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jueves, 23 de diciembre de 2021

LA COSTALATA DESDE VALL DE ALMONACID (20/11/2021).


Para Aristóteles "la riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión”. De acuerdo con él, nos consideramos millonarios ya que lo que disfrutamos en nuestras rutas es muchísimo más que lo que poseemos. Por eso, en ese afán por ser cada vez más ricos, volvemos una y otra vez a la montaña. Esa es nuestra riqueza.
En esta ocasión buscamos el disfrute en Vall de Almonacid (Alto Palancia). Queremos subir a La Costalata desde hace tiempo y, por fin, le llegó el día. 
La ruta es uno de los seis senderos interpretativos marcados en la localidad. Éste concretamente es el denominado "Ruta Memoria Bélica", que nos lleva desde la Cooperativa de la localidad hasta la cima de La Costalata para ver las construcciones militares que han quedado de la contienda civil, principalmente trincheras y parapetos. Desde la cima se pueden observar perfectamente los restos de la línea defensiva que ocupaban la zona. En la Costalata (759 m) también encontramos un vértice geodésico y disfrutaremos de un amplio panorama en 360º que abarca desde el Valle del Palancia con sus poblaciones (Navajas, Jérica, Viver, Caudiel, Benáfer, Gaibiel...), pasando por la sierra de Espadán de la que esta montaña forma parte, con vistas sobre sus cimas más emblemáticas como La Rápita, la Lastra, Espadán...También podemos ver la Calderona en toda su extensión y reconocer sus cimas más significativas (Pico del Águila, Gorgo, Sierro, Alt del Pi, Rebalsadors... y vistas hacia el Alto Mijares (El Pinar, Alto del Pinar...). Toda una panorámica que nos hará disfrutar de una buena mañana de senderismo.


Nuestra ruta comienza junto a la almazara, en la parte alta de la población.
De todos es conocida la bondad del aceite de Espadán. A la vuelta tendremos ocasión de comprar si queremos.


Ante de iniciar la ruta nos hacemos la preceptiva foto de inicio en la fuente El lentisco, próxima a la almazara. Rafa Lafuente (izq.) y servidor.


A escasos metros de la almazara, encontramos el panel con la información sobre la ruta que vamos a realizar y el mapa del recorrido.


Salimos del pueblo por un camino cementado que seguimos a la izquierda.


Gran parte del recorrido se realiza por caminos rurales donde los olivos, almendros y algarrobos nos van a acompañar. Es el camino de Matet.


El cielo está plomizo y no augura nada bueno. No creemos que el sol vaya a hacer su aparición a lo largo de la mañana. Pero eso no nos detiene. Hemos alcanzado cierta altura y echamos la vista atrás y vemos los tejados de algunas casas y al fondo el Alto de Bellido.


En otro alto del camino, nuestra vista se dirige hacia la esbelta y reconstruida torre del castillo de Almonecir.


Un azulejo "El mirador de la batalla de Levante" nos marca el camino. También vemos las marcas del PR-CV 63.5 que se solapa a un tramo de nuestra ruta.


Y olivares llenando el paisaje y de cuyo fruto se destila ese preciado oro líquido que es el aceite de Espadán.

"Los olivos grises,
los caminos blancos.
El sol ha sorbido
la color del campo; y hasta tu recuerdo
me lo va secando
este alma de polvo
de los días malos."

                   Antonio Machado


En un muro de piedra en seco, encontramos esta piedra de almazara formando parte de él. ¿Una de las tres "erres"? ¿Reutilizar?


Bifurcación de caminos. ¿Cuál elegir?
"Cuando tengas que elegir entre dos caminos, pregúntate cual de ellos tiene corazón. Quien elige el camino del corazón no se equivoca nunca" (Popol Vuh)
Nosotros elegimos el de la derecha.


Otra bifurcación. Como en la vida, tras una elección, nos viene otra, y otra, y una más...
Este vez seguimos de frente.


Bonita imagen de la torre del castillo de Almonecir y detrás el alto de Bellido.


Hacia el noreste, la Rápita, con su cima oculta por el vapor de las nubes.


La Lastra, que visitamos recientemente, también se deja ver.


Nuevo baldosín con indicación de dirección.


Y llegamos a este agujero en el terreno. Se trata de un antiguo aljezar, de donde se extraía la piedra para fabricar yeso.


En el panel se explica un uso lúdico que se daba en Vall de Almonacid a esta cantera.


Las coscojas estaban exultantes.


Junto al panel del aljezar, sale un sendero que seguimos en ligera subida.


El sendero ha ascendido y nos deja esta vista sobre la Lastra (izq.) y la Rápita (der.).


El sendero nos deja en una encrucijada: los cuatro caminos.


Aquí está la "cruz". Hacia el este, Algimia de Almonacid; hacia el sur, de donde venimos, Vall de Almonacid; hacia el norte, Matet y hacia el oeste, Gaibiel. Seguimos por la izquierda.


Hacia el sur, la Calderona. En la imagen el pico del Águila.


De nuevo, el castillo de Almonecid y el imponente Bellido detrás.


Unas amenazantes nubes cubren el cielo.

-¿Quién eres, ángel, que ante mí apareces,
como en nublado cielo blanca aurora,
y al corazón, que desengaños llora,
paz y consuelo y esperanza ofreces?

                                    Manuel del Palacio


Seguimos caminando y en la ladera de la montaña vemos la boca de un abrigo. Se trata de la coveta.


Nos acercamos a ella para visitarla.
 Para ello, dejamos el camino y subimos un pequeño sendero.


Desde la coveta, oteamos el sombrío horizonte y volvemos a la senda que dejamos. (foto de Rafa Lafuente)


Y volvemos al sendero para emprender la subida a La Costalata. Al principio la subida es suave.


Encontramos los restos de unas trincheras como aperitivo de lo que veremos arriba.


Aún nos queda subida como se ve en la foto.


“Las colinas, los oteros y los recuestos se suceden unos a otros, siempre iguales, siempre los mismos, en un suave oleaje infinito..." (Azorín, "La ruta de Don Quijote")


Hacia el noroeste, vemos algunas casas de Gaibiel.


También vemos, acercando con el zoom, la Torre de Gaibiel algo alejada de la población.


Seguimos subiendo y las piernas empiezan a necesitar un plus de esfuerzo.

"Daremos a las nubes que circundan los flancos
de las altas montañas nuestro saludo atento,
y veremos cuál corren al impulso del viento
como un tropel medroso de corderillos blancos."

                                  Enrique González Martínez


Llegamos a la cima de la Costalata, que más bien es una meseta. En ella encontramos los restos de la línea defensiva que controlaba desde aquí el valle del Palancia.


                                                              (foto de Rafa Lafuente)
Fotografiamos los parapetos de la línea defensiva y...


...acercamos con zoom el vértice geodésico.


Un vértice geodésico corona la meseta de la Costalata (759 m.).


Aprovechamos para hacernos en él una divertida foto.


También empezamos a notar las primeras gotas y decidimos almorzar aquí rápidamente antes de que la lluvia fuera a más. Nada de comer nos falta nunca.

La llovizna empezó a arreciar y tuvimos que terminar rápido de almorzar. Pero antes nos entretenemos unos instantes dando una vuelta de 360º para localizar algunas de las montañas y poblaciones que podemos divisar desde la Costalata, a pesar de lo triste y gris del día.


Por ejemplo, el Alto del Pinar (Villamalur).


O el Alto de la Santa o Pinar (Torralba del Pinar).


Aunque la imagen no es muy clara, Jérica (izq.) y Viver (der.).








Ermita de San Cristóbal, de Castellnovo.






Tras disfrutar de las vista dentro de lo que la meteorología nos lo permite, reemprendemos el camino sintiendo en el rostro las gotas de una fina lluvia que nos obligará a ponernos el chubasquero.


Hay una máxima de la montaña que dice que todo lo que se sube, se baja. Pues si hemos estado subiendo, pues ahora nos toca bajar.


El sendero pasa junto al corral de Mayo, en ruinas.


En la bajada se disfruta de buenas vistas que el mal tiempo no nos permite deleitarnos del todo.


Las flores del brezo dan colorido a un día gris, triste, anodino, sin luz...


Estos olivos impecablemente alineados nos recuerdan al batallón de un ejército con sus soldados en perfecta formación.


La lluvia hizo llorar a los pinos, que tristes, mostraron esas lágrimas en el extremo de sus puntiagudas hojas.

"Lágrimas es la lluvia desde el cielo,
y es el viento sollozo sin partida,
pesar, la sombra sin ningún consuelo,
y lluvia y viento y sombra hacen la vida."

                                       Miguel de Unamuno


El sendero transcurre un tramo entre pinos, cosa que agradecemos porque gran parte del recorrido es de monte bajo.


                                                              (foto de Rafa Lafuente)
"En los bosques, perdido, corté una rama oscura
y a los labios, sediento, levanté su susurro:
era tal vez la voz de la lluvia llorando,
una campana rota o un corazón cortado."

                                               Pablo Neruda

Pero también seguimos viendo campos de olivos que ponen un bonito tono verde plateado que contrasta con una gran cantidad de gama de verdes de otras plantas y árboles.


La senda nos deja en una pista cementada que nos lleva a pasar por una zona con casitas de campo. Se trata de la Zagalorca.


En esta bifurcación seguimos por el que el cartel denomina "Camino de Moisés".



"La niebla cubre en silencio
el valle gris de tu cuerpo.
Por el arco del encuentro
la cicuta está creciendo.
Pero deja tu recuerdo
déjalo solo en mi pecho."

                               Federico García Lorca


Dejamos la pista y cogemos un sendero por la derecha que nos llevará ya hasta Vall de Almonacid.


Tras una ligera subida, el sendero gira a la izquierda y continúa a media ladera paralelo a la CV-215.


Ya tenemos a la vista la población.


En un determinado punto hemos de bajar a una vaguada para seguir por la otra parte y lo hacemos con cuidado para no resbalar porque la roca está mojada y resbala mucho. Para ello, nos sentamos y evitamos cualquier caída. Pasado este pequeño obstáculo proseguimos sin ningún problema.


El sendero tiene bonitos tramos en compañía de una bonita pinada que olía a plantas aromáticas que la lluvia ayudó a realzar.


Al frente, con el Alto de Bellido detrás, asoman los cipreses del cementerio de Vall de Almonacid.


Y junto al sendero, un panel que pertenece a otra de las rutas interpretativas de la población que se solapa con la que estamos haciendo nosotros. Se trata de la ruta denominada "Ruta por la biodiversidad". Este panel nos informa de la flora y la fauna del bosque que podemos encontrarnos en nuestro camino.


Afrontamos un último tramo del sendero con tramos espectaculares.


Pasamos por encima del cementerio.

"Enmudezco en las horas de tu ausencia
como en la paz del triste cementerio;
como la rota, abandonada lira
del bardo muerto."

                         José Tomás de Cuéllar


Y ya ante nuestros ojos, las primeras casas del pueblo, que nos saludan.


El sendero desemboca junto al paraje de la fuente del Lentisco.


Este es el panel informativo de la "Ruta por la biodiversidad" que os comenté antes.


Pasamos por la fuente del Lentisco, cuyo nacimiento está algo más arriba según informa un panel junto a ella.

"Leyendo un libro, un día, de repente,
hallé un ejemplo de melancolía:
un hombre que callaba y sonreía,
muriéndose de sed junto a una fuente."

                                      José Ángel Buesa


Este es el panel que nos cuenta la historia de esta fuente.


Y cerramos el círculo en el mismo punto en el que empezamos hace unas horas. El cielo sigue gris y nos ha impedido disfrutar al cien por cien de las vistas, pero hemos disfrutado en ese porcentaje de la ruta realizada porque nada hay como disfrutar para ser cada día más ricos.

La ruta en el mapa.


La ruta en Wikiloc.

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Película.

2 comentarios:

  1. Hola Emilio: Ruta interesante para pasar una entretenida mañana. Tuve la oportunidad de realizarla en diciembre de 2017 a través de Juanjo Carrasco que organizó un encuentro cultural con su amigo Carlos, dándonos entre ambos (Juanjo y el amigo) varias explicaciones y charlas documentando la historia de las trincheras, y la Batalla de Levante. Fué realmente enriquecedor las explicaciones. Siempre es bueno conocer el por qué de las cosas y como se desarrolla la acción en un momento histórico. En aquél entonces fuimos un grupo bastante numeroso. Un abrazo.

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    1. ¡Hola, Emilio! Imagino que tendríais mejor día que tuvimos nosotros y si aún así nosotros la disfrutamos mucho con algo de llovizna y todo, no quiero ni pensar en vuestro caso. Ciertamente, conocer la historia nos debería hacer aprender para no repetir las malas cosas.
      Un abrazo.

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