DE TERESA A LA MASÍA EL VENTORRILLO (18/6/2022)

Los ríos han sido siempre fuente de inspiración para todo tipo de artistas: escritores, pintores, poetas, músicos…y no únicamente por su valor para subsistir, sino que en muchos casos, su constante fluir hacia un final inexorable se ha comparado con la vida, una vida que fluye también hacia un final que no podemos eludir. En nuestro camino, como en el de los ríos, nos encontraremos con dificultades y parabienes, con felicidad y dolor, con alegrías y penas, con risas y llantos…De ahí viene muchas veces la metáfora de llamar “río” a nuestras vidas. En esta ocasión, caminaremos paralelos junto a un río, el Palancia. Vida y río paralelos, como si de lo mismo se tratara, como una sola cosa con un mismo destino inexorable que no podemos eludir y al que todos estamos abocados.

Os presento una bonita ruta que transcurre por la ribera del río Palancia aguas arriba, que nos lleva desde la playa fluvial de Teresa donde se ubica la fuente del Batán hasta la aldea del Ventorrillo (en el mapa del IGN Masía de Alegre). El recorrido va y vuelve por el mismo camino para disfrutar de la compañía del río en todo momento.La ruta utiliza tramos del PR-CV 80 (Teresa a Ventas de Bejís, en el mapa Ríos de Abajo), del PR-CV 467 (De Teresa a Teresa por vías pecuarias) y de la denominada Ruta senda del Río. Las tres rutas se pueden encontrar explicadas y con sus diferentes tracks en la página del Ayuntamiento de Teresa. El recorrido es bastante cómodo y lleno de sombras y bellos rincones que nos harán disfrutar mucho. Además de la belleza del recorrido, agradeceremos la exuberante vegetación de ribera que nos protegerá durante prácticamente todo el recorrido en épocas en las que el calor apriete y además, nos permitiría tomar el baño en cualquiera de los numerosos rincones propicios para él que vamos a ir encontrando a lo largo de la ruta.

A primera hora del día, aunque el sol ya está totalmente asomado a este día tan azul, estamos en el punto de inicio de la ruta: Avenida Palanca.

Junto a la carretera, a escasos metros de donde hemos dejado el coche, la fuente Azul.

Enfrente de la fuente este camino nos desciende al río.

Un primer tramo es un camino cementado que en su último tramo se convierte en una escalera.

Y llegamos al río, al paraje del Batán, zona de baño de la localidad y que en época de calores está muy concurrida. A primeras horas el paraje está muy tranquilo y silencioso. A la vuelta, el bullicio habrá sustituido a este silencio.

El río en este punto es un remanso de paz, baja lento como dejando que los bañistas disfruten de él tranquilamente.

Aprovechamos la pasarela de cemento que atraviesa el río para hacernos la foto de dúo: Rafa Lafuente y servidor.

Las aguas del Palancia resbalan sobre las rocas y se cuelan entre las rendijas que hay entre unas y otras en su desaforado camino hacia el mar.

La zona recreativa aún no tiene visitantes, pero a la vuelta lo encontraremos más lleno de personas dispuestas a pasar un buen día junto al agua.

Caminamos siempre paralelos al río. Esta paleta de madera nos señala claramente por donde tenemos que seguir: "Senda del río".

Y nos detenemos a cada paso contemplando rincones tan bonitos como el de la fotografía. Creo que fotografié prácticamente cada metro de río.

Y aunque hoy el río iba a ser el principal protagonista, no íbamos a olvidarnos de la flora, tan variada y diversa en las zonas de ribera. Aquí vemos esta preciosa campanilla blanca que llamó enseguida nuestra atención haciendo que nos olvidáramos por unos momentos del río.

Una frondosa vegetación nos acompañará prácticamente en toda la ruta, cosa que en épocas de calor se agradece.

No se puede oír el constante rumor del agua en esta descripción, pero os digo que es un elemento que ayuda a disfrutar más de la ruta.

El diente de león (achicoria amarga), está a punto de esparcir sus semillas. Espera que una ráfaga de viento las desperdigue a mucha distancia de donde se encuentra.

Dejamos el camino cementado a la izquierda y seguimos por la senda que pasa por la derecha de estas ruinas.

Encontramos muchos puntos en los que podemos tomar el baño o refrescarnos los pies para aliviar el calor.

La inflorescencia del puerro silvestre tiene una belleza especial que atrae a los insectos que quedan rendidos ante ella.

En algunos tramos el sendero está tan cercano al río que el agua lo inunda dificultando el paso. Es por ello que se han colocado palés que permiten cruzar estos tramos sin pisar barro.

Transparencia y quietud convierten el río en un espejo. 

"No sé cuál es la cara que me mira

cuando miro la cara del espejo;

no sé qué anciano acecha en su reflejo

con silenciosa y ya cansada ira."

                                         Jorge Luis Borges     

Otro sombrío y bello rincón de los muchos que encontramos durante toda la ruta.

Estas saltacercas festean con una frenética danza en un vaivén contínuo.

En algún tramo dejamos la sombra y el camino se abre.

No es un olmo, pero la imagen de este tronco desnudo y solitario, nos trajo el recuerdo del poema de Machado "A un olmo seco".

"Al olmo viejo, hendido por el rayo

y en su mitad podrido,

con las lluvias de abril y el sol de mayo

algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina

que lame el Duero! Un musgo amarillento

le mancha la corteza blanquecina

al tronco carcomido y polvoriento."

A ver cómo le explicamos a un niño que es de día aunque veamos la luna.

"La luna está muy cerca,

quieta en el aire nuestro.

El que yo fui me espera

bajo mis pensamientos."

                           Jorge Guillén 

En algún punto el sendero se aleja unos metros del cauce del río y se abre.

Multitud de mariposas nos han acompañado hoy durante toda la ruta, nerviosas, hiperactivas, alegres...; apenas se paraban unos segundos y seguían su ágil vuelo y resultaba muy difícil fotografiarlas. A veces lo conseguíamos, como con esta pontia.

¡Mariposa montés y campesina,

mariposa serrana,

nadie ha pintado tu color; tú vives

tu color y tus alas

en el aire, en el sol, sobre el romero,

tan libre, tan salada!

                            Antonio Machado

Junto a este poste direccional encontramos las ruinas de una antigua "Fábrica de luz" y junto a ella pasa el sendero que hemos de seguir que coincide con el PR-CV 80.

Restos de la Fábrica de Luz.

Junto a la Fábrica de luz, este precioso nogal con el que quisimos posar. Los árboles son mi debilidad.

Sus frutos, verdes aún, a la espera que el sol y el tiempo los madure.

Durante un tramo caminamos junto a una acequia que más adelante va entubada.

A pesar de su abundancia y de verla muy a menudo, la achicoria silvestre siempre llama nuestra  atención y nos hace detenernos para plasmar su belleza sencilla.

El sendero vuelve a entrar en una zona sombría con mucha vegetación.

Y llegamos a este poste direccional aproximadamente a los tres kilómetros y medio del inicio. Es a partir de aquí que vamos a encontrar el único tramo de dificultad por el desnivel que vamos a tener que subir por la ladera del cerro del Molino hasta alcanzar el punto más alto de la ruta. Como todo lo que se sube, luego hay que bajarlo. A la vuelta, nos tocará hacerlo al revés.

Nos entretenemos con las mariposas que nos preceden y acompañan, estos pequeños descansos nos ayudan a hacer más llevadera la subida. 

En este poste encontramos un desvío a la derecha hacia la fuente del Nano a la que no nos acercamos por encontrarse cerrada en una caseta y alambrada. Nosotros seguimos hacia la izquierda.

La subida es pronunciada y nos hace entregarnos a fondo.

Este poste, a mitad de la ladera del cerro del Molino marca la máxima altura de la ruta y el inicio del descenso hacia la Masía del Ventorrillo.

En la bajada, frente a nosotros, las casas de Ventas de Bejís (en el mapa del IGN aparece la denominación de Ríos de Abajo, al parecer su anterior mombre).

Ventas de Bejís (Ríos de Abajo).

En las proximidades de las Ventas, vemos de nuevo el río del que nos habíamos alejado en la subida.

Una nueva paleta direccional nos ubica. Nuestro camino obvia el desvío a la derecha hacia Ventas de Bejís y seguimos un corto tramo de frente por el SL-CV 52 que nos va a llevar hasta el cruce del río Canales sobre el puente viejo donde finalizaremos el recorrido de ida y desde donde daremos la vuelta.

Llegamos a la Masía del Ventorrillo. En el mapa aparece como Masía de Alegre.

Masía del Ventorrillo (Bejís).

Cruzamos la CV-235 que lleva a Sacañet.

Frente a nosotros, la población de Bejís.

Y a escasos metros encontramos el puente nuevo sobre el río Canales...

 ...y el puente viejo donde nos detenemos para volver sobre nuestros pasos.

Volvemos hasta la Masía del Ventorrillo y buscamos acomodo en la sombra para dar cuenta de un frugal pero no por ello menos esperado almuerzo.

Tras el almuerzo, regresamos sobre nuestros pasos para regresar por el mismo camino que nos trajo hasta aquí.

Y seguimos disfrutando de pequeños detalles que, sin embargo, engrandecen las rutas, al menos para mí. La centauras merecen una pequeña parada.

Lo que antes bajamos, ahora nos toca subirlo.

Y viceversa, lo que a la ida subimos, ahora nos toca bajarlo.

Pero de nuevo viene el terreno llano y frondoso que tanto nos ha hecho disfrutar.

Flor y semillas del diente de león. Forman una peculiar pareja, ¿verdad?

De nuevo el sonido del rumor del agua de la acequia que transcurre paralelo a la senda en un buen tramo, nos hace compañía.

Similar a la margarita, la manzanilla borde o hedionda, nos podría servir para la misma tarea que la margarita, ¿verdad?...¿Me quiere...? ¿No me quiere:::?

Encontramos tramos verdaderamente sombríos y tupidos que nos proporcionan una excelente sombra que nos alivia del calor que parece que ya empieza a hacer.

Vale la pena detenerse y utilizar el macro de la cámara de fotos para captar la perfección y belleza de las mariposas cuando se dejan fotografiar. Esta mariposa limonera es un ejemplo de lo que digo.

Volvemos a pasar por las misma zonas abiertas de la ida. Pero son tramos llevaderos y bonitos que no nos suponen ningún esfuerzo.

En este punto podríamos cruzar el río y seguir por el camino que nos llevaría a Teresa. Pero preferimos seguir por la senda del río para aprovechar la sombra, la frondosidad que nos ofrece y la compañía del Palancia.

Vale la pena seguir junto al río.

El río siempre junto a nosotros nos da compañía e invita a refrescarnos si el calor nos aprieta.

Como se aprecia en las fotos, se trata de una ruta muy recomendable para épocas de calor por la cantidad y calidad de la sombra que ofrece todo el recorrido en general.

El río no detiene su camino a pesar de los obstáculos que encuentra. Su tenacidad le hará llegar a su destino. Debería ser un ejemplo para todos.

"Corre, corre, manso río

corre y dile que la adoro,

que estoy pálido y sombrío,

que por sus desdenes lloro,

y dile que es mi tesoro;

pero, corre, manso río."

                       Julio Florez

Las mariposas revoloteaban a nuestro alrededor y nos abrían el camino, contentas de nuestra visita a su casa. Mostraban su algarabía con un contínuo ir y venir.

Gracias a los palés el paso era factible, aunque en caso de subir el nivel del cauce, es posible que fueran insuficientes.

La vuelta por el mismo camino no se nos hizo nada monótona ni repetitiva porque seguíamos descubriendo nuevos rincones o tal vez eran los mismo de la ida, pero ahora vistos desde otra perspectiva que los hacía diferentes.

Las matas de acanto son numerosas en las orillas de los ríos y presentan esta inflorescencia que la hace tan peculiar.

Cualquier rincón tiene encanto. Es muy agradable caminar por el sendero.

Los ríos también son tomados como ejemplo y modelo de que todo es mudable, cambiante...Decía Heráclito que nunca podrías bañarte dos veces en el mismo río. Efectivamente, el río fluye y la segunda vez que te bañaras en él, sus aguas ya no serían las mismas que las de la vez anterior. Todo fluye, todo cambia, todo evoluciona...el cambio como motor de las cosas.

Sin ser tan filosóficos al ver las aguas del Palancia somos igualmente conscientes de que la belleza natural es incuestionable.

La frondosidad nos evoca estos versos de Ernesto Noboa y Caamaño:

"Oigo en la sombra, a veces, una voz que me advierte:

Poeta, entre tus ruinas, yérguete vencedor:

deja la flauta débil de tu canción inerte,

y alza el himno a la vida, al orgullo, al vigor."

En tramos con algo más de pendiente, el río se muestra algo más nervioso.

Y nos encontramos de nuevo en el paraje del Batán, ahora con más bullicio y más concurrido de gente. Unos, en la sombra disfrutando de alguna bebida refrescante. Otros toman el baño para aliviar el calor que a estas horas ya aprieta y finalmente, otros toman el sol para oscurecer su piel.

Las aguas limpias y cristalinas se prestan a tomar un refrescante baño.

Hace unas horas las bajamos. Ahora nos toca subirlas para regresar al punto de partida y dar por finalizada la ruta.

"Tuya esta escalera

por la cual, sin término,

subirás mi nombre,

bajaré mis versos."

          José Pedroni

De nuevo en la Avenida Palanca para terminar la preciosa y recomendable ruta de hoy.

Para hacer realidad el refrán popular de que "lo que bien empieza, bien acaba", terminamos con una cerveza que nos ayude a sobrellevar mejor el calor que ya se deja de notar.

La ruta en el mapa.

La ruta en Wikiloc.

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