FANZARA-PENYAGOLOSA (23/2/2013)

    Estábamos impacientes porque llegara el día de la subida anual desde Fanzara a Penyagolosa. En esta ocasión la edición XVII. Y, por fin, llegó el día.Organizada por  "La cuadrilla del Parany" de Fanzara (un 10 para la organización, que fue perfecta en todos los aspectos), se realizó esta marcha, que en mi modesto parecer, es de las más espectaculares que podemos realizar en la Comunidad Valenciana. Es una ruta de "cinco estrellas plus".Os invito a recorrer sus algo más de 40 km conmigo.

    En efecto, llegó el día tan ansiado por mí para realizar, por tercer año consecutivo, esta ascensión desde Fanzara hasta el "Gegant de pedra", la cima más emblemática de la Comunidad: Penyagolosa (1814 m.). Sus algo más de 40 km (si ascendemos al pico), son una prueba de resistencia física y psicológica, pero los paisajes que recorres son de una belleza tal, que el esfuerzo que realizas se ve recompensado con creces. Unas diez horas en movimiento, y unas trece horas en total, fue el tiempo que empleamos en recorrer esta maratoniana distancia. La organización, conocedora de lo exigente de la ruta, tiene previstas seis paradas a lo largo del recorrido para que los participantes puedan descansar y recuperarse del esfuerzo que realizan. Los descansos están perfectamente definidos y escalonados para esta finalidad. En esta edición se han congregado algo más de sesenta animosos participantes que con entusiasmo y muchas ganas, han hecho de la ruta un verdadero deleite. 

     En esta ocasión, he tenido el placer de compartir ruta con algunos de los habituales de la misma, como Vicente Olucha (unos de los organizadores y autor del excelente blog "Los caminos de Bilbo"), Pascual Vicent Albalat  (gran conocedor del recorrido) y amigos de Ribesalbes, o José Mariano Palanca de Onda. Pero además, en esta edición se han sumado amigos y compañeros bloggers que han acudido por vez primera a este evento, como Jesús (del estupendo blog "Anda con Tio Canya"), Xavier (del no menos maravilloso blog "Goterris") a quien tuve el gusto de conocer y un nutrido y animoso grupo venido de Almenara junto con Eusebio Fernández , quien contactó conmigo para la inscripción. Y, por supuesto, con mis amigos de fatigas Rafa,Jaime y José que compartieron esta fabulosa ruta conmigo.También he de decir que eché en falta a buenos amigos que no pudieron acudir este año a la subida. Espero y deseo que lo hagan la próxima edición.

La salida estaba prevista a las 5,30 de la madrugada. La gente. amimada, esperaba el momento de partir.

    La ruta transcurre en gran parte por la Cañada Real y otros caminos rurales. También recorre tramos de sendero hacia el final del recorrido. Atraviesa diferentes términos municipales: Fanzara,Argelita,Ludiente,Lucena,Castillo de Villamalefa y Villahermosa del Río.

    Los primeros kilómetros son poco vistosos al ser de noche. Las primeras luces nos sorprenden hacia las 7 de la mañana y ya empezamos a vislumbrar algo el paisaje que nos circunda.

Las primeras luces nos permiten tomar las primeras fotografías aún no muy buenas.

El día se presenta frío y las rachas de viento hacen que la sensación térmica sea más baja. Aún se percibe alguna nube en el horizonte.

Con las primeras luces, intuimos más que vemos, al Gegant de Pedra.

La marcha se hace muy llevadera e intercambias opiniones y comentarios con unos y con otros.El grupo camina animoso.

El Penyagolosa es un referente a lo largo de todo el recorrido. Su visión estará presente en todo momento haciendo inevitable que la fotografiemos una y otra vez. En muchos casos, como en éste, aparece adornado con la imagen de masías que atravesamos en muchos puntos de la ruta.

 La muela del Buey Negro desde un borde del camino.

Mi grupo: José, Rafa, servidor y Jaime.

Como un imán el Penyagolosa nos atrae y nos dirigimos hacia él. En estas primeras horas de la mañana, vemos restos de nieve en su cara sur, lo que nos hace albergar la esperanza de encontrar nieve.

La segunda parada del día se produce en el Mas del Juncar y aprovechamos para almorzar. Fue uno de los momentos más fríos del día.

Como os dije antes, la visión continua de Penyagolosa invitaba a fotografiarla constantemente.

La verdad es que el paisaje lo merece.

Una de las cosas que más me gusta de esta ruta es caminar por esos caminos que parecen infinitos, que no sabes donde te llevan (en este caso sí, claro),transitar por esos espacios abiertos tan poco habituales en nuestra urbana existencia diaria...

Y una vez más, la visión nostálgica de ese mundo rural ya desaparecido prácticamente, representado por numerosas masías y casas de labor abandonadas, como ésta de la foto.Ellas me inspiraron la entrada de este blog titulada "Las masías del olvido"

Y en la tercera parada de reagrupamiento, tuvimos la ocasión de hacernos una foto de grupo.Los asistentes de izq. a der. son...(¡es broma, hombre!).

Como veis, no me canso de fotografiar a la "vedette", pintada de blanco.

Bajando al plano de la Olla.

 La Font de la Penella (850 m.)

Otro reagrupamiento y otra foto de grupo, por si alguno no había salido en la anterior.

Omnipresente Penyagolosa, cada vez más cerca.

 

El camino cruza la carretera C-232 de Castellón a Cortes de Arenoso en el Puerto del Remolcador (1018 m) en el término de Castillo de Villamalefa. En este punto transitamos por una pedregosa senda que rompe un poco la marcha más monótona de los caminos.

Otro gigante de Castellón que podemos contemplar en algunos puntos de la ruta es Santa Bárbara de Pina (Pina de Montalgrao), que con sus algo más de 1400 m. destaca por encima de muchas cimas, como la del Morrón de Campos (en el centro a la derecha) o la Rosada (en el centro a la izquierda) en término de Montanejos.

La senda nos devuelve a un camino que pasa junto al Mas Quemado, en completo abandono.

El monte Tis en Villahermosa del Río.

La mañana soleada, aunque fría, había ido derritiendo la poca nieve de la cara sur del Penyagolosa.

Otro descanso en la ruta.

Desde esta masía, iniciamos un bonito tramo de sendero, empedrado en algún tramo.

Impresionantes vistas desde la senda.Definitivamente la nieve se ha ido.

La senda transcurre por un paraje espectacular.

No puedo evitar la tentación de hacerme una fotografía con este espectacular telón de fondo.

El amarillo de las genistas tapizaba todo el paisaje.

Y diréis: ¡qué pesado. Otra vez la misma foto!. Pues sí, otra vez. Lo siento, no me cansa esta visión.

En otra de las paradas, junto a una masía, encontramos esta balsa de riego, en la que a pesar del frío, no dudamos en aliviar nuestros cansados pies.

Continuamos después por un tramo de pista y tras unos cientos de metros enfilamos una senda que nos conduce, a través del barranco del abuelo, hasta la masía del Collado.Es también uno de las tramos más bonitos de la ruta.

A medida que nos adentramos en el barranco, vamos perdiendo la perspectiva monumental de Penyagolosa y la cambiamos por ésta de la foto en la que podemos contemplar sus picos y su espectacular pared de la cara sur. Un poco más adelante, la perdemos de vista totalmente.

Viejo abrevadero junto a la senda.

Vista retrospectiva del barranco del abuelo.

Último tramo de fuerte pendiente hasta el collado.La parada de la comida nos espera en lo alto.

Algunas vacas nos recibirán con cierta extrañeza.

Xodos desde el collado.

Momento de la comida.

Tras la comida, nos disponemos a recorrer el último tramo. Subimos por el PR-CV 79, bastante vertical en este tramo.

Esta senda transcurre por la cara norte del Penyagolosa y ya vemos algo de nieve.

Sobre las 4,15 de la tarde llegamos al punto de cruce para ascender al pico. Como nos encontramos con fuerza, decidimos subir.

Estos charcos congelados en el inicio del ascenso nos advierten del frío que vamos a pasar.

Rafa.

Jaime.

Servidor, helado de frío.

El refugio, a mitad del ascenso, rodeado de nieve. Aprovechamos para recuperar fuerzas en él.

Bonita estampa desde el refugio.

La nieve decora toda la vegetación de la cara norte del Penyagolosa.Aprovechamos para hacer fotos, ya que no estamos habituados a estas estampas por estas latitudes y menos en un invierno tan suave y seco.

Ya tenemos ante nosotros el vértice geodésico de primer orden del Gegant de Pedra.

Vistas infinitas desde la cima. Una maravilla y un lujo para los sentidos.

El viento soplaba con fuerza y el frío era intenso. Los dedos de la mano sufrían lo indecible. Como prueba de la baja temperatura fotografié la botella del agua con los cristales de hielo que se formaron durante la subida.

La otra cima del Penyagolosa.

La inevitable foto en el geodésico. 

No apetecía permanecer durante mucho tiempo allí arriba. El frío era intenso.

Después de unos minutos en la cumbre empezamos a bajar antes de que se escondiera el sol.

La bajada por el barranco de la Pegunta fue ya más agradable.

Caminar por este barranco es siempre una delicia. 

En la foto un precioso ejemplar de tejo.

Aunque en el barranco el frío también se hacía de notar. El agua del arroyo también estaba congelada.

Sobre las 6,30 de la tarde concluía para nosotros la fabulosa ruta en el Santuario de Sant Joan de Penyagolosa. Habían sido 13 horas intensas y fascinantes. Ahora tocaba relajarse , disfrutar y descansar.

Habitación en la que íbamos a dormir. La calefacción funcionaba a la perfección.

Tras la reparadora ducha, a hacer tiempo en le bar de la hospedería y qué mejor que hacerlo con unos "cremaillos" para combatir el frío pasado durante el día.

Poco antes de las 9,30 cenamos en armonía todos los participantes que decidimos quedarnos a pasar aquí la noche.Ni qué decir tiene que fue una velada agradable, donde conversamos sobre lo divino y lo humano como cabe esperar de un encuentro de estas características.En las fotos las distintas mesas que ocupamos durante la cena.  

la cena estuvo compuesta por platos con fundamento, como muestran estas dos fotografías. Olleta y potaje y guisado de cordero o pollo o conejo, hicieron nuestras delicias y ayudaron a recuperar parte de las energías consumidas durante la maratoniana marcha.

En esta edición la organización contrató al grupo de Blues "Radio Blues" que amenizó la velada hasta que el cuerpo dijo: ¡A dormir!.

Después de un reconfortable descanso, a la mañana siguiente, mientras esperábamos la llegada del autobús que la organización contrata para bajar a los participantes a Fanzara, nos entretuvimos en dar una vuelta por los alrededores del Santuario. Seguía haciendo frío pero ello no impidió que diéramos un último paseo por este bello enclave para retener en nuestras retinas tanta belleza y volver a casa con ánimo renovado y deseos de repetir el próximo año.

Foto de despedida en la explanada del Santuario.

El frío era intenso, hasta el punto de congelar el agua de este estanque  en las cercanías del centro de interpretación del Parque Natural del Penyagolosa.

Carámbanos de hielo en una de las fuentes.

Cara norte del Penyagolosa, nevada. ¡Qué contraste con la pétrea y vertical cara norte!

 ¡Hasta pronto!.

Último adiós al Penyagolosa desde la ventanilla del autobús, ya en las cercanías de Onda.

¡Hasta el año que viene!.

Resumiendo, rutón de 5 estrellas plus que tiene todos los ingredientes para los que amamos los grandes espacios al aire libre, los caminos, las sendas y las montañas. Y ,por supuesto, la buena y numerosa compañía que hace de esta macro ruta una de las más especiales de la Comunidad Valenciana. Os la recomiendo. Repetiréis.

Película.

Galería fotográfica.