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jueves, 1 de agosto de 2019

PUEBLA DE ARENOSO-OLBA (24/7/2019)

Tras unas semanas sin poder salir a la montaña, aprovechamos que ya estamos en Montanejos para volver a disfrutar de la naturaleza. Hemos ido varias veces desde la Puebla de Arenoso a Olba o al revés por el PR-VT 126. Hace un tiempo vi en el blog de Jesús (Anda con Tiocanya) una preciosa circular que unía estas dos poblaciones. Este ha sido el momento de poder realizarla, aunque en mi caso, con dos pequeñas variaciones: obviamos la bajada a la masía del barranco del Lobo y no accedimos a la población de Olba. Aún así, la ruta vale mucho la pena.

Se trata de una entretenida y bonita ruta circular que pasa por diferentes masías abandonadas, pasa junto a dos sencillas ermitas, nos sube al morrón de Olba y nos devuelve a la Puebla de Arenoso por el PR-CV 126.
Madrugamos bastante para que el calor no nos coja, aunque hemos de decir que gran parte del recorrido transcurre por dentro de preciosas pinadas que nos protegen del agobiante sol de julio.
Nos acercamos hasta la fuente de la Salud, a la salida de la Puebla de Arenoso, dirección a Olba. Desde aquí iniciaremos la ruta.


En el paraje de la fuente encontramos este peirón o humilladero, típico en esta zona en los caminos. Éste se encontraba situado junto al puente colgante que cruzaba el Mijares y fue traído aquí para preservarlo de las aguas del pantano que iba a ser construído.


Este panel nos informa de la historia y utilidad de estos pilones de los caminos.


Fuente de la Salud. 
Aunque un cartel nos informa de la no aptitud del agua para el consumo humano, hemos bebido en muchísimas ocasiones de esta fuente de fresca agua y nunca tuvimos ningún problema. De hecho, echamos un buen trago antes de iniciar la ruta. Y, por supuesto y con más razón, a la vuelta.


Nos hacemos una foto de grupo mi soledad y yo junto al peirón y nos encomendamos a él para que nuestro viaje tenga un final feliz.


Salimos por el puente que cruza el barranco de los Caños.


Aparece por primera vez en la ruta el segundo de mis acompañantes: mi sombra.

Fuera, la luna platea
cúpulas, torres, tejados;
dentro, mi sombra pasea
por los muros encalados.
Con esta luna parece
que hasta la sombra envejece.
(Fragmento del poema de Antonio Machado "La luz, la sombra y el bufón")


Unos centenares de metros después, junto a la carretera, encontramos estos postes de señalización que seguiremos a partir de ahora.


El camino en ascenso nos va a llevar a la fuente del Almajal.


 Al ir subiendo, empezaremos a tener bonitas vistas, si nos volvemos, de la Puebla y el bello entorno en el que se encuentra, con la cola del embalse de Arenoso y la Cruz del Viso de telón de fondo.


En este tramo hasta la fuente del Almajal el protagonista es el agua.
Su rumor y su presencia es constante y su efecto en el paisaje evidente: una exuberante vegetación nos rodea.


Fuente del Almajal.


 Junto a la fuente, por la parte trasera, seguimos por esta estrecha senda en ascenso donde la vegetación sigue siendo la protagonista.



 La gran variedad de flora también tiene reflejo en la variedad de flores que encontramos en el recorrido. Nos paramos siempre a contemplar y disfrutar de la bella sencillez de las flores.


 Cuando camino solo y veo florecillas silvestres solitarias, me siento identificado con ellas. Imagino cómo se sentirán en su soledad y aislamiento y pienso que, como me pasa a mí, esa soledad les hace vivir de manera especial y diferente todo lo que les rodea.


 Pequeños insectos también se aprovechan de la profusa vegetación y disfrutan de ella.
Este chinche verde (Nezara viridula) es un ejemplo de lo que digo. Algún tipo de atracción sentirá hacia esa planta que le hace permanecer en ella.



Encontramos restos del antiguo empedrado que nos indican que era un camino transitado. En este caso, era el camino que subía a la masía del Chorrico.


 Estaba adentrándome en un espacio que si bien en otro tiempo perteneció al hombre, ahora, tras la despoblación de la masía, ha pasado a pertenecer a las cabras que pueblan el lugar. Este bello ejemplar que me miraba, me lo recordaba. Le transmití mentalmente que no se preocupara, que mi intención no era invadir su espacio, ni molestar.


 La subida a la masía del Chorrico es muy bonita y bien trazada para suavizar la pendiente. En la foto apreciamos las zetas que hace el camino en la subida.



 Nos gusta disfrutar del paisaje. Nos gusta empaparnos de naturaleza y llevarnos con nosotros toda la belleza, tranquilidad y serenidad que la altura nos permite percibir.


 Comprobad lo que os digo observando esta bella imagen de la Puebla en un enclave privilegiado y maravilloso.¿No disfrutáis contemplando este paisaje? ¿Qué pensamientos os sugiere?  Vale la pena el esfuerzo físico que nos supone subir a las montañas para poder disfrutar de vistas así.



En nuestro ascenso ya vemos las primeras ruinas de las casas del Chorrico.


 Pocos metros antes de acceder a la masía, un cable para el ganado nos cortaba el paso. Lo abrimos, pasamos y los volvimos a cerrar. No encontramos ninguna vaca en el recorrido, aunque pensamos que tal vez pudiera haber habido.



 Este es el aspecto que presentaba el antiguo horno del Chorrico en la actualidad.


Y éste era el aspecto en el año 2013.


 Seguimos y nos acercamos a la fuente de la aldea, de la que aún mana agua.



 Volvemos sobre nuestros pasos y nos dirigimos a lo que fueron las eras del pueblo.
En este camino nos encontramos con esta casa que es la mejor conservada de todas.




 Hacia el otro lado, más casas en estado de ruina.


 Y aquí los pajares de la antigua era del Chorrico.



Junto a los pajares cogemos esta amplia pista.


 Pero enseguida la dejamos para coger este sendero por la derecha.


 Caminamos por una silenciosa y tranquila pinada.



 El corto sendero desemboca en esta pista en la que giramos brevemente a la izquierda.



 Para enseguida dejarla y seguir por este sendero junto al cartel metálico que nos avisa de la proximidad de abejas, por lo que caminaremos con precaución.


 Pasamos junto a un bebedero para animales.


 Y salimos a esta pista que hemos de seguir a la izquierda. Pero antes de hacerlo, nos salimos y nos acercamos al borde para disfrutar de las vistas, ya que nos encontramos a buena altura (850 m aproximadamente). Y esto es lo que vemos...



 Fuentes de Rubielos.



 Ermita de Santa Isabel.



Peñacalva.






Volvemos a la pista y seguimos por el amplio camino y siempre rodeados por pinos y un acogedor silencio que nos acompaña, solo roto por el chirriante canto de alguna chicharra de vez en cuando. 



El camino nos lleva hasta la ermita de Santo Tomás de Villanueva.


En este panel nos informamos de la historia y circunstancias de esta sencilla ermita.
¡Qué contraste ente la sencillez de esta ermita rural y la grandiosidad de cualquier catedral!
Esto me lleva a pensar que en la vida, a veces utilizamos o deseamos cosas costosas, enormes... cuando podemos usar otras más sencillas y económicas que nos van a servir para lo mismo ¿no?



Nos asomamos por la ventana de la portezuela de la ermita y obtuvimos esta foto de su ornamentado interior. Su sencillez, de todas formas, está a la vista.


 Dejamos atrás la ermita.


 Como digo siempre, caminar es más que el simple hecho de mover las piernas. Cuando caminamos por la montaña, nos gusta disfrutar de todo lo que encontramos a nuestro paso y ser conscientes de todo lo que vemos, oímos, olemos, tocamos, sentimos...Por ello, esta simple flor de cardo nos entretiene y no pasamos de largo ante ella. También tiene su encanto.


De nuevo asoma mi sombra. A veces va delante, otras viene detrás o a los lados. Pero a veces no la veo y me pregunto a dónde habrá ido, si me habrá abandonado o si lo hará algún día.



 El sendero por el que venimos de la ermita desemboca en este camino ancho que seguimos por la izquierda.



 Enseguida encontramos esta bifurcación que seguimos a la derecha.


 Encontramos otra bebedero de animales.

Otra particularidad agradable durante todo el camino fue la presencia de numerosas mariposas que revoloteaban a mi alrededor, escrutando curiosamente qué tipo de ser sería. Parafraseando la conocida película de Kevin Costner, podría haber titulado esta entrada "Bailando con mariposas".
Os muestro algunos ejemplos.




Una verdadera maravilla poder disfrutar de la belleza, ligereza y volatilidad de las mariposas.




 Vemos entre los pinos la cima del Morrón de Olba, al que subiremos en breve.



 Llegamos a la masía del Cerrito, completamente en ruinas.


 Continuamos desde el Cerrito por un precioso bosque, donde el silencio nos sigue acompañando.



 Dos gotas de resina brillan en el tronco de un pino y no recuerdan a dos diamantes.
Cualquier cosa nos llama la atención y nos entretiene.


 Concentrado en mis asuntos y disfrutando del entorno.


 Es un gozo caminar por sendas así, donde la soledad y el silencio son las mejores compañeras de viaje.



 El precioso sendero desemboca en un camino. Seguimos por la derecha.


 Apenas hemos tomado el camino, encontramos la subida al morrón de Olba.



 Una amplia pista nos llevará por la loma hasta el extremo de la montaña.


 En la subida encontramos restos de trincheras de la guerra civil.



Finalmente llegamos a la cima. 
Ahora empezaremos a disfrutar de las vistas.


 Vistas hacia la Puebla y el embalse de Arenoso.



 El Viso en segundo término y el Morrón de Campos en tercer lugar.


 El Morrón de Campos con zoom.



 La Redonda frente al embalse de Arenoso.



 El Cantón al fondo.



  Santa Bárbara de Pina con sus antenas.



 Olba.




 Peñacalva, en la sierra de Gúdar.


Las peñas de Santa María sobre el barranco del río Rubielos.


Ermita de Santa Isabel.


 Rubielos de Mora.


 Los Ibañez Bajos.


Barrio de los Tarragones.


 Los Pertegaces, patria chica del famoso modisto Pertegaz.



Aprovechamos esta estupenda atalaya para pegar un bocado y reponer fuerzas. No se paga con dinero almorzar en lugares así.


Tras almorzar, retomamos el camino. Volvemos un tramo por la pista por la que subimos pero unos centenares de metros más abajo, nos desviaremos a la derecha para bajar dirección a Olba.



El camino pasa por la ermita de San Pedro, muy sencilla también.



Hacemos también una foto de su austero interior.



Desde la ermita parte un camino a la derecha en descenso.


Se trata de un camino empedrado en muchos tramos que va descendiendo suavemente hacia Olba.



Pasamos junto a esta caseta que nos puede servir de refugio si nos fuera preciso.



Y ya tenemos enseguida a la vista la población de Olba.


Pasamos junto a esta cavidad que se trata de una cava para almacenar el vino.



El sendero desemboca en el camino y giramos a la derecha.



Enseguida llegamos al puente de Carlos IV. Aquí vemos el Mijares a su paso bajo este sólido puente que fue reconstruido después de la guerra civil porque fue volado. En esta restauración perdió dos de sus ojos.



El puente nos da acceso a la población de Olba, pero dado que ya hemos estado allí, obviamos la visita y seguiremos nuestro camino.


Aquí encontramos otro peirón de caminos.


Y seguimos por la derecha para regresar a la Puebla de Arenoso, haciéndolo por el PR-VT 126 cuyas palas vemos en este poste de la luz.



Iniciamos una bonita subida que nos lleva enseguida al caserío de Los Moyas.



Esta llamativa bignonia nos recibe a la entrada del caserío. Como sucede con las florecillas silvestres, con ella también nos entretenemos unos instantes.


El sendero atraviesa otro de los numerosos barrios de Olba, los Moyas.


Nos recibe el vigilante de la aldea.


Atravesamos la aldea que está muy bien cuidada.



Salimos de los Moyas y enfilamos un bonito sendero.



Encontramos otras dos cavas.


Alcanzamos altura y vemos la población de Olba.


En este tramo caminamos por el antiguo empedrado del sendero. 



Junto al sendero encontramos el paraje del Mirador al Mijares. Desde aquí tenemos una buena visa de Olba, aunque la primera vez que estuve aquí la visión era mucho mejor que ahora porque la vegetación ha crecido mucho.



Llegamos a este cruce que seguiremos por la derecha. La palas direccionales nos guían.


El PR es muy bonito y muy agradable porque transcurre básicamente por el interior de una pinada.


Cualquier bichito nos encanta.
 Me emociona que este pequeño saltamontes se haya posado en mi mano. Me produce una gran sensación de felicidad al ver que no tiene miedo y sabe que lo voy a tratar muy bien y me deja fotografiarle.


Sigo bailando con mariposas: ligeras, delicadas, silenciosas, sencillas, juguetonas, inquietas, bellas...



Esto nos parece un antiguo horno de cal.



Nos acercamos a las ruinas del Molino de los Peirós.



Seguimos nuestro camino paralelos al viajero Mijares en su camino al cercano Mediterráneo. No lo podemos ver nada más que a través del ramaje y la vegetación, pero sentimos su rumor constante que nos acompaña en este bonito tramo.


El sendero pasa también por encima del enclave del pozo de Las Palomas y continúa hacia la aldea de Los Cantos. En la foto, la Monzona, última población de la provincia de Castellón antes de entrar en la vecina Teruel.


De frente ya vemos el Viso con su perfil particular.



Pasamos junto a los tubos que trasvasan agua del Mijares a la estación eléctrica de Los Cantos.
Este sistema de producción de electricidad se reproduce a lo largo de todo el cauce del Mijares.



Entramos en Los Cantos y encontramos esta pala direccional en el suelo. Como decimos siempre, el mantenimiento de los senderos es tan importante como su creación.


Giramos a la derecha.


Cruzamos Los Cantos. Aquí se respira mucha paz y tranquilidad.



Salimos por esta callejuela para seguir nuestro camino.



Pasamos junto a este corral en ruinas.


Este tramo de roca por el que pasamos ahora fue fondo marino hace millones de años. 
Los restos de fósiles que vemos en el suelo así lo atestiguan.





Estos son algunos de los ejemplos de restos fósiles que podemos encontrar en este tramo.


 Seguimos agradecidos a la sombra que nos proporcionan los pinos que además hacen que el sendero sea más encantador.


 Hemos de estar atentos a las marcas. Giro a la izquierda.



 Pasamos junto a otro corral en ruinas. Todas estas ruinas que vamos encontrándonos en el recorrido nos hacen tomar consciencia de lo poblado y humanizado que estuvo la zona en épocas pasadas. Una pena que la despoblación haya dejado gran parte del valle del Mijares bastante despoblado.

              

  Vistas hacia nuestro objetivo: la Puebla, aunque aún nos queda un poco.



 Acercamos con el zoom el extremo de la Cruz del Viso.


 Otro giro, esta vez a la derecha.


 Y seguimos gozando entre los pinos. Apenas nos llega el sol, lo cual es de agradecer.



 Más mariposas. Fijaos qué bien se mimetizan con el entorno para pasar prácticamente desapercibidas.


 Ahora sí que ya estamos cerca. La vista es preciosa. Vale la pena detenernos unos instantes para disfrutar de ella.


 Otro tramo con esta cuerda que realmente sirve de muy poco.
Antes, a la salida de los Cantos hay otro igual.



 Antes de llegar de nuevo a la fuente del Almajal nos encontramos con el tramo más conflictivo del recorrido. Es un tramo corto pero algo caótico por los desprendimientos, el desnivel y la vegetaciòn que dificulta el paso. Estaremos atentos a las señales poco visibles e iremos con cuidado, incluso poniendo el culo en tierra, para evitar una caída. Este tramo requiere de una actuación para que sea menos complicado.


 La vegetación oculta las señales y dificulta el paso.


 Salvado este escollo, volvemos a la normalidad y retornamos a la fuente del Almajal donde ya estuvimos a la mañana. Aprovechamos para beber y refrescarnos. El tramo que nos queda ya lo hicimos antes.



 Nos ¿inmortalizamos? en la fuente.


 Recorremos los últimos metros disfrutando del paisaje aprovechando que aún estamos a una buena altura que nos permite ver el Mijares desde arriba.


  La Puebla al frente.


 Salimos de nuevo a la CV-20 y la seguimos dirección a la Puebla.


 Y llegamos de nuevo al fresco y sombrío paraje de la Fuente de la Salud.



Aprovechamos, como os dije al principio de esta entrada, para refrescarnos con la buenísima agua de esta fuente, a pesar del cartel. Y así damos por terminada esta preciosa, interesante y recomendable ruta en el Alto Mijares. Ha valido la pena.


 Pero nosotros, a pesar del agua que hemos bebido, seguíamos teniendo sed. Para quitarla nada mejor que una cervecilla fría en el Bar la Puebla.


La vista desde su terraza vale la pena. Con estas vistas, la cerveza nos supo mejor.
Excelente manera de terminar una ruta.


La ruta en el mapa.





La ruta en Wikiloc.


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10 comentarios:

  1. Hola Emilio!

    Menudo rutón te ha salido.... Por lo que he visto con bastantes tramos de sombra, una buena alternativa para estas fechas.

    Un saludo.

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    1. ¡Hola, José Vicente! Magnífica ruta, con mucha sombra y mucho silencio y soledad. La recomiendo.
      Un abrazo.

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  2. Hola Emilio.

    De vez en cuando se agradece disfrutar de la naturaleza en soledad, bueno uno con su sombra :). Veo que dentro de lo que es la Comunidad Valenciana (metereológicamente hablando), es una zona con mucho bosque, lo que es perfecto para caminar en verano, eso si, madrugando, porque si hace calor por mucho bosque que halla, tarde o temprano se acaba notando.

    En cuanto a la comparativa entre la ermita y la catedral, llevado al senderismo, pues antes se utilizaba un simple mapa y ahora llevamos gps, mejor, peor ... bueno no creo que pase nada por llevar cosas más "caras" o "menos necesarias", lo importante es que esto sea algo puntual y no nos obsesionemos en tener siempre todo, lo mejor, porque al final acaba siendo una obsesión, comprar todo lo que sale en la tele o tiene el vecino, solo por el hecho de tenerlo.

    Bueno, que en enrollo, jeje. Salud y montaña!

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    1. ¡Hola, Eduardo! Esta zona del Alto MIjares tiene muchos bosques ya que es una zona muy agreste. Casi todas las rutas que podemos hacer transcurren por bonitos y solitarios bosques. Se disfrutan mucho. En cuanto a la comparación únicamente quería dejar constancia de que,con lo sencillo podemos alcanzar los mismos objetivos que con medios más sofisticados.
      Un saludo.

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  3. Hola Emilio.

    Con semejantes y tan variados ingredientes, otra ruta que me apunto, para cuando amainen estos calores por supuesto, pues esa zona del Alto Mijares que limita con Teruel es toda una desconocida para mi.
    Otro gran y completo reportaje, con la ruta muy bien explicada, con tus habituales reflexiones y cargada de pequeños grandes detalles, como esas macros a mariposas, bichillos y flores. Siempre es un gusto leerte, pero es que últimamente estás que te sales.

    El otro día vi una ingeniosa camiseta en la que la sombra de Lucky Luke al fin le hacía morder el polvo, así que ojito con la sombra...jejeje

    Un abrazo.

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    1. ¡Hola, Dani! Ya conoces el Alto Mijares, un lugar por descubrir. Siempre encuentras nuevos rincones, nuevos lugares, nuevas rutas que nos llenan senderísticamente hablando. Comarca muy recomendable. Gracias por tus amables palabras en lo referente a mi entrada. Intento adornar un poco la ruta para hacerla más literaria. Tal vez, para algunos, resulte algo cargante, pero yo soy así. Tendré cuidado con mi sombra, gracias por el consejo.
      Un abrazo.

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  4. Hola Emilio,

    Me ha gustado mucho esta ruta circular, ya que como todas tus rutas aprovecha varios senderos archiconocidos para descubrir entornos preciosos, auque me la apunto más para hacerla de cara a primavera-otocho, que con estos calores, auqneu haya sombra, no hay quien camine por el monte a según que horas.

    A ver si cuando nos volvemos a ver hacemos alguna rutilla de este estilo, que el otro día la ruta que realizamos me supo a poco... jejeje

    Un abrazo.

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    1. ¡Hola, David! Como cuando vengas a Montanejos estarás cerquita de aquí, ya sabes, te acercas y la haces que ya te digo que vale la pena.
      Un abrazo.

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  5. Hola Emilio...
    Bueno,veo que tienes muchas y buenas entradas en tu magnífico blog,tendré que ponerme al día...jejeje.
    De entrada,ya te digo que esta me la apunto como muy próxima y más ahora que ya han pasado casi los calores estivales,aunque te comente que la del Palmeral de Pedralba sería inicio de curso y de momento tendrá que esperar...jejeje.
    Un recorrido precioso en cuanto a vistas,sendero y también sombra.Recuerdo haber visto la crónica de Trotasendes Benicalap desde Olba,que creo que es similar y que ya me pareció genial,con el aliciente de cervecita a mitad de ruta,que en su caso fue en La Puebla de Arenoso y en tu caso con gran final desde esa terraza.
    Sin duda ruat "pa la saca".

    Un abrazo.

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    1. ¡Hola, Juane! Ciertamente, te la recomiendo encarecidamente. Y te digo que cuando la hagas, me avises por si os puedo acompañar. Estaría encantado de hacerlo.
      Un abrazo.

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