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lunes, 22 de abril de 2019

XV SUBIDA A PEÑA SAGANTA (ESPADILLA, 20/4/2019)


Una vez más ( y ya he perdido la cuenta) acudimos a la ya clásica "Subida a Peña Saganta" que organiza el Ayuntamiento de Espadilla, todos los Sábados Santos, desde hace quince años. Se trata de una ruta senderista muy familiar y divertida que reúne a cantidad de senderistas dispuestos a pasar una mañana divertida y en contacto con la naturaleza. En esta ocasión, el mal tiempo retrajo a muchos participantes de acudir a la cita y el número de asistentes fue menor al de otros años. Pero aún así, una veintena de senderistas nos atrevimos a desafiar a las condiciones atmosféricas y acudimos ilusionados a la cita anual. Agradecer al Ayuntamiento de Espadilla la organización del evento por el esfuerzo que supone y por las ganas con las que lo hacen. Gracias.



Descubrí Peña Saganta hace muchos años (tal vez veinticinco) con la lectura de uno de los libros de viajes de Luis Gispert. Se trataba del libro titulado "Del Mijares al Peñagolosa". En uno de los recorridos descritos aparecía la subida a Peña Saganta. Desde ese momento, mi decisión estaba tomada: tenía que subir a Peña Saganta. Y allá por el mes de agosto de 2004, justo el año anterior al marcaje e inauguración del PR, se nos ocurrió subir a Peña Saganta, sin muchas referencias, empezando a las diez de la mañana. Los vecinos de Espadilla nos advirtieron que a esas horas y con la que caía era una temeridad y era verdad, pero es que nosotros eramos unos temerarios.Subimos como buenamente supimos, orientándonos por el barranco de la Piqueta como nuestro criterio nos daba  a entender, dando con la loma de la peña, atravesándola y llenándonos de múltiples arañazos las piernas (en ninguna otra ruta he acabado más arañado) hasta que finalmente llegamos al extremo acantilado y todo lo que habíamos sufrido se nos fue de golpe al poder disfrutar de las excepcionales vistas que se divisan desde esta bella y emblemática peña del Alto Mijares. A la vuelta, también sin muchas referencias, tuvimos la intuición de seguir el sendero que descendía por la ladera este de la peña (por el que descendemos ahora) y que nos llevó a Espadilla, eso sí a las cinco de la tarde, sedientos (nos quedamos sin agua muy pronto) y con arañazos por todas partes. Tuvimos que esperar la apertura del bar de Espadilla para poder hidratarnos debidamente. Fue una experiencia dura pero muy satisfactoria a nivel personal. Como dije antes, el año siguiente inauguraron el PR y acudimos por primera vez a esta bonita marcha senderista. Esta vez ya fue otra cosa. Desde entonces, la cita con la subida a Espadilla ha pasado a ser una de las rutas fijas a las que no falto si no es por fuerza mayor. Además, por si fuera poco, la foto con sombrero con la que ilustro mi perfil en este blog, me la hice en la cima de esta montaña en una de estas subidas concretamente en la del año 2011. Por todo ello, guardo un cariño especial a esta bonita ruta.



Os muestro unas fotos de aquel día.






Espadilla desde Peña Saganta (año 2004).








De izq. a der. Manolo, servidor y Andrés en la cima (año 2004).





Y Peña Saganta desde la carretera (año 2004).



Bueno, tras este inciso, volvemos a la XV subida que es la que nos ocupa. Como es habitual, el punto de encuentro y salida de la marcha es el Jardín Botánico de la localidad. Allí los participantes recogen un bastón de madera, agua y naranjas en esta ocasión. La salida estaba programada para las ocho de la mañana.


 Poco antes de las ocho llegué al punto de encuentro. Esta era la situación:
Lola, Maria Teresa (alcaldesa de Espadilla) y Toni guía y artífice del PR que íbamos a recorrer, se encontraban en la caseta de información del jardín prestos a recibir a los participantes.
Un gran silencio ocupaba la triste y gris mañana. Tal vez un ligero pesimismo también se respiraba en el ambiente. Intercambiamos saludos y pareceres y esperamos acontecimientos.



 Mientras, echamos un vistazo al castillo. Su escarpada silueta nos vigilaba, también con incertidumbre, sobre lo que podría acontecer dada la climatología adversa que sufríamos.


 Miradas esperanzadoras deseaban que fueran apareciendo senderistas que secundaran la marcha.


 Por fin, poco a poco, voces y senderistas fueron llenando de colorido y buen ambiente el jardín botánico. El pesimismo se había esfumado por completo. Una nueva edición iba a poder realizarse.


 Iniciamos el recorrido junto a este panel donde podemos informarnos de los dos PRs con los que cuenta el municipio: el PR-CV  386 "Cueva Negra" y el PR-CV 314 "Peña Saganta" que íbamos a realizar hoy.


 Aquí tenéis toda la información sobre ambos.


 La obligada foto de grupo antes de iniciar la ruta. Lola y Toni a mi izquierda.
De fondo, Peña Saganta y el castillo de Espadilla.



 Empezamos a caminar por la pista, pero será un recorrido breve.
El PR es circular y se puede realizar en ambos sentidos. La organización siempre lo ha realizado en sentido contrario a las agujas del reloj.



 Apenas unos metros y ya hemos tomado altura.



Apenas trescientos metros de  pista recorrida, la dejamos e iniciamos un bonito y empinado sendero que transcurre por el barranco de la Piqueta.


 Evidencia de las lluvias constantes y beneficiosas de estos dos últimos días son estos pequeños charcos que encontramos en algún punto de la senda. La verdad es que nos alegramos mucho de que haya llovido. El monte lo agradece y nosotros también.


 Algún tramo está algo empinadillo, pero nada del otro mundo. El sendero, en general, se sube sin excesivo esfuerzo.


 Pasamos bajo el castillo.



 Las florecillas del tomillo también muestran su agradecimiento por las últimas lluvias caídas.
Nosotros agradecemos al tomillo que nos ofrezca sus delicadas flores y su especial aroma.



 El sendero tiene  tramos verdaderamente bonitos.
Disfrutamos mucho subiendo a Peña Saganta.



 Los antiguos moradores del castillo hubieran vigilado de manera privilegiada nuestro ascenso.
Ahora, únicamente las derruidas murallas lo hacen. Aún así, nos sentimos vigilados. Tal vez en el ambiente aún sintamos la presencia de sus antiguos moradores.


 Poco a poco, paso a paso, inspiración a inspiración, metro a metro... hemos ido alcanzando altura.
Ello nos permite disfrutar más de lo que hemos ido dejando atrás.


 Y eso hacemos, nos detenemos para disfrutar del paisaje. Nos gusta ver las cosas desde lo alto, ya lo sabéis: "Caminando hacia las alturas".


 Tras la corta y reconfortante parada, seguimos por la bonita senda.


 Llegamos a la fuente de la Piqueta.



 La encontramos sin agua.



 Aquí hacemos una parada de reagrupamiento. Mientras van llegando los senderistas, Toni nos cuenta que la fuente ha tenido periodos de sequía y otros en los que se recuperaba, aunque siempre con un caudal pobre. Pero parece ser que desde hace ya un tiempo, no se ha vuelto a recuperar. Tal vez el acuífero haya sufrido algún desprendimiento que impida que el agua aflore aquí y tal vez se haya desplazado hacia otro lugar.


 Acercamos con zoom las ruinas del castillo. Desde luego, excelente atalaya en lugar estratégico para controlar este tramo de valle.


 Una vez reagrupados, continuamos la marcha.



 Hacia el norte, como no puede ser de otra manera, el Gegant de Pedra también sigue nuestros pasos. El cielo permanece gris, plomizo, pero la lluvia cesó ayer tarde y con su tregua ha permitido que podamos disfrutar de la subida a Peña Saganta.


 El sendero sigue subiendo y nos llevará, tras salvar una loma, hacia el cruce con el barranco de la Carbonera.



 Al alcanzar la loma, hacia el sur, disfrutamos de vistas hacia la sierra de Espadán.
El pico Espadán es uno de los que primero identificamos.


 La silueta de la Rápita tampoco se nos escapa.



 Llegamos al barranco de la Carbonera. Este hito marca el punto.
Apenas unos metros antes hemos dejado el enlace con el camino que lleva a Ayódar por la Solana.



 También hacia el sur reconocemos el Alto del Pinar.


 Cruzamos el barranco e iremos ascendiendo hasta el inicio de la larga loma de Peña Saganta, que recorreremos hasta llegar a su extremo acantilado. Justo en ese inicio del tramo final de la loma encontramos este poste señalizador que habría que reparar puesto que sus palas giran sobre su eje y marcan la dirección que el viento según su fuerza y dirección quiere, pudiendo llevar a error a quien aquí llegue y no conozca la zona.



Hacia el sureste también  localizamos el Font de Cabres.



 El poste sirve también de punto de reagrupamiento.
Al regresar de Peña Saganta, volveremos hasta aquí y seguiremos el sendero de la izquierda.


 Con Toni dirigiendo el grupo avanzamos por la ondulada loma de Peña Saganta.



 El tramo recorrido....


... y el tramo por recorrer.



 Por fin, llegamos al extremo de la peña. Aquí, la montaña se despeña sobre el valle del Mijares con sus 726 m de altitud ofreciéndonos unas panorámicas excepcionales que el triste cielo de hoy no nos ha dejado disfrutar del todo.


Desde la cima podemos ver un ramillete de pueblos del valle del Mijares, que aquí se abre ya definitivamente hacia el mar.


Espadilla, a los pies de Peña Saganta.



 Vallat.


Argelita.


Fanzara.


 Toga.


Castillo de Villamalefa, hacia el macizo de Peñagolosa.


El embalse de Sitjar.



Fábricas de la Alcora. 
Al fondo, a la izquierda, en un día más claro, distinguiríamos la cima del Bartolo.



He recortado la imagen para que se pueda apreciar mejor.



 Panorámica desde Peña Saganta.



 El macizo de Peñagolosa.


 El río Chico o río Pequeño es afluente por la derecha del Mijares, en el que desemboca aquí en Espadilla.


 El caudal del río Chico también muestra alegría porque las lluvias han llenado su cauce haciendo que retome la vida y la fuerza que le falta en épocas de sequía como la que acabamos de pasar. Aquí podemos ver como sus aguas corren felices, dicharacheras, a engrosar el caudal del Mijares.



 La redondeada cima del Turio tampoco nos pasa desapercibida.


Al llegar a la cima y tras disfrutar del paisaje, la gente almuerza en armonía y jovialidad, intercambiando viandas y disfrutando de una atalaya tan extraordinaria. Tras el almuerzo sosegado y relajante toca volver sobre nuestros pasos.
  

 Volvemos de la cima de Peña Saganta por su lomo de nuevo.



Como comenté antes, en el poste direccional donde las direcciones (valga la redundancia) van en cualquier dirección (valga la redundancia por segunda vez), tomaremos ahora el sendero de la izquierda que nos conducirá al antiguo camino de Espadilla a Ayódar.


 Iniciamos aquí el descenso de Peña Saganta, que iremos rodeando hasta volver a Espadilla, casi paralelos al cauce del río Chico, pero a media ladera de Peña Saganta.


 Tramo de sendero que bajamos. Aunque no tiene un desnivel excesivo, iremos con cuidado de no tropezar con alguna piedra o resbalar.


 El Turio nos acompañará y será un referente en este tramo de recorrido.



Antes de enlazar con el sendero de Ayódar, pasamos junto a este aljibe que seco en otras ediciones, en esta ocasión tenía agua.


 Interior del aljibe.



 En esta pala enlazamos con el camino antiguo a Ayódar. También coincidiremos con un tramo de GR 333 inaugurado hace poco y que une todos los pueblos de la Mancomunidad Espadán-Mijares.
También sirvió como punto de reagrupamiento.


 Tras el reagrupamiento, seguimos la marcha. La senda es un antiguo camino de herradura, bien trazado y cómodo de hacer.


 Mientras descendemos suavemente, vamos rodeando los paredones calizos de Peña Saganta.


 El sendero tiene tramos de gran belleza.


 Otra novedad en esta edición y motivada por las constantes lluvias de estos días es la aparición de surgencias de agua brotando de la ladera de la montaña y bajando, como si de un arroyo se tratase, por tramos de senda.


 El río Chico.


 Otro tramo con agua.



 Y el cauce del río Chico ya cercano a su desembocadura en el Mijares.



 Florecillas silvestres dan color en un día nublado, que ahora, al final de la mañana parece querer alegrarse un poco, aunque sería un espejismo.


 La imponente proa de Peña Saganta, que estamos rodeando por completo.


 Argelita. 
Al fondo, Penyagolosa.



 Junto al camino, esta roca presenta un petroglifo.


 Ya tenemos Espadilla a un tiro de piedra.


 El grupo recorriendo los últimos kilómetros caminando bajo la imponente silueta de Peña Saganta.


Bonitos tramos de senda nos llevan en el tramo final a Espadilla.



 El castillo también reclama atención, pero en esta ocasión no subiremos a él.



 Hoy hemos visto pocas flores, pero una tan sólo, como ésta, es suficiente para iluminar esta gris y triste mañana y hacernos recordar que la belleza, la sencillez, la armonía, la delicadeza...están ahí, contenidas en un ser vivo tan sencillo y sutil como esta preciosa florecilla de diente de león. No necesitamos más para reconfortarnos en una mañana tan melancólica como ésta.


 Justo en este cruce con tanto poste, podemos desviarnos a las ruinas del castillo, que recomiendo si hacemos la ruta.


 Y ya tenemos las primeras casas de Espadilla.



Sólo nos queda volver hasta el punto de partida para dar por concluida esta entretenida mañana senderista.


Otras subidas a Peña Saganta.


 La ruta en el mapa.




La ruta en Wikiloc.



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Película.



6 comentarios:

  1. Hola Emilio esta montaña esta entre mis favoritas también.
    Que bonita esta la montaña después de unas buenas lluvias y como regresan a la vida ríos estacionales como el Chico. Da gusto salir a la montaña en estas condiciones .
    Saludos

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    1. ¡Hola, José Ramón! Siendo de una montaña poco elevada, ofrece una panorámica que para sí quisieran otras de mayor altura. Sin duda, de mis favoritas de la zona. Encantado con la imagen que presentaba el río Chico, recuperando aliento tras la sequía que nos acechaba.
      Un abrazo.

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  2. Hola Emilio.

    Coincido con Jose y contigo, la Peña Saganta es también de mis favoritas. De las que no importa repetir las veces que haga falta. Mira si tiene gancho esta roca que pese a estar así de nublado y amenazante el día atrajo a un buen número de senderistas. Todo un emblema comarcal.
    Me ha gustado mucho ese viaje al pasado al que nos has llevado al principio, con fotos incluidas jeje.
    Por cierto, veo que había un betxinenc en el grupo, el bueno de Juansan no se pierde una ;-)

    Un abrazo.

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    1. ¡Hola, Dani! Aunque al principio éramos un poco pesimistas, al final se vio que la afición a esta montaña es grande. Hasta de Betxí vinieron, casi nada. Como ya comenté en el blog, además de las panorámicas que se disfrutan desde la cima, peña Saganta tiene para mí un valor sentimental que quise reflejar con ese retorno al pasado.
      Un abrazo.

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  3. Hola Emilio...
    Las inclemencias climatologías,no fueron impedimento para disfrutar de esa imponente Peña Saganta y por lo visto y leído,aun os congregasteis un buen numero de senderistas.
    Recuerdo haber leído alguna otra crónica tuya de esta subida organizada por el ayuntamiento de Espadilla y he de decir en mi contra,que aun teniéndola en esa agenda montañera,que llevamos repleta...jejeje,aun me falta en mi "mochila",espero no tardar mucho en disfrutar de esa Peña Saganta,porque creo que es imperdonable no haber disfrutado de ella todavía.
    Mucho ha "llovido" desde aquel 2004 y desde luego que lo mejor son esos gratos recuerdos,a pesar de las "vicisitudes",para llegar a su cima...jejeje.

    Un abrazo.

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  4. ¡Hola; Juane! Menos mal que el tiempo nos dio una tregua y pudimos disfrutar de esta clásica. No nos gusta perdérnosla. Te la recomiendo por las vistas desde la cima. Vale la pena y luego ver Espadilla, un pueblo muy cuidado y bonito. Com o comento en la entrada, esta ruta tiene mucho valor sentimental para mí.
    Un abrazo.

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