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viernes, 29 de noviembre de 2019

SOT DE CHERA: MIRADOR DEL MORRONCILLO, PR-CV 223 (23/11/2019)

Esta semana nos desplazamos a Sot de Chera (comarca de Los Serranos), para recorrer el PR-CV 223 casi en su totalidad salvo un bucle que pasa por la fuente de Santa María y por el anticlinal de Sot. Este tramo ya lo conocíamos de otra ruta anterior, por eso lo obviamos en esta ocasión. La ruta nos hará disfrutar de espectaculares vistas durante todo el recorrido y nosotros además tuvimos la suerte de encontrar en Sot de Chera ese otoño que hemos buscado en otras rutas y no encontramos del todo. Y aunque no siempre las circunstancias son las ideales para realizar una ruta, en ésta, a pesar de todo, disfrutamos del día como pudimos.





Dejamos el coche en el aparcamiento público cerca del charco del Gruñidor, a los pies de la torre del castillo y cerca del Bar-Restaurante el Molino donde comeremos después.
El Morrón de Sot de Chera llama poderosamente nuestra atención.




Delante del Bar el Molino, nos hacemos la foto de grupo.
De izquierda a derecha: Emilio Romero, Ricardo, Paco Álvarez, Rafa Lafuente, Pedro, Rafa Sornosa, servidor y Paco Bayarri.


Empezamos a caminar y cruzamos el puente sobre el río Reatillo o río Sot.


Empezamos a ver chopos dorados por el otoño en el cauce.


Y en un vistazo hacia atrás, el Morrón de Sot y su emblemática torre del castillo.


Giramos a la izquierda para recorrer el agradable paseo paralelo al río.


Aquí ya disfrutamos del bonito colorido otoñal de los árboles.


"Mi cuerpo estará amarillo,
y por la abierta ventana
entrará una brisa fresca
preguntando por mi alma.
No sé si habrá quien solloce
cerca de mi negra caja,
o quien me dé un largo beso
entre caricias y lágrimas."

            Juan Ramón Jiménez


"Debí decir te amo.
Pero estaba el otoño haciendo señas,
clavándome sus puertas en el alma."

                                        
                                      Juan Gelman


El otoño en un caqui.


Un panel nos informa de diferentes rutas que podemos hacer en el término.


Y llegamos al Centro de Turismo Rural "El Cerrao" y abrimos la puerta para entrar en el recinto porque la continuidad del sendero está aquí dentro, junto a un precioso algarrobo.


Aquí tenéis este centenario algarrobo. Así no se aprecia su grandeza. Mirad la foto de abajo.


Es tan espectacular el algarrobo que decidimos repetir la foto de grupo a su sombra.



En esta toma más lejana se aprecia mejor el tamaño de este bello algarrobo.


Junto a esta fuente en la base del algarrobo, tomamos la senda que pasa por detrás del árbol.


Aquí tomamos el sendero que enseguida va a tener una fuerte pendiente haciéndonos ganar altura en muy poco tiempo.


Apenas empezado el sendero ya nuestra respiración se acelera.


Pero las vistas que nos proporciona la altura adquirida bien valen nuestro esfuerzo.

El amarillo de los chopos pone una pincelada de color al gris fondo de las desnudas montañas.


Enseguida alcanzamos un cordal que vamos a recorrer durante un tramo.



Posamos con el telón de fondo de Sot de Chera en la base del Morrón.


Bonito tramo del cordal que estamos recorriendo.


Encontramos este resto fósil que recogemos de recuerdo. Señal inequívoca que este terreno estuvo sumergido hace millones de años.


Y enseguida nos asalta a la vista la emblemática cima del pico Ropé.


Aquí lanzamos el zoom para contemplar la caseta forestal.
El Ropé nos va a acompañar durante buena parte de la ruta.


El sendero sale a una amplia pista por la que circularemos durante un kilómetro aproximadamente.


La pista transcurre por la cota 500 y nos ofrece bonitas vistas en varias direcciones, en este caso de nuevo sobre Sot de Chera.


Aproximadamente, al kilómetro, dejamos la pista para coger una senda,
 que con fuerte subida también, nos lleva a los Monegrillos.


Desde el nuevo sendero que hemos cogido y que sigue en ascenso, vemos esta bonita imagen del amarillo de los chopos en el meandro del río Sot.

"Llega el invierno. Espléndido dictado
me dan las lentas hojas
vestidas de silencio y amarillo."


                                 Pablo Neruda.


En una roca con pintura del PR, encontramos este monumental hito.


No perdemos ocasión para hacernos una foto por el impresionante paisaje que encontramos detrás.


El último tramo hasta los Monegrillos tiene una buena pendiente que nos pone a prueba.
De abajo a arriba.


De arriba a abajo.

De nuevo, ahora mucho más visible, el Ropé.


Hacia el noroeste no nos pasa desapercibido por su peculiar silueta, el pico del Remedio, en Chelva.


En la llanura del Turia, Villar del Arzobispo.


Y Losa del Obispo.


Y llegamos a un llano en la zona denominada corrales de Pera.



Este poste de PR nos marca este punto


Ahora enfilaremos la pista que vemos enfrente para subir hasta el mirador del Morroncillo.
Luego volveremos hasta aquí de nuevo para seguir nuestro camino.


Disfrutamos de bonitos rincones, como éste con el Ropé de fondo.


En muchos puntos encontramos huellas de cabra montés.
Aunque por desgracia no vimos ninguna.


Seguimos subiendo con cierta dificultad, porque aunque aún no lo he nombrado para nada, hacía muchísimo viento que frenaba nuestro avance.


Hacia el norte este arco iris delataba lluvia en aquel punto y ponía color al cielo gris por momentos.

Era hora del almuerzo y necesitábamos encontrar un lugar a resguardo del fuerte viento que hacía.

A la izquierda del camino, a escasos metros de la pista, encontramos esta caseta de campo, con una mesa y un banco de madera y de cara al sol (cuando asomaba) y pensamos que era el punto ideal para almorzar.


Como veis íbamos bien surtidos para el almuerzo. No nos privamos de nada.


Aquí nos tenéis en pleno almuerzo (foto de Emilio Romero).


Tras el almuerzo, reemprendemos el camino hacia el Morroncillo.


Y retomamos la pista. De nuevo hacia arriba y con fuerte viento de cara.


Mientras alcanzamos mayor altura, vemos en la llanura del Turia, Villar del Arzobispo desde otro ángulo y algo más de altura.


Y Losa del Obispo.


Sot de Chera.


También hacia el noroeste, las cumbres nevadas de Javalambre.



Finalmente alcanzamos el mirador del Morroncillo a 790 msnm.


Este es el mirador del Morroncillo. Nos acercamos al extremo para disfrutar del paisaje.


Este panel nos informa de lo vemos frente a nosotros.


Desde el mirador, el embalse de Buseo.


El pico Cinco Pinos y Chera a los pies.



Y por supuesto, el pico Ropé.


Una preciosa panorámica la que percibimos desde esta espectacular atalaya.


Y decidimos estropear la panorámica con mi presencia.


No os podéis imaginar el viento que hacía. Nos arrastraba y no pudimos entretenernos todo el tiempo que nos hubiera gustado. Fijaos si hacía viento que Rafa casi sale volando.



Hacia el sur, el Tejo demanda su protagonismo con sus 1250 msnm.


Aquí lo acerco con zoom.


Hacia el este, se nos muestra silueteada, la Calderona e identificamos algunas de sus cimas más emblemáticas.


El Gorgo.

El fuerte viento nos ha tirado literalmente del mirador y hemos tenido que irnos de allí antes de tiempo.


Ahora llevamos el viento de espaldas y volvemos sobre nuestros pasos por la amplia pista.


Desde aquí vemos de manera más completa, en toda su extensión, el Morrón de Sot.


Hago aquí un inciso en la descripción de la ruta para reflexionar sobre un tema aprovechando el Morrón de Sot.


Aquí vemos sólo este espectacular espolón.

La montaña, con un ejemplo como éste, nos enseña que en la vida hemos de intentar ver los problemas o las situaciones en toda su magnitud, en toda su extensión, desde diferentes puntos de vista  y no centrarnos sólo en lo más evidente o visible a simple vista. Casi siempre, las cosas son más complejas de lo que parecen y no se pueden ni se deben simplificar. Y esto, desde las alturas, se aprecia mucho mejor, ¿no es así?



Después de esta reflexión ya hemos llegado de nuevo a los corrales de Pera. 
Ahora seguiremos nuestro camino hacia la izquierda.


Nuevamente, bellos rincones son el objetivo de nuestra cámara.


Y la belleza aparece en cualquier cosa, por pequeña o sencilla que parezca. 



Caminamos cómodamente ahora, aunque un pertinaz viento sigue despeinándonos (bueno, a los que tienen más pelo). 


Como comenté, el Ropñe iba a ser un referente durante toda la ruta y le pudimos hacer muchas fotos. Ésta es una más.



Pasamos por este corral tras rodear un campo recién labrado y seguimos por la derecha.


Los pinos hacen acto de aparición.


A nuestra izquierda, el Morroncillo.


Con el zoom acertamos a ver la barandilla de madera que lo bordea.



Ahora caminamos por la base del Morroncillo. Pensamos sobre lo humano y lo divino.
En momentos así, la cabeza no deja de pensar, de dar vueltas a las cosas, de repasar las luces y sombras de tu vida...(foto de Ricardo Vivó).

"La vida que murmura. La vida abierta.
La vida sonriente y siempre inquieta.
La vida que huye volviendo la cabeza,
tentadora o quizá, sólo niña traviesa.
La vida sin más. La vida ciega
que quiere ser vivida sin mayores consecuencias,
sin hacer aspavientos, sin históricas histerias,
sin dolores trascendentes ni alegrías triunfales,
ligera, sólo ligera, sencillamente bella
o lo que así solemos llamar en la tierra."


                                                  Gabriel Celaya.




El olivo también es otro cultivo importante de la zona y nos ha acompañado durante parte de la ruta.



Ahora transitamos por bonitos tramos de senda.



En un punto de la senda, antes de una prolongada bajada, vemos enfrente un resalte rocoso por el que se supone que debemos pasar. Desde aquí no se aprecia atisbo alguno de camino.


Pero sí que lo hay. El punto azul soy yo transitando por el sendero que bordea la punta para pasar a la otra vertiente.


Aquí vemos claramente definida la senda.



Y esto es una foto echando un vistazo atrás de mis compañeros.


Preciosas vistas hacia el Ropé  y el valle.


Hemos girado y hemos cambiado de vertiente. Ahora vemos a vista de pájaro Sot  de Chera.


Acercamos con el zoom las antenas del repetidor de Sot.


Y la caseta y esta antena en el extremo de la montaña del repetidor.


Y también vemos Sot frente a nosotros. No tardaremos en llegar.


Entramos al pueblo. De nuevo, como a la mañana, el Morrón llama nuestra atención.


La torre del castillo también es emblema del pueblo. Pasamos por donde lo hicimos por la mañana.


Y ponemos punto y final a la ruta en el aparcamiento municipal.



Como terminamos antes de lo previsto, antes de comer decidimos hacer un pequeño tramo del Paseo Verde del río Sot, caminando por la ribera del río.


Quisiera saber qué me quiso decir este gato con esa mirada.


Empezamos el paseo junto al charco del Gruñidor.


Paseamos por este conocido enclave de Sot, concurrido en verano y solitario en estas fechas.


El paseo es muy agradable y tranquilo. El río aquí es un remanso de paz.


El paseo está tapizado de vegetación de ribera.



Entre los arbustos que encontramos en la orilla, se encuentra el mirto.


Llegamos hasta este bonito rincón y hacemos alguna foto antes de volver sobre nuestros pasos.



Con Rafa Lafuente con Sot de fondo (foto de Emilio Romero).

El paseo muestra una decoración totalmente otoñal donde los ocres, amarillos, naranjas, rojos...dominan este bonito tramo.


Damos los últimos pasos.




Nuevamente, llegamos al Gruñidor y damos por terminado el paseo.

Y como dije al principio, un buen gazpacho manchego nos esperaba en el Bar el Molino.


Aquí lo tenéis.


El grupo, menos los Pacos, animadamente en la comida.


La ruta en el mapa.



La ruta en Wikiloc.


Powered by Wikiloc

Película.


4 comentarios:

  1. Hola Emilio.

    Me alegro que esta semana pudierais disfrutar de la ruta sin restricciones de paso.

    Cuando llegan estas fechas otoñales elegir rutas con río siempre es apuesta ganadora, pues la vegetación de ribera, sobre todo los chopos, no falla nunca a la hora de mostrarnos ese cambio cromático que buscamos en estas fechas. Y en vuestro caso todo un acierto haber elegido una ruta en torno al Río Sot, empezando con esas bonitas vistas de Sot de Chera con su castillo y su Morrón, los mencionados colores de los chopos y ese algarrobo monumental. Y luego, ese entorno de esta zona de Chera/el Buseo/Sot de Chera es que es muy atractiva, y queda demostrado en esa preciosa panorámica desde el Morroncillo y la omnipresencia del Pico Ropé.
    Muy bien rematada la ruta con ese paseo junto al río y ese gazpacho manchego.

    Un abrazo.

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    1. ¡Hola, Dani! Se trata también de una zona con encanto. El otoño aún realza con su colorido los paisajes. Lo peor del día el viento, pero que todos sea eso...
      Un abrazo.

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  2. Hola Emilio.

    Hay que aprovechar el otoño, que es una estación muy efímera, un día vas y todavía no ha entrado y en un par de semanas, te puedes encontrar las hojas en el suelo.

    Yo cuando voy a la montaña, hago lo contrario, no pienso en nada y disfruto del paisaje, suficientes vueltas le doy a la cabeza entre semana.

    Un saludo

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    1. ¡Hola, Eduardo! El otoño nos gusta, pero nos pasa como a ti, que con tal de caminar por la montaña nos da lo mismo la época del año. La montaña nos repone y nos oxigena para poder sobrellevar el día a día.
      Un saludo.

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