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miércoles, 20 de septiembre de 2023

CAMINO LEBANIEGO, 2ª ETAPA: MOGRO-SANTILLANA DEL MAR (8/9/2023)

“Todo viaje, incluso el más planeado, es una aventura, una huida, una búsqueda, un alejamiento y un acercamiento a la vez... Pero hay un viaje inevitable que tarde o temprano se hará: el de la muerte, que nos llevará, antes que al cielo o al infierno, al interior de nosotros mismos, a ese lugar en donde se encuentra nuestra esencia, esa materia espiritual que puede ser el alma o la nada, la luz y la plenitud, o la oscuridad y el vacío.” (“El Camino Mágico de Santiago”, Xosé Azofra Carballo)

Esta segunda etapa nos llevará desde Mogro hasta Santillana del Mar en una etapa de poco más de veinte kilómetros. Es una etapa llana, sin prácticamente desniveles y en su totalidad por asfalto, que se ve compensado como en la anterior etapa por el interesante paisaje que vamos recorriendo. y que se acrecienta con la llegada a la villa de Santillana del Mar, un precioso pueblo que vale mucho la pena recorrer y disfrutar de sus palacios y casas solariegas, así como de la Colegiata de Santa Juliana. Encontramos varias fuentes durante el recorrido. La etapa pasa por Cudón, Requejada, Barreda, Queveda y Santillana.

DATOS GLOBALES DEL CAMINO

- 142,240 Km. en ocho etapas
- 3438 m. de desnivel positivo.
- 2943 m. de desnivel negativo.
- 30 h. 35 min. tiempo en movimiento.
- 40 h. 19 min. tiempo total.

DATOS DE LA 2ª ETAPA

- 20,15 Km.
- 259 m. de desnivel positivo.
- 182 m. de desnivel negativo.
- 4h. 16 min. tiempo en movimiento.
- 5h. 37 min. tiempo total

Apenas ha amanecido y nos disponemos a realizar esta segunda etapa. Desde la ventana, la playa de Usil en la ría de Mogro, donde desemboca el río Pas.

“Por numerosos que puedan ser los meandros del río, acabará por ir a parar al mar.” (Proverbio hindú)


Preparados un día más y dispuestos a lo que venga. Nos vamos sin desayunar para que no se  nos haga tarde. Y posamos para la posteridad.

“Sube más alto que lo hacen las nubes, que nadie te pueda parar, que nadie te ate las alas, te cierre los ojos, te apriete el bozal…” (“Cachorro”, Effe)



Lo que bajamos ayer, ahora nos toca subirlo para seguir nuestro camino. Pero vamos frescos todavía y subimos la cuesta con soltura.


Ya avanzado un kilómetro más o menos vemos el hotel con el mar al fondo.


Selfie con la playa de Usil de fondo con Voro y mi hermano.


Y la campanilla, aún adormilada por lo temprano del día, que nos despide con un leve tintineo.


“Cada vez que miraba el mar o el fuego era capaz de quedarse horas callado, sin pensar en nada, sumergido en la inmensidad y la fuerza de los elementos.” ("El Alquimista", Claudio Coelho)


Un Platero negro pastaba "dulcemente" en el prado. ¿Tendrá un Juan Ramón Jiménez de amo?

"Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro." ("Platero y yo", Juan Ramón Jiménez)


Y de nuevo el constante color verde de esta tierra que nos acompañará durante todo el camino.

"Muy cerca está, romero,
la tierra verde y santa y florecida
de tus sueños; muy cerca, peregrino
que desdeñas la sombra del sendero
y el agua del mesón en tu camino."

                                Antonio Machado


Encontraremos en nuestro camino castaños, robles, encinas, avellanos...o nogales como el de la foto.


La vida rural está aún muy presente y supone para nosotros una novedad que llama nuestra atención.


La ligera lluvia de la noche espabiló a los caracoles que no dudaron en"sacar sus cuernos al sol", como dice la canción infantil.


Llegamos a la iglesia de San Martín de Mogro.


Se ve que hoy tenían ganas de foto. Aquí estamos de nuevo los mismos.¡Pues nada, otra foto!


Seguimos camino saliendo de Mogro.


Me encanta la independencia del gato, su ligereza, su flexibilidad, su parsimonia al andar, su elegancia...


Llegamos a la fuente de la Cuela. Rellenamos nuestras botellas.


Caminar pausado, acompasado, sereno...


Estas vacas han dejado de comer y nos miran curiosas.


Encontramos babosas de un tamaño descomunal. Se nota que se alimentan bien.


Abundan por doquier los plumeros (cortaderia). Son una especie invasora incluida en  el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras.


Tenemos vistas hacia la ría de San Martín de la Arena.


También fotografiamos en la lejanía la población de Suances.


Los castaños con sus bolas a modo de adornos navideños emulando a los abetos.


Una oruga se cruzó en nuestro camino. Evitamos pisarla para que se pueda convertir en una hermosa mariposa.

"Cultivo una rosa blanca,
en julio como en enero,
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni oruga cultivo:
cultivo la rosa blanca."

                   José Martí.

En una mirada retrospectiva vemos en la lejanía la playa de Usil.


Y ya vemos destacar las cimas de los Picos de Europa. Si desde aquí impresionan, imaginamos lo que será estando más cerca.


Nuestros pasos se encaminan hacia Cudón.


Pero antes tenemos otro objetivo primordial. Os dije al principio que no habíamos desayunado. Pues nos llegó la hora. La providencia puso en nuestro camino el bar La Cantera, que nos vino de perlas para nuestro propósito.



Sufriendo como en tantas otras ocasiones del camino. 
¡Qué dura es la vida del peregrino!


Es notable el buen gusto decorativo en la mayorías de casas. Nos encanta.

"Volví a mi casa
bajo la niebla de la tarde triste.
Pasé por calles
junto a muros viejos.
Nadie lo vio
y mi corazón lloraba.
Mi corazón a veces se desviste."

                              Liber Falco
 

Bonitas vistas hacia la ría de San Martín con Suances al fondo.


Caminamos hacia Cudón por un camino rural que se hace algo pesado.


A pesar de la numerosa compañía, el camino proporciona bastantes momentos relativamente en solitario que permiten nuestra reflexión personal.

"Harto ya de estar harto, ya me cansé
de preguntar al mundo por qué y por qué.
La rosa de los vientos me ha de ayudar
y desde ahora vais a verme vagabundear.
Entre el cielo y el mar
vagabundear."

                               Joan Manuel Serrat


¡Menudo especimen de vaca!


No pasamos junto a la iglesia de San Esteban Mártir de Cudón, pero su situación la hace bien visible.


Una larga tubería nos acompaña en este largo tramo.


En esta especie de marjal vemos disfrutar a caballos y aves por igual.


El tramo a Requejada es cómodo y relajado. Se presta a la conversación distendida y dicharachera.


Bonita vista del río Saja y las grúas del puerto de Requejada.


Hilera de eucaliptos, muy presente en toda la geografía cántabra, es una especie no autóctona pero que ha tomado gran preponderancia. Se ve también la cantidad de plumeros a los pies de los eucaliptos.


Llegamos a la estación de ferrocarril de Requejada y hemos de salvar este aparatosa pasarela.


Abajo el grupo charlando con algún paisano.


Ya os dije al principio que hoy tenían ganas de foto. Ésta es la tercera de grupo.


Callejeamos por Requejada camino de Barreda. Saldremos a la N-611 que seguiremos durante durante unos dos kilómetros.


Dejamos atrás Requejada y seguimos por la Nacional hasta la estación de Barreda.


Sencilla y bella. No hacen falta palacios para vivir.


¿ Y qué decir de las rosas rojas? ¿No os enamoran?

"Rosa es tu labio; tu cintura breve
tan flexible y gentil como la caña;
de seda tu negrísima pestaña;
tu voz tan dulce cual el aura leve."

             Francisco Sosa Escalante


Estas chimeneas nos recordaron vagamente las de la Central Nuclear de Cofrentes. Pertenecen a la  industria química Solvay, que produce bicarbonato sódico y carbonato sódico.


Preciosas también estas bellas campanillas. No me pasó desapercibido el leve tintineo con el que saludaron mi paso. 


Dejamos la N-611 y cruzamos la vía de la estación de Barreda.


Seguimos un corto tramo por la CA-919. 
Cruzamos un puente sobre el río Saja.


Aquí tenemos el río Saja, que lleva buen caudal.

"En mi patria hay un monte.
En mi patria hay un río.
Ven conmigo.
La noche al monte sube.
El hambre baja al río.
Ven conmigo."

             Pablo Neruda


Apenas cruzado el puente, dejamos el trazado oficial para seguir por un camino que ataja.


En una ligera subida el camino nos lleva hasta la Fuente de San Lorenzo, que nos viene muy bien para beber, refrescarnos y recargar las botellas.


Supongo que para los lugareños resultará extraño que hagamos tantas fotos a las vacas, pero es una escena tan poco habitual para nosotros que llama nuestra atención constantemente.


Pasamos junto a la bella iglesia parroquial del Salvador de Viveda, construida en el S. IX, aunque de aquella época sólo queda la puerta románica. El resto es del S. XVI.


Posando delante de la puerta románica. Muchos siglos me contemplan.


Dejamos Viveda y pasamos a Queveda.


Apenas notamos que pasamos por Queveda debido a lo diseminado de las casas. Es una sensación extraña que nos despista a veces.


Desde Queveda apenas nos quedan algo más de tres kilómetros a Santillana del Mar. 


Tras estos poco más de tres kilómetros y de pasar mucho calor, llegamos al albergue de peregrinos El Convento.


Tomamos posesión de nuestras literas, ducha reparadora y...


...a buscar dónde comer, que también hay hambre.




Y como se ve, no comimos mal.


Antes del descanso, alguno tuvimos sesión de lavado de ropa.


Tras el obligado descanso, toca paseo por la localidad. Santillana del Mar se merece una visita. Se trata de uno de los pueblos más bonitos de España y el título no es en balde.


Escudos de armas y blasones adornan las fachadas de los innumerables palacios y casas solariegas que encontramos en Santillana. En la foto, la Casa de los Hombrones, llamada así por los dos caballeros que sujetan el escudo.


Este antiguo abrevadero lo encontramos antes de entrar en la plaza principal de Santillana.


Todo el conjunto histórico de Santillana impresiona, pero sin duda, el monumento más conocido de la población es la Colegiata de Santa Juliana, románica del S. XI. Posando con mi hermano delante del monumento.

Vale la pena entrar a visitarla por dentro y eso es lo que hicimos.

Entramos al recinto por una puerta lateral que da al claustro, en el que destacan sus cuarenta y dos capiteles románicos.

Detalle de dos capiteles. Los elementos decorativos de los capiteles representan flores, elementos geométricos y capiteles historiados donde se representas escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento.


En los laterales del claustro encontramos también tapas de sepulcros.



En un lateral del claustro se puede visitar un original Belén de la Pasión, que recrea escenas de la pasión de Cristo y que contiene mucha figuras en movimiento.

Tras la visita del claustro entramos en la iglesia. Destacaremos algunos elementos que encontramos en el interior.


Aquí vemos la sillería del coro y el órgano.


En esta sacristía vemos una cruz de plata que contiene un fragmento del Lignum Crucis que el abad de Santo Toribio donó al de la Colegiata alrededor de 1425 para que los peregrinos que pasaban por Santillana para adorar la reliquias de Santa Juliana, adoraran también el Lignum Crucis sin tener que desviarse a Santo Toribio.


Retablo mayor de la colegiata de fines del S. XV y principios del XVI que mezcla elementos del gótico flamígero y el plateresco.


En el retablo encontramos esta escultura que representa a Santiago peregrino.


Imagen de una capilla.


Sepulcro de Doña Juliana en el centro del crucero.


Tras la visita a la iglesia, salimos de nuevo al claustro y volvemos a dar una vuelta antes de salir de nuevo a la calle.

Tras la visita a la Colegiata, volvemos a nuestro paseo por las calles de Santillana del Mar.

Torre de Don Borja.


Casa Consistorial

Tras la visita y como buenos peregrinos, hemos de retirarnos pronto porque hay que madrugar y mañana tenemos una etapa larga.


Cenamos en el albergue, en cantidad y calidad.



Comimos muy bien en el albergue, incluso repetimos el primero, una buenísima crema de verduras.



Tras la cena, regreso a nuestra habitación y a descansar. Mañana será otro día.

“Las cosas son del que las mira y las sabe apreciar y las entiende y es capaz hasta de hablar con ellas. “(Casilda Iriarte en “La Reina de las Nieves”, Carmen Martín Gaite, ). En nuestro particular camino intentamos mirar, apreciar, entender y hablar con todas las cosas que nuestros pasos nos permiten contemplar. Es un modo de asimilar el camino, un modo de aprender, de superación, de crecimiento personal...

La foto en el mapa



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