedé con ganas de acercarme a Eunate. Por fin conseguí acercarme.


Impresionante y enigmática ermita de origen incierto. Su planta octogonal, con lados desiguales, a imitación del Santo Sepulcro de Jerusalén, la hacen candidata a tener origen templario. Pero tampoco este origen está totalmente demostrado. Sea como sea, el caso es que este bello monumento nos deja boquiabiertos.


A la entrada a Puente la Reina, nos encontramos con esta moderna estatua representando a Santiago. En este punto convergen el Camino Francés y el Camino Aragonés. Nuestro recorrido llegaba pues a su fin.

Sobre las 3 de la tarde llegábamos a Puente la Reina. El calor sofocante impregnaba el ambiente. Ansiábamos llegar al albergue de peregrinos de los Padres reparadores.



Albergue de los Padres Reparadores en Puente la Reina.


Una de las habitaciones de este estupendo albergue de peregrinos. Aquí pasaríamos nuestra última noche.

Tras la merecida siesta, volvimos a recorrer las medievales calles de Puente la Reina, sobre todo su calle Mayor, por la que cruza el Camino de Santiago, para salir por esa verdadera joya que es el Puente románico sobre el río Arga, que da nombre a la población.


Empezando nuestro recorrido desde el albergue, nos encontramos con la iglesia del Crucifijo, así denominada por el crucifijo gótico de su interior de probable procedencia germana. Lo curioso de este crucifijo es la forma de Y griega que muestra la talla de Jesús crucificado.

En la calle Mayor, eje de la villa, se encuentra la Iglesia de Santiago, con esta original y bella portada románica. Dentro de esta iglesia se encuentra una de las tallas del Apóstol más famosas del Camino, el Beltza (" El Negro").

La Calle Mayor desemboca en esta maravilla que es el puente sobre el río Arga, con seis ojos de medio punto. Una perfecta y maravillosa obra de ingeniería que nos ha llegado hasta hoy para nuestro disfrute y deleite. Constituye un placer indescriptible pasar por él como lo hicieron tantos y tantos peregrinos a lo largo de la historia.

Tampoco podía faltar la foto en el que constituye, sin duda, el puente más bonito y espectacular de todos los Caminos a Santiago.


Esta es la credencial de peregrino, que es el salvoconducto para pernoctar en los albergues y cuyos sellos acreditan el paso por las diferentes poblaciones o lugares.

Y aquí, tras unos 160 km de recorrido y seis maravillosos días, terminó nuestra andadura por este ramal del Camino de Santiago. Muchas experiencias, muchas sensaciones, muchos momentos y pensamientos han quedado grabados para siempre de éste bonito e inolvidable viaje . Espero con esta entrada animar a aquellos que tienen interés y ganas por realizar alguno de los Caminos a Santiago  que lo hagan. Da igual el tramo o variante que elijan. Estoy seguro que si lo hacen, repetirán. El espíritu del Camino te inunda y ya nunca puedes desprenderte de él. ¡Buen Camino!

Entradas relacionadas:



Para finalizar, comentar las fuentes de las que he obtenido algunos datos de esta entrada:

  • "El Camino de Santiago. Guía práctica del peregrino". José María Anguita Jaén. Ed. Everest.
  • "El Camino de Santiago". Concepción Masia. Ed. Albor Libros.
  • "Tesoros de España. El Camino de Santiago". Isidro G. Bango Torviso. Ed. Espasa.
  • Wikipedia.
  • Páginas en internet de las distintas poblaciones del recorrido.
  • Cartografía del Instituto Geográfico Nacional.




8 comentarios:

  1. Hola Emilio.

    Una historia como esta no era digna de estar almacenada en el baúl de los recuerdos, gracias por compartir todos estos momentos con nosotros, y enhorabuena por lo bien narrada y documentada que está la entrada, con cuantos paisajes, vivencias, anécdotas, amigos volverá cargada la mochila, ¿verdad?.
    Que casualidad, cuando has mencionado lo de la final del mundial, por esas fechas nosotros también estábamos haciendo un viaje de varios días por el norte, aunque nosotros lo hicimos en moto y en Picos de Europa, recuerdo la noche de la final, todo el mundo en el bar de un camping de Potes viendo el partido, y nosotros tres, que aborrecemos el fútbol ventilándonos una parrillada de verduras en la barbacoa que cargamos en la moto...

    Un abrazo.

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    1. ¡Hola Dani! La verdad es que el Camino se queda para siempre en tus recuerdos. El publicarlo ha sido precisamente por evocar tan buenos momentos y lugares. Y lo de la parrillada me parece estupendo. Lo primero es lo primero.Lo otro tampoco era tan importante.
      Un abrazo.

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  2. Hola Emilio, me ha gustado la entrada, es uno de los muchos caminos que tengo pendientes y me ha hecho recordarlo.

    Según muestras los albergues están bastante bien y encima vacíos, otro sitio para pasar las vacaciones.

    Un abrazo

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    1. ¡Hola Simón! Como gran andarín que eres, no debes perderte estos caminos. La satisfacción que proporciona es la misma que la que nos produce ascender a una cima. Pienso que el aire libre todo el día y esos grandes espacios ante ti son lo que le dan un valor a estos caminos ancestrales. Luego, las experiencias también son muy positivas. Vale la pena. Lo de los albergues, no es que estén vacíos, es que suelo hacer las fotos cuando no hay nadie, para no molestar y no fotografiar a nadie que no lo desee.
      Un abrazo.

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  3. Hola Emilio
    Casualidades de la vida el 14/07/2010 tu terminabas el Camino Aragones y yo salía desde Valencia dirección a León para hacer el tramo del Camino Frances de León a Santiago, estas vivencias solo se pueden saber si las haces, aquí no vale el que te lo cuenten, yo de esos 15 días solo tengo cosas positivas.

    Una vez mas una entrada tuya totalmente documentada y digna de sacar a la luz y no tener guardada.

    Un abrazo y buen camino!!!
    Jose
    TROTASENDES BENICALAP

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    1. ¡Hola Jose! Como bien dices, el Camino hay que vivirlo en las propias carnes, pero lo cuento para mostrar precisamente los valores que tiene para que los indecisos se animen.
      Gracias por tu comentario y un fuerte abrazo.

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  4. Hola Emilio, No podía quedarse en la oscuridad, las vivencias intensas que sin duda el camino proporciona al caminante, solo se sienten con la experiencia de haberlo hecho, pero con tu magnífico reportaje, más de uno habrá soñado por un momento y quizá sentido el cosquilleo de la aventura... Si es así, seguro que lo apuntará en la agenda para hacerlo realidad....

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    1. ¡Hola Álex" Efectivamente, sacar esta entrada me ha servido de catarsis así como para incentivar a la gente a que realice éste u otros caminos ya que, como bien indicas, las intensas vivencias que proporciona el Camino hay que experimentarlas en persona.
      Un abrazo.

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