El pasado mes de septiembre, en un paseo con mi amigo Javi Nieto (La voz de la Tierra), me llevó a la fuente del Canturro, emblemática fuente de la localidad perdida ahora en el olvido. Ahora he vuelto a recrear aquella sencilla ruta con idea de recuperar su memoria y mostrar lo que puede ser un sencillo y bonito recorrido por el valle del río Montán para un paseo con la familia.
Nuestro paseo comienza en la plaza de España de Montanejos.
Fuente de la plaza de España.
Aquí iniciamos nuestro paseo.
Callejeamos por Montanejos para buscar la bajada al río Montán.
En las calles aún humean los rescoldos de las hogueras de San Antonio.
Por ello, tras la fiesta, el silencio y la calma han sucedido al bullicio y la algazara de las calles en la noche anterior .
Buscamos la bajada al río Montán.
Enseguida nos encontramos en el valle del río.
Caminamos por un amplio camino paralelo al seco cauce del Montán y entre huertos, algunos aún activos y otros abandonados hace tiempo.
Pasamos cerca de un picadero de caballos, desde el que nos miran algunos inquilinos.
A nuestra derecha, el naciente sol ilumina la Rosada.
Y un vistazo atrás no proporciona esta imagen de Montanejos, con la Copa de fondo.
La persistente sequía que padecemos se hace patente en el río Montán. Tras un par de años que lo hemos visto con agua, ahora lo vemos como se aprecia en la imagen: seco como la mojama.
Cruzaremos su cauce hasta en tres ocasiones.
Aquí vemos un ejemplo de terreno aún cuidado.
Aquí, sobre el ribazo, otro abandonado a su suerte.
Otro cruce del cauce.
Un desnudo nogal espera pacientemente la próxima primavera.
Y en un recodo del río, encontramos una pequeña balsa en el cauce del río.
Es el contrapunto al seco cauce que hemos encontrado hasta ahora.
En las proximidades de un solar con perros, de los que oiremos ladrar antes de llegar hasta aquí, cruzamos por tercera vez el río.
Y buscamos en la otra parte este muro que nos marca el camino de subida hasta la fuente.
El camino pasa, haciendo eses, entre viejas huertas en total abandono que nos invitan a imaginarnos cómo sería este paraje en sus mejores años.
Pasamos junto a esta caseta en un bancal.
La senda, aunque corta, ya ha adquirido una cierta altura que nos permite ver el valle del río.
Y llegamos hasta la fuente del Canturro.
La fuente desagua en una irregular balsa, llena de vegetación y con aspecto de abandono.
Seguro que ya no se utiliza para regar estos huertos como se hacía antaño.
Desde el Canturro, echamos una mirada al fondo del valle.
Volvemos a bajar por el camino que nos trajo hasta aquí y volvemos a cruzar el río.
Casi enfrente, vemos la puerta de la perrera.
Nosotros seguimos unos metros a la izquierda.
Buscamos una senda que sale junto a esta acequia.
La senda, bien definida, se introduce en una tupida y preciosa pinada.
Los pinos cubren esta bonita senda.
Pasamos al lado de este corral en bastante buen estado. Tal vez aún se utilice.
La senda, tras un breve ascenso muy llevadero, nos desemboca en la carretera de acceso a Montanejos (CV-195).
Estamos muy próximos al helipuerto de la población.
Desde aquí contemplamos el pueblo. Ahora sólo nos queda dirigirnos hacia allí.
Helipuerto de Montanejos.
Desde el helipuerto, un cómodo paseo paralelo a la carretera nos devolverá en unos minutos a la población.
Mirador sobre el Montán.
Desde este mirador tomé estas imágenes de la lucha entre dos cabras montesas en una tarde de marzo del 2013.
Seguimos nuestro paseo. Pasamos junto al cementerio poco antes de entrar al pueblo.
Justo en la entrada, pasamos junto a esta fuente.
Este monumento de piedra, con panel cerámico con puntos emblemáticos de Montanejos, marca la entrada al pueblo.
Al poco de entrar, pasamos por este parque infantil.
Luego seguimos y pasamos frente al Instituto.
Ya nos queda menos para llegar de nuevo a la plaza de España.
La Copa atrae nuestra atención.
Junto a la farmacia, tomamos una calle de bajada que nos dejará de nuevo en el punto de destino.
Y, de nuevo, la plaza de España.
Los restos de ceniza de las hogueras ya han desaparecido, pero el profundo aroma de las piras aún impregna el ambiente.
¡Hola, David! Fíjate los años que llevo yendo a Montanejos y todavía no había estado en el Canturro. Gracias a Javi, tuve ocasión de conocerla. Sencilla ruta para ponerla de moda. Es un bonito y tranquilo paseo. Un abrazo.
Una lastima ver los ríos en ese estado, y lo malo, el que va para largo, porque lo poco que llueve, acaba en las entrañas de la tierra, sedienta de agua.
Menuda suerte poder disfrutar en vivo de esa lucha entre machos, es de esos momentos que perduran por siempre, enhorabuena!
¡Hola, Eduardo! El río Montán de normal no suele llevar agua. Pero llevaba un par de años que veíamos cierto caudal contínuo. Pero la sequía pertinaz que estamos padeciendo ha hecho que vuelva a ese penoso estado de sequedad. Las imágenes que pude tomar de las cabras fue una suerte y estar en el punto adecuado en el momento adecuado y con la cámara encima. Un saludo.
¡Hola Emilio!
ResponderEliminarMuy interesante esta rutilla para ver una fuente ya olvidada.
Que suerte tuviste de poder captar esa lucha entre los machos cabríos.
Un abrazo.
¡Hola, David! Fíjate los años que llevo yendo a Montanejos y todavía no había estado en el Canturro. Gracias a Javi, tuve ocasión de conocerla. Sencilla ruta para ponerla de moda. Es un bonito y tranquilo paseo.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio.
ResponderEliminarUna lastima ver los ríos en ese estado, y lo malo, el que va para largo, porque lo poco que llueve, acaba en las entrañas de la tierra, sedienta de agua.
Menuda suerte poder disfrutar en vivo de esa lucha entre machos, es de esos momentos que perduran por siempre, enhorabuena!
Un saludo
¡Hola, Eduardo! El río Montán de normal no suele llevar agua. Pero llevaba un par de años que veíamos cierto caudal contínuo. Pero la sequía pertinaz que estamos padeciendo ha hecho que vuelva a ese penoso estado de sequedad. Las imágenes que pude tomar de las cabras fue una suerte y estar en el punto adecuado en el momento adecuado y con la cámara encima.
ResponderEliminarUn saludo.