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sábado, 13 de marzo de 2021

LA MARJAL DELS MOROS (6/3/2021)


"Ningún camino deja de tener fin si no se le oponen la holgazanería y el ocio" (Miguel de Cervantes). Nosotros no somos holgazanes y proseguimos nuestro camino con esa idea de que no tenga fin, al menos de momento. Y como dijo Henry H. Ellis, "En filosofía no es alcanzar el objetivo lo que importa, sino las cosas que uno halla por el camino". En nuestro caso, no nos importa tanto alcanzar un objetivo, como disfrutar del camino y de lo que en nuestro caminar vamos encontrando y viviendo. Seguimos pues caminando sin que tengamos prisa por conseguir ningún objetivo especial. Sólo disfrutamos caminando.


La"Marjal dels Moros" es un humedal típico del litoral de la Comunidad Valenciana que encontramos en término de Sagunto limitando con el de Puzol. Se trata de un espacio protegido ZEPA (Zona de Especial Protección de Aves). Por diversos avatares ha perdido gran parte de la superficie que ocupó en tiempos pretéritos (Zona industrial del puerto de Sagunto, desecación de terrenos para cultivo, construcciones en la costa...) y este entorno hostil ha contribuido a su degradación, aunque al declararse zona ZEPA, se han realizado algunas actuaciones que han ayudado a que se recupere en parte. Nuestra ruta se ciñe básicamente al recorrido que recorre el marjal. aunque en nuestro caso, empezamos desde el Fortín del Grau Vell. Pasaremos por ocho puntos de observación de aves. La cantidad y variedad de éstas, depende de la época del año en la que vayamos. También pasaremos por la Alquería dels Frares, convertida en Centro de Educación ambiental, aunque nosotros lo encontramos cerrado. En época de verano, pasaremos calor ya que no hay sombra. Durante el recorrido pasaremos por tres ambientes diferentes: el marjal propiamente dicho, el saladar (por su proximidad al mar) y la playa. Asímismo, podremos contemplar aves habituales durante todo el año(focha, polla de agua, pato colliverde...), aves migrantes que están de paso en épocas de migración (cigüeñas, flamencos...), aves invernantes que pasan aquí el invierno (pato cuchara, águila ratonera, gavilán rastrero, avefría, chorlito...) , aves estivales que en invierno regresan a África (información sobre las aves extraída de : http://paisajesturisticosvalencianos.com/paisajes/la-marjal-dels-moros-sagunt/).


Como muestra la altura del sol en la foto, el amanecer es muy reciente.

"Sobre la brisa, en el alba,
cuando se despierte el sol,
derrámame como un llanto,
llórame como yo."

                           Jaime Sabines


Este es el punto de inicio: el fortín del Grau Vell, totalmente restaurado. El Grau Vell fue desde el siglo V a.C. un importante puerto del Mediterráneo. En la actualidad, vemos que quedan muy lejos sus años de esplendor. El fortín (S. XVI) formó parte de un conjunto de diversas torres litorales de carácter defensivo que protegían el litoral de las incursiones de piratas turcos y berberiscos. Asímismo, servían como puntos de almacenamiento y oficinas administrativas encargadas de cobrar los correspondientes tributos.


Aprovechamos el patio interior del fortín para hacernos la habitual foto de grupo.
De izq. a der., Ricardo, Emilio Romero, servidor y Rafa.


Iniciamos nuestro recorrido cruzando la calle principal del Grau Vell.


Pasamos junto a la sencilla ermita de la Virgen del Buen Suceso.


Estos neumáticos pintados de blanco marcan el final de la calle.
Iniciamos aquí un camino paralelo al mar.


En nuestro recorrido encontramos alguna columna con su correspondiente vértice como la de la foto, movidos por la fuerza del mar. Alguna gaviota se sirve de ella para su descanso.


A lo largo de todo el recorrido, en puntos estratégicos, encontraremos paneles como el de la foto donde iremos encontrando información variada de lo que vamos viendo (flora, fauna, estilo de vida en el marjal, especies protegidas...). Detenerse a leerlos es un ejercicio enriquecedor.


Con paso quedo vamos conversando y disfrutando del día que acaba de empezar.


En todo el recorrido tendremos la referencia del Picaio hacia el oeste.


Éste es el primer observatorio de aves que vamos a encontrar en el recorrido. 
Nos asomamos a él y esto es lo que vemos...


...Un ánade real nadando plácidamente ajeno a la captura de nuestra máquina fotográfica.


Vista general desde el observatorio.


Otros patos nadando plácidamente. Nos apena nuestro analfabetismo en cuestión de aves.


Muy cerca del anterior, encontramos el segundo observatorio más integrado en el paisaje, al menos por el material de que está construido.


Y esta es la panorámica que observamos.


Numerosas especies se benefician de este humedal y nosotros lo agradecemos porque tenemos la ocasión de poder disfrutarlo.


Esta cigüeñuela común nos mira con sorpresa.





Otro panel explicativo de cómo evolucionó este humedal hasta llegar a lo que hoy visitamos.


Atravesamos un tramo por esta pasarela de madera.


Y salimos a este camino entre cañas. El recorrido tiene muchos tramos como éste.


Llegamos al tercer observatorio de aves. el del Senillar.

Y vemos lo siguiente.





Y el Picaio que no nos pierde de vista.


Desgraciadamente, el humedal esta rodeado de innumerables elementos que lo ponen en peligro y lo afean. Por ejemplo, el polígono industrial de Sagunto, pegado al marjal. O la central térmica del Puerto de Sagunto...etc.


Otro tramo de camino de "cañas y barro". Menos mal que una pasarela de madera nos ayuda a transitarlo.


Entre las ramas del taray (tamariu) se asoma otra zona lacustre.


Y más aves acuáticas bañándose en sus aguas.


Los postes verticales nos van guiando en nuestro recorrido. En éste seguimos hacia la derecha para visitar otro observatorio de aves. 


Es el cuarto de nuestro recorrido. Se trata del observatorio de las fochas.


A través de su ventana observamos mucha planta acuática, poca agua y apenas aves, más bien ninguna.


"¿No eres tú, mariposa,
el alma de estas sierras solitarias,
de sus barrancos hondos
y de sus cumbres agrias?"

             Antonio Machado


Nos encaminamos hacia el quinto mirador del recorrido.


Se trata del denominado en el panel de inicio "mirador panorámico".
Este panel nos indica lo que tenemos delante de nosotros.


Desde el mirador otra foto de grupo.


Nos dirigimos entre variada y abundante vegetación hasta la masía de los Freiles (dels Frares), ejemplo típico de masía de marjal.


La masía se encuentra rodeada de estanque y lagos con vegetación propia de marjal.


"Masia dels Frares". En la actualidad alberga un Centro de Educación Ambiental.
Estaba cerrado en esta ocasión. Pensamos que por temas de Covid.


En los alrededores de la Masía, encontramos una zona donde se recrea el ambiente de los marjales.
Multitud de plantas y flores se muestran en pleno esplendor. Entre ellas encontramos varias especies de lirios. Por ejemplo, éste de un precioso y limpio color blanco. Los lirios de color blanco simbolizan la perfección, el tono blanco siempre se vincula con la pureza, la bondad, la virginidad, la seguridad y la limpieza.

Otra especie de lirio, éste de color morado. Ambos nos encandilan.
No es habitual que encontremos lirios en nuestras rutas. En este caso hemos tenido suerte, hemos encontrado estos bellos ejemplares en el jardín de la Alquería dels Frares y nos hemos detenido unos instantes con ellos. Vale la pena disfrutar de la belleza natural y sencilla de esta flor. Los lirios de color morado son un buen reclamo para la vista y su forma singular no pasa desapercibida. Es preciso fijarse en ella. Los lirios morados representarían el amor, el romanticismo y la pasión a partes iguales.


No queríamos, pero tuvimos que comernos y bebernos todo lo que había en la mesa. Esto de hacer senderismo es muy duro. Pero nos gusta sufrir y si hace falta el sacrificio por una buena causa, lo hacemos.

Dispuestos al sacrificio (Foto de Emilio Romero).

Tras el terrible sacrificio, nos toca reemprender el camino, ahora más pesados pero satisfechos de haber cumplido con una buena labor.

En mitad del camino, una hilera de procesionaria lo cruzaba en busca de un nuevo nido. No llegó a buen término su propósito.


"¡Qué pura, Platero, y qué bella esta flor del camino! Pasan a su lado todos los tropeles- los toros, las cabras, los potros, los hombres-, y ella, tan tierna y tan débil, sigue enhiesta, malva y fina, en su vallado solo, sin contaminarse de impureza alguna." (Juan Ramón Jiménez).


"Los llaneros solitarios". 
Habremos de llamarnos así porque últimamente, por circunstancias, hacemos rutas llanas.


Seguimos por amplios caminos donde el marjal desaparece un tanto y encontramos campos de cultivo.


Y efectivamente, otra vez nuestro vigilante.


Junto al camino, esta sencilla área recreativa por si necesitamos parar para tomar algo.


Ahora encontramos acequias y canales que llevan el agua de una a otra parte para regar.


Nos llamó la atención ver almendros tan cercanos al mar. Pero desde luego, no pudimos dejar de admirar la preciosidad de sus ramas cargadas de flores.


Abejas y otros insectos libaban las flores para que la fecundación se haga efectiva.


Aunque nos fijamos sobre todos en las aves que ocupan el marjal, también numerosas especies de insectos viven y pueblan el humedal. Asímismo, reptiles, anfibios...son también habitantes importantes del marjal.


"Zumban… Zumban… Su zumbido
hace más hondo el silencio,
y hace más pura la flor
¡y más libre! del almendro."

                Antonio López Baeza


Otra paleta que dirige nuestros pasos.


Otro tramo de camino flanqueado de cañizales.


Hay varios pilares en el recorrido como los que vimos en la playa. En este nos pudimos subir (foto Emilio Romero).


Otra foto que muestra lo humanizado que está el paraje
 Muy cerca del marjal, hay mucha población.


Llegamos al sexto observatorio de aves, el observatorio de la acequia de Moncada (foto Ricardo Vivó)


Habíamos perdido la esperanza de poder ver algún flamenco. No es que nos desanimáramos, pero ya no lo esperábamos. Al final, desde este observatorio, pudimos ver, aunque algo lejos, algunos ejemplares. Ya nos vamos más contentos.


Ramales de acequia llevan el agua a campos de cultivo que fueron desecándose tiempo atrás.


Desembocamos por la "gola de l'Estany" en este punto, junto a la playa de Puzol. Éste es el punto de inicio oficial del recorrido del Marjal de los Moros.


La paciencia es una buena cualidad. Es evidente que los pescadores la tienen. 


La playa cercana al Grau Vell no está concurrida. La playa pedregosa y la poca limpieza del agua debido a los vertidos industriales de tiempos pasados, han contribuido a este hecho.


Caminamos por un talud paralelo a la pedregosa playa, nos permite caminar con mayor comodidad.
A nuestra izquierda, vemos de nuevo zonas con agua y diferentes especies de aves.


El mar está calmado. Únicamente unas suaves olas rozan las piedras de la playa.
"Y allá van ola y llanto juntamente: ¡Dos símbolos eternos de quebranto! ¡Dos amarguras de distinta fuente!" (Julio Flórez).


Nos desviamos una decena de metros al séptimo y último observatorio del recorrido: el observatorio del estanque.


Una sensación de tranquilidad nos envuelve contemplando el parsimonioso flotar de las aves que pululan por estas tranquilas aguas.


Las fochas cornudas abundan.


Es una suerte poder disfrutar de esta zona de pequeñas lagunas que sirven de morada a multitud de especies. Esperemos que podamos hacerlo durante mucho tiempo.


Los ánades campan a sus anchas por el estanque, mostrándose como las modelos en las pasarelas de moda.


Panorámica desde el mirador del estanque.


Y el mar, siempre el mar ...Nos atrae más la montaña, pero no dejamos de reconocer que el mar tiene su embrujo, su encanto, su magia...que nos deja admirados y boquiabiertos ante su inmensidad, su color, su misterio...

"Lento mar, hondo mar,
profundo mar inmenso..."

                     Idea Vilariño


En la foto, el escaso terreno que separa el marjal del mar.


Ya estamos en el tramo final de la ruta, pero no hemos terminado nuestro camino.


Entramos de nuevo en el sencillo y tranquilo lugar del Grau Vell.


"Los barcos están a salvo en el puerto, pero no se hicieron para eso" (John Sedd)



"Escribí en el arena
los tres nombres de la vida:
vida, muerte, amor.
Una ráfaga de mar,
tantas claras veces ida,
vino y nos borró."

      Miguel Hernández


Y de nuevo, ante el fortín que marca el final de la ruta y al que desde luego, en ningún momento hemos querido conquistar.


La ruta en el mapa.
 

La ruta en Wikiloc

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