Esta tercera etapa es la más asequible de la travesía ya que encontramos más desnivel negativo que positivo; no por ello la etapa es menos atractiva, puesto que disfrutaremos durante todo el recorrido del inigualable paisaje pirenaico. Saldremos del Hospital de Benasque y recorreremos todo el valle por el antiguo camino que personas y mercancías utilizaban antaño para pasar a Francia. Caminaremos prácticamente paralelos al río Ésera que recorre este bonito valle. El momento más duro de la jornada se concentra en los tres kilómetros últimos de la etapa que nos llevan de Benasque a Cerler por una bonita y zigzagueante senda que transcurre por un tupido y bonito bosque. Existe la posibilidad de terminar la etapa y, por lo tanto, pernoctar en Benasque; pero decidimos que era mejor adelantar tres kilómetros (además en subida) de la etapa siguiente. Pensamos que ésta es la mejor opción.
A primera hora ya estábamos posando para la prensa local.
Nos despedimos del Hospital de Benasque que tan bien nos ha acogido.
Nos despedimos del Hospital de Benasque que tan bien nos ha acogido.
Hacia la izquierda van los autobuses que se dirigen a la Besurta.
Hemos alcanzado algo de altura y en el fondo comenzamos a ver el cauce del Ésera, que nos acompañará en toda la jornada.
Llegamos a este punto y aquí dejamos el cemento para seguir por la senda que vemos a la izquierda marcada con señales del GR.
Vemos las marcas del GR en este pino caído. Aquí vimos también varios ejemplares caídos por culpa del temporal.
Se trata de los Baños de Benasque, un establecimiento termal ya conocido por los romanos.
El sendero sale a la carretera que accede a los Baños, nosotros nos acercaremos por curiosidad hasta el edificio, pero nuestro camino sigue hacia la derecha.
Nos acercamos a la fachada principal del establecimiento y volvemos sobre nuestros pasos para continuar con nuestro camino.
Seguimos por la izquierda en nuestra bifurcación siguiendo la carretera en descenso durante un tramo.
Nos parece un edificio de dudoso encanto arquitectónico para el lugar donde se encuentra enclavado.
Abandonamos la pista en esta curva por un sendero que nos bajará hasta el puente de los Baños.
Abandonamos la pista en esta curva por un sendero que nos bajará hasta el puente de los Baños.
Aprovechamos para captar al máximo con nuestras retinas tanta belleza sabedores de que cada momento hemos de disfrutarlo y vivirlo como si fuera el último.
Inmortalizamos el lugar y el momento con esta foto.
El ancho camino continúa hacia Benasque.
Inmortalizamos el lugar y el momento con esta foto.
El ancho camino continúa hacia Benasque.
Ahora el río sigue a nuestra izquierda, encajonado a tramos por un estrecho barranco.
Aquí lo veis encajonado siguiendo su curso hasta el embalse de Paso Nuevo.
Aquí lo veis encajonado siguiendo su curso hasta el embalse de Paso Nuevo.
Apenas sobrapasado el panel, el camino pasa por este puente que cruza el barranco de Cregüeña. Este río es tributario del Ésera en el que vierte sus aguas procedentes del ibón de Cregüeña, el más grande del macizo Posets-Maladeta, con la fuerza con la que se puede apreciar en la foto.
En este punto se inicia la ruta al ibón de Cregüeña, que nosotros obviamos.
En este punto se inicia la ruta al ibón de Cregüeña, que nosotros obviamos.
Paramos a almorzar en este punto deleitándonos con la fuerza del agua en el momento de tributar sus aguas al Ésera.
Tras el almuerzo seguimos nuestro frondoso camino.
Pasamos junto a la fuente de San Farré, de fresca agua como podéis imaginar.
Pasamos junto a la fuente de San Farré, de fresca agua como podéis imaginar.
Entre bromas y chascarrillos el camino se hace muy agradable. El buen ambiente reina en el grupo y el caminar apenas nos fatiga.
El Ésera, algo encorsetado en el anterior tramo, se abre ahora más al valle.
El Ésera, algo encorsetado en el anterior tramo, se abre ahora más al valle.
Llegamos al poco tiempo al área de acampada de Senarta.
Los campistas pasan plácidamente estos días de julio en este singular paraje.
Dejamos a la derecha la entrada al camping y seguimos de frente nuestro camino.
Dejamos a la derecha la entrada al camping y seguimos de frente nuestro camino.
Llegamos enseguida a este nuevo cruce. Seguimos de frente dirección Benasque, dejando a la izquierda el desvío a Vallibierna.
Poco después, llegamos al puente que cruza el barranco de Vallibierna, que también tributa sus aguas en el Ésera, muy cerca ya del embalse.
Y enseguida, las azules aguas del embalse de Paso Nuevo ponen el contraste a tanto verde y de tan variados matices de la exuberante vegetación pirenaica.
Dejamos el ancho camino para coger esta tupida senda que nos dejará en el mismo camino pero más abajo.
Apenas pasado el desvío al camping, cruzamos este puente de madera sobre el barranco Fondo o de Rinero.
Alguna nube empieza a asomar por entre las cimas y nos parece oír algún que otro trueno lejano.
Dejamos el camino y nos desviamos a la derecha, dirección Benasque.
Dejamos el camino y nos desviamos a la derecha, dirección Benasque.
Fijaos en el escudo que conserva el puente (pensaba que ya no quedaban), que nos informa bien de quién y cuándo se construyó. En la otra parte hay otro escudo igual.
Nos fijamos en el curioso color que tiene aquí el agua que nos recuerda al óxido de hierro.
Nos fijamos en el curioso color que tiene aquí el agua que nos recuerda al óxido de hierro.
Un camino junto al río nos acerca poco a poco a la localidad de Benasque.
Oímos la tormenta cada vez más cerca.
Las nubes, cada vez más amenazadoras, se cierran poco a poco sobre el valle.
Oímos la tormenta cada vez más cerca.
Las nubes, cada vez más amenazadoras, se cierran poco a poco sobre el valle.
Llegados a este punto, tenemos dos opciones. Una sigue por este camino, a la derecha, pasando por la central eléctrica de Ruda que llega a Benasque evitando la carretera. Otra opción, la que elegimos, sigue a la izquierda hacia Benasque y transcurre algún tramo junto a la carretera, pero es algo más corta. Elegimos además esta opción porque la lluvia empezaba a caer. Finas gotas comenzaban a mojarnos cada vez con más insistencia.
Seguimos pues por la izquierda del río. Ahora veíamos que la lluvia era inminente. Acelerábamos el paso para intentar llegar a Benasque antes de que cayera con más fuerza. Nos restaban apenas dos kilómetros.
La hornacina contenía un San Antonio Abad, que nos miraba con algo de pena.
Mirad si no.
La entrada a Benasque por esta parte también era bonita.
Mirad si no.
La entrada a Benasque por esta parte también era bonita.
Aguantamos un poco por si la lluvia amainaba, pero finalmente nos tuvimos que poner los chubasqueros.
Por suerte, la lluvia iba a durar poco. Entrando a Benasque parecía que paraba.
Por suerte, la lluvia iba a durar poco. Entrando a Benasque parecía que paraba.
Las nubes dejaron paso al sol y nos vino de perlas para comer y refrescarnos con unas merecidas cervezas.
Tras la comida, reposada y tranquila, dedicamos un tiempo a recorrer Benasque.
Nos informamos sobre los edificios más importantes de Benasque y su entramado urbano.
Tras la comida, reposada y tranquila, dedicamos un tiempo a recorrer Benasque.
Nos informamos sobre los edificios más importantes de Benasque y su entramado urbano.
Ayuntamiento de Benasque.
Se encuentra en la plaza que lleva su nombre.
Casa Faure, también en la Plaza del Ayuntamiento.
Se encuentra en la plaza que lleva su nombre.
Casa Faure, también en la Plaza del Ayuntamiento.
Iglesia de Santa María de origen románico, aunque con modificaciones posteriores del S. XVII, en la misma plaza.
Interior de la iglesia de Santa María con este cuadro de la Santa Cena presidiendo este altar lateral.
Cual típicos turistas, nos recreamos en aquellos rincones y lugares que nos parecieron interesantes.
Tras visitar Benasque, nos dispusimos a recorrer los tres últimos kilómetros de la etapa de hoy.
Detrás del edificio que veis, al final de la calle de los Tilos cruce con la Avenida de Francia, buscamos el antiguo camino que comunicaba los pueblos de Benasque y Cerler.
A la izquierda encontramos este poste que nos indica el camino.
Detrás del edificio que veis, al final de la calle de los Tilos cruce con la Avenida de Francia, buscamos el antiguo camino que comunicaba los pueblos de Benasque y Cerler.
A la izquierda encontramos este poste que nos indica el camino.
Encontramos el camino a Cerler y nos dispusimos a subir los tres kilómetros aproximadamente que separan ambas localidades y que iban a suponer el momento más pesado de la etapa debido al desnivel de la senda. Lo que aliviaba este desnivelo era la belleza de la senda, zigzagueante, frondosa, con restos del suelo que pavimentaba el antiguo camino, fresca...
En alguna zona, la vegetación clareaba un poco y permitía la visión aérea de Benasque.
Este cruce nos hizo dudar un poco, pero z la izquierda dirección Cerler.
Este cruce nos hizo dudar un poco, pero z la izquierda dirección Cerler.
La senda nos saca a este camino desde el que divisamos, por fin, las casas de Cerler.
Pasamos junto al cementerio, en las afueras de Cerler. Y aún habremos de subir un poco hasta la carretera de acceso al pueblo.
Vemos un Cerler tranquilo.
Yo esperaba mayor actividad veraniega, pero es evidente que es un pueblo al que la gente viene más en invierno.
Anduvimos un buen trecho hasta salir casi de la localidad.
Yo esperaba mayor actividad veraniega, pero es evidente que es un pueblo al que la gente viene más en invierno.
Anduvimos un buen trecho hasta salir casi de la localidad.
Antes de salir definitivamente del pueblo, a la izquierda por esta calle, llegamos hasta el hotel.
Por fin, en el hotel Monte Alba, nos esperaba el descanso tan esperado como merecido.
Por fin, en el hotel Monte Alba, nos esperaba el descanso tan esperado como merecido.
Nuestra habitación. El descanso estaba asegurado un día más. Mañana nos espera otra grandiosa jornada. Recuperemos fuerzas para continuar el Tour.
En esta ocasión las vistas desde la ventana no eran tan interesantes como en días anteriores, pero no nos importó demasiado.
Una buena cena y un buen descanso pusieron fin a esta etapa de algo más de 20 km que nos costó recorrer unas 11 horas, en el que disfrutamos de lo lindo y quedamos muy reconfortados con lo visto y vivido. Un recuerdo imborrable.
Entradas relacionadas:
- Tour del Aneto.
- Tour del Aneto. Etapa 1: Uelhs deth Joeu/Hospice de France.
- Tour del Aneto. Etapa 2: Hospice de France/Hospital de Benasque.
- Tour del Aneto. Etapa 4: Cerler/Castanesa.
- Tour del Aneto. Etapa 5: Castanesa/Aneto.
- Tour del Aneto. Etapa 6: Aneto/Viella.
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La ruta en el mapa.
La ruta en Wikiloc.
Hola Emilio,
ResponderEliminarSencilla, pero a la vez hermosa ruta.
Que gozada es estar este año por la zona pirenaica, con la impresionante cantidad de agua que hay.
El tramo que hicisteis del Camping Aneto a Benasque, si en lugar de ir por el lado de la carretera hubierais ido por el otro, os habríais encontrado con un curioso bunker y una bonita fuente, pero bueno, así ya teneis la excusa para volver... jejeje
Ya hay ganas de leer la siguiente crónica de la travesía.
Un abrazo.
¡Hola, David! Etapa relativamente tranquila en esfuerzo, pero también muy bella y sugerente. El valle es precioso y lo disfrutamos de lo lindo. Tendremos en cuenta tu indicación para cuando volvamos. El itinerario pasaba por donde tú comentas, pero la lluvia nos hizo desistir y caminar por el tramo más corto.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio...
ResponderEliminarDesde luego,que en nada desmerece esta tercera etapa,como apuntas en el prologo de la crónica.
Paisajisticamente,preciosa.Para disfrutarla y saborearla plenamente.
Esas partes con el sonido bravo del agua acompañando vuestro camino,seguro que han sido una delicia.
Os mojasteis por fuera y por dentro...jejeje.Merecido reposo en Benasque,aunque os esperaba la ''etapa de montaña''...jajaja.La parte final hasta Cerler,me ha recordado alguna etapa de la Vuelta Ciclista a España,con llegada allí...
Bueno enhorabuena por esta etapa mas tranquila,pero magnifica y sin bajar el nivel del Tour.A esperar la siguiente crónica.
Un abrazo.
¡Hola, Juane! Como le decía a David, este precioso valle nos hizo disfrutar de esta "cómoda" etapa, aunque esos últimos tres kilómetros de subida nos hicieron sudar un poco, pero fue un acierto adelantarlos para no tener que hacerlos al día siguiente.Y cierto, nos mojamos por fuera y por dentro ( por dentro un par de veces, al menos). La cosa surgió así y así lo hicimos.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio.
ResponderEliminarOtra bonita etapa que retener en la memoria. El Hospital de Benasque, el Barranco de Cregüeña, Senarta, el Puente de San Jaime, Benasque, Cerler...lugares que me traen todos muy buenos recuerdos, que estén todos juntos en una misma ruta es el sinónimo de la calidad de esta tercera etapa.
Benasque es una preciosidad de pueblo, siempre que he ido no dejado pasar la ocasión de dar un paseo por sus calles. Cerler nos sorprendió, a pesar de ser un pueblo enfocado al turismo de esquí conserva un casco antiguo realmente hermoso. Se está bien en el Hospital de Benasque ¿verdad?, tampoco pierdo la ocasión cuando voy a la zona de entrar a tomar una cervecita, me encanta su decoración, ¿visitasteis el pequeño museo que hay allí?. Por cierto y hablando del Hospital, te recomiendo una película española que se rodó allí, kamikaze se llama.
Un abrazo.
¡Hola, Dani! Como bien describes en tu comentario, todos esos lugares le dan aliciente a una bella etapa, que aunque no es tan montañera como las dos anteriores, no tiene desperdicio. Benasque, precioso pueblo y Cerler también. Disfrutamos recorriendo sus calles y "mojándonos2 por dentro, como dice Juane. El Hospital de Benasque, muy bonito. Tiene una decoración particular ciertamente que llama mucho la atención y pudimos ver el museo que alberga. Intentaré ver la película para recordar el lugar. Gracias.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio
ResponderEliminarOtra etapa mas con todos los ingredientes para seguir diciendo que Pirineos es mágico, en este caso Benasque...Me encanta y caminar dando un paseo por sus calles es fabuloso, aprovechásteis la lluvia para daros un remojón por dentro jajaja.
A seguir con la travesía
Un abrazo
Jose
TROTASENDES BENICALAP
¡Hola ,Jose! Etapa sencilla y disfrutona, con el "pequeño" desnivel final de tres kilómetros, pero etapa que recoge toda la esencia de la belleza de Pirineos: altas cumbres, rica y abundante vegetación, agua a raudales, aire limpio y puro... y poblaciones como Benasque que no desentonan en absoluto con tan idílico paisaje. Gran belleza.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio.
ResponderEliminarPues nada, ya estamos en el Ecuador de la circular, que a pesar de tener menos desnivel, resulta dura, ya que el final, aunque precioso, tira bien para arriba, y las fuerzas ya fallan.
Un saludo.
¡Hola, Eduardo! Etapa de transición la definen en la ruta. Para nosotros, no desentonó con el resto porque tenía todos los ingredientes (al menos para nosotros) para constituir por sí sola una ruta en "Mayúsculas", con esa subida final que nos hizo sacar la lengua, sobre todo después de haber comido y bebido antes.
EliminarUn saludo.