“Los poetas son gente rara, tienen sus cosas.” (Fernando Sánchez Dragó, “La del alba sería”). Los senderistas, a la vista de mucha gente, también tenemos nuestras cosas. No nos importa madrugar, normalmente sábado o domingo, y recorrer a veces un montón de kilómetros, para hacer una ruta. No nos importa cansarnos subiendo y bajando montañas como las cabras. No nos importa mojarnos (bueno, eso siempre que no sea mucho) caminando por el monte. No nos importa pasar frío o calor. Preferimos almorzar en una cima con vistas impresionantes que en un bar. Nos gusta sentir el aire en la cara, el sol que nos dora, los aromas del monte, el colorido de las flores, el canto de los pájaros, los animales en libertad... Sí, definitivamente, los senderistas, como los poetas, tenemos nuestras cosas. ¡Menos mal!
Nos dirigimos a Gaibiel (Alto Palancia) para realizar íntegramente el PR-CV 417 "Parajes de Gaibiel". Consultado este PR en el listado de la FEMECV el sendero presenta un control de claidad positivo. Se trata de un cómodo recorrido que nos lleva por bonitos y antiguos senderos, tramos de caminos y pistas y elementos de humanización del paisaje que hacen de él una entretenida ruta, con excelentes vistas del valle del Palancia o de la sierra de Espadán.
Como ya es habitual, madrugamos para llegar pronto a nuestro lugar de inicio de la ruta.
En este caso, Gaibiel, donde aparcamos a la entrada del pueblo por la CV-213 en la Avenida de Valencia. Silencio y tranquilidad nos reciben en esta bonita población del Alto Palancia.
Es inevitable no fijarnos en el emblema de Gaibiel: su restaurado castillo, que destaca encaramado en un cerro que domina el pueblo.
Vamos a empezar nuestra ruta desde este panel que nos enseña su trazado y nos informa de lo que nos depara este sendero de pequeño recorrido.
Iniciamos el camino descendiendo por este camino hormigonado que nos lleva hasta el río Regajo.
El cuerpo de la torre del homenaje del castillo vigila nuestros pasos. Seguramente el vigía estará atento ante un posible ataque nuestro, que evidentemente no se producirá.
Nuestro camino nos lleva hasta el río entre campos de cultivo.
La hojarasca otoñal cubre grandes partes del suelo. Nuestros pasos hacen crujir las secas hojas.
"¡Oh soledad! ¡Oh murmurante río,
a cuya margen espontáneos crecen
los árboles frondosos, que el otoño
despoja ya de su hojarasca verde!"
Carlos Guido y Spano
Dejamos el camino hormigonado por la izquierda.
Y seguimos ya por tierra.
Llegamos hasta el cauce del río Regajo, en la poza La Eriza, antigua zona de baño.
Y habremos de cruzarlo por este puente.
Deberíamos habernos acercado a la fuente del Vicario, dejando el PR. Pero no lo hicimos. Lo que sí hicimos es la foto de grupo. Hacía ya mucho tiempo que no coincidíamos los cuatro en una ruta. Volvíamos de nuevo a hacerlo y supuso un agradable y esperado reencuentro.
De derecha a izquierda: Rafa Lafuente, Ricardo, Jaime y servidor.
Cogeremos ahora un bonito y empinado sendero que remonta una vaguada encajonada entre el monte del Tocón a la derecha y La Carrasca a la izquierda.
Un punto blanco en el cielo llama nuestra atención. Se trata de la luna que se niega a dejar el cielo que ha ocupado durante toda la noche. Tal vez desee festejar con el sol.
"Vierte la luna plateados rayos
que reflejan las ondas en el río
y que iluminan, con sus tintes vagos
los medrosos despojos de un Castillo."
José Asunción Silva
El sendero serpentea entre altas paredes.
El PR interconecta varias rutas locales, entre ellas la ruta 4 "Mirador de la Carrasca".
El grupo subiendo en pleno esfuerzo.
Esta foto, nos muestra la distancia que hemos subido en relativamente poco tiempo. Al fondo queda Gaibiel.
El sendero no tiene desperdicio.
Hemos alcanzado mayor altura lo que nos permite una visión más nítida de Gaibiel.
El esfuerzo vale la pena.
Un rebaño de cabras enriscado en lo más alto de la pared llama nuestra atención.
El macho del rebaño se deja fotografiar. El resto se aleja de nuestro objetivo pausadamente.
El sendero se encuentra empedrado en algunos tramos. Transitamos por el camino de la Costalata.
Cuando caminamos por caminos antiguos, notamos a nuestro paso las pisadas de todos aquellos que lo transitaron a lo largo del tiempo. Este poema de León Felipe como sencillo homenaje a esas piedras que han pavimentado los caminos, facilitando el tránsito a tantos caminantes.
"Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera...
León Felipe
El sendero nos conduce hacia un collado que nos abrirá el horizonte. Pero antes nos habremos de esforzar un poco.
Una obsoleta paleta nos marca el collado.
El valle del Palancia se abre ante nuestros ojos.
La población que vemos es Caudiel.
Pero aún subiremos un poco más y las vistas aún serán más espectaculares.
¡Mirad! Bonito, ¿verdad?
El valle del Palancia a nuestros pies.
Un amplio horizonte ante nosotros se nos presenta.
"Yo sé que volverás. Que brillará otra aurora
en mi horizonte, grave como un ceño sombrío;
revivirá en mis bosques tu gran risa sonora
que los cruzaba alegre como el cristal de un río."
Delmina Agustini
Torás, con Peñascabia detrás...
Viver...
Jérica, con su esbelta torre mudéjar...
Pero aún habremos de subir a una cota superior para disfrutar de una perspectiva más amplia.
El sendero desemboca en una pista con este poste direccional que nos lleva hasta el mirador de la carrasca y que seguimos hacia la izquierda como señala la flecha.
El camino va en ligero ascenso, lo que nos va a permitir disponer de unas buenas vistas sobre el valle del Palancia.
“Lo repetiremos: el paisaje somos nosotros; el paisaje es nuestro espíritu, sus melancolías, sus placideces, sus anhelos, sus tártagos." (Azorín, “El paisaje de España visto por los españoles”).
Ahora tenemos las mismas vistas que hace unos instantes, pero ahora, a mayor altura, la vista mejora notablemente. En la foto, Jérica y Novaliches.
Viver de las Aguas.
Benafer.
Y al fondo, la nevada sierra de Javalambre.
Disfrutamos brevemente de la panorámica y retomamos el camino.
Pasamos esta caseta de bloques y se nos abrirá una panorámica sobre la sierra de Espadán.
La Lastra es la cima que primero asoma.
Pero enseguida vemos el Alto del Pinar.
Aquí con zoom.
Y el Pinar o Alto de la Santa.
Seguimos por el amplio camino.
La Lastra a la izquierda y La Rápita, la punta que se ve al fondo.
Desde aquí, vemos la Torre de Gaibiel, de planta circular y origen árabe. Se trata de los restos de lo que fue una torre vigía perteneciente al Castillo de Gaibiel, No pasaremos por ella.
Ya estamos cerca del desvío hacia el mirador de la carrasca.
Esta estaca no guía.
Mirador de la Carrasca.
El mirador ofrece una amplia panorámica que nos hace detenernos un buen rato.
A nuestros pies, Gaibiel y su castillo.
Y vistas hacia el valle del Palancia: Jérica y Novaliches.
Viver.
Benafer.
Caudiel.
Después de disfrutar de las vistas desde el mirador, bajamos rápidamente por una senda con cierta pendiente hasta la explanada del reconstruido castillo.
Castillo de Gaibiel.
A la vista de las murallas del castillo nos viene a la cabeza este pensamiento de Santa Teresa de Jesús: "El alma es un hermoso y delicioso castillo en el cual hemos de ver cómo podemos entrar.”
Este panel nos da información sobre el monumento. Vale la pena entretenerse un momento en su lectura.
Tras la visita al castillo seguimos por el camino que allí nace.
Salimos del camino por este sendero. A nuestra izquierda vemos lo que queda del complejo turístico Valle de Espadán, que estaba compuesto de 60 casas de madera y otros edificios que completaban el complejo y que fue cerrado en 2008 por estar construido en terreno inundable, lo que hacía imposible continuar con la actividad.
El camino transita paralelo a un barranco.
Y ofrece vistas sobre Gaibiel.
El sendero nos devuelve a una pista, que seguimos por la izquierda.
El agua es una presencia habitual en Espadán.
El agua es la causante de la exuberante vegetación.
Nuevo cruce que seguimos por la derecha.
Y llegamos junto a esta ermita dedicada a la Virgen de los Desamparados. Se encuentra en un terreno cerrado por vallas.
La pala es clara y nos marca la dirección a seguir: izquierda. Pero nosotros vamos a aprovechar la presencia del paraje en el que se encuentra la fuente del camino de la Vall para parar a almorzar.
Este templete forma parte del paraje.
Y en esta lítica mesa nos dispusimos a dar buena cuenta de las surtidas viandas que llevábamos. (foto de Ricardo Vivó)
Tras el almuerzo bajamos a la fuente, tal vez algo descuidada y con un caudal muy reducido.
Dejamos el paraje de la fuente y retomamos la ruta.
Seguimos el camino que parte a la izquierda de la ermita.
El cómodo camino nos va llevar a rodear la Torre, pero en ningún momento nos llevará hasta ella.
"Desde mi torre de marfil
miro la vida que discurre.
Mi alma romántica y sutil
suspira, sonríe y se aburre."
Medardo Ángel Silva
Tenemos también buenas vistas sobre Gaibiel.
Llegamos al paraje de la fuente de la Alquería.
La fuente nace del seno de esta cueva y abastece una gran balsa de riego cercana.
Junto a la fuente seguimos un camino rural hacia la izquierda.
Seguimos rodeando la población y el recorrido nos va proporcionando diferentes vistas sobre ella (Foto de Ricardo Vivó)
De nuevo la reconstruida torre árabe ante nosotros. Ahora un poco más cercana.
"Y a mi torre de nieve,
a mi guarida negra
te llevo y sola vives,
y te llenas de plumas
y vuelas sobre el mundo,
inmóvil, en la altura."
Pablo Neruda
Salimos a la CV-213 pero sólo andaremos durante cien metros...
...para abandonarla por este camino a la izquierda.
Aunque camino, lo disfrutamos como una senda porque vamos entre pinos, al aire libre y caminando al sol.
Es una ruta fácil que se hace con comodidad y se presta al intercambio de opiniones y comentarios diversos que versan sobre lo humano y lo divino.
El camino cruza la rambla de Gaibiel a la altura de un área recreativa.
Este ciprés nos da la bienvenida.
"Encogida a ratos y a saltos después
sangraron mi vida y a sangre maté.
Sé que, ya paloma, pesado ciprés,
o mata florida, lloré y más lloré."
Alfonsina Storni
Este poste enmarca el área junto a la rambla.
Metros después de pasar el área recreativa, encontramos otra obsoleta paleta que nos dirige a la derecha.
Se trata de una bonita senda empedrada que transcurre paralela, a media altura, sobre la rambla de Gaibiel.
El sendero elevado y paralelo a la rambla, nos permite ver algunas pozas de la rambla del Regajo.
El sendero termina en una carretera local.
Pasamos junto a los restos de un corral.
En algún punto asoma la Lastra.
Y llegamos a las Fuentes. Hacia la derecha, nos iríamos a Matet siguiendo el PR-CV 63.4.
Nuestro PR sigue hacia la izquierda por el camino de Margenias o de Pavías.
La pista está hormigonada.
Y en el cielo, la luna sigue en todo lo alto, compitiendo con el sol.
¡Y no es de noche! Es una de esas cosas que de niño nos cuesta entender: "Si hay sol es de día, si tenemos luna, de noche"; eso nos enseñaron. ¿Y si están los dos? Estas paradojas nos muestran que las cosas no son o blancas o negras; entre el blanco y el negro hay una gran variedad de grises que matizan las cosas. Los radicales de las ideas ya saben mi opinión sobre ese tema.
"La luna está muy cerca,
quieta en el aire nuestro.
El que yo fui me espera
bajo mis pensamientos."
Jorge Guillén
Un nuevo cruce que hemos de seguir hacia la izquierda.
"Camino y caminar", sustantivo y verbo preciosos y necesarios para mí.
"Sigue, sigue adelante y no regreses,
fiel hasta el fin del camino y tu vida,
no eches de menos un destino más fácil,
tus pies sobre la tierra antes no hollada,
tus ojos frente a lo antes nunca visto."
Luis Cernuda
Un nuevo cruce que hemos de seguir hacia la izquierda, dirección Santa Bárbara, por el camino de Gabarra.
A los pocos metros del cruce, una caseta de cazadores...
...y una balsa.
Seguimos por amplia carretera y bonita pinada.
Las cimas de Espadán destacan por encima de las copas de los pinos.
Caminar cómodo que entre los pinos se lleva bien aunque vayamos por pista.
Nuevo cruce que seguimos a la izquierda y que enlaza con la Ruta 3.
Los picos de la Rápita más cercano y de Espedán al fondo, destacan sobre el resto.
El silencio del camino apenas se rompe por el canto de los pajarillos que moran en las copas de los pinos y que acompañan nuestro acompasado caminar.
"Canta en la punta del pino
un pájaro detenido,
trémulo, sobre su trino."
Octavio Paz
La Lastra y la Rápita.
Nuevo cruce que seguimos a la derecha.
Un cielo azul nos había acompañado durante todo el día y nada nos hacía sospechar que el cielo cambiaría y nos dejaría algo de lluvia.
Bajo una débil llovizna, llegamos al Alto de Santa Bárbara. Aquí encontramos otra caseta de la Sociedad de cazadores, con una balsa y un aljibe.
En el paraje encontramos en piedra "La cruz de Santa Bárbara", de tres metros y medio de altura.
Y nos llevamos una gran sorpresa al entrar a la caseta cuando nos encontramos con una surtida "ecobiblioteca", como la denomina la Asociación cultural de Gaibiel "El bosquecillo". La asociación lleva este nombre porque Gaibiel sería un topónimo árabe que signifca "bosquecillo".
En esta nota "El bosquecillo" explica esta iniciativa tan original, que particularmente nos gusta mucho.
Desde la ventana de la caseta, tenemos esta curiosa vista sobre el castillo. Leer con esta vista debe ser relajante.
Y una chimenea en el interior para leer calentitos por si hace frío.
Fuera, en el paraje, este aljibe.
Y una balsa.
Y la imagen de la santa en baldosines en la parte alta de la cruz.
Y ya Gaibiel a nuestro alcance.
Simplemente nos queda seguir la pista asfaltada que sube hasta aquí.
La cruz de Santa Bárbara desde el camino de subida.
Y bonita vista de Gaibiel mientras bajamos, con el castillo encaramado en el otero.
El castillo de Gaibiel, emblema de la población.
Y entramos en el pueblo callejeando hasta llegar al punto de inicio.
Y llegamos al punto de inicio tras una entretenida y sencilla ruta, con una primera parte algo más vistosa y una segunda más tranquila y monótona.
Hemos disfrutado una vez más de la montaña a pesar de haber madrugado, de habernos cansado, hemos disfrutado del sol, el viento, la lluvia, el canto de los pajarillos, de fauna en libertad...y volvemos a casa renovados....Efectivamente, los senderistas, como los poetas, tienen sus cosas. ¡Menos mal!
La ruta en el mapa.
La ruta en Wikiloc.
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Película.
Hola Emilio: Bonita ruta y sorprendente la biblioteca en medio de la Naturaleza. Es la primera vez que veo algo así fuera de un casco urbano. Un saludo.
ResponderEliminar¡Hola, Emilio! Una más de nuestras rutas que disfrutamos tanto como las demás. Ésta con la particularidad de encontrarnos con una biblioteca en plena montaña. Y es que por mucho que hayas visto, siempre quedan cosas por ver. Ésta es un ejemplo de ello.
ResponderEliminarUn abrazo.