"No hay mayor autoengaño e ilusión que pensar que los otros se mueren y uno permanece. La Dama de la Muerte es insobornable; no hay manera de seducirla para que no repare en nosotros" y por eso "Si sabes que estás vivo, saca jugo a tu vida. La vida es de esa clase de invitados que nunca lo visita a uno dos veces." (Ambas citas son de Ramiro Calle: "Los mejores aforismos y parábolas de Oriente"). Por ello, ahora que podemos, aprovechamos un miércoles para ir a la montaña. No podemos dejar pasar el escaso tiempo de que disponemos sin hacer nada.
Por ello nos desplazamos hasta Eslida, en plena Sierra de Espadán, para realizar una sencilla ruta que nos iba a hacer pasar una entretenida mañana. Nuestra ruta parte desde el Arco de la rambla (pequeño acueducto sobre el río Anna) donde existe un panel informativo con varias rutas para realizar. En nuestro caso realizaremos la Ruta 4 denominada en el panel como "Trinxeres de Cocons-Línea XYZ"
Apenas amanecido, nos encontramos en la silenciosa Eslida.
Aparcamos a la entrada de Eslida y buscamos la calle de Las Escaletes que nos llevará hasta el punto de inicio de la ruta.
Enseguida llegamos al punto de inicio. Se trata del paraje del Arc de la Rambla.
El Arc de la Rambla es este acueducto con cinco arcos, alimentado por una fuente en la parte alta. El río Anna pasa por uno de sus arcos.
Sobre su origen no hay indicios suficientes para datarlo.
Y antes de empezar, como hacemos habitualmente, realizamos la foto de grupo. De izq. a der. Emilio Romero, servidor, Juan Carlos, Paco Piñol y Rafa Lafuente.
Antes de iniciar la ruta, nos informamos de lo que nos vamos a encontrar en un panel informativo que encontramos en el paraje.
Concretamente, la ruta 4 "Trinxeres de Cocons-Línia XYZ", es la elegida.
Y comenzamos subiendo por un camino muy bien empedrado.
"Camino blanco, viejo camino,
desigual, pedregoso y estrecho,
donde el eco apacible resuena
del arroyo que pasa bullendo..."
Rosalía de Castro
Ahora vemos el Arc de la Rambla desde otro ángulo. Y el cauce del río Anna.
No hemos subido demasiados metros pero ya disponemos de una buena panorámica de Eslida.
Llegamos la zona de los corrales, en la actualidad en ruinas, que eran utilizados para guardar el ganado.
Y empezamos a disfrutar de la flora.
El aladierno con sus llamativos frutos rojos ha captado nuestra atención.
Mimamos muy poco al brezo, pero cuando está florido es llamativo. A éste le falta un poco
Seguimos por una bonita senda entre pinos. Siempre en ascenso, y rodeados de una bonita pinada.
Y perfecciones como ésta, no nos pasan desapercibida. ¡No digáis que no vale la pena detenerse un momento!
Otro arbusto abundante y que injustamente citamos poco, es la coscoja.
Pasamos junto a un bebedero de animales.
Y asistimos al nacimiento de una campanilla que poco a poco se despereza e irá abriendo sus pétalos hasta mostrar su belleza.
Las jaras, con sus pétalos arrugados con las virutas de yema de huevo en el centro, está muy presente en toda la ruta.
Nevadilla, poniendo algo de frescor en esta primavera que trae ya los primeros calores.
La Peña Pastor asoma por la ladera de la montaña, como si de un sol de piedra se tratara.
Las campanillas lucían bellas y "sonoras".
"Cuando yo os oigo tocar,
campanitas, campanitas,
sin querer torno a llorar."
Rosalía de Castro
Atravesamos por bonitos tramos de senda.
El esparto también estuvo presente en este tramo de recorrido.
Las siguientes imágenes son signos evidentes de la presencia de la primavera en la montaña. Son ejemplos insignificantes a veces y que pueden pasarnos desapercibidos, pero para nosotros son elementos esenciales y atractivos de las rutas que realizamos. El cambio de estaciones es importante en la naturaleza y nos gusta ver sus diferentes manifestaciones y disfrutar de ellas.
"Yo sólo vivo dentro
de la primavera!
¿Los que la veis por fuera
qué sabéis de su centro?
-Si salís a su encuentro,
mi sueño no se altera...-
¡Yo sólo vivo dentro
de la primavera!"
J.R. Jiménez
La senda va ascendiendo poco a poco, entre el silencio solo roto por el canto de algún pajarillo que vuela sobre nuestras cabezas.
Varios postes como el de la imagen nos han guiado en el camino.
La uña de gato, se agarra a las rocas para subsistir en este hábitat.
Una ligera subida nos lleva hasta el campamento militar de Cocons.
En el recinto, encontramos toda la información sobre las ruinas que vamos a recorrer en breves momentos. Se trata de un campamento militar franquista de la guerra civil construido con la técnica de piedra en seco.
El campamento tenía diferentes estancias que no intentamos localizar ni identificar.
Los restos están extendidos a lo largo de esta loma y dan idea del tamaño e importancia que tuvo el campamento.
La altura, sin ser excesiva, nos permite tener vistas como ésta del Bartolo, hacia el norte.
O de las Agujas de Santa Águeda.
El Mediterráneo reflejaba la luz del sol que las nubes nos impedía ver.
"El mar
sonríe a lo lejos.
Dientes de espuma,
labios de cielo."
Federico García Lorca
Estando como estábamos en un recinto militar, imaginamos que sus moradores, durante la guerra civil, ante imágenes como ésta, podrían pensar que se trataba de un desembarco enemigo.
No sólo había elementos defensivos como nidos de ametralladoras. También encontramos cocina, administración, casa del comandante, puesto de vigilancia...
En la meseta por la que se extiende el campamento, nos arrimamos a la orilla y vemos, hacia el norte, lo Órganos de Benitandús.
También nos pareció apreciar la plana meseta que culmina Peñacalva.
En el otro lado vemos Eslida desde otro ángulo.
Y más restos del campamento. La verdad es que nos sorprendió su extensión.
También podemos atisbar entre los pinos, la cercana población de Aín.
Tras recorrer longitudinalmente el campamento, una senda con bastante desnivel y en la que deberemos tener cuidado de no resbalar y caer, nos dejará en una pista.
Salimos a la pista que nos devolverá, si la seguimos hacia la derecha, hasta Eslida.
Pero antes nos desviaremos hacia la izquierda unos trescientos metros para visitar la cueva de Cocons.
Desde la pista, Aín, bajo la vigilancia de la Peña Pastor.
Y llegamos a la cueva de Cocons, que es realmente un abrigo.
Interior de la cueva. No hay mucho más de lo que podemos ver en la foto.
De vuelta de la cueva, en un ribazo bajo un olivo, nos disponemos a dar cuenta del almuerzo.¡Y qué almuerzo!
Disfrutando del almuerzo. Podéis apreciar en la foto, las caras de felicidad (foto de Emilio Romero).
Tras el almuerzo, retomamos el camino de regreso. El día nuboso nos libra del sol.
La Peña Pastor en primer plano.
"Santa florecita, celestial renuevo,
que hiciste mi alma una primavera,
y cuyo perfume para siempre llevo:
¿cuándo en mi camino te hallaré de nuevo?"
Amado Nervo
Dos maravillas más de la naturaleza que ponen de manifiesto que la sencillez no está reñida con la perfección y la belleza (flor de ajo blanco).
El regreso es totalmente por pista, lo que fomenta la amena conversación y más con amigos que no solemos ver a menudo.
Artana en la imagen. En el cerro que domina la población, destacan las ruinas de su castillo.
El castillo de Artana con zoom.
El Font de Cabres en sombra por las nubes.
"Mil amigos tengo;
di con un camino,
di con un camino que saben los pájaros,
camino que lleva del alma a lo íntimo."
Vicenta Castro Cambón
Nos asomamos a la ventana del aljibe de Aixoulin. Presentaba un buen aspecto.
Es tal la fragilidad de las pelusa del diente de león, que nos da miedo acercar la cámara y que pueda deshacerse, aunque eso forme parte de su vida biológica.
La cercanía de Eslida es evidente.
Pasamos de nuevo por la zona de Los Corrales.
A metros para finalizar la ruta, nos entretenemos unos instantes ante la población de Eslida para imbuirnos del silencio y tranquilidad que desde aquí se respira.
Nuevamente, el Arc de la Rambla.
"El arroyo está cantando
porque me has mirado tú
y en el sol de tu mirada
toda el agua se hace azul."
Jaime Torres Bodet
Y por la calle de Les Escaletes, por donde pasamos a primera hora, volvemos a pasar de nuevo hasta el punto donde aparcamos los coches.
Y aquí termina la entretenida ruta de hoy.
La ruta en el mapa.
La ruta en Wikiloc.
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Muchas gracias por compartir vuestro viaje , a sido un placer disfrutar ese magnífico reportaje fotografico. Un placer , Silvia.
ResponderEliminar¡Hola,Silvia! Gracias por tu comentario. Me alegra saber que te ha gustado la descripción de la ruta.
EliminarSaludos.
Hola Emilio.
ResponderEliminarNo me extraña la ubicación del campamento, desde ahí, podían ver el avance del "enemigo". Un triste episodio de nuestra historia, que estos restos, permiten que no se olviden, para que no se vuelva a repetir.
Un saludo
¡Hola, Eduardo! efectivamente el campamento se encuentra en un lugar estratégico que dominaba la zona por ambas vertientes. Y como muy bien dices, esperemos haber aprendido la lección y que jamás se vuelva a producir un hecho tan lamentable como una guerra civil.
EliminarSaludos.
Hice la ruta este viernes ,saliendo a las seis y media de la mañana y puedo afirmar que ha sido una de las mejores que hice ,desde el paso por los corrales ,la senda que te lleva al campamento ,vistas aéreas durante el recorrido ,la magnitud y dimensiones del campamento y la belleza de la senda de regreso a Eslida.un poco antes de las diez ...Yo almorcé en el restaurante de Paquita .
ResponderEliminar¡Hola, anónimo! Me alegro que disfrutaras de la ruta. Es una ruta muy entretenida. Yo también la disfruté mucho. Buena elección la tuya de almorzar en casa Paquita. Sus cremaets de ron con miel son de lo mejor de Espadán.
EliminarSaludos.