“Los
hombres depositan su sentimiento en las cosas más insignificantes, no en las
joyas ni en los abrigos de pieles” (“Las máscaras del héroe”, de Juan Manuel de
Prada). En esta ocasión realizamos una ruta asequible en Montanejos. Tal vez no sea una gran ruta, pero nosotros no nos fijamos en joyas ni abrigos de pieles, sino que ponemos nuestro sentimiento en cosas mucho más sencillas y tal vez insignificantes para muchos, pero que a nosotros nos llenan muchísimo más.
Realizaremos en esta ocasión el sendero de los Estrechos, una ruta clásica de Montanejos, no homologada, realizada en el sentido contrario a las agujas del reloj (sentido oficial) que nos lleva en un recorrido circular desde la Plaza de España de Montanejos a pasar por un sendero que transcurre por la parte alta del Estrecho de Chillapájaros, para desde aquí descender por una serpenteante senda que nos deja en el cauce del río Mijares que salvamos por un puente metálico con tablones de madera que salva un tramo muy agreste y salvaje del río. Tras cruzarlo por el puente, a unos quinientos metros, llegamos hasta el chorro del aliviadero del embalse de Arenoso (gran aliciente de esta ruta para muchos). Hemos de cruzar por delante del chorro con lo que nos mojaremos, aunque en esta ocasión nos hemos empapado poco en comparación a otras veces. Desde aquí salimos a la carretera que seguimos en dirección a Montanejos unos cien metros y antes de entrar en un túnel, nos desviaremos por una senda en ascenso que sale a la izquierda. A unos cien metros del inicio de la senda, nos saldremos unos metros para asomarnos al chorro del aliviadero desde la parte alta de la montaña. Desde aquí seguimos, pasamos por la parte alta del túnel, haremos tres pequeños destrepes que nos dejarán en un sendero que en fuerte ascenso nos deja en un collado con un poste que seguiremos hacia la izquierda en dirección a Montanejos. La senda nos lleva al Colladillo, cruce de caminos, desde donde descenderemos por la izquierda. El sendero se dirige a Montanejos pero antes de salir a la carretera que nos llevará hasta la población nos cruzamos con el enlace del "Sendero familiar", con el enlace a la "Cueva Negra" y finalmente con el sendero de subida a "Los Castillejos" (obviamos los tres). Una vez en la carretera, por la derecha, sólo nos queda llegar a Montanejos de nuevo, terminando así esta bonita y entretenida ruta.
A muy temprana hora en la que ningún kikirikí se oía en el pueblo, nos encontrábamos en la Plaza de España de Montanejos dispuestos a iniciar esta sencilla pero entretenida y, tal vez, espectacular ruta que tantas veces hemos realizado. Aunque en casi todas las ocasiones la hemos combinado con otras rutas, en esta ocasión la haremos sola, sin añadidos.
Antes de iniciar la ruta, no falta la clásica foto de inicio.
De izq. a der. Rafa Lafuente, servidor y Emilio Romero.
(foto de Emilio Romero)
Comenzamos a caminar por la Avda. Fuente de Baños a buscar la bajada al río.
Silencio total apenas rotos por el trisar de los vencejos.
Cruzamos la carretera de Onda para seguir por la bajada al río.
Cruzamos el puente que cruza el Mijares y que va a una zona de huertos.
(Foto de Emilio Romero)
Aquí el Mijares está relajado y ofrece a estas horas el aspecto de un espejo en el que nos podemos ver reflejados.
”los
espejos flanquean nuestra vida, como ángeles de la guarda, prefigurando al
hombre futuro que ya pronto seremos, ese hombre envejecido por las
claudicaciones y los anhelos no realizados. Los espejos no reflejan la
realidad, sino que la anticipan.” (Fernando Navales en “Las máscaras del
héroe”, de Juan Manuel de Prada)
Seguimos en ligero ascenso por el camino entre huertos, algunos de ellos abandonados ya.
Frente a nosotros, una vista parcial de Montanejos y detrás la punta de Los Castillejos y al fondo, la emblemática cima del Morrón de Campos.
Un poco más adelante, seguimos en ascenso buscando la carretera de Zucaina y cambia el ángulo de visión, lo que nos permite ver Montanejos, con la Rosada de fondo.
Llegamos a la carretera y la cruzamos para seguir de frente la pista asfaltada.
Están limpiando los lados de la pista y pude ver con gran sorpresa las ruinas de un corral que jamás había visto y ¡mira que he pasado veces por aquí!
Metros más arriba encontramos a la derecha el enlace con la ruta que nos llevaría hasta la cima de la Copa. En otra ocasiones hemos combinado los Estrechos con la subida a la Copa para hacerla más larga. En este caso, la obviamos y seguimos de frente.
Poco después encontramos a la izquierda el enlace con el GR-7 que sigue por la izquierda hacia Montanejos. Nosotros seguimos de frente nuestro camino.
Tras una fuerte subida, aunque cómoda al ser por pista asfaltada, viene una curva larga y muy cerrada que podemos evitar subiendo por esta corta senda que sale a nuestra derecha y que pasa por unas ruinas.
La corta senda que ataja la curva nos deja de nuevo en la pista asfaltada, cuyo asfalto termina aquí. Seguimos por la derecha.
En un cercado, un burrito nos saluda. Creo que ha reconocido a un congénere con el que no duda en hacerse una foto.
Seguimos por la pista en suave ascenso y ahora de tierra.
A nuestra izquierda se asoma la Rosada, con los Castillejos delante.
Caminamos e intentamos captar siempre lo más interesante.
Acercando el zoom a la cima del Morrón comprobamos que están construyendo una nueva caseta forestal.
Siguiendo la pista nos encontramos con otra bifurcación. Por la derecha sigue le GR-7 y la subida al monte Copa. Obviamos también esta bifurcación y seguimos de frente.
Seguimos nuestro camino con tranquilidad. El sol aún no aprieta y además hasta aquí aún no nos llega.
Ante nuestra presencia, una cabra que comía en un lateral sale corriendo por el camino, aunque se va deteniendo y nos permite tomarle alguna fotografía.
¡Mirad como posa!
Entre los pinos asoma Montanejos y podemos ver la altura que hemos alcanzado.
Aquí las dos cimas, Santa Bárbara de Pina al fondo y el Morrón de Campos en primer plano.
Ahora, en un claro de la pista vemos mejor la ubicación de Montanejos en el fondo del valle.
La Rosada.
Hacia el sur, también destaca la meseta del cerro del castillo en el que se asientan sus ruinas.
Montanejos. Al fondo, La Alquería.
Llegamos al final de la pista. En este punto, tenemos dos opciones. La opción de toda la vida que sigue de frente por esa senda directa y con subida, o la opción más reciente que sigue por la izquierda dando un rodeo para dejarnos en el mismo sitio que la senda directa.
Salimos ahora al sendero que transcurre por la parte alta del estrecho de Chillapájaros.
El sendero está a gran altura lo que nos brindará vistas espectaculares.
Y aquí está una de esas vistas. En un recodo del sendero podemos ver a vista de pájaro el embalse de Cirat.
Seguimos unos metros más y vemos otra imagen que nos da idea de la altura que hemos alcanzado. Podemos ver la boca de entrada al túnel y uno de los dos agujeros en la pared vertical de la montaña que se asoma a modo de balcón sobre el estrecho de Chillapájaros.
Este sendero colgado a gran altura puede afectar a personas con problemas de vértigo.
(foto de Emilio Romero)
En otro recodo del sendero podemos ver los dos agujeros que se asoman a gran altura sobre el estrecho y que nos dan idea de la altura que hemos alcanzado nosotros que transcurrimos a bastante más altura.
En esta foto de agosto de 2014 los miradores sobre los Estrechos y la entrada del túnel se veían con mayor claridad. Hoy están más tapados por la vegetación.
El sendero comienza a bajar por un zigzagueante sendero desde el que vemos la carretera a la Puebla frente a nosotros.
Desde la senda también es posible ver la parte alta del dique del embalse. Y un poco más arriba, situadas en un cerro, las ruinas del castillo de la Viñaza.
El sendero va descendiendo de forma suave hacia el cauce del río del que podemos ver algún tramo entre el follaje de pinos y arbustos y cuyo rumor escuchamos durante toda la bajada.
El último tramo del sendero tiene algo más de pendiente y se dirige hacia el cauce.
Llegamos al puente que cruza el cauce del Mijares.
"Yo soy un puente inmóvil entre
tu corazón y la eternidad.
¡Si me muriera de repente
no dejaría de cantar!
Pablo Neruda
Esta foto es de hace 30 años, del verano de 1994. Entonces no existía el sendero como tal y poca gente se aventuraba por esta senda. El puente presentaba un estado de abandono, con las tablas del suelo en malas condiciones que hacía peligroso cruzarlo.
En este punto las aguas bajan bravas. Nos da la impresión de encontrarnos con un río de latitudes más septentrionales.
Preparando la foto en el puente.
(Foto de Emilio Romero)
Y éste es el resultado.
Bajamos ahora al camino que en quinientos metros nos dejará a los pies del chorro del aliviadero.
El puente que acabamos de cruzar visto desde el camino.
La fuerza y velocidad que el agua alcanza en este tramo permite la práctica del rafting. Eso sí, siempre que el chorro del pantano desagüe el bastante caudal como para ello.
"No vas tú por el río:
es el río el que anda
detrás de ti, buscando en ti
el reflejo, mirándose en tu espalda.
Si vas deprisa, el río se apresura.
Si vas despacio, el agua se remansa."
Ángel González
Seguimos ahora un camino que transcurre paralelo al río. Aquí podéis ver la fuerza que tiene y que nos recuerda a ríos más septentrionales.
Junto al camino, una estación de aforos que mide el caudal del Mijares.
Ahora, entre pinos, paralelos al cauce del Mijares, nos acercamos hasta el chorro del aliviadero.
El río corre raudo hacia el Mediterráneo, con fuerza y vigor en este tramo.
"Agua, ¿dónde vas?
Riyendo voy por el río
a las orillas del mar."
Federico García Lorca
Llegamos a las cercanías del chorro del aliviadero. Se trata de uno de los mayores alicientes de esta ruta para mucha gente porque hemos de pasar por delante y la mojada es inevitable.
Con el fuerte chorro detrás de mí. Ahora toca cruzarlo.
(Foto de Emilio Romero)
El trío calavera retando al chorro.
(Foto de Rafa Lafuente)
Ahora toca cruzar. Nos llevamos cierta sorpresa al comprobar que en esta ocasión la chopada no ha sido tan intensa como lo ha sido en otras ocasiones. Eso denota que el caudal del chorro es menor que otros veranos debido sin duda a la sequía que nos ...
El chorro desde la otra orilla.
"De azul y plata adornada
está la rauda cascada;
azul el ancho horizonte;
verde la hermosa enramada,
y la pradera y el monte."
Manuel Reina
La luna nos ha seguido durante todo el camino. Aun entrado ya el día, se niega a retirarse del cielo.
“La luna me calma. De puro lejos que está. Lo
que se toca, se toca y ya te lo dejas de creer.” (Carmen Martín Gaite, “La
Reina de las Nieves”)
Tras cruzar por delante del chorro, seguimos la carretera algo más frescos y la dejamos metros después para subir por este corto sendero que sale a la izquierda...
...y que nos lleva hasta la carretera de Montanejos a la Puebla (CV-20) que seguiremos hacia la izquierda unoscien metros.
Aquí, en este punto, se puede volver a Montanejos siguiendo la carretera. Pero no es lo recomendable. Lo interesante es hacer el sendero completo. Para ello, antes de la entrada del túnel, nos desviaremos por la derecha siguiendo un sendero que nace aquí.
Aquí vemos la paleta que nos marca el sendero.
Subimos por el sendero y dejamos detrás la vertiente norte del Morrón de Campos.
El sendero va ascendiendo poco a poco y nos lleva hasta la parte de arriba del túnel que hemos dejado abajo.
Pero antes nos desviamos unos metros del sendero para contemplar el chorro del aliviadero desde arriba.
Tras la vista del chorro desde arriba, seguimos subiendo por el zigzagueante sendero.
Entre las copas de los pinos vemos la boca de un nuevo aliviadero que se construyó hace algunos años en previsión de que el actual se cerrara.
Llegamos a la parte de arriba del túnel, que es llano. Estaremos atentos para seguir las marcas. Esta zona es la más difusa de seguir.
Cruzamos esta corta meseta y buscamos un punto por la izquierda que por un pequeño destrepe nos hará seguir el sendero.
Este es el primer destrepe que nos encontramos y que gestionaremos con cuidado.
Descendemos y seguimos el sendero.
A continuación encontramos otro pequeño destrepe, éste más sencillo.
Y un tercer paso menos complicado.
Superados estos pequeños escollos ahora el sendero nos va a llevar en una corta, pero fuerte subida hasta un collado donde encontraremos una paleta direccional.
El tramo de subida no es muy largo, pero tiene una pendiente que nos hará ponernos las pilas.
Alcanzamos el collado con la lengua fuera.
Aquí vemos la paleta.
La fuerte subida nos obliga a detenernos un instante y beber agua.
(Foto de Emilio Romero)
La paleta nos señala la dirección a tomar: a Montanejos 2,9 km.
El sendero que llevaremos ahora transcurre por el otro lado del estrecho de Chillapájaros, también a gran altura. Desde aquí podemos ver enfrente un tramo del sendero por el que pasamos antes.
Momento de reflexión de los que aparecen en todas nuestras rutas.
"No sé cuál es la cara que me mira
cuando miro la cara del espejo;
no sé qué anciano acecha en su reflejo
con silenciosa y ya cansada ira."
Jorge Luis Borges
Este tramo de sendero muestra los estragos de dos fenómenos que hicieron mucho daño a la montaña. Por un lado, el temporal que sufrimos en enero de 2017 derribó infinidad de pinos, que quedaron caídos en el bosque. Por otro lado, el voraz incendio de marzo de 2023 que comenzó en Villanueva de Viver y que llegó hasta aquí dejando zonas quemadas bien visibles aún.
Junto al sendero, un rústico Peirón.
El sendero sigue dirección hacia el Colladillo.
El temporal y los incendios han hecho que zonas que antes tenían una visibilidad reducida debido a la vegetación, sean ahora más diáfanas.
Panorámica desde el sendero en el que destacan las cimas del Morrón de Campos (izquierda) y la Copa (derecha). (Foto de Emilio Romero)
Nuevamente la luna reclama nuestra atención tal vez celosa por nuestro interés en el sendero que llevamos y en la despreocupación en el cielo.
"Como el alma tiene
su música oculta,
¡parece que el alma
llora con la luna!..."
Jaime Torres Bodet
Evitamos pisar una sencilla campanilla en medio del sendero.
"Orgullo de la enramada,
blanca y leve florecilla,
más que todas delicada,
y más que todas sencilla."
Carolina Coronado
En esta foto podemos ver una zona con pinos quemados en el incendio del pasado año.
El sendero que hemos llevado transcurre por la ladera del Morrón, que podemos ver aquí en la foto.
Llegamos al Colladillo. Se trata de un punto neurálgico que nos ofrece múltiple opciones. Vemos que uno de los postes está en el suelo. Vimos también otra pala tirada que, desde el suelo, marcaba un destino equivocado ¡cuidado!
Desde el Colladillo podemos subir al Morrón de Campos, continuar por el sendero de la Bojera, subir al Colladillo o irnos directos a Montanejos, que es lo que vamos a hacer porque en verano no conviene alargar mucho las rutas.
También han colocado un panel con los senderos locales que se pueden realizar. Decir que estos senderos no están homologados por la Federación de montaña, excepto el de la Bojera y el del Castillo.
Seguimos pues hacia la izquierda dirección a Montanejos. En este primer tramo de bajada sin muy evidentes las consecuencias del incendio de 2023.
Algo más abajo, caminamos ya por una zona donde los efectos del incendio son menores.
"Érase un verde bosque de eterna primavera,
y érase un niño iluso que vagaba al azar...
El niño entró en el bosque siguiendo una quimera;
entró en el bosque... Y nadie lo ha visto regresar."
José Ángel Buesa
Otra pala nos marca una nueva bifurcación. El "sendero Familiar" se va hacia la izquierda hacia la presa de Cirat. Pero ese no es el camino que llevamos hoy nosotros.
Cuando señalizaron el "Sendero familiar" colocaron paneles informativos de elementos de la flora y la fauna de la zona. Alguno ya está para cambiar. Otros aún presentan un buen aspecto.
El sendero transcurre a cierta altura y nos permite ver, entre las copas de los pinos, el paraje de la Fuente de Baños desde arriba.
Junto al sendero tenemos la opción de hacer una extensión a la Cueva Negra, que dadas las veces que hemos ido, no subimos en esta ocasión.
Tramos empedrados nos hablan de un antiguo camino de herradura. Exactamente se trata del antiguo camino a Campos. Si las piedras hablaran...
Y llegamos a este nuevo cruce. Si lo siguiéramos de frente iríamos a un tramo de trinchera de la guerra civil rehabilitado recientemente y seguiríamos hasta el cinglo de Los Castillejos. Pero nosotros ya estamos de vuelta a Montanejos y seguimos por la izquierda.
En cincuenta metros salimos a la carretera que nos devolverá a Montanejos.
Recorremos los últimos metros de ruta.
Cruzamos el puente sobre el río Maimona, con escaso caudal este año.
Y antes de entrar definitivamente en Montanejos nos detenemos en la fuente del León para refrescarnos un poco antes de terminar. El calor empieza a hacer de las suyas, aunque aún le queda para llegar al máximo
Seguimos por la Avenida Fuente de Baños que nos llevará directamente a la plaza.
Y se cierra el círculo de nuevo en la plaza de España, ahora más concurrida y animada y donde al trisar de los vencejos (ahora menos evidente) se le suma la algarabía de la juventud que llena la plaza.
Acabamos otra sencilla ruta que nos ha llenado más que cualquier joya o lujo material que pudiéramos tener. En estas pequeñas cosas insignificantes es donde nos gusta poner nuestros sentimientos.
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