“Nuestra vida es una incertidumbre. Un ciego que revolotea en el vacío en busca de un mundo mejor cuya existencia sólo suponemos” (Virginia Wolf). Una incertidumbre era lo que teníamos en torno al estado en el que encontraríamos la senda de la Solana, por la que queríamos llegar a Ayódar, dos semanas después de haber ido allí desde Espadilla por el antiguo camino que unía esas dos poblaciones. Queríamos conocer esta variante menos utilizada y por lo que habíamos leído, la cosa no pintaba muy bien. De ahí nuestra incertidumbre. Pero nuestra curiosidad pudo más y allí que nos fuimos.
Bonita ruta que desde Espadilla y siguiendo el PR-CV 314 que lleva hasta Peña Saganta, nos lleva hasta Ayódar pero desviándonos antes por el camino de la Solana. Desde Ayódar, volvemos hasta Espadilla de nuevo por el antiguo camino de Ayódar a Espadilla., donde se solapan un tramo con el GR-333 y el PR-CV 314. El único tramo conflictivo es el sendero de la Solana. Se trata de un sendero poco transitado y nada cuidado. Así como vimos que la subida a Peña Saganta por el barranco de la Piqueta estaba muy limpio y cuidado, así como el camino de vuelta por el antiguo camino a Espadilla, el sendero de la Solana está muy cerrado en prácticamente todo el recorrido y aunque encontramos algunos hitos, en algún tramo es complicado de seguir. Pero los que somos muy afiionados, esto no nos asusta. El primer objetivo era conocer la senda de la Solana. Otro objetivo más prosaico subyacía en el origen de la realización de esta ruta. Pero eso, si no leéis la entrada, no lo sabréis.
Aparcamos como hacemos habitualmente junto a la pista polideportiva de la población, a primerísimas horas de la mañana para evitar en lo posible las horas de máximo calor.
Como en otras ocasiones, este monumento a la cordialidad hacia los visitantes nos recibió a la entrada de Espadilla.
Y estas palas direccionales nos indican diferentes rutas para realizar. Nosotros vamos a seguir el PR-CV 314 "Peña Saganta por la fuente de la Piqueta".
Mientras espero a Rafa (se ha equivocado y ha ido a Ayódar para empezar la ruta), me entretengo en curiosear en el panel. Siempre aprendemos mucho de estos paneles.
También me entretengo mirando la originalidad de las piñas de un abeto.
Y, ¡cómo no!, la foto de dúo: Rafa (izq.) y servidor.
Caminamos unos metros dirección al pueblo, pero nos vamos a desviar por este camino empedrado que nos adentra en el jardín botánico de Espadilla y nos sube hasta una pista que seguiremos para seguir el PR.
Cruzamos por el jardín botánico, con diferentes especies autóctonas catalogadas y con su nombre con baldosas cerámicas.
Una de las primeras vistas que aparecen es ésta: Peña Saganta a la izquierda y el puntiagudo cerro del castillo a la derecha.
Salimos del jardín botánico a esta pista y giramos a la izquierda.
Ahora más claramente Peña Saganta y el castillo.
La pista, en pocos metros, termina en una granja y se convierte en una bonita senda que va a ascender sin parar hasta la loma de Peña Saganta, pasando por la fuente de la Piqueta.
El sendero transcurre por el barranco de la Piqueta. En el inicio, vamos por el cauce hasta que tras unas decenas de metros subimos y caminaremos más o menos paralelos a él.
¡Qué alegría nos dan las centauras!Nos parece que nos sonríen al pasar. Evidentemente les devolvemos la sonrisa.
La uña de gato aparece en cualquier rincón y en diferentes grados de crecimiento.
La senda no da tregua pero ofrece tramos flaqueados de pinos que nos alivian del calor y nos alegran la vista.
"Yo creí que el color azul del cielo
bajaba, a veces, a la tierra oscura,
y tras de él, en cazas de dulzura,
corrió, de flor en flor, mi desconsuelo."
Juan Ramón Jiménez
En plena subida, una pareja de cabras se encontraba en mitad del sendero. Ante mi presencia no dudan en huir, cruzar el barranco de la Piqueta y encaramarse en la ladera de enfrente. Aún pude fotografiar este macho mientras subía la ladera.
Lechetreznas en los borde de la senda.
Y una mirada atrás, eso sí, a contraluz, del castillo de Espadilla.
Y llegamos a la fuente de la Piqueta. Nosotros no la hemos conocido con agua y llevamos muchos años viniendo por aquí.
Junto a la fuente de la Piqueta, encontramos esta bifurcación. El poste del GR-333 nos llevaría a Torrechiva. Nosotros nos vamos por la izquierda, siguiendo con la subida por el PR-314 hacia la loma de Peña Saganta.
El sendero sigue la tónica de lo que llevamos recorrido, eso sí, parece que el desnivel se acentúa un poco.
En todo momento hemos comprobado que el sendero había sido arreglado y se encontraba muy limpio. En este tramo es más evidente por las ramas podadas de estos pinos.
Alcanzamos el collado cuya altura nos ofrece panorámicas espectaculares en 360º, como ésta de la inefable Penyagolosa hacia el norte.
Hacia el sur, la Rápita...
...o el Espadán se hacen también muy evidentes.
Y siguiendo el PR, hacia la loma de Saganta y a la altura del barranco de las Carboneras, encontramos esta paleta de madera que nos indica "Ayódar, camino de la Solama, 2,6 km".
Muchas veces habíamos pasado por aquí y siempre nos quedaba la curiosidad y las ganas de conocer este camino hasta Ayódar. Pues llegó el momento de hacerlo.
Estuve buscando información y las noticias no eran nada halagüeñas. Y se cumplieron los pronósticos. Se trata de un sendero poco transitado, muy cerrado de vegetación y algo complicado de seguir en algún tramo a pesar de algunos hitos y alguna que otra paleta que nos confirmaba el buen camino. Se trata de una senda para los "muy aficionados", como yo digo.
"No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando cardos y agostando hinojos."
Miguel Hernández
Pasamos por las ruinas de un corral.
Seguimos por tramos bien cerrados, sintiendo las coscojas y las aliagas en piernas y brazos.
En algún tramo más abierto, podemos ver el Alto del Pinar.
Aquí con zoom.
Y el Pinar o Alto de la Santa de Torralba.
El sendero pasa también junto al corral del Cojo.
También salpican el suelo de la montaña los delicados, bellos y sencillos"dientes de dragón", que nos enternecen como a un niño cuando se los enseñas abriendo la boquita apretando suavemente con los dedos sus pétalos.
Fueron 2,6 km que se nos hicieron algo más largos que habitualmente. El estado de la senda contribuyó a ello. También lo hizo ver tan cerca la torre del castillo de Ayódar y pensar que ya estábamos allí.
Ahora bajamos por la vertiente sur de la Solana y tenemos más cerca la Sierra de Espadán, como el precioso e interesante cordal desde la Peña Pastor hasta el pico Espadán que vemos en la foto.
O la Rápita, ahora más evidente.
Junto a la cerrada senda, este pozo sin agua.
"Un gran amor se nos acaba un día
y es tristemente igual a un pozo seco,
pues ya no tiene el agua que tenía
pero le queda todavía el eco."
José Ángel Buesa
Nos encontramos con una senda muy, muy cerrada. Inevitables los arañazos y las telas de araña que encontramos en medio del sendero, lo que evidenciaba el escaso tránsito del camino. Una pena que no se adecente un poco, como la subida a Peña Saganta que vimos tan perfecta. Es una bonita alternativa para ir a Ayódar. Bueno, a mí me lo pareció así.
Vemos muy cerca Ayódar, pero el sendero zigzaguea y veremos que se va alejando hacia el oeste hasta enfilar definitivamente el camino a la población.
No nos olvidamos de las jaras. Tienen un aspecto de flor de "trabajo manual", realizada con papel de seda. Pero para nada de artificiales, naturales como la vida misma. Estos insectos son el mejor indicativo de lo que digo. Natural=atractivo.
La Cueva Negra.
A pesar de los postes que encontramos, hay zonas donde la profusa vegetación no deja reconocer el camino adecuado.
¿Sólo podemos ver cosas bellas en los museos? Pues esto es un museo al aire libre.
Algún corto tramo nos hace sortear algunos ribazos que nos irán bajando hasta un camino cementado que nos dejará en la CV-205.
Desde luego, si vamos encontrando estos postes, estamos seguros que vamos por buen camino.
Aunque hay tramos más transitables, la maraña vegetal aún es grande...
...y, por ejemplo, las madreselvas, campan a sus anchas.
A pesar de lo cerrado y tupido de la senda de la Solana, vamos avanzando. Y vemos con agrado que gracias a la cerrada pinada, el apelativo de "Solana" nos afecta mínimamente.
El amarillo fosforescente de la siempreviva ilumina mucho el suelo del monte.
Es inevitable que la vista no se te vaya a ellas, a pesar de que sus formas no son las más bellas y delicadas.
"Ninguna más, amor, dormirá con mis sueños.
Irás, iremos juntos por las aguas del tiempo.
Ninguna viajará por la sombra conmigo,
sólo tú, siempreviva, siempre sol, siempre luna."
Pablo Neruda
Otra pala, esta es para los que hacen el recorrido en sentido inverso. Nosotros hemos de girar a la izquierda.
No suelo fotografiar demasiado la "cuchara de pastor" (Carxofeta de San Joan). No es muy vistosa evidentemente, pero es diferente y original. Hoy le prestamos un poco de atención y además aprendemos que maceradas en aceite de oliva durante un par de semanas, ese aceite alivia las hemorroides y es además un buen cicatrizante de heridas. Y en infusión, favorecen la digestión.
Finalmente y tras un corto tramo de camino cementado, salimos a la CV-120 que llega hasta Fuentes de Ayódar. Nosotros nos vamos a la izquierda, hacia Ayódar.
Y hacemos la entrada triunfal en Ayódar. Y digo esto porque apenas entramos en el pueblo, una simpática señora nos preguntó:
- ¿Dónde se han dejado las ovejas? - Le debíó influir para preguntarnos esto mi sombrero de paja y el bastón que llevaba en la mano-.
Evidentemente no faltó la respuesta:
- Creemos que están en el bar.Vamos a ver ahora mismo si están allí.
Una sonrisa cómplice por ambas partes cerró la breve conversación.
“Los viajes sirven para conocer las costumbres de los
distintos pueblos y para despojarse del
prejuicio de que sólo en la propia patria se puede vivir de la manera a
que uno está acostumbrado” (René Descartes)
Pasamos junto al campanario del antiguo convento de los Dominicos, ya desaparecido.
Y como recordatorio de la presencia de este convento en Ayódar, frente a la torre del campanario, en la blanca fachada de una casa podemos observar esta hornacina con Santo Domingo, fundador de los dominicos.
Y seguimos callejeando buscando el bar para comprobar, como le dijimos a la señora, si estaban allí las ovejas.
Pasamos de nuevo, como hace dos semanas, por la Plaza de la Iglesia, dedicada a San Vicente Ferrer.
A continuación, también lo hacemos frente al Ayuntamiento de la localidad, bajando a buscar el río Pequeño.
Y llegamos al Mesón la Torre. Como veis, no estaban las ovejas. Pero ya que estábamos allí...
Si habéis leído hasta aquí, sabréis ahora a qué me refería cuando dije al principio de la entrada que había un objetivo más prosaico que el de conocer la senda de la Solana a la hora de planear la ruta. Era éste. Almorzar en el bar. Siento defraudar tal vez a alguien, pero de vez en cuando...
Nos sentamos cómodamente en la terraza...
...a disfrutar de las vistas sobre los restos del castillo...
...y de un estupendo bocadillo.
Os canso con las fotos de florecillas y plantas. A veces insectos u otros animales, pero... ¿verdad que el bocadillo también tiene su cosa?
Y el complemento digestivo...¿qué os parece?.
Bueno, pues este era ese otro objetivo más prosaico del que os hablé. Y las ovejas buscadas no aparecieron. Pero curiosamente, la Peña ciclista de Torrent (donde vivo) sí que apareció a almorzar. Casualidades de la vida.
Volvemos por las mismas calles que nos llevaron al bar.
Salimos a la carretera que atraviesa el pueblo y subimos por esta rampa que nos va a llevar al inicio del antiguo camino a Espadilla.
Y volvemos a disfrutar de rincones pintorescos del pueblo.
Y salimos del pueblo por aquí: Calle Salida Espadilla.
Los corrales y graneros de la parte superior del pueblo nos despiden a nuestra salida.
En pocos metros, subimos unos buenos metros que nos permiten obtener esta foto de Ayódar.
Y llegamos hasta las antenas que dan cobertura a la población.
Aquí termina el camino asfaltado.
Junto a las antenas, encontramos esta pala direccional que nos marca el antiguo camino a Espadilla y que ahora coincide con el recientemente homologado GR-333.
El sendero va ascendiendo entre pinos.
Al lado del de la Solana, esto es una autopista.
Y en un punto en el que el sendero se abre, vemos el Turio.
"Ya te enredas del alma en una queja,
ya en la azul campanilla de una reja,
ya de un mantón en el airoso fleco."
Salvador Rueda
"Tiene la mariposa cuatro alas;
tú tienes cuatro versos voladores;
ella, al girar, resbala por las flores;
tú por los labios, al girar, resbalas."
Salvador Rueda
También a nuestra derecha tenemos las Picorzas.
El antiguo camino a Espadilla, como todo sendero de herradura, estaba empedrado en su totalidad. En este caso aún podemos observar algún tramo así.
Y llegamos a este collado donde el camino se cruza con el que sube a Peña Saganta (PR-CV 314). Nosotros seguimos dirección Espadilla.
Este tramo hasta Espadilla está más expuesto al sol.
El lino perenne o lino azul es una preciosidad. Su azul celeste, su perfección, su delicadeza, su sencillez...¿os digo más cualidades?
Caminamos con el Turio de referente.
Las zarzaparrillas se enredan en otras plantas produciendo una maraña difícil de desliar.
No podíamos saltarnos las margaritas, cómplices de tantos amantes en busca de la confirmación de la verdad de sus amores. Muy bellas y discretas también.
Una incipiente coscoja nos detiene unos instantes precisamente por su juventud. Sus ahora tiernas hojas con ese colorido tan vivo, bien merecen una foto. No la despreciamos por los arañazos que hemos recibido en la senda de la Solana por sus congéneres. Ellas no tienen la culpa.
Los "molinillos" esperando el revoloteo que le lleve hacia nuevos horizontes que les abra una nueva vida.
Estos dos enebros enmarcan la ladera del Turio. En la senda encontramos muchos.
También son poco habituales los palmitos en mis entradas. Es también un pequeño fallo que debo subsanar.
El sendero transcurre por la loma de Peña Saganta con el barranco del río Pequeño en el fondo.
El fondo del barranco con zoom y el río Pequeño.
Y un tramo de sendero que tenemos por delante.
Hace dos semanas íbamos en sentido contrario y nos pasaban desapercibidas fotos como ésta: Argelita.
Aquí la vemos algo más cerca con zoom.
Y, por supuesto, la omnipresernte Penyagolosa, la montaña de las montañas valencianas.
En esta roca unos petrogliflos de origen y función desconocidos.
Y en este punto, encontramos unos hinojos muy desarrollados.
Y ya tenemos a la vista Espadilla. Lo que nos queda es coser y cantar.
Vista típica de Peña Saganta.
La hiedra, en las zonas húmedas, llena grandes áreas y es capaz de envolver grandes árboles hasta la copa.
Estas flores de diente de león no son las mas perfectas que hemos visto. Deben estar ya en un periodo de decadencia.
Las flores del hipérico o hierba de Sanjuan son muy vistosas. En la Edad Media solía quemarse esta hierba en las casas supuestamente endiabladas porque se suponía que el olor era insoportable para el diablo. Tiene propiedades antidepresivas y cicatrizantes, aunque un componente suyo, la hipericina, en altas dosis, puede producir fenómenos de fotosensibilación graves. (Información extraída de "Casa Pía")
En este punto existe la posibilidad de hacer una variante que nos lleva por una acequia que atraviesa por un túnel. He pasado más de una decena de veces por aquí y nunca se me ha ocurrido ir por ahí. No veo el encanto.
Pasamos por el cruce de la subida al castillo. Evidentemente, dadas las horas y el calor que hace, no vamos a subir. Pero es una buena opción y vale la pena si disponemos de tiempo.
La cámara hizo esta foto en modo "retro", sin yo saber qué hice para que saliera así. En blanco y negro también tienen su encanto.
Nos detenemos en algún resalte de la senda para ver Espadilla que resbala por la ladera de la montaña en la que se enclava.
Ya vemos la pista polideportiva. Por cierto, parece pintada de hace poco.
Y llegamos de nuevo, tras poco menos de cinco horas, al punto de partida. El frescor de la mañana ha sido sustituido por un calor que empieza a ser sofocante.
Hemos disfrutado de un gran día, ahora toca volver y asimilar todo lo visto, olido, oído, sentido, vivido, pensado, soñado... y buscar otro destino, otro objetivo que llene nuestras ansías de montaña. Ya os iré contando.
La ruta en el mapa.
La ruta en Wikiloc.
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Película.
Estupenda ruta Emilio. Todo un clásico si exceptuamos el Camino de la Solana que por lo que veo necesita de más tránsito para un buen desbroce. Los "muy aficionados" como nosotros nos hemos comido algunos tramos como ese donde puedes acabar como un "ecce homo" que diría nuestro amigo Esteban Cuéllar. Y ahora entiendo el prosaico objetivo en forma de premio que os metisteis entre pecho y espalda ...¡Vaya pedazo de almuerzo!. No entiendo cómo tuvisteis ganas de retomar después el regreso a Espadilla. Un abrazo y me encantan tus fotetas de florecillas.
ResponderEliminar¡Hola, Paco! La verdad es que lo pasamos bien. La ruta está muy entretenida y tiene el plus del almuerzo en el bar. No quiero decirte lo que eso suma para "atreverse" con la Solana. Que nos echen Solanas si luego almorzamos como reyes. Aunque como bien imaginas, después del almuerzo, cuesta retomar el tema, pero como no hay más remedio... En cuanto a las flores, lo hago porque me encanta disfrutar de todos los detalles que nos ofrece la montaña y evidentemente, las flores son muy importantes.
EliminarUn abrazo.
Un abrazo.
Hola Emilio...
ResponderEliminarPues de una variante entre Espadilla y Ayora a otra.
Ruta con punto de "aventura selvática" por lo que comentas y también por lo visto en las fotografías,aunque en "directo" y con sobre todo pantalón corto,"telita marinera".
Coincido contigo y con Paco en que hay senderos que por el poco uso se acaban cerrando o incluso perdiendo,una pena.En este caso tenia y tiene muy buena pinta esa Solana a la "sombra".
El inicio por ese magnifico Barranco de la Piqueta,también lo recuerdo de nuestra 3ª etapa de ese GR-333 y ahí si se nota el "mantenimiento".
...Y por supuesto ese pedazo de almuerzo que os metisteis entre pecho y espalda,lo veo yo más bien "poético"...jejeje.Justamente en ese mismo bar paramos en nuestra 4ª etapa del GR-333 para almorzar también y muy bien también,con ese complemento digestivo incluido...jajaja.
Tampoco descarto esta circular más aventurera,en la que volvisteis a aprovechar ese fantástico sendero que bordea la Saganta desde Ayodar hasta Espadilla.
Un abrazo.
¡Hola, Juane! Otra circular por la zona que se disfruta a pesar de los arañazos y lo cerrado de la Solana, pero tampoco es para tanto. Y como le decía a Paco, el almuerzo del bar lo cura todo. Nos sentamos y dejamos de notar los arañazos. Además de "poético", el almuerzo fue "analgésico" (ja,ja,ja,...). Otra para la agenda.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio.
ResponderEliminarEsta misma ruta circular es la misma que quise realizar, pero partiendo desde Ayódar, cuando estaba con el GR-333 y sus circulares, pero no me atreví con el Camino de la Solana. Aunque al final la ruta que se me quedó no estuvo nada mal, pese a no ser circular del todo, creo que también hubiese sido una buena opción haber vuelto a Ayódar por el Camino del Turio, ruta que hicisteis también hace poco y que me pareció muy interesante. Volviendo al Camino de la Solana es una pena que no se encuentre un poco más cuidado, pues ofrece una variante muy atractiva de unir estos dos pueblos del Alto Mijares. Pese a ese tramo de sendero más confuso os quedó una circular muy chula, pues el PR de Peña Saganta siempre es garantía de buena ruta, y esta ruta incluye un buen cacho del mismo.
Por cierto, el sendero del túnel solo lo he recorrido una vez y tiene más atractivo la senda colgada que lleva a él que el propio túnel. Y esos petroglifos mira que he hecho veces esta ruta y nunca me he fijado en ellos, espero que la próxima vez no se me pasen por alto.
Ah, y he estado esta mañana por varios bares y no he visto vuestras ovejas, seguiré buscándolas, y si hay alguna novedad te avisaré ;-)
Un abrazo.
¡Hola, Dani! Recuerdo tu "circular" que releí y te quedó muy bien. Pero yo tenia curiosidad por la Solana porque había visto la paleta muchas veces en las diferentes subidas a Peña Saganta. Y es cierto que podía y debería estar mas arreglada (no sé de quien depende eso) porque es una variante muy interesante para cerrar una circular entre esos dos bonitos pueblos.Pero aunque con tramos cerrados, se puede hacer. Eso si, como digo en la entrada, es para los muy aficionados. Y esos petroglifos, no te los dejes para la próxima, aunque a mi me parece que cada vez se ven menos. Y yo también sigo buscando las ovejas y no hay manera. Pero no perdemos la esperanza. Es que hay muchos bares, en uno u otro tendrán que estar,¿no?
EliminarUn abrazo