”Así que se escondió en su música, porque esa belleza nadie la podía corromper, ni ensuciar.” (“No te veré morir”, Antonio Muñoz Molina). Nos refugiamos en la montaña y en sus bosques y sendas (son una especie de música para mí) porque la belleza que encontramos en ellas nadie la corrompe ni la ensucia.
Entretenida ruta que tiene su inicio en la ermita del Santísimo Salvador de Onda y que transcurre por los términos municipales de Onda y Fanzara. Gran parte de la ruta transcurre por bosque que hará que nos libremos del sol en épocas de calor. En nuestro recorrido pasaremos por el Alto de la Solsida, la antigua cantera del Baladrar, la masía del Canónigo y una gran balsa de riego. Desde la balsa se inicia una fuerte subida a la zona del LLosar para bajar después en un descenso un tanto técnico hasta la partida del Racó de Lleó que tras cruzar el barranco del Salvador nos deja en el área recreativa de San Salvador desde donde accedemos de nuevo al ermitorio del Salvador donde terminamos la ruta.
A temprana hora, como debe ser en verano, nos encontramos en la ermita del Santísimo Salvador de Onda para iniciar la ruta de esta semana.
Antes del inicio, nuestra habitual pose para la posteridad. De izq. a der. Emilio Romero, Rafa Lafuente y servidor.
Salimos a la carretera para buscar un camino que sale hacia la izquierda. A la salida del ermitorio unas adelfas nos despiden y nos saludan deseándonos una buena ruta
"Me miré en tus ojos
pensando en tu alma.
Adelfa blanca.
Me miré en tus ojos
pensando en tu boca.
Adelfa roja.
Me miré en tus ojos.
¡Pero estabas muerta!
Adelfa negra."
Federico García Lorca
Aquí, junto a la carretera, sale esta pista que vemos en la foto.
Enseguida agradecemos caminar por una tupida pinada.
En los primeros metros de la ruta encontramos estas marcas (no homologadas como sendero) que perderemos más adelante.
Aunque aún el calor no aprieta, se agradece la sombra.
(foto de Emilio Romero)
"Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día.
Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía,
buscando los recodos de sombra, lentamente."
Antonio Machado
Caminar por el bosque nos ayuda siempre a reflexionar sobre lo divino y lo humano.
“El alma de las personas no está en sus fotografías
sino en las cosas menudas que tocaron, las que tuvieron el calor de las palmas
de la manos.” (“La noche de los tiempos”, Antonio Muñoz Molina)
Entre los pinos alcanzamos a ver una parte de la sierra de Espadán.
Junto al camino, un refugio de piedra en seco de las muchas que hay, junto con otros tipos de construcciones con la misma técnica, por la zona. A partir de aquí, la ruta entra en el término municipal de Fanzara.
Foto en el monumento.
(Foto de Rafa Lafuente)
Seguimos nuestro camino. En un hito encontramos las marcas de un GR que no he podido localizar.
Seguimos por el interior de un tupido y mágico bosque lleno de seres diminutos que nos observan mientras pasamos. (foto de Rafa Lafuente)
"En los bosques, perdido, corté una rama oscura
y a los labios, sediento, levanté su susurro:
era tal vez la voz de la lluvia llorando,
una campana rota o un corazón cortado."
Pablo Neruda
Seguimos hacia el alto de la Solsida por un camino que rodea una antigua cantera, la cantera del Baladrar
Nuevamente las vistas sobre la Sierra de Espadán.
Si se denomina "alto" es por algo. Aquí vemos a Rafa en pleno ascenso.
Pasamos por el alto de la Solsida que no tiene ninguna vista ya que está ubicada en medio de un tupido bosque.
Después del alto iniciamos un corto descenso de unos doscientos metros en los que tendremos precaución ya que al desnivel de bajada se le suma un terreno descarnado y con mucha piedra suelta.
Tras doscientos metros de bajada un giro a la izquierda nos saca de la bajada y nos lleva por un camino más suave. (foto de Emilio Romero)
Como digo siempre, caminar por el bosque es un lujo, es como escuchar una música que apacigua el alma.
“Es
que el bosque tiene ruidos extraños, modulaciones misteriosas que a veces
semejan llanto de niños, a veces risotadas de muchachas que anduvieran volando
entre el ramaje.” (Conde de Laín en “El abuelo”, Benito Pérez Galdós)
Un corral en ruinas junto al camino, como sucede con tantas construcciones que el tiempo y el abandono han dejado así.
Otro fragmento de la Sierra de Espadán desde la senda. En esta ocasión la cima de la Rápita.
El camino está repleto de scabiosas comúnmente conocidas como escobilla morisca.
Sus llamativas flores hacen que siempre nos detengamos para captar su belleza.
No nos detenemos tanto ante el cardo corredor, aunque tiene el mismo derecho que las flores más bellas.
Hasta los cardos tienen su encanto, ¿no os parece?
"No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y de cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!"
Miguel Hernández
Una vez rodeada la cantera podemos ver el espacio que ocupaba y la parte de montaña que se había comido. Creo que ha habido una solicitud de volver a explotarla pero ha sido rechazada por declaración de impacto ambiental desfavorable.
En nuestro caminar seguimos disfrutando de las vistas sobre la Sierra de Espadán.
Junto al camino, unas colmenas amontonadas inutilizadas.
Pasamos por esta cancela para seguir el camino.
(foto de Emilio Romero)
Y a escasos metros de las anteriores vemos estas otras colmenas a unos metros del camino. Desconocemos si tenían abejas.
El camino desemboca en la carretera CV-20 por la que caminamos una decena de metros para seguir por la derecha por este camino que veis en la foto junto a este poste direccional del GR 333. A partir de aquí coincidimos con él hasta poco después de pasar la masía del Canónigo, algo más de un kilómetro.
Fiel compañera, donde voy yo va ella.
"la sombra de mi alma
huye por un ocaso de alfabetos,
niebla de libros
y palabras.
¡La sombra de mi alma!"
Federico García Lorca
Un ancho camino nos acerca hasta la masía del Canónigo.
(foto de Emilio Romero)
Masía del Canónigo.
Pasada la masía, el camino baja en busca de una antigua fuente y su balsa.
(foto de Emilio Romero)
Esta es la fuente del Canónigo. Nunca la encontramos con agua.
Y esta era la balsa que recogía el agua que manaba de la fuente. Se aprecia que hace mucho que no almacena agua. (foto de Emilio Romero)
Seguimos por senda hasta un cruce de pistas.
Encontramos este bonito ejemplar de cuchara de pastor o piña de San Juan en medio del camino.
En el cruce de pistas nosotros nos desviamos hacia la izquierda. Aquí dejamos el tramo común con el GR 333 que sigue por la derecha hacia Fanzara.
Y como estamos en término de Fanzara, entre las copas de los pinos alcanzamos a ver una parte del pueblo.
Y el bosque nos vuelve a ensimismar.
“La vejez empezó siendo el miedo a tropezar y
caerse, a no ver el siguiente peldaño al
bajar una escalera, a ser arrollada por alguien más rápido.” (Adriana Zuber,
“No te veré morir”, Antonio Muñoz Molina)
Siempre encontramos en el bosque ejemplares de árboles que perdieron su vitalidad, pero aún mantienen una dignidad que les engrandece.
En un claro intentamos acercar con el zoom el castillo de Macerol. Nos ha salido borroso porque estaba enmarcado por varios cables de alta tensión y la cámara enfocó los cables y no la imagen del castillo, por lo que la imagen ha salido borrosa.
El sendero nos dejará de nuevo en la CV-20.
En el km 18 salimos a la carretera y cruzamos para seguir por un camino que sigue por la izquierda.
(foto de Emilio Romero)
El camino se estrecha y se convierte en senda.
(foto de Emilio Romero)
Unas preciosas centauras alegran nuestra vista y dan color al camino.
"Mi labio, está dolorido...
tiene una herida adorada.
Mira: esa flor... me ha mordido."
Julio Flórez
Las semillas de diente de león están preparadas y dispuestas para recibir una ráfaga de viento que les lleve muy lejos.
Bastantes mariposas acompañaron nuestro caminar y fueron muy esquivas. Apenas pudimos captar un par de ellas. Esta saltacercas fue la primera.
"¡Mariposa que fuiste entre las flores
dejando tus bellezas y tus galas,
yo volveré a poner el polvo de oro
sobre tus leves alas!"
Luis Gonzaga Urbina
Caminamos después por un amplio camino que abandonaremos enseguida.
(foto de Emilio Romero)
Efectivamente, cuatrocientos metros después de haber cruzado la carretera giramos a la izquierda por esta senda.
En cien metros escasos la senda desemboca en un camino que seguimos por la derecha.
(foto de Emilio Romero)
Enseguida comenzamos una subida durante aproximadamente un kilómetro.
(foto de Emilio Romero)
Esta segunda mariposa limonera liba una scabiosa. ¿O tal vez la corteja?
Tal vez un bonito poema la convenza.
"¡Quién fuera mariposa!
Flor del aire, luciente y fugitiva;
envidio esa existencia temblorosa,
que siempre en pago de la miel que liba,
deja un polvo de oro en cada rosa."
Julio Flórez
En mitad de la subida llegamos a esta gran balsa de riego que parece un pequeño lago, con una bonita tonalidad azul turquesa.
Desde la balsa comienza una fuerte subida hasta el Llosar que pondrá a prueba nuestras piernas y nuestros pulmones.
En pocos metros alcanzamos altura y vemos la balsa de esta mamera.
Al desnivel, la piedra suelta y lo descarnado del terreno que dificultan la subida, empezamos a sufrir el calor que endurece la subida y eso que caminamos entre pinos.
La Sierra de Espadán ha sido un referente durante la ruta, visible en muchos momentos.
Este poste de "Onda Camina" marca el punto más alto del PR-CV 361 Racó del Lleó (no de la ruta que estamos haciendo nosotros). A partir de aquí volvemos a entrar en término de Onda.
En el Llosar encontramos este "comedor" lítico que hubiera sido un lugar perfecto para almorzar, pero en esta ocasión el almuerzo lo tendríamos al finalizar la ruta.
Y seguimos disfrutando de construcciones de piedra en seco.
Penyagolosa también hizo, ¡cómo no! una aparición estelar, aunque la calima no permite que la vista sea clara y nítida.
Nueva construcción de piedra en seco junto a la senda.
Más cimas de la Sierra de Espadán. En la foto el Puntal del Aljub acercada con zoom.
Puntal del Aljub y Batalla en la foto.
El Montí.
Entre las copas de los pinos, el embalse de Sitjar.
Bajamos del LLosar por un sendero que parecía una trialera, con mucho desnivel, piedra suelta y terreno irregular por lo que deberemos bajar con precaución.
La trialera va pasando por diferentes ribazos de tierra roja y aproximadamente después de unos quinientos metros de bajada salimos a terreno más plano.
Ya tenemos ante nosotros el edificio de la ermita y el hospedaje del Santísimo Salvador.
¡Allá Vamos!
Una buena mata de gata rabiosa adorna este paraje árido.
Seguimos de frente por la parte exterior del campo y metros más adelante el camino sigue a la derecha, pero nosotros lo dejamos y giramos a la izquierda por un sendero. (foto de Emilio Romero)
Unos cien metros más y el sendero nos invita a cruzar el barranco del Salvador.
Tras cruzar el barranco salimos justo ante las escaleras que nos dejan en el área recreativa de San Salvador. (foto de Emilio Romero)
Cruzamos el área recreativa de San Salvador donde se encuentra ubicada el Aula Natura de Onda.
Subimos estas escaleras que dan acceso a la carretera justo enfrente de ka entrada al paraje de la ermita.
Finalmente llegamos al ermitorio del Santísimo Salvador donde comenzamos esta mañana, ahora con más luz y más ambiente. Aquí damos por terminada la ruta de hoy que nos ha parecido una bonita pieza musical.
En esta ocasión habíamos planeado almorzar en el restaurante de la ermita después de terminar la ruta y eso hicimos.
Aquí estamos dispuestos a dar buena cuenta del rico almuerzo.
(foto de Emilio Romero)
En las fotos, un resumen del almuerzo.
Ahora sí, dimos por terminada la ruta de esta semana, una nueva sinfonía de esa música que es para nosotros la montaña.
Pincha en el enlace para ver las fotos de la ruta.
Debemos disfrutar de la montaña siempre de la manera más segura posible para evitar riesgos y accidentes. Para ello es importante que leas estos consejos sobre "Seguridad en la práctica de senderismo y emergencias en montaña".
La ruta en el mapa.
La ruta en Wikiloc.
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Película de la ruta.
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