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miércoles, 27 de julio de 2022

ALMEDÍJAR: BARRANCO FOLQUIA, CASTILLO DE LA RODANA (16/7/2022)

 
“…qué desquiciados andamos todos. Vive uno como montado en una noria que cada vez gira más deprisa. Da miedo. Y vértigo. Sobre todo, vértigo. Nos vamos a estrellar.” (Mónica en “La Reina de las Nieves”, Carmen Martín Gaite). Para intentar bajarnos de esa noria, nos vamos a la montaña siempre que podemos para eludir ese vértigo que esta vida desquiciada nos provoca y evitar estrellarnos.

Os presento una entretenida ruta en pleno corazón de la sierra de Espadán que saliendo de Almedíjar nos lleva por el barranco Folquia, en constante subida de unos tres kilómetros aproximadamente y tras rodear el monte del Cascalbar, hasta el castillo de la Rodana. Una vez en lo alto del monte de la Rodana donde se emplaza el castillo del mismo nombre, disfrutaremos de bonitas vistas en 360 º de toda la comarca.

En el punto de inicio, junto a estas dos muelas de almazara, nos hacemos la foto de inicio.


Hoy, como solemos hacer en verano, hemos madrugado mucho. De hecho no le hemos dado tiempo a la luna de esconderse y la hemos pillado "in franganti".

"La luna viene con nosotros, grande, redonda, pura." 
("Platero y yo" J.R. Jiménez, )


Apenas iniciada la ruta ya tenemos la vista del monte de la Rodana, en cuya cima se encuentra el castillo de Almedíjar. Hacia allí dirigimos nuestros pasos, pero antes aún disfrutaremos de la subida por el barranco Folquia.


Apenas hemos dejado las últimas casas del pueblo, nos desviamos a la altura de este poste de madera que indica que vamos a transitar un tramo de "calzada romana".


Así se conoce este corto camino de una decena de metros que presenta un tramo empedrado supuestamente de época romana.


Seguimos nuestro camino en ligera subida y siempre con el referente del monte de la Rodana, acariciado por los primeros rayos del sol.


En este cruce continuamos por la derecha. A la vuelta, lo haremos por la pista que vemos por la izquierda.


Hemos caminado lo suficiente para tener esta visión de la silenciosa Almedíjar que dejamos hace un momento.


Ahora caminamos por un camino rural en el que encontramos algunos árboles con una placa metálica que indica el nombre científico, el común, la zona de procedencia y la longevidad.
En la foto un ejemplar de olivo, uno de los árboles más longevos. Entre esos árboles marcados encontramos almendros, encinas, carrascas, alcornoques, almeces, algarrobos...


En este punto dejamos el camino para seguir este sendero que nos lleva por el barranco Folquia hasta el collado de Algimia.


El tramo que hemos emprendido se corresponde con el PR-CV 63.5. 
Aquí vemos las marcas.


Se trata del antiguo camino de Almedíjar a Algimia de Almonacid, que se nota por el empedrado que se conserva en algunos tramos.

"Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;..."

                                             León Felipe


El  sendero que transcurre por el barranco es precioso, jalonado con alcornoques, muchos de gran porte y belleza.


La luna nos sigue vigilando y está atenta a nuestros movimientos.

"De noche blanca corría,
blanca corría la luna
y yo corría tras ella.
De repente la perdía
de repente aparecía."

                      Liber Falco


El sendero no deja de subir. En un descanso en la subida nos detenemos y echamos un vistazo atrás. Vemos al fondo Almedíjar.


Vamos adquiriendo altura y en algunos puntos del sendero, tras detenernos unos instantes, podemos disfrutar de vistas hacia el valle del Palancia. En la foto, Soneja.


Nos topamos con esta curiosa planta que no habíamos visto (o nos pasó desapercibida) hasta ahora. ¿Se tratará de una Carlina?


Y mientras, el sendero sigue  subiendo y subiendo...

“Ascender por pendientes empinadas requiere paso corto al principio.” (Willian Shakespeare)


Otra parada y otra bonita vista: el castillo de la Rodana en el centro de la imagen y como fondo, la sierra Calderona.


De la Calderona destacamos por su inconfundible silueta El Sierro u Oronet...


...y el Alt del Pi, con sus inconfundibles antenas.


Las simples y minúsculas flores de la gata rabiosa nos enseñan lo grande que es la naturaleza.
“La Naturaleza es grande en las grandes cosas, pero es grandísima en las más pequeñas.” (Jacques Henri Bernardin de Saint Pierre)

El sendero desemboca en el collado de Algimia, en esta pista, que seguiremos unos doscientos metros hacia la izquierda.


Hacia el oeste también distinguimos en la lejanía el pico de Sta. Bárbara de Pina.


Hacia el norte, vemos aparecer la punta de la Rápita.


Dejamos la pista para desviarnos a la derecha por un sendero que bordea el monte del Cascalbar. Podríamos haber seguido la pista para evitar el rodeo, pero decidimos alargar un poco la ruta, ya corta de por sí.


Esparto.

"Del olivo
me retiro,
del esparto
yo me aparto,
del sarmiento
me arrepiento
de haberte querido tanto."

           Federico García Lorca


Es conmovedora la esférica perfección de la flor azul del cardo.

"Cardos y penas por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
Y no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y de cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!"

                        Miguel Hernández

Hace poco apenas veíamos su cima. Ahora la altura alcanzada permite ver algo más de la Rápita. a la izquierda, también vemos la Rastra.


Hemos cambiado de vertiente y ahora miramos hacia el noroeste.
En la foto Algimia de Almonacid.


En nuestra vuelta alrededor del Cascalbar vamos cambiando nuestra orientación y podemos ver otros pueblos: Torás a los pies de Peñascabia.


O Jérica y Viver.


Altura.


Y ahora vemos perfectamente la Rápita.


En la ladera norte del Cascalbar nos llamó la atención un campo de almendros por la fuerte inclinación que presentaba.


El valle del Palancia con Jérica, Viver y Torás.


Seguimos rodeando el Cascalbar entre alcornoques.


Y seguimos disfrutando de las vistas: Segorbe.


Castellnovo, con los restos de su castillo dominando el pueblo.



Y Soneja.


No nos pasó desapercibido el perfil del Carrascal.


Ya estamos cerca del castillo de la Rodana. Aquí lo vemos con la subida por el lomo por el que llegaremos hasta allí. Al fondo una panorámica de la sierra Calderona, que cierra el valle del Palancia por el sur. De ella destacamos cuatro picos emblemáticos y clásicos de esa sierra.




El Gorgo.


El Sierro.




Justo al acabar de rodear el Cascalbar, llegamos a la pista donde hubiéramos salido de no haber dado el rodeo. Allí encontramos un bonito rincón con alcornoques, algunos de ellos de gran porte, y un bebedero para animales.


Posamos junto al más monumental de todos. Ante su solidez y fortaleza, nos vino a la cabeza el pensamiento de Lucio Anneo Séneca: “Ningún árbol es fuerte sin contínuos vientos; pues con ellos se fortifican más sus raíces.” 



Hemos rodeado completamente el monte del Cascalbar.


Y seguimos disfrutando de preciosos ejemplares de alcornoques.


Otro monumental ejemplar.

"Yo estoy cansado, sigue tú adelante;
mi pena es muy vulgar y no te importa.
Amé, sufrí, gocé, sentí el divino
soplo de la ilusión y la locura;
tuve la antorcha, la apagó el destino,
y me senté a llorar mi desventura
a la sombra de un árbol del camino."

                         Luis Gonzaga Urbina


Y otro bebedero para animales. 
Seguro que con los calores que estamos sufriendo, les viene de maravilla.


Seguimos ya por pista hasta Almedíjar, antes pasaremos por el castillo de la Rodana.


Seguimos disfrutando de las vistas sobre el valle del Palancia. La populosa Segorbe y, en un plano inferior, Castellnovo.


En la cima del cerro, atisbamos el edificio de la ermita de San Cristóbal de Castellnovo.


Llegamos al desvío que nos subirá hasta los restos del castillo.


Almedíjar más cerca, pero primero subiremos al monte de la Rodana.


Pasamos junto a este sencillo repetidor.


Ya estamos en la base del castillo. Apenas vemos restos de lo que sería su muralla. Los muros se confunden con la roca que forma la parte alta del monte de la Rodana.


No quedan apenas restos del castillo, pero sólo por las vistas que ofrece esta atalaya, vale la pena venir hasta aquí. Tenemos un amplio horizonte de trescientos sesenta grados que vale la pena disfrutar.


Restos de muralla.


Viver.


Castellnovo, Segorbe (detrás) y Altura (detrás derecha).


El camposanto de Amedíjar desde el castillo de la Rodana.

"En el blanco cementerio
fue la cita. Tú te fuiste
dejándome en el misterio
como nadie, solo y triste."

                             Arturo Borja


Son escasos los restos del castillo que no debió ser muy grande, pero es evidente que estratégicamente por su situación y visibilidad, debió tener su importancia.


Desde esta atalaya es inevitable detenerse unos minutos y meditar disfrutando de lo que vemos, de lo que vivimos y que nadie nos cuenta.

"Desnuda está la tierra,
y el alma aúlla al horizonte pálido
como loba famélica. ¿Qué buscas,
poeta en el ocaso?"

                        Antonio Machado


Y como afirmando su importancia y hacerse presente en la sierra al que da nombre, el pico Espadán se asomó por encima de montes más modestos en altura.


La pista serpentea alargando lo que en apariencia y línea recta sería un corto camino.


Apenas tenemos sombra, pero nos salva el hecho de que al haber madrugado, el sol no calienta todavía, al menos como lo hará dentro de no mucho tiempo.


Almedíjar a un tiro de piedra.


Nuestras sombras también están deseando llegar. ¿Se cansarán como nosotros?.


Un último adiós al castillo de la Rodana. No olvidaremos las excepcionales vistas desde su cima.


Últimas curvas antes de entrar en Almedíjar.


Llegamos al parque donde hicimos la foto de grupo por la mañana. Comprobamos que nadie se ha llevado las piedras de la almazara que nos sirvieron de escenario para la foto.


Y por último, llegamos a la zona donde aparcamos el coche, cerrando esta bonita ruta circular, corta pero muy intensa.

Pero aquí no acaba todo porque “Lo importante no es lo que hemos hecho, sino lo que vamos a hacer.” (Patrice Richard)

La ruta en el mapa.


La ruta en Wikiloc.

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Película.

2 comentarios:

  1. Una chulada de paseo. Lástima que a mi no me gusta madrugar tanto. Lo dejaremos para cuando el sol no caliente tanto

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  2. Hola Emilio.

    Un lugar, este Castillo de la Rodana, que todavía no conozco, y no es por que no lo tenga apuntado en la agenda. A ver si de cara al próximo otoño invierno me acerco a Almedíjar y hago una rutilla por allí que incluya el castillo, que además tengo bastante olvidado todo ese sector de Espadán, al que hace tiempo que no voy.

    Un abrazo.

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