El día parecía que vencía a la noche. Amaneciendo estábamos aparcando en esta explanada a la salida de Gaibiel.
Comenzamos nuestra ruta cruzando la calzada y bajando por estas escaleras.
Las escaleras nos dejan en la fuente de Los Caños.
"¡Ay del que llega
sediento
a ver el agua correr
y dice: La sed que siento
no me la calma el beber!"
Antonio Machado
Elegimos este bonito paraje para hacernos la foto de inicio de ruta. En esta ocasión estamos bien acompañados. De izquierda a derecha, Ana, Mª José, Emilio Romero y un servidor.
Bajamos hasta el cauce del río Regajo, que cruzamos por este puente de cemento.
Seguimos por una otoñal chopera.
"Otoño nos cita
con su son de flautas:
vámonos al bosque
de la sien de plata,
besaré tu boca
con mi boca amarga:
vámonos cantando
por la tarde clara."
Jaime Torres Bodet
A nuestra izquierda, en lo alto del cerro que lo encumbra, el reconstruido castillo de Gaibiel, al que subiremos en breve.
Seguimos por un camino paralelo al río durante unos quinientos metros, con tonalidades otoñales.
Grandes matas de ajedrea aromatizan la mañana.
Dejamos el camino para seguir por la izquierda una senda, corta aunque con buena pendiente, que nos dejará en la explanada del castillo.
Castillo de Gaibiel.
No conquistamos el castillo. No era nuestra intención. Pero posamos ante sus murallas.
Desde el castillo podemos disfrutar de las vistas sobre Gaibiel.
Calvario.
"La cruz de Santa Bárbara", en el Alto de Santa Bárbara.
(fotos de Emilio Romero)
En la explanada del castillo un panel nos da información sobre la historia de Gaibiel y las partes de su castillo.
De la explanada del castillo nace un camino que seguimos.
A nuestra izquierda vemos las paredes de cementerio y al fondo, la Torre que hacía las funciones de torre vigía que pertenecía al castillo de Gaibiel.
En esta encrucijada enlazamos con el camino de Algimia.
Al poco nos encontramos con esta ermita. Se trata de la ermita de la Virgen de los Desamparados. Se encuentra en un terreno cerrado por vallas.
Frente a la ermita se encuentra el paraje de la fuente del camino de la Vall. En el centro del paraje se encuentra este templete y alrededor mesas de picnic.
Para ver la fuente hemos de bajar unas escaleras que nos dejan en ella.
Vemos con pena que no mana agua.
"Ya no mana la fuente, se agotó el manantial;
Ya el viajero allí nunca va su sed a apagar."
Seguimos cómodamente por el camino de Algimia.
Los rojos frutos del majuelo contrastan con la mayoría de tonos verdes del entorno.
Junto al camino, algún bebedero para animales.
El camino ancho termina aquí, donde giramos a la izquierda para seguir una senda que nos dejará en el collado de Gaibiel.
El sendero parecía recién limpiado. Se caminaba por él con facilidad, aunque en subida.
Las florecillas del brezo adornan la subida.
Llegamos al Collado de Gaibiel. Aquí deberemos seguir el sendero de la derecha que nos llevará hasta el vértice geodésico de La Costalata.
Desde el collado podemos ver la torre del castillo de Almonacir.
También distinguimos dos cimas de la Sierra de Espadán: la Lastra y la Rápita.
En la subida, nos vamos encontrando con algunos restos de trincheras.
Ahora vemos mejor el castillo de Almonecir.
También en la lejanía se puede ver la sierra Calderona y algunas de sus cimas más emblemáticas.
Aún nos queda un trecho. Tenemos La Costalata enfrente.
“Las colinas, los oteros y los recuestos se suceden unos a otros, siempre iguales, siempre los mismos, en un suave oleaje infinito..." (Azorín, "La ruta de Don Quijote")
Preciosas vistas hacia el Espadán.
Llegamos a la meseta de la Costalata donde podemos ver los restos de las trincheras.
Conviene que nos fijemos en el sendero que transcurre a la izquierda de la pared.
Tras recorrer la longitud de las trincheras, llegamos al vértice geodésico que corona la meseta de la Costalata (759 m.).
“No importan las
nubes de este cielo azul si las pintas tú, las pintas con luz, las pintas con
tinta, con tu media luz.” (“A la sombra de una encina”, Effe)
Nos fotografiamos en él para nuestra colección de vértices geodésicos.
Desde el vértice de La Costalata acercamos con zoom la cima del pico de Santa Bárbara de Pina, que podemos ver hacia el oeste.
No podía faltar la foto de grupo en el vértice.
Las vistas hacia el valle del Palancia también son excelentes.
Jérica.
Novaliches.
Viver.
Benafer.
Caudiel.
Segorbe.
Vistas hacia la sierra de Espadán.
Y vistas también hacia el Mediterráneo.
"Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar."
Antonio Machado
O al pantano del Regajo.
Tras disfrutar de las vistas toca reponer fuerzas tras la ascensión.
¿Qué mejor mesa para almorzar que la base del vértice?
Tras el almuerzo, en el que no faltó de nada como habitualmente, bajamos de La Costalata.
En la bajada pasamos junto a las ruinas del corral de Mayo.
El sendero de bajada tiene tramos con pendiente, pero es bastante llevadera.
La bajada nos permite una bonita perspectiva del valle del Palancia.
En esta bifurcación nos desviaremos a la derecha.
Por la izquierda nos iríamos a Vall de Almonacid.
El sendero nos conduce al barranco de las Clochas.
Un corto tramo transcurre entre campos de olivos.
"Los olivos grises,
los caminos blancos.
El sol ha sorbido
la color del campo;
y hasta tu recuerdo
me lo va secando
este alma de polvo
de los días malos."
Antonio Machado
Pasamos por un pequeño corral antes de llegar al barranco.
Apenas pasado el corral llegamos al barranco que seguiremos durante unos quinientos metros.
El sendero desemboca en el antiguo camino de Navajas a Gaibiel...
...que tendremos que subir durante aproximadamente un kilómetro.
Tras ese kilómetro de subida por la pista cementada llegamos al aljibe de La Costalata. (foto de Emilio Romero)
Justo en el aljibe, dejaremos la pista para seguir por el sendero que nace frente al aljibe y que veis en la foto.
El camino llega a este collado con un ...poste. Nosotros nos iremos hacia la izquierda, bajando por un bonito camino de herradura (antiguo camino de Gaibiel a Navajas).
Una obsoleta paleta nos marca el collado.
Bajando por el sendero tenemos una excelente vista de la localidad de Caudiel.
Las encinas aparecen en algunos tramos de este bonito sendero.
Como no podía faltar en un antiguo camino entre dos pueblos, encontramos tramos empedrados, con esas piedras antiguas que tantas historias guardan en silencio y que tanto nos gustan.
"Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera..."
León Felipe
Entre esas antiguas piedras que tantas pasos han soportado, estas frágiles y sencillas centauras desafían las posibles pisadas de caminantes que aún puedan hoyar el camino.
El sendero desciende de nuevo hacia el cauce del Regajo. En un punto nos permite ver ya la población de Gaibiel y su castillo.
Las florecillas del durillo también se dejan ver en el sendero.
"Santa florecita, celestial renuevo,
que hiciste mi alma una primavera,
y cuyo perfume para siempre llevo:
¿cuándo en mi camino te hallaré de nuevo?"
Amado Nervo
Aquí apreciamos el zigzagueo del sendero.
Llegamos a este poste direccional que seguimos por la izquierda.
El sendero llega abajo en este punto.
Cruzamos el río por este puente.
Ésta es la poza de La Eriza, antigua zona de baño.
A la otra parte del río encontramos esta área recreativa. Algo más allá se encuentra la fuente del Vicario, que nosotros no visitamos.
Ahora sólo nos queda seguir el camino que nos dejará en Gaibiel.
Mi corazón, una febril granada
de agrupado rubor y abierta cera,
que sus tiernos collares te ofreciera
con una obstinación enamorada.
Miguel Hernández
Camino de Gaibiel es inevitable no fijarnos en el emblema de Gaibiel: su restaurado castillo, que destaca encaramado en un cerro que domina el pueblo.
El camino desemboca en la entrada del pueblo.
De camino al aparcamiento vemos por encima de los tejados la torre de Gaibiel.
Nuestra ruta termina donde empezó, en el aparcamiento a la salida de Gaibiel.
Nos despedimos de Gaibiel con esta imagen de la torre de la iglesia de San Pedro Apóstol. Seguro que volveremos otra vez.
“Todo lo que sucede una vez puede que no suceda
nunca más. Pero todo lo que sucede dos veces, sucederá ciertamente una
tercera.” (El Alquimista, Claudio
Coelho) Hemos venido dos veces a Gaibiel, seguramente Claudio Coelho tenga razón y volvamos una tercera vez.
La ruta en el mapa
La ruta en Wikiloc
Hola Emilio.
ResponderEliminarVosotros habéis estado dos veces en Gaibiel, nosotros no hemos estado ninguna. Donde si que hemos estado ha sido en la Costalata, esta pasada primavera, solo que nosotros subimos desde la Vall de Almonacid. He apreciado que ambas rutas, además de compartir puntos comunes, son bastante similares en cuanto a paisaje, y es que esta zona de Espadán, quizá no sea tan llamativa como la zona central de la sierra, pero también posee reclamos para que podamos ir a ella a pasar una agradable mañana de monte, como pueden ser esos castillos, las trincheras, las excelentes vistas de la Costalata o la propia visita a esos pueblecitos del sector.
Un abrazo.
¡Hola, Dani! Yo ya había estado también en la Costalata subiendo desde Vall de Almonacid. Pues en esta ocasión lo hicimos desde Gaibiel y aunque hay tramos comunes, otros no lo son y disfrutamos como si fuera la primera vez que subíamos. Al final lo que cuenta es disfrutar de la Naturaleza y la montaña en las mejores condiciones posibles y con ese objetivo, casi todo nos viene bien porque poder realizar una ruta, cuando la edad avanza, ya es un gran logro. Y esa es la sencilla pretensión que nos lleva todas las semanas a la montaña y que esperamos hacer aún algunos años más.
EliminarUn abrazo.