Esta semana nos detenemos en Eslida para realizar una bonita y entretenida ruta en la sierra de Espadán que nos lleva desde esta población hasta la cercana Artana, pasando por el mirador de les Eretes, rodeando a media ladera el monte de La Costera para bajar hasta la ermita de Santa Cristina para desde allí, por el antiguo camino de Eslida a Artana, alcanzar esta población, en la que almorzaremos. Después de almorzar, volveremos a Eslida subiendo hasta el Pla de Marco para descender pasando por el mirador del Pla de Marco, el colmenar de la Ermita y el colmenar de Rosso hasta el antiguo camino de Artana a Eslida a la que regresamos por caminos rurales.
Aparcamos en la C/ Príncipe Felipe de Eslida a primerísima hora.
Ni siquiera cantaban los gallos.
Empezamos nuestra ruta hacia la parte alta del pueblo. Salimos a la CV-223 y por la izquierda, enseguida llegamos al Centro de Interpretación del Parque Natural de la Sierra de Espadán. Seguimos por la carretera que lleva a Chóvar...
...aunque la dejamos enseguida pasa seguir por la calle que sale por la izquierda (C/ Germá Marí Esteller).
En un tranquilo y bonito callejear vamos encontrando rincones llenos de encanto y aún en silencio.
"Por las calles voy dejando
algo que voy recogiendo:
pedazos de vida mía
venidos desde muy lejos."
Miguel Hernández
Los pueblos de montaña tienen la peculiaridad de tener callejuelas con buenas pendientes, como ésta que veis. Se hace ejercicio sin querer.
"Tuya esta escalera
por la cual, sin término,
subirás mi nombre,
bajaré mis versos."
José Pedroni
Ya casi en las afueras nos detenemos ante una ventana. Siempre nos vienen a la cabeza las historias que puede haber detrás de una ventana.
Yo no sé lo que tiene esta pequeña ventana; si hablara de dolores, de sollozos y de lágrimas, tal vez al concretarla, no expresaría mi emoción con exactitud; porque el misterio de estas ventanas está en algo vago, algo latente, algo como un presentimiento o como un recuerdo de no sabemos qué cosas…(Azorín, “Las confesiones de un pequeño filósofo”)
Nos detenemos unos instantes cerca del lavadero municipal que es el edificio que puede verse en la foto.
Aprovechamos en este emblemático punto para hacernos la foto de grupo que no hicimos al principio por no ser la calle un lugar muy adecuado para ello. De izquierda a derecha Rafa Lafuente (en sombra), un servidor y mi tocayo Emilio Romero.
Ya fuera de la población caminamos entre campos de olivos y naranjos, principales cultivos de Eslida, junto con almendros y algarrobos.
Caminamos con el frescor de la mañana, pausados, relajados...Eslida va quedando atrás y ofrece una bonita estampa.
En estos primeros pasos seguimos las trazas del GR-36 y el PR-CV 384 (Las fuentes de Eslida), aunque no tardaremos en dejarlas.
Antes pisamos las piedras de este secular sendero que ha visto el paso de tanta gente.
Llegamos al mirador de Les Eretes. Aquí disfrutamos de esta estética vista de Eslida. En el panel se cuenta un episodio que vivió la localidad durante la Guerra Civil.
Aquí nos dio por hacernos otra foto. Como nos sobraba carrete...
De camino disfrutamos de preciosos ejemplares de olivos centenarios.
"El naranjo sabe a vida
y el olivo a tiempo sabe."
Miguel Hernández
Es un agradable camino entre huertas, bastantes de ellas aún cultivadas, lo cual nos agrada.
Las parras muestran los racimos que el verano hará madurar para nuestro deleite.
"La vida mía que te di se llena
de años, como el volumen de un racimo.
Regresarán las uvas a la tierra.
Y aún allá abajo el tiempo sigue siendo,
esperando, lloviendo sobre el polvo,
ávido de borrar hasta la ausencia."
Pablo Neruda
Los nogales también muestran sus frutos que poco a poco madurarán en el árbol para que en otoño esas nueces nos deleiten.
¡Mirad qué preciosidad de campanilla!
Parece que su interior esté iluminado por una bombillita que se haya encendido a nuestro paso a modo de saludo.
En esta bifurcación dejaremos el GR-36. Seguiremos ahora durante un buen tramo el SL-CV 101. (foto de Emilio Romero)
Ahora seguimos las marcas blancas y verdes del SL-CV 101 "Font dels LLops-Coll Roig".
El sendero nos llevará hasta la Urbanización La Costera.
Entramos en un bonito bosque. Un corto tramo está equipado con escalones de madera.
El trazado va por el interior de una bonita pinada en la que también encontramos ejemplares de alcornoques.
En una piedra, esta ooteca de mantis religiosa. Es una cápsula que contiene los huevos de la mantis hasta que eclosionan.
Y Eslida, como resbalando en la ladera.
Este primer tramo de bosque que transcurre a los pies de la urbanización de La Costera está muy arreglado. Se nota que han aclarado y limpiado el bosque, tal vez pensando en un posible incendio que pudiera suceder.
"En los bosques, perdido, corté una rama oscura
y a los labios, sediento, levanté su susurro:
era tal vez la voz de la lluvia llorando,
una campana rota o un corazón cortado."
Pablo Neruda
Mirad la diferencia de porte entre estos dos alcornoques de la foto.
Pasamos por la urbanización La Costera. No lo oís, pero fue todo un concierto canino a nuestro paso, seguramente en nuestro honor.
Al final de una calle, giramos a la derecha para tomar una pista.
Apenas hemos girado nos encontramos con un bosque de alcornoques.
Apenas cien metros de pista y la dejamos para seguir este sendero que se adentra en el bosque.
A veces cuesta describir lo que sentimos caminando por el interior del bosque. Es una experiencia para ser vivida mejor que explicarla. (foto de Emilio Romero)
A pesar de ser una senda que transcurre básicamente por la umbría, se nota mucho la sequía, por ejemplo, en el musgo o en los helechos que presentan un mal aspecto por la carencia de humedad.
Alcanzamos a ver el mar desde la senda. Artana también la vemos en la foto. Es nuestro objetivo.
Los grandes alcornoques nos acompañarán durante este tramo.
Desde el sendero, a vista de pájaro, la ermita de Santa Cristina, por la que pasaremos en breve tras descender de La Costera.
El sendero es muy estrecho y con patio hacia la izquierda. Hemos de caminar con precaución para evitar un tropiezo que podría ser fatal.
Mientras caminamos con cuidado, tampoco quitamos ojo de Artana.
La senda no tiene desperdicio. Ya conocíamos una parte de ella. Ahora recorremos otro tramo que desconocíamos.
Llegamos a la fuente "dels Llops". Como se aprecia, sin gota de agua que denota la sequía que estamos pasando.
En la montaña siempre hay algún obstáculo que superar. En esta ocasión se trata de un obstáculo menor, aunque con la edad cada vez los obstáculos menores se van haciendo mayores. (foto de Emilio Romero)
En esta bifurcación, alcanzamos el punto más alto de la ruta. Por la derecha subiríamos hasta el alto de La Costera. Nosotros nos iremos por la izquierda para bajar hasta la ermita de Santa Cristina. Entramos en término de Artana. Es la senda El Pedregal, nombre muy apropiado a su naturaleza.
Iniciamos pues una bajada algo vertiginosa que nos llevará hasta la carretera.
La bajada también nos proporciona buenas vistas.
Muchas lagartijas se cruzaron en nuestro camino, nos las pudimos ...Ésta sin embargo, que parecía abrazar este tronco, se dejó inmortalizar. Se aprecia que está regenerando la cola.
"El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos."
Federico García Lorca
Seguimos entre alcornoques y una seca hojarasca a nuestros pies que crepita a cada paso que damos.
El último tramo tiene unos metros algo más complicados, pero superables.
Salimos a la CV-223, que seguimos hacia la izquierda.
Cien metros después la abandonamos para seguir por este camino a la derecha.
Las adelfas acompañan ahora nuestro paso.
Y también los campos de olivos.
El camino transcurre paralelo a la rambla de Eslida.
Por este cruce bajaremos cuando volvamos de Artana. Ahora seguimos de frente.
Pasamos junto a las ruinas de la casa del Rosso.
Y tras un corto tramo por el interior de la rambla, llegamos a la ermita de Santa Cristina. Apenas nos detenemos aquí para hacer la foto y continuamos hacia Artana.
"Y fue como un ¡amén! en ese instante
el toque de oración que alzó vibrante
la rítmica campana de la ermita."
Juana de Ibarbourou
En esta parte de la rambla si que hay agua que se encarga de embalsar un azud unos metros más abajo.
El tramo que nos queda hasta Artana es un camino rural entre campos de cultivo.
Estos muros a ambos lados denotan que estamos pasando por una vereda por donde pasaba ganado, es la vereda de la rambla de Artana.
A nuestra izquierda vemos el mirador del Pla de Marco, por donde pasaremos a la vuelta. En la foto se pueden apreciar las barandillas
No hay demasiada sombra en este tramo, por eso agradecemos alguno en el que sí la hay.
Paso a paso nos acercamos a Artana. Enfrente, su castillo que se alza en lo alto de una loma.
Como no podía ser de otra manera, nos entretenemos con leves florecillas que nos llaman la atención sobresaliendo entre el verde de la hierba. Esta lechuguilla o roseta de Portugal (Urospermum dalechampii) llama la atención por ese intenso amarillo chillón.
"Mi corazón alegras
con tu flor diminuta y tu silencio.
¡Cómo llenas las horas en abismo
de mi pasar sediento!"
Antonio López Baeza
Estas correhuelas animaron nuestro paso.
"Por fin trajo el verde mayo
correhuelas y albahacas
a la entrada de la aldea
y al umbral de las ventanas."
Miguel Hernández
Junto a un pozo de riego se encuentra este aljibe. (foto de Emilio Romero)
Y ya tenemos Artana a un tiro de piedra. El almuerzo cada vez está más cerca.
Entramos en Artana por este parque infantil.
Y buscamos el bar.
Y aquí nos tenéis dispuestos a hincarle el diente al bocadillo. (foto de Emilio Romero)
Tras el almuerzo, que no ha estado mal, tenemos que retornar a Eslida.
Salimos de Artana por la calle Castellón, con el castillo al fondo.
Ya en las afueras, tenemos dos posibilidades. Ir por la derecha supone hacer más distancia. Por la izquierda acortamos. ¿Qué creéis que hicimos?...Efectivamente, acortamos por la izquierda.
Mi sombra también pasa calor conmigo en verano; en invierno, frío; se moja conmigo si llueve... Lo que dudo es si también se cansa como yo, si sufre como yo, si piensa como yo...
"La
tarde todavía
dará incienso de oro a tu plegaria,
y quizás el cenit de un nuevo día
amenguará tu sombra solitaria."
Antonio Machado
Despedimos Artana saludando a los restos de su castillo y es que no hay imperio que cien años dure.
Si hablamos antes del amarillo chillón de la lechuguilla...¡qué podemos decir del rojo vivo de la flor del granado! Una belleza.
"Manitas de los niños
que al granado se tienden,
por vosotros las frutas
se encienden."
Gabriela Mistral
El camino nos lleva al cauce de la rambla, que debemos cruzar y seguir por un pasadizo de cañas y vegetación.
Cruzamos el pasadizo y salimos a este camino que cruzamos para seguir el sendero que sale de frente marcado con un poste.
Ahora habremos de subir hasta el Pla de Marco. Después de almorzar y con el calor que ya empieza a cobrar fuerza, se nos va a hacer pesada la subida.
Dejamos aquí el camino de la umbría de Sardá para seguir por la senda de la izquierda marcada con este hito que nos llevará hasta el Pla de Marco en constante subida.
El camino está bien trazado. Sigue un zigzag que nos ayuda a llevar mejor la pendiente. En algún tramo conserva el empedrado que lo cubrió en otras épocas.
En un pequeño claro junto a la senda hacemos una pequeña parada para hacer una panorámica de Artana y despedirnos hasta una nueva ocasión.
Llegamos al clotxó (aljibe) del Pla de Marco, seco como la mojama, pero nos sirve para detenernos un instante y quitarnos unas piedras de la bota. (foto de Emilio Romero)
En la parte superior del aljibe se aprecia el agujero por el que se recoge el agua de lluvia.
Seguimos en subida hasta el punto más alto del Pla de Marco que aproximadamente se encuentra aquí.
Aproximadamente doscientos metros después del punto más alto, encontramos este pilón de término que nos indica la frontera entre los términos de Artana y el de Eslida.
Enfrente del pilón la senda se bifurca. Nosotros hemos de seguir por la izquierda por una senda que nos bajará hasta el antiguo camino de Artana a Eslida.
Hacemos una pequeña parada en la bajada para asomarnos al mirador del Pla de Marco, con vistas hacia Artana...
...y hacia el mar. En la foto podemos ver el puerto de Castellón.
Desde el mirador también se ve la embotelladora de agua mineral La Orotana.
Y la omnipresente, en casi toda la ruta, ermita de Santa Cristina.
Posando para la posteridad en el mirador del Pla de Marco.
(foto de Emilio Romero)
Entre pinos, a la sombra, meditamos sobre lo divino y lo humano.
“Porque la experiencia es buena cuando viene de
la mano del vigor; después, cuando el vigor se va, uno pasa a ser una decorosa
pieza de museo, cuyo único valor es ser un recuerdo de lo que se fue. La
experiencia y el vigor son coetáneos por muy poco tiempo. Yo estoy ahora en ese
poco tiempo. Pero no es una suerte envidiable” (Martín Santomé en “La Tregua”de Mario Benedetti)
La senda pasa junto a otro pilón que delimita el término de Artana y Eslida.
En el último tramo de bajada la pendiente se hace más pronunciada y nos hace emplearnos al máximo.
Nos alejamos unos metros de la senda para ver el colmenar de la Ermita. En las gradas que se aprecian en la foto se colocaban las colmenas.
Ésta es la entrada al colmenar.
Seguimos en bajada con pendiente pronunciada.
Junto al camino, el colmenar de Rosso.
Interior del colmenar de Rosso.
El sendero desemboca en el camino de Artana a Eslida. Antes pasamos por aquí en dirección a Artana. Ahora lo seguiremos hacia la derecha dirección a Eslida.
Tampoco vamos a tener muchos tramos de sombra. Aprovechamos los pocos que hay.
En este tramo los olivos serán protagonistas principales, con ejemplares muy especiales.
El Puntal del Aljub, que ha sido también omnipresente durante gran parte de la ruta.
Y esta bonita estampa con Eslida a los pies del Puntal del Aljub se puede ver desde el camino.
Junto al camino, este monumental algarrobo.
No estamos acostumbrados a ver ejemplares tan fabulosos.
En este punto el camino bastante amplio y claro que nos ha traído hasta aquí, rodea la caseta de los Olmos y nos lleva al tramo más confuso de la ruta. Hay flechas y marcas blancas que te guían, pero tienes que estar pendiente además de no estar bien definido el camino a seguir.
Pero logramos salir airosos de nuevo a un camino amplio y cómodo.
Pasamos junto a la balsa de L'Horta Seca.
Si en La Costera fueron los perros los que nos ofrecieron un concierto, en la balsa un coro de ranas nos cantó un aria de ópera.
"¡Rana, empieza tu cantar!
¡Grillo, sal de tu agujero!
Haced un bosque sonoro
con vuestras flautas. Yo vuelo
hacia mi casa intranquilo."
Federico García Lorca
Este camino asfaltado nos llevará ya hasta Eslida.
Pasamos junto a la depuradora de Eslida.
A continuación junto a una fábrica de palets.
Después una fábrica de tapones de corcho y del Ecoparque de Eslida.
La carretera nos deja junto al acueducto del Arc, que vemos en la foto. Es una construcción emblemática que habla de un pasado en el que el aprovechamiento del agua era muy importante. Este acueducto es un ejemplo de ese aprovechamiento del agua para solventar las necesidades de la población.
Junto al acueducto esta pequeña área recreativa.
Y este panel con la historia y función del acueducto.
Entramos en Eslida para dar nuestros últimos pasos de la ruta de hoy.
Cerramos el círculo en la la calle donde aparcamos a la mañana.
Nueva parada de ese tren con pasaje eterno en el que nos hemos embarcado, pero en el que aún no hemos llegado a la parada final. Ya estamos pensando en subirnos de nuevo y llegar a una nueva parada. Seguiremos en el tren mientras podamos. Hasta la siguiente parada.
La ruta en el mapa
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