“…qué desquiciados andamos todos. Vive uno como montado en una noria que cada vez gira más deprisa. Da miedo. Y vértigo. Sobre todo, vértigo. Nos vamos a estrellar.” (Mónica en “La Reina de las Nieves” de Carmen Martín Gaite). Esta vida tan agitada y desquiciante que llevamos produce vértigo. Una de las maneras de combatir ese desquicio es, sin duda, salir a la montaña y si es en la compañía de decenas de senderistas entre los que se encuentran buenos amigos, pues mejor que mejor. Eso es lo que fuimos a buscar un año más a Ribesalbes, a esa ruta senderista, patrocinada por su Ayuntamiento, que cumple su décimo sexta edición. Un año más se celebró en Ribesalbes la Ruta Senderista que viene realizándose desde hace dieciseis años patrocinada por el Ayuntamiento de Ribesalbes y como siempre con gran afluencia de senderistas, que hacen del evento un acontecimiento al que te gusta volver un año tras otro. En días así, lo de menos es la ruta que se realiza. Lo que nos gusta a todos es pasar una buena mañana donde el reencuentro de buenos amigos, que habitualmente no sueles ver durante el año, es el objetivo primordial. Y esta edición no fue una excepción. Pudimos saludar a buenos amigos, todos ellos excelentes senderistas. A Juanjo Carrasco y su compañero Juan M. Badenes (Caminatasalas8), Jesús (Anda con Tiocanya), Álex (Casiaventurilla), A Simón y su gente (Simón Corresendas), a Carlos Ríos (CEAM), a Pepe Ruiz, componentes de Senderoxtrem, a Vicente Olucha (Los Camino de Bilbo), a Pascual Vicent Albalat, alma de la ruta senderista de Ribesalbes...La ruta de esta edición transcurre por los términos de Ribesalbes y Fanzara y pasa por diversas partidas de ambos términos (Valderán, Calicanto, Los LLanos...) en un recorrido entretenido donde la buena sintonía y el buen ambiente fue la tónica de la ruta. Tras disfrutar del recorrido, la organización prepara una comida de hermandad que se celebra en el pabellón polideportivo en el que la animada conversación y el apetito fueron las características principales. Un excelente día de reencuentros y senderismo que sin duda repetiremos, si puede ser, el próximo año.
A primerísima hora de la mañana estábamos ya en Ribesalbes. Aparcamos en la zona habilitada para ello junto al Centro Cultural y a la Piscina Municipal de Ribesalbes.
La organización cita a los senderistas participantes a las ocho de la mañana en el Ayuntamiento para retirar la camiseta conmemorativa y una bolsa multiusos.
Más que puntuales (fuimos los primeros) nos dirigimos al Ayuntamiento y nos marcamos la foto de inicio como hacemos habitualmente en nuestras rutas. De derecha a izquierda: Emilio Romero, Rafa Lafuente y un servidor.
Poco a poco la plaza se va llenando de senderistas. Los saludos y bienvenidas se suceden entre los recién llegados.
El número de participantes va en aumento a medida que pasan los minutos. Unos ciento veinte senderistas participarán en el evento. (Emilio Romero)
Antes de la partida es habitual la foto de todos los senderistas participantes. (Foto oficial de la Organización)
Tras unas breves recomendaciones sobre el recorrido y la ...se da el pitido inicial y comenzamos la ruta.
Saldremos de Ribesalbes bajando por la calle Castellón.
Saldremos hacia las afueras del pueblo hacia el Centro Cultural. La cola del embalse de Sitjar muestra un aspecto desolador.
Mirad la diferencia con el aspecto que presentaba la cola del embalse en 2017 en la undécima edición.
Seguimos por la Avenida de Eulogio Oset y pasamos junto a una fábrica de cerámica. El grupo en modo "gran pelotón" avanza muy animado.
Esta acacia junto al camino saluda a cada uno de los participantes que pasa a su lado.
"Y he acariciado los árboles,
con miradas de terneza,
que les van abriendo hojitas
verdeluz de primavera."
Juan Ramón Jiménez
El camino se estrecha y se hace necesario caminar en fila india. (foto de Emilio Romero)
No tardamos mucho en empezar a subir. Las subidas ralentizan la marcha, lógicamente.
“Ascender por pendientes empinadas requiere paso corto al
principio.” (Willian Shakespeare)
Echando un vistazo tras nosotros vemos la altura alcanzada que nos permite esta panorámica de Ribesalbes.
El grupo camina estirado. El sendero no permite anchuras. Pero no hay prisa. Los importante es disfrutar de la mañana. Caminamos paralelos a un barranco.
En las paradas que se producen debido al ralentizamiento de la marcha, aprovechamos para echar un vistazo al grupo que va detrás de nosotros que son tantos como los que llevamos delante.
"Mil amigos tengo;
di con un camino,
di con un camino que saben los pájaros,
camino que lleva del alma a lo íntimo."
Vicenta Castro Cambón
El grupo pasa por una cantera abandonada, con algunas piedras perfectamente talladas dispuestas para ser transportadas. Pero jamás serán utilizadas.
Y Ribesalbes siempre a la vista.
El grupo baja hasta un barranco.
En el barranco, encontramos muchos más bloques perfectamente tallados y que se quedaron abandonados en su momento.
Tras cruzar el barranco nos espera una corta, pero empinada subida que los senderistas acometen con esfuerzo.
De nuevo volvemos a tener altura que nos ofrece unas bonitas vistas sobre Ribesalbes y sobre el horizonte.
!Aire! ¡más luz, una planicie verde
y un horizonte azul que la limite,
sombra para llorar cuando recuerde,
cielo para creer cuando medite!
Manuel Gutierrez Nájera
Llegamos a este pilón que separa los términos de Ribesalbes y Fanzara. Luego volveremos a pasar por aquí.
Cresteamos un corto tramo por le lomo de la Campanilla.
Y bajaremos a continuación en busca del punto del almuerzo.
Junto a esta balsa está ...el punto del almuerzo, con un primer punto de avituallamiento.
El grupo se dispone a almorzar.
Como siempre, nuestro sencillo y humilde almuerzo en el que no nos falta de nada.
Posando con nuestros amigos Juanjo Carrasco y Juan M. Badenes.
Tras el almuerzo el pelotón se pone en marcha de nuevo bajando por la pista cementada que sube hasta la balsa donde hemos almorzado.
Dejamos la pista cementada aquí para seguir un camino de tierra.
El camino se convierte en senda que transcurre a media altura sobre la ladera con vistas a nuestra izquierda del río Mijares.
El Mijares corre a nuestra izquierda.
Algún buitre sobrevoló al grupo. Por suerte no obtuvo botín.
La ruta tenía pocas zonas de bosque, pero pasamos algún tramo que agradecimos.
El Mijares nos acompaña en todo momento.
En un punto del camino alcanzamos a ver las ruinas del Castillo de Mazerol.
Junto a una caseta de aperos bajaremos hasta el canal de la Cota 220. ( Foto de Emilio Romero)
Transcurrimos junto al canal poco más de quinientos metros.
Abandonamos el canal junto a este poste para seguir un camino a la derecha.
Estamos en la partida de Los Llanos. Ahora iremos subiendo de nuevo.
Pasamos junto a una zona vallada donde se recogía un nutrido rebaño de corderos.
"Pastor que vas,
pastor que vienes.
Ni ovejas blancas ni perro
ni cayado ni amor tienes."
Federico García Lorca
El grupo, gregario, obediente, sigue la marcha.
Agradecemos la sombra de este pequeño bosquecillo. ( Foto de Emilio Romero)
Tras el breve paso por el bosquecillo, el grupo sigue la subida.
Pasamos junto a un refugio de cazadores antes de llegar a un collado.
Aparece el Turio.
Llegamos a este collado entre Valderán y la Olivereta y se procede a reagrupar al grupo.
Hacia el sur, tenemos vistas hacia la Sierra de Espadán.
Tras el reagrupamiento seguimos hacia Valderán.
Desde la cresta, máxima altura del recorrido, volvemos a ver Ribesalbes, protagonista hoy de la ruta.
La señal marca la ruta de La Olivereta que hicimos la pasada edición.
Aparecen dos emblemas del Alto Mijares: el Turio y la Peña Saganta.
Y en la punta, la Olivereta, donde estuvimos en la edición anterior.
También vemos en la lejanía el embalse de Sitjar. En la foto se puede apreciar el bajo nivel que tiene el embalse debido a la escasez de lluvias.
En estas marchas populares tan masivas se captan imágenes como la de la foto, que nos recuerdan un poco a un pelotón de cualquier Vuelta ciclista, lo que en el argot se conoce como "serpiente multicolor".
En una parada volvemos la mirada hacia el sur y de nuevo contemplamos esta vista sobre la Sierra de Espadán.
La serpiente multicolor sigue su camino por la cresta de Valderán.
Valderán. (foto de Emilio Romero)
Y...¿qué vemos en la imagen?.
Sobran las palabras.
No podía faltar el referente de nuestras montañas: Peñagolosa.
Vamos ahora descendiendo hacia la Campanilla.
Pasamos de nuevo junto al pilón de término por el que pasamos antes.
Junto al sendero, un refugio de pastor de piedra en seco, típico del Alto Mijares.
Descendemos hacia la partida de Calicanto. A la vista el Mijares.
Una nueva parada y un avituallamiento más. Reponemos líquido para acometer el tramo final de la ruta.
Hasta la zona de Calicanto pasaremos por una zona de bosque que agradecemos porque el sol hace tiempo que empezó a hacer de las suyas.
"Con las manos juntas,
en la tarde clara,
vámonos al bosque
de la sien de plata."
Jaime Torres Bodet
En este tramo se paró un poco la marcha debido a un pequeño destrepe qaue ralentizó la marcha porque había que hacerlo con cuidado.
Acometiendo el destrepe con precaución. (foto de Emilio Romero)
Y llegamos al tramo más fresco y verde de la ruta, las pozas de Calicanto.
Este tramo lo realizamos por dentro de una antigua acequia que transcurre pegada a la pared de la montaña.
Esta zona es aprovechada en verano para el baño.
"Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir."
Jorge Manrique
Dejamos la acequia y bajamos por este talud.
Caminaremos ahora unos metros por el cauce casi seco del Mijares.
A la altura de la Central Hidroeléctrica dejamos el cauce del río y pasamos por delante de ella para buscar el puente de Remi.
Cruzamos el puente sobre el río Mijares. (foto de Emilio Romero)
Aguas del MIjares por debajo del puente.
“…aunque
nunca supe el nombre de aquel río del cuento, lo que sí sabía es que las aguas
de todos los del mundo vienen a dar al mar y arrastran con ellas las lágrimas de
quien llora en su orilla.” (Leonardo en “La Reina de las
Nieves” de Carmen Martín Gaite)
Salimos a la carretera CV-191 y seguimos hacia la izquierda.
Cien metros después nos desviamos por esta calle a la derecha que evita la curva de la carretera.
Entramos a Ribesalbes para realizar los últimos metros por esta bonita plaza.
El panel cerámico típico de todos los pueblos de la Mancomunidad Espadán-Mijares comparte protagonismo con el nuevo y moderno ...
Accedemos a Ribesalbes por la pasarela construida recientemente paralela al antiguo puente que era demasiado estrecho y por lo tanto peligroso para los peatones.
Una pena ver la cola del embalse con tan escasa cantidad de agua.
Como una efigie, hierático, encima de una roca, este cormorán permaneció impasible y casi desapercibido.
Y terminamos donde empezamos. Se cerró el círculo.
Tras la ducha, vino la recompensa de la comida. Es uno de los momentos más animados de la jornada donde las conversaciones sobre temas variados surgen entre unos y otros.
Nuestra mesa. (foto de Emilio Romero)
Un plato de paella, junto con fiambre y una ensalada y el correspondiente café pusieron el colofón a esta mañana de amistad y senderismo.
Con un último vistazo sobre el seco embalse de Sitjar nos despedimos hasta una nueva edición que esperemos poder realizar el próximo año.
Al menos por una mañana, el vértigo que nos produce la vida diaria dio paso a una jornada de calma y disfrute con amigos y compañeros que nos ayudará a sobrellevar lo que tenga que venir. Esperemos repetir en próximas ediciones de esta veterana y afianzada ruta senderista.
Pincha en el enlace para ver el álbum de fotos de la ruta.
Debemos disfrutar de la montaña siempre de la manera más segura posible para evitar riesgos y accidentes. Para ello es importante que leas estos consejos sobre "Seguridad en la práctica de senderismo y emergencias en montaña"
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