El Coronel Aureliano Buendía (“Cien años de soledad”, Gabriel García Márquez) “Había tenido que promover 32 guerras, y había tenido que
violar todos sus pactos con la muerte y revolcarse como un cerdo en el muladar
de la gloria, para descubrir con casi cuarenta años de retraso los privilegios
de la simplicidad.”. Nosotros no hemos tenido que esperar tanto para darnos cuenta que muchas rutas tienen su mayor encanto en su "simplicidad", como la que os presento hoy en la que el camino de ida es el mismo que el de vuelta. Volvemos a Argelita, encantador pueblo del Alto Mijares, para rememorar la ruta que hicimos hace más de doce años: la subida al castillo del Buey Negro y la visita a la ventana de Ludiente. Clásica ruta de Argelita que nos lleva hasta el Castillo del Buey Negro, en lo alto de la Muela siguiendo el SL-CV 91 (Comprobando el estado actual de este sendero hemos comprobado que no figura en la página de senderos homologados). La ruta combina naturaleza con historia. En ella podremos disfrutar de excepcionales vistas hacia la Sierra de Espadán y hacia el espectacular desfiladero que forma el río Villahermosa en esta zona que camina encajonado entre altas paredes. Y una vez en el castillo, imaginar lo que fue esta enorme fortaleza en su época de esplendor. A continuación, aprovecharemos para hacer un añadido de ida y vuelta hasta la ventana de Ludiente.
Para evitar las horas de mayor calor, llegábamos a Argelita a muy temprana hora.
Aún no se oía cantar a los gallos.
Y antes de iniciar el recorrido nos hacemos la preceptiva foto de grupo. De derecha a izquierda Emilio Romero, Rafa Lafuente y servidor.
Tras la foto, cruzamos la carretera a Ludiente para buscar el inicio de sendero.
En el inicio del sendero encontramos el panel explicativo del SL-CV 91 que vamos a seguir, aunque variaremos un pequeño tramo en la subida final al castillo del Buey Negro.
Seguimos la flecha. No hay duda que es por aquí.
Apenas empezada la ruta encontramos una bonita mata de baladre.
"Me miré en tus ojos
pensando en tu alma.
Adelfa blanca.
Me miré en tus ojos
pensando en tu boca.
Adelfa roja.
Me miré en tus ojos.
¡Pero estabas muerta!
Adelfa negra."
García Lorca
Seguimos unos quinientos metros una pista que nos va subiendo poco a poco. Si la siguiéramos llegaríamos hasta el corral de las Matildas, pero el SL la va cruzando en varios tramos evitando muchas curvas.
A los quinientos metros dejaremos la pista y seguiremos el sendero que sale por la derecha. A partir de aquí el desnivel se hace mayor.
Y como ocurre siempre la belleza nos hace detenernos. El color, la sencillez, la perfección...de estas florecillas de centaura menor nos obliga a ello.
"Santa florecita, celestial renuevo,
que hiciste mi alma una primavera,
y cuyo perfume para siempre llevo:
¿cuándo en mi camino te hallaré de nuevo?"
Amado Nervo
El sendero, que subimos con algo de esfuerzo, es muy agradecido.
Algunos tramos aún conservan el empedrado.
Algunas mariposas revolotean juguetonas a nuestro alrededor. Queremos fotografiarlas, pero es difícil. Con un poco de paciencia lo pudimos conseguir.
"Tardíamente, en el jardín sombrío,
tardíamente entró una mariposa,
transfigurando en alba milagrosa
el deprimente anochecer de estío."
José Ángel Buesa
La altura alcanzada nos permite ver Argelita a vista de pájaro.
Nueva salida a la pista que seguiremos quinientos metros.
La volveremos a dejar para coger de nuevo el sendero que continúa por la derecha.
A nuestra derecha, la impresionantes paredes donde se encuentran las antenas de telefonía sobre Argelita.
Bonito el empedrado que transmite sensaciones especiales.
"Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú"
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú"
León Felipe
El sendero nos ofrece esta bonita visión de la Muela, donde se encuentran los restos del castillo.
"Monstruo de piedra, elévase el castillo
rodeado de coposos limoneros,
que sombrean los húmedos senderos
donde crece aromático el tomillo."
Julián del Casal
Salimos de nuevo a la pista, pero únicamente para cruzarla y seguir la senda que tenemos enfrente.
¿Qué hace una preciosa campanilla sola aquí en medio de la montaña?¿A quién echará de menos?
“La
belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la
retórica.” (Jorge Luis Borges)
Pasamos junto a un corral en ruinas.
Nos detenemos ante una mata de romero, muy fresco y aromático.
"Vámonos al campo por romero,
vámonos, vámonos
por romero y por amor…"
Juan Ramón Jiménez
Nuevamente las preciosas flores de las adelfas nos hacen detenernos y nos preguntamos por el hecho de que parece impensable que una planta con tan bellas flores pueda ser tóxica.
"De tanto caminar por los alcores
agrios de mi vivir cansado y lento,
mi desencadenado pie sangriento
no gusta ya de ir entre las flores."
Juan Ramón Jiménez
Seguimos nuestro camino por un sendero que camina cada vez a más altura.
Tan alto vamos que hemos de utilizar el zoom de la cámara para acercar el fondo del altísimo desfiladero del río Villahermosa.
Y mi fiel compañera reflejada en el suelo del camino.
“El hombre no es
más que un soplo y una sombra.” (Sófocles de Colona)
Ya tenemos a la vista la Muela, pero aún nos queda un buen desnivel de subida.
Bonita avenida entre pinos.
Se observan restos del lienzo de muralla en el flanco oeste del castillo.
En el collado, volvemos a encontrar otro panel del SL-CV 91 como el que vimos en el inicio de la ruta.
Esta lona clavada en una roca informa de una subvención del año 2017 para restaurar la torre del homenaje del castillo.
Nos detenemos unos instantes en el collado porque tiene buenas vistas hacia el sur de la sierra de Espadán.
Claramente visibles, por ejemplo, el Puntal del Aljub, el Batalla o el Bellota.
El Espadán también destaca por su peculiar silueta. Asoma también la punta de la Peña Saganta.
En la base del castillo, restos de lo que pudo ser un corral para guardar ganado.
Y en este punto, decidimos hacer una pequeña variación del SL y en lugar de hacer la subida oficial al castillo del Buey Negro, decidimos aprovechar una pista que creo que tendrá relación con la citada anteriormente restauración de la torre del Homenaje, para acceder al castillo desde otra zona.
Pudimos comprobar que se da más vuelta y tiene un buen desnivel. Pero bueno, nos dio una perspectiva diferente a la que conocíamos.
Subiendo por esta pista, bordeamos el castillo por el ala oeste, en la que podemos ver restos de alguna torre...
...y de un buen tramo de lienzo de muralla.
Mi reino vivirá mientras
estén verdes mis recuerdos.
Cómo se pueden venir
nuestras murallas al suelo.
José Hierro
Como la pista coge una buena altura, seguimos mirando la sierra de Espadán: Espadán y Rápita en la foto.
Puntal del Aljub, Batalla, Bellota, Peña Pastor...
Y accedemos al castillo del Buey Negro por la parte superior, desde donde vemos la torre del Homenaje.
Nos vamos acercando hacia la torre y pasamos junto a un aljibe.
Algo más abajo encontramos otro aljibe más grande.
Y finalmente nos acercamos a la torre del Homenaje en fase de restauración, aunque nos da la impresión de que las obras van muy despacio.
Aspecto actual de la restauración de la torre del Homenaje del castillo del Buey Negro.
Restos de otras estancias del castillo.
Y la foto que certifica nuestra conquista del castillo.
Ahora, siguiendo la amplia meseta de la Muela, buscamos más restos de muralla.
Este orificio en la muralla se conoce como "ventanica" y asomándonos allí, disfrutaremos de unas vistas de vértigo sobre el desfiladero del río Villahermosa.
En la foto podemos apreciar el tajo que el río ha labrado en la roca, provocando un profundo desfiladero.
Salimos por la "ventanica" y seguiremos un sendero bastante aéreo y perfilado con piedras como podemos ver en la foto, aunque relativamente ancho, no deja de tener su aquel para aquellas personas que padezcan de vértigo. Este sendero nos acercará hasta la ventana de Ludiente.
Ésta es la ventana de Ludiente. Nos falta una pequeña trepada para poder asomarnos a ella.
Éste es el tramo en que tendremos que trepar, siempre con precaución, para acceder a la ventana.
Y tras la trepada, viene la recompensa. Asomados a este agujero en la roca, vemos en el fondo la población de Ludiente. De ahí le viene el lógico nombre a este fenómeno natural.
En la base de la ventana, se conserva aún bastante bien este nacimiento en un viejo botijo.
Tras disfrutar de las vistas desde la ventana de Ludiente, bajamos con cuidado y volvemos al recinto del castillo por la misma senda que nos trajo hasta aquí. Este tramo es otro añadido al SL, que en su trazado no llega hasta la ventana, pero que dada la proximidad de ésta, pensamos que vale la pena visitar.
Volvemos al punto donde se encuentra la "ventanica" y...
...entramos de nuevo en el recinto del castillo.
De la ciudad moruna
tras las murallas viejas,
yo contemplo la tarde silenciosa,
a solas con mi sombra y con mi pena.
Antonio Machado
Siguiendo la senda que nos trajo hasta la ventanica, volvemos al punto donde se encuentra la torre del Homenaje.
Echamos otro vistazo a los restos del castillo y decidimos, ahora sí, bajar por el camino "oficial" que marca el SL.
Pero en un recodo del zigzagueante sendero encontramos el sitio ideal con sombra y una buena piedra para hacer de mesa donde posar nuestras viandas y nos disponemos a almorzar, que ya nos hace falta.
Tras almorzar en la base del castillo, le decimos adiós y seguimos nuestro camino. Hemos de volver a Argelita lo más pronto posible antes de que el calor apriete.
En un vistazo hacia el norte, nos parece ver el Tis, en el término de Villahermosa del Río.
Ahora regresamos por el mismo camino, casi todo de bajada, pero con una perspectiva diferente que hace que parezca que estamos haciendo una ruta circular.
La vuelta, por ejemplo, nos hace disfrutar de pequeños detalles que en la ida nos habían pasado desapercibidos, como esta bella flor que parece recoger en sus pétalos el amarillo chillón del sol que ya empieza a apretar un poco.
«Mi corazón alegras
con tu flor diminuta y tu silencio.
¡Cómo llenas las horas en abismo
de mi pasar sediento!
Antonio López Baeza
O esta otra simple y delicada flor que es fácil pasar a su lado y no fijarse en ella.
“Esta flor vivirá
pocos días, Platero, aunque su recuerdo podrá ser eterno. Será su vivir como un
día de tu primavera, como una primavera de mi vida.” (J. R. Jiménez, “Platero y
yo”)
De nuevo por el corral que vimos horas antes.
Bonitos tramos de pinada nos protegen del sol.
Y en los claros, tenemos amplias vistas hacia el valle del Mijares, con estos dos referentes como son el Turio y la Peña Saganta. Al fondo asoma el pico Espadán.
Y ya tenemos Argelita a nuestro alcance.
Un último esfuerzo y habremos terminado una ruta más (y una menos, como suele decirse).
Llegamos por fin al punto donde iniciamos la ruta a primeras horas. Hemos tenido suerte que la sombra ha protegido el coche. De todos modos, no faltará una cerveza que alivie nuestra sed.
Y acabamos la descripción de la ruta con una idea que redunda en la del encabezamiento de la entrada sobre la idea de "simplicidad". Se trata de una frase que dice un personaje de "El Alquimista", de Paulo Coelho: “Las cosas simples son las más extraordinarias, y sólo los sabios consiguen verlas." No despreciemos las cosas simples, las cosas sencillas, son en la mayoría de los casos las que mayor satisfacción nos proporcionan.
Debemos disfrutar de la montaña siempre de la manera más segura posible para evitar riesgos y accidentes. Para ello es importante que leas estos consejos sobre "Seguridad en la práctica de senderismo y emergencias en montaña"
La ruta en el mapa
La ruta en Wikiloc
Powered by Wikiloc
Película
0 comentarios:
Publicar un comentario