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miércoles, 23 de agosto de 2023

MONTANEJOS: SENDERO DE LOS ESTRECHOS (19/8/2023)

"Cada primavera que se va me muero un poco más. Y a veces me pregunto si en verdad valdrá la pena dejar la vida entera en un papel. No sé, no sé." ("No sé, no sé", José Luis Perales) Pues mientras resuelvo esta duda, hoy volveré a dejar un trocito de mi vida en un papel para contaros una nueva ruta en solitario.

Os presento otra entretenida ruta en Montanejos que habitualmente suelo hacer combinándola con alguna otra. En esta ocasión la haré más o menos tal cual está diseñada. Se trata del sendero de los Estrechos, que se ha hecho popular porque pasa por delante del chorro del aliviadero del embalse de Arenoso y te asegura (si el caudal es abundante) un buen remojón, que en verano se agradece.

He realizado el ruta en el sentido de las agujas del reloj, contrario al sentido "oficial" que figura en los folletos informativos. También, poco antes de su finalización, abandono el camino oficial para hacer una extensión que nos lleva hasta el río Mijares, a la altura del Machón, que nos permitirá, como dije antes, darnos un chapuzón en épocas de calor.


Como siempre, inicio mis rutas en el centro neurálgico de Montanejos, la Plaza de España. Como podéis ver, ni los gallos cantan todavía (tal vez no haya).


Me hago yo mismo la foto de inicio para la posteridad en medio del silencio sepulcral de la plaza.


Callejeamos por la Avenida Fuente de Baños buscando la salida del pueblo.


Antes de salir, pasamos por la "fuente del león". Podemos llenar la botella para la ruta.


Ya fuera del pueblo pasamos por el puente sobre el Maimona, que desemboca en este punto en el Mijares.


Seguimos dirección a la Fuente de los Baños. A nuestra derecha, el monte Copa, también objetivo de muchas de mis rutas por Montanejos.


El Morrón de Campos, magnífico, arrogante, sabiéndose superior en este término municipal.


A ochocientos metros del inicio, encontramos el inicio del sendero anunciado con esta pala direccional de colores, tan mona ella.


Cien metros después de haber iniciado el sendero, encontramos otra pala tan mona como la anterior que seguiremos hacia la derecha.


Seguiremos ahora durante kilómetro y medio una bonita senda que transcurre por el interior de una pinada y que nos lleva hasta el Colladillo.


Tramos empedrados nos hablan de un antiguo camino de herradura. Exactamente se trata del antiguo camino a Campos. Si las piedras hablaran...


Como pasa en las rutas solitarias, la soledad te ayuda a reflexionar.
“En los ojos del joven arde la llama; en los del viejo brilla la luz.” (Víctor Hugo)

Cuando señalizaron el "Sendero familiar" colocaron paneles informativos de elementos de la flora y la fauna de la zona. Alguno ya está para cambiar. Otros aún presentan un buen aspecto.


El sendero transcurre a cierta altura y nos permite ver, entre las copas de los pinos, el paraje de la Fuente de Baños desde arriba. A esta temprana hora se encuentra casi desierta.


Y nuevamente, omnipresente, ahora con mayor fuerza, la silueta del Morrón de Campos.


Junto al sendero tenemos la opción de hacer una extensión a la Cueva Negra, que dado las veces que hemos ido, no subimos en esta ocasión.


En el sendero hay restos del pavoroso incendio del mes de marzo que afectó a la zona.


Nuevamente como la semana pasada, un crujido de ramas me puso sobreaviso de que había cabras alrededor. Y así era. Incluso un par de machos topaban entre ellos seguramente disputándose los favores de alguna hembra.


Otros miembros del rebaño me miraban con curiosidad. Seguramente la misma con la que yo les miraba a ellos.


Aunque se han habituado a la presencia humana, aún guardan cierta distancia.


Seguimos caminando entre la fronda de los pinos, muchos de ellos quemados en parte.


Otra pala nos marca una nueva bifurcación. El "sendero Familiar" se va hacia la derecha hacia la presa de Cirat. Pero ese no es el camino que llevamos hoy nosotros.


A medida que nos acercamos al Colladillo, son más patentes las consecuencias del incendio.


En el Colladillo nos encontramos con otras palas que nos marcan el camino a seguir: derecha.


También han colocado un panel con los senderos locales que se pueden realizar. Decir que estos senderos no están homologados por la Federación de montaña, excepto el de la Bojera y el del Castillo.


Si hasta el Colladillo fuimos en ascenso, a partir de aquí iremos llaneando por la ladera del Morrón hasta el próximo cruce a algo más de un kilómetro del Colladillo.



"Andando, andando.
Que quiero oír cada grano
de la arena que voy pisando.
Andando, andando.
¡Que quiero ver el fiel llanto
del camino que voy dejando!

               Juan Ramón Jiménez


La verdad es que en algún tramo el paisaje es algo desolador.


En las vaguadas se observa que funcionaron a modo de chimeneas por donde subió el fuego.


Junto al sendero, un rústico Peirón.


Llegamos a la siguiente bifurcación, que seguiremos hacia la derecha.


El sendero desciende ahora por un tramo de bastante pendiente y con piedra suelta.


El sendero tiene bonitos tramos y siempre transcurre por sombra.



"No sé cuál es la cara que me mira
cuando miro la cara del espejo;
no sé qué anciano acecha en su reflejo
con silenciosa y ya cansada ira."

                                                                                   Jorge Luis Borges


Desde hace un rato sentimos la fuerza con la que sale el agua del aliviadero. En algún punto del sendero, podemos ver entre las ramas de los pinos, el potente chorro.


Llegamos a una plataforma rocosa a la que accederemos con una pequeña trepada en la que nos ayudaremos con las manos.


Nos encaramamos a esta plataforma pétrea y la cruzamos para seguir el sendero.


El sendero comienza a descender haciendo eses.


Junto al sendero, este poste nos invita a separarnos unos metros del camino para acercarnos al mirador sobre el chorro del aliviadero.


Nos asomamos al borde y ésta es la vista del chorro desde este punto. 
¡Impresionante!


Tras disfrutar de las vistas, seguimos nuestro camino y salimos enseguida a la CV- 20, a la salida del un túnel. Seguiremos la carretera hacia la derecha unos metros.


Enseguida encontramos otra paleta que seguimos por la derecha...


...en una corta bajada...


...que nos deja en una carretera que lleva al chorro y al punto de control del aliviadero.


Llegamos a las cercanías del chorro. Aquí empezamos a sentir las finas gotas que empiezan a mojarnos. Guardamos la cámara de fotos y el móvil en lugar protegido para que no se mojen y avanzamos con cuidado porque las piedras resbalan y podemos resbalar.


Pasamos el chorro y, evidentemente, nos hemos mojado. Pero la temperatura actual hace que esto no sea un problema. Otra cosa sería en pleno invierno.


Seguimos ahora un camino que transcurre paralelo al río. Aquí podéis ver la fuerza que tiene y que nos recuerda a ríos más septentrionales.

Junto al camino, una estación de aforos.


La fuerza y velocidad que el agua alcanza en este tramo permite la práctica del rafting. Eso sí, siempre que el chorro del pantano desagüe el bastante caudal como para ello.

"No vas tú por el río:
es el río el que anda
detrás de ti, buscando en ti
el reflejo, mirándose en tu espalda.
Si vas deprisa, el río se apresura.
Si vas despacio, el agua se remansa."

                             Ángel González


El camino se estrecha y nos lleva hasta un puente que cruza el río a la otra parte.


Cruzamos por este puente con traviesas de madera.

Yo soy un puente inmóvil entre
tu corazón y la eternidad.
Si me muriera de repente
no dejaría de cantar!

Pablo Neruda


El río aquí es bastante caudaloso y rápido.

“A veces es imposible detener el río de la vida.” (El Alquimista, Claudio Coelho)


Tras cruzar el puente, seguiremos un zigzagueante sendero en subida que nos elevará sobre el estrecho de Chillapájaros.


Antes caminábamos por la ladera del Morrón. Ahora lo hacemos justo enfrente.


Una parada. Una mirada atrás y vemos el dique del embalse de Arenosos y justo detrás, la montaña que alberga las ruinas del castillo de la Viñaza.


El castillo de la Viñaza con zoom.


Hemos alcanzado altura lo que nos permite obtener esta espectacular fotografía sobre los orificios de los balcones del túnel de la carretera a la Puebla de Arenoso y la entrada del túnel.


En esta foto de agosto de 2014 los miradores sobre los Estrechos se veían con mayor claridad. Hay están más tapados por la vegetación.


La altura del sendero también nos permite ver a vista de pájaro la presa de Cirat.


En esta privilegiada atalaya es necesario detenerse un buen rato para disfrutar del paisaje y meditar sobre lo divino y lo humano. Aprovechamos también para pegar un bocado.


Las aguas del Mijares que vienen bravas metros atrás, se remansan aquí obligadas por el muro del embalse de Cirat que las retiene para que sean entubadas y mandadas hasta la estación hidroeléctrica de Cirat.


Tuvimos la suerte de poder captar con zoom y a cierta distancia este ejemplar de libélula de aspecto metálico.


El sendero desemboca en una pista que ya no dejaremos hasta llegar a Montanejos. Apenas iniciamos la pista nos encontramos con esta panorámica sobre Montanejos.


Camino ancho y cómodo, en gran parte entre pinos, es lo que nos queda hasta el final.


“El coronel Aureliano Buendía apenas si comprendió que el secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.” (“Cien años de soledad”, Gabriel García Márquez)


El Morrón atento en todo momento a nuestros movimientos nos acompaña en nuestro tramo final.


Vista de Montanejos, en el fondo del valle, a orillas del MIjares.


La Rosada no quiere ser menos y también nos aporta su silueta. Al fondo del todo, casi imperceptible, el pico de Santa Bárbara de Pina.



"El viento los pinos
suavemente ondula.
¡Duérmete, recuerdo,
duérmete, amargura!"

                                                                           Gabriela Mistral


Encontramos este cruce. Aquí enlazamos con el sendero del monte Copa y con el GR-7. Nosotros seguiremos de frente.


En nuestra aproximación hacia Montanejos, frente a nosotros, el monte del Castillo de Montanejos.


Nuevamente las mariposas nos han sido esquivas y revoloteando a nuestro alrededor, no se dignaron a pararse. Pero como en la vida, con tesón y paciencia, todo se logra.


Un atajo junto a un corral en ruinas nos evita una buena curva  de la pista.


Es muy agradable caminar bajo la sombra de los pinos.

“Mi sombra está en la infancia, en unos árboles que se movían mientras cantaba mi madre. Es una historia de las que no tienen arreglo, por mucho que se lo busques. Andar sin sombra da vértigo.” (Mónica, en “La Reina de las Nieves” de Carmen Martín Gaite)


El sendero oficial de los Estrechos continúa por la derecha en esta bifurcación, coincidiendo con el GR-7. Pero nosotros obviaremos este cruza para alargar la ruta y llegar hasta el mismo cauce del Mijares para así poder, si se desea, darse un remojón. Así pues, notros seguimos de frente.


Otra cima conocida al fondo: el Alto de las Palomas.


Últimos metros antes de salir a la carretera con la Rosada en primer plano.


Salimos a la CV-195 y la cruzamos para seguir un caminito entre huertos que nos dejará en el río.



Este camino nos llevará hasta el Mijares.


Desde este tranquilo camino, podemos disfrutar de esta bonita panorámica de Montanejos.


El camino desemboca en el puente del Machón.


El Mijares, aquí pacífico y remansado, invita al baño.

La verdad es que vale la pena detenerse un momento y más a estas horas de la mañana en las que se respira silencio y tranquilidad. Sensaciones que percibimos nosotros .

"Y ver crecer la noche temblorosa de frío,
en esta sofocante plenitud del verano,
oyendo el melancólico monólogo del río
que dice dulcemente lo que callas en vano."

                                                                                            José Ángel Buesa

El Mijares, como cualquier otro río, arrastra “…las lágrimas que van a engrosar los ríos cuyas aguas nunca vuelven.” (Carmen Martín Gaite, “La Reina de las Nieves”)


Ahora sólo nos queda volver al punto de inicio para terminar esta entretenida ruta.


Aquí, en la Plaza de España donde empezamos esta mañana, damos por terminada la ruta de hoy.

“Lector: perdóname; mi voluntad es serte grato; he escrito ya mucho en mi vida; veo con tristeza todavía que he de escribir otro tanto. Lector: perdóname; yo soy un pobre hombre que, en los ratos de vanidad, quiere aparentar que sabe algo, pero que en realidad no sabe nada”. (Azorín, "La ruta de Don Quijote"). Volviendo a la reflexión del principio de la entrada, me sigo preguntando por todo esto si "valdrá la pena dejar la vida entera en un papel. No sé, no sé."

Debemos disfrutar de la montaña siempre de la manera más segura posible para evitar riesgos y accidentes. Para ello es importante que leas estos consejos sobre "Seguridad en la práctica de senderismo y emergencias en montaña"

La ruta en el mapa.


La ruta en Wikiloc

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2 comentarios:

  1. Siga escribiendo, le leemos con sumo placer!

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    1. ¡Hola, Portolés! Gracias por su comentario. Le haré caso. Seguiré escribiendo.
      Un saludo.

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