Esta es la imagen que presentaba la plaza del Ayuntamiento.
Antes de salir, la foto de grupo.
Salimos de Ribesalbes para buscar el camino de Fanzara.
El aspecto que presenta la cola del embalse es un poco desolador. Necesitamos que llueva pronto.
Pasamos junto a algunas construcciones en ruina.
El camino es amplio y el grupo camina en grupo, pero no será por mucho tiempo.
Primer desvío que nos lleva por el camino de Fanzara que sigue el GR 333 y que dejaremos un poco más adelante.
En este primer tramo del recorrido nos acompañan las aguas del Mijares antes de embalsarse.
"Deja que escriba, débil junco frío,
mi nombre en esas aguas corredoras,
que el viento llama, solitario, río."
Rafael Alberti
Una florida mimosa saludaba a su paso a todos los senderistas.
"No soy un juglar de la descomposición. Acaso
amo sobre todas las cosas
el lugar del canto del pinzón
la aérea ebriedad de las mimosas
y el minuto con memoria del beso de los amantes."
El grupo sigue en animada conversación. Aún es posible caminar en grupos de tres o cuatro.
El sendero se estrecha en este punto y empieza a subir y no dejará de hacerlo hasta llegar a la cota máxima de la ruta en Galarsa, haciendo un cresteo con bonitas vistas.
El estrechamiento del sendero y la aglomeración de senderistas ralentiza un poco la marcha.
“No
sirve de nada ir deprisa si no sabes adónde vas. Lo importante es caminar en la
dirección correcta.” (Saint-Exupéry)
Transcurridos casi un kilómetro, tenemos ya una visión general de Ribesalbes.
En este cruce dejamos el camino de Fanzara y seguimos la senda de la izquierda.
La primavera aparece en forma de vistosas jaras, con sus moradas hojas de papel pinocho, poniendo una nota de colorido que contrasta con los variados tonos de verde.
Pasamos por detrás de la Central Hidroeléctrica de Ribesalbes, horrible estéticamente, pero necesaria para el modo de vida que llevamos.
El sendero desemboca en este camino que seguimos a la derecha.
El camino cementado asciende ligeramente y vuelve a permitir caminar en grupo.
Junto al camino unos naranjos nos permiten disfrutar del aroma de la sencilla, bella y blanca flor de azahar.
"Santa florecita, celestial renuevo,
que hiciste mi alma una primavera,
y cuyo perfume para siempre llevo:
¿cuándo en mi camino te hallaré de nuevo?"
Amado Nervo
La pendiente se agudiza un tanto y el grupo se empieza a estirar.
Pasamos junto a un refugio de piedra en seco.
Ribesalbes va quedando algo lejos.
La subida ralentiza la marcha y pone en fila india a los participantes.
Ribesalbes a vista de pájaro.
Casi doscientas personas en fila india forman un serpiente multicolor muy espectacular.
Al ralentizarse el paso, las pequeñas paradas nos ayudan a descubrir algunas cimas conocidas, como el pico Espadán...
...o la cima del Penyagolosa.
Pasamos junto a un pilón que separa los términos de Ribesalbes y Fanzara.
Las llamativas flores de la jara negra nos detienen unos instantes.
La altura alcanzada nos da también para contemplar el embalse de Sitjar.
Y ahora vemos mejor la cima del Penyagolosa.
También asoman detrás de la loma las cimas del Turio y la Peña Saganta.
Las sendas que transitamos han sido limpiadas por voluntarios que han dejado su impronta en forma de placa cerámica. Es de agradecer este tipo de acciones que nos facilitan caminar por la montaña. Gracias.
El grupo está muy estirado, eso propicia imágenes curiosas como estas siluetas de los senderistas ascendiendo la loma,. Nos recordó las películas de vaqueros de nuestra infancia cuando los indios aparecían en lo alto de una montaña dispuestos a guerrear.
Otra vista del estirado y multicolor grupo durante el cresteo.
El terreno que recorremos está básicamente poblado por vegetación de monte bajo. Algunos enebros rompen esa monotonía horizontal.
Alcanzamos otra de las cimas del cordal: Valderán (382 m).
El pico Espadán reclamando protagonismo, no en vano da nombre a una bonita sierra.
El grupo en busca del momento del almuerzo.
Estamos sobre la cota de 350 m. lo que nos permite tener una buena vista sobre Ribesalbes.
A cuatro kilómetros del inicio se encontraba el punto elegido para almorzar. En amena y distendida charla los senderistas dieron buena cuenta de lo que llevaban. La organización aportó agua, galletas y mistela que a todo el mundo le vino bien.
En el punto del almuerzo la organización previó la posibilidad de que los participantes que quisieran, pudieran acortar la ruta realizando una variante menos dura. Así pues, el grupo quedó dividido en dos, aunque el más numeroso fue el que siguió el trazado original.
La Olivereta, hacia allí nos dirigimos.
A partir del punto del almuerzo realizamos el tramo más pesado del recorrido por el desnivel que nos quedaba por superar con una subida con bastante pendiente hasta la Olivereta.
Menos mal que amenizamos la subida con excelentes vistas.
El grupo restante enfilando la fuerte subida. Arriba del todo vemos la Olivereta.
La fuerte pendiente hacía que la marcha se ralentizara.
Además del paisaje, amenizamos la subida disfrutando de pequeñas cosas que podemos encontrarnos siempre en los caminos y sendas, como por ejemplo esta diminuta y sencilla coronilla de fraile (Globularia alypum)
.
“No
te entretengas en arrancar flores para guardarlas; sigue caminando y las flores
alegrarán tu camino.” (Rabindranath Tagore)
La subida se las traía pero lo llevamos con bastante dignidad, apenas se nos notaba la respiración forzada.
El sendero aparece marcado con señales en blanco y azul. No es por tanto un sendero homologado. Pero permite seguirlo con facilidad.
Hacia el sur, claramente visibles las antenas del Puntal del Aljub.
A nuestra izquierda,hacia el oeste, Fanzara en el fondo del valle.
Y el embalse de Sitjar, presente en este cresteo ahora más visible. En la foto podemos apreciar que no se encuentra en su mejor momento.
En otro recodo del sendero también es visible la población de Vallat.
Por fin alcanzamos la Olivereta, un olivo silvestre que controla el valle desde esta privilegiada atalaya.
Tras disfrutar de las vistas desde la Olivereta, el sendero desciendo para volver a subir otra colina que vemos enfrente, se trata de lo Pinos Veros.
Mientras llegamos allí disfrutamos mirando a izquierda y derecha. En la foto, Fanzara y el valle del Mijares que da nombre a la comarca.
Ahora podemos ver mejor Vallat.
Alcanzamos el segundo punto más alto de la ruta, los Pinos Veros a 479 m. de altitud como indica la ficha.
Desde aquí, tenemos una excelente vista del embalse de Sitgar, ahora desde otro ángulo.
En la lejanía, en el fondo del valle, ampliamos con zoom y captamos la imagen de algunas casas de Espadilla.
Con zoom conseguimos acercar las ruinas del castillo de Espadilla.
Ahora el terreno se ha suavizado un poco y se hace más llevadero.
Caminamos ahora entre pinos.
No sólo limpiaron las sendas sino que adornaron a modo de isletas, algún cruce.
Esta piedra marca el punto en que nos encontramos y la altura. Estamos en Galarsa, la máxima altura de la ruta: 485 m.
Ahora vemos mejor Espadilla, a los pies de la Peña Saganta.
Buen tramo entre pinos jóvenes.
Tras salir de la pinada, hacia el norte, acercamos con zoom la cima del Bartolo.
El sendero desemboca en una ancha pista donde la organización ha marcado otro avituallamiento. Unos minutos de descanso para reponer líquido básicamente.
A partir del avituallamiento, hubo un exceso de confianza y el caminar cómodo y la conversación nos llevó a pasarnos el desvío por la senda oficial de la ruta. Decidimos no dar la vuelta atrás puesto que este camino también nos llevaba a Ribesalbes y seguimos por aquí.
Seguimos pues aunque no por el camino que la organización había marcado, pero disfrutando igualmente como solemos hacer siempre en cualquier ruta.
Como comenté antes, hay pequeños detalles que tal vez puedan pasar desapercibidos pero que también nos hacen disfrutar de las rutas. Como estas originales, preciosas, sencillas y rosadas florecillas de la Centaura menor.
"Mi corazón alegras
con tu flor diminuta y tu silencio.
¡Cómo llenas las horas en abismo
de mi pasar sediento!"
Antonio López Baeza
Las varitas de San José (Asphodelus albus) están presentes también formando parte de la vegetación de la zona.
La amplia pista entre pinos es muy agradable de caminar.
Algún olivo también nos hace detenernos.
"Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento."
Miguel Hernández
La primavera también se deja ver en los brotes tiernos de la higuera.
"Como la higuera joven
de los barrancos eras.
Y cuando yo pasaba
sonabas en la sierra."
Miguel Hernández
Ribesalbes frente a nosotros. Ya queda poco.
Junto al camino, el depósito de agua potable de Ribesalbes.
En este cruce, retomamos el camino oficial de la ruta, poco antes de entrar en Ribesalbes.
Aquí se encuentra la fuente de los Tres Chorros.
Más florecillas junto al camino, que para nada nos pasan desapercibidas.
“¿Me
preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para
tener algo por lo que vivir.” (Confucio)
Ya no es habitual ver burros en los pueblos (en las ciudades abundan). Por eso nos paramos para fotografiar éste que veis en la foto, que nos miraba entre curioso y pensativo: "Se parecen mucho a mí", estaría pensando.
Entramos a Ribesalbes por la tranquila y silenciosa calle de San Vicente.
Y nos vamos fijando en detalles que salen a nuestro paso, como esta cuidada puerta.
“No
hay dos puertas iguales: respetadlas todos. Yo siento una profunda veneración
por ellas; porque sabed que hay un instante en nuestra vida, un instante único,
supremo, en que detrás de una puerta que vamos a abrir está nuestra felicidad o
nuestro infortunio…” (Azorín, “ Las confesiones de un pequeño filósofo”)
La calle Domingo Ros de Ursino nos llevará hasta el punto donde aparcamos el coche.
En el aparcamiento junto al polideportivo terminamos esta entretenida ruta que nos trajo hasta Ribesalbes un año más.
Tras la refrescante ducha, acudimos a la comida de hermandad que cierra este día de senderismo organizado por el Ayuntamiento.
Nos marchamos de Ribesalbes satisfechos no solamente por la ruta realizada, sino por haber podido saludar a buenos amigos de la montaña a los que habitualmente no vemos: Pascual, Maite, Juanjo Carrasco, Álex, Jesús, Manil, Rosario, Mari Ángeles Batalla, Pepe Serrano, Rafael Yero ... Este hecho le da un plus a la ruta y hace que año tras otro nos apetezca volver a Ribesalbes.¡Hasta la próxima!
La ruta en el mapa.
Ruta en el mapa del recorrido oficial de la XV Ruta Senderista de Ribesalbes 2023.
La ruta en Wikiloc
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