Otra de las citas anuales ineludibles es la ruta de la Mancomunidad Espadán-Mijares de la que somos fieles seguidores. Este año se cumple la decimosexta edición y hemos podido acudir una vez más. La ruta comienza un año en una localidad de la Sierra de Espadán y al siguiente en una del Alto Mijares. El año anterior salió desde Suera (Sierra de Espadán). Este año tocaba Alto Mijares. Espadilla fue la localidad de inicio. La ruta circular pasa por la cercana Toga y vuelve a Espadilla por las Picorzas, la fuente del Melic y por el barranco de la Piqueta. Recorrimos tramos de varios PRs y del reciente GR-333.
Como sucede siempre en este evento, lo primero es acudir al punto de inicio fijado (en este caso el Ayuntamiento de Espadilla) para confirmar la inscripción y recoger la camiseta obsequio de la organización. Por supuesto, los encuentros entre conocidos y amigos llena este tiempo antes del inicio de la ruta. Es un momento alegre, emotivo, muy entrañable ya que lo normal es que a las personas que saludamos haga tiempo que no las vemos y volverlo a hacer resulta muy agradable.
Aprovechamos también para echar un vistazo al lugar en el que nos encontramos intentando captar elementos emblemáticos o representativos del pueblo en el que nos encontramos.
En este caso, conocemos muy bien Espadilla ya que hemos estado en numerosas ocasiones aquí. (por cierto, os recomiendo una visita a este precioso, tranquilo y cuidado pueblo del Alto Mijares).
En este caso captamos la emblemática y representativa cima de la localidad: la Peña Saganta, a la que hace dos semanas tuvimos ocasión de ascender por enésima vez. Aproximadamente un centenar de senderistas acudió al evento, todo un éxito.
También captamos el escudo de Espadilla.
Durante la espera también es habitual ver a los diferentes grupos de amigos hacerse fotos. Nosotros no íbamos a ser menos y también nos hicimos una. Tuvimos de nuevo la compañía de Ana, que como digo siempre, bajó nuestra media de edad y aportó su simpatía y jovialidad a la ruta.
También es habitual una foto general para la prensa local y provincial.
Como se aprecia, había varias cámaras enfocando, de ahí que las miradas de los participantes vayan en diferentes direcciones.
Y comienza, tras los prolegómenos, por fin, la ruta, como siempre guiada por José Serrano.
Pasamos por el lavadero municipal, en perfecto estado como puede apreciarse.
Y vamos buscando la salida del pueblo hacia la carretera, que cruzaremos para seguir por un camino rural.
Pasamos junto a la ermita de San Roque y seguimos camino hacia Toga.
El camino que hemos tomado baja hacia el Mijares.
Y aquí nos encontramos con una pequeña e inesperada sorpresa. El río baja crecido, tal vez debido a la apertura de la presa de Cirat que hace subir el caudal del río y nos toca mojarnos un poco las zapatillas. Al final, todos pasamos como pudimos y quisimos.
El Mijares a su paso por Espadilla.
Y el particular espolón de Peña Saganta que es visible desde diferentes puntos del recorrido.
El ancho y llano camino favorece las conversaciones entre amigos y conocidos haciendo amena la marcha.
La marcha con Peña Saganta de fondo.
Poco más adelante hemos de pasar nuevamente el río, pero en esta ocasión no tenemos problemas para cruzar el puente.
El grupo permanece homogéneo en este primer tramo del recorrido. Todos estamos frescos, animados, contentos, ilusionados...
Antes de llegar a Toga, abandonamos el camino escasos metros para acercarnos hasta la ruinosa ermita de San Juan y de Santa Bárbara.
No todo el grupo se acerca a ver las ruinas y esperan en el camino a que se reinicie la marcha.
Pero ya tenemos a la vista el pueblo de Toga.
Entramos en Toga, paseamos por sus silenciosas y limpias calles.
Pocos paisanos vemos por las calle de Toga, únicamente estos gatos miran nuestro paso por aquí con cierta indiferencia y desdén, como si con ellos no fueran la cosa, mientras aprovechan al máximo los rayos de sol que llenan la plaza.
El grueso del pelotón dirigièndose al bar para almorzar.
En el bar encontramos mesas preparadas para que pudiéramos almorzar con comodidad y tranquilidad. Fue un momento muy especial, donde pudimos conocer gente nueva, intercambiar viandas, charlar animosamente, reírnos...y como anécdota, hasta me quedé encerrado en el aseo sin poder salir. Por un momento pensé lo triste que sería morir en un water si no podía salir de allí. Menos mal que una llamada a mis amigos hizo que acudieran en un ¡ay! a rescatarme.
Tras el entretenido almuerzo, seguimos la ruta. Cruzamos la carretera cogiendo un camino rural.
El camino pasa junto a unas casas.
Pero enseguida lo abandonamos por un sendero que sale por la derecha. Se trata del sendero SL-CV 70 que nos va a llevar al pilón de Espadilla.
En este inicio de sendero empieza el tramo más pesado de la ruta, ya que durante cinco kilómetros iremos subiendo sin pausa por un bonito camino de herradura que transcurre prácticamente paralelo al barranco del Pairo y que nos llevará hasta la máxima altura del recorrido salvando un buen desnivel.
A nuestra derecha, Monte Redondo.
El estrecho sendero y la pendiente obliga al grupo a caminar en fila india.
Ello nos permite pararnos de vez en cuando a disfrutar de un precioso paisaje.
La Peña Saganta va vigilando nuestros pasos.
El camino aún conserva tramos empedrados.
Aquí podemos apreciar la altura que hemos alcanzado.
Toga en el fondo del valle.
Marca del SL-CV 70.
Aunque vamos ascendiendo hacia el oeste, la experiencia nos dice que hemos de volvernos de vez en cuando para disfrutar de lo que vamos dejando por detrás. En este caso, haciendo caso de nuestra experiencia, acertamos de pleno porque podemos disfrutar de esta vista de nuestro Penyagolosa, la montaña insignia de la Comunidad.
La subida es contínua, pero muy llevadera por el ritmo pausado y por el trazado de la senda.
Uno tras otro la jara ha visto pasar a todos los senderistas por su lado. No sabemos si al revés ha sucedido lo mismo. Tal vez haya pasado desapercibida para la mayoría de ellos, a pesar de su sencillez y belleza, por su discreción y modestia. Pero seguro que para alguien no ha sido así y ha podido disfrutar de su delicadeza.
El recorrido permite mostrar instantáneas como ésta que nos recuerdan a los ciclistas ascendiendo puertos en las vueltas ciclistas. La similitud viene dada por lo estirado del grupo y por el colorido de los participantes (la serpiente multicolor).
Paisaje majestuoso que nos invita a detenernos mirando hacia el horizonte para fijar en nuestras retinas toda la belleza que podamos captar a través de ellas. También, esta panorámica nos invita a pensar en miles de cosas que todos llevamos en la cabeza intentando que esta majestuosidad nos ayude de alguna manera a ver las cosas de modo diferente a como lo vemos, intentando buscar soluciones o abrir posibilidades que no se nos hubieran ocurrido. Siempre buscamos ayuda en la naturaleza.
Hacia el oeste, localizamos la cima de Santa Bárbara de Pina.
Sus 1404 m tienen la culpa de ello.
Hacia el norte, Peñacalva, en la sierra de Gúdar, tampoco se puede ocultar. Su peculiar perfil aplanado la delata.
Llegamos al enlace con el recientemente homologado GR-333 que une en un recorrido de ciento cuatro kilómetros, los quince municipios que forman la Mancomunidad. Nosotros recorreremos un tramo de algo menos de seis kilómetros de la etapa Espadilla-Torrechiva.
Observamos con pena que el poste del SL-CV 70 que recorríamos está en el suelo. Siempre decimos que no basta con marcar senderos, luego es muy importante su mantenimiento.
Adivinamos otras montañas cercanas como el Alto del Pinar.
O el Pinar.
Y pasamos junto al pilón de Espadilla, que marca los límites de los términos municipales de Espadilla y Toga.
Hemos llegado a un llano que nos permite un paso más pausado y tranquilo.
Aprovechamos esta meseta para hacernos una foto con un paisaje tan espectacular de fondo.
Llegamos a este otro poste señalizador del GR-333. Aquí encontramos más o menos el punto más alto de la ruta. Como veis, el poste del PR-CV 386 también está en el suelo.
Pasamos por otro corral en ruinas y seguimos ahora ya en descenso.
El descenso siempre es más cómodo, pero más perjudicial para nuestras articulaciones. Los que las tenemos tocadas sufrimos bastante en las bajadas.
El grupo sigue estirado.
Ahora tenemos buenas vistas hacia el valle del Mijares, que se abre de cara al mar.
En la foto el embalse de Sitjar.
Marca que nos indica superposición de senderos: PR-CV 386 y GR-333.
Antes encontrábamos la serpiente multicolor subiendo. Ahora podemos verla bajando.
Llegamos a la fuente del Melic. Hacemos un reagrupamiento antes de continuar y aprovechamos para hidratarnos.
Fuente del Melic. Como se ve tenía agua.
Nuestro grupo llegando a la fuente. No parecen muy cansados.
Panorámica del grupo en la fuente del Melic.
Tras el descanso seguimos el camino buscando ahora la fuente de la Piqueta.
Otro poste direccional. En este caso nos sorprende mucho el tiempo que marca teniendo en cuenta el kilometraje. Evidentemente está equivocado.
Nuevamente nos detenemos a disfrutar del paisaje, a impregnarnos de naturaleza, a sentir la brisa en nuestra cara, a sentir cómo nuestro corazón poco a poco va recuperando su latido normal, en definitiva, a sentirnos vivos.
En este cruce, podríamos regresar a Espadilla por el PR-CV 386, pero es un poco más largo. Además, la idea de la organización era volver por el GR-333 y es lo que hacemos. En esta pala, el tiempo marcada para llegar a Espadilla también está equivocado.
Nos apartamos escasos metros para acercarnos a la fuente del Sastre.
Esta es la fuente del Sastre.
Y este es su interior.
Otra bonita vista del valle del Mijares, con Toga extendida al sol y Penyagolosa al fondo dominando su territorio.
Este tramo también coincide con la ruta de las fuentes de Espadilla.
Bajamos por pista hasta la fuente de la Piqueta.
Y de nuevo, el espolón de Peña Saganta.
Llegamos a la fuente de la Piqueta. Desgraciadamente, no tiene agua.
Aprovechamos para reagruparnos y de paso fotografiamos el castillo de Espadilla.
El grupo reagrupándose.
Ahora únicamente nos queda bajar a Espadilla por el sendero que transcurre junto al barranco de la Piqueta, que tantas veces hemos recorrido y que coincide con un tramo del PR-CV 314 de subida a Peña Saganta.
Vemos ya las casas de Espadilla.
Los primeros miembros del gran grupo descendiendo hacia Espadilla. Apenas nos queda medio kilómetro.
Este poste marca el final del sendero, que ahora se convierte en camino de tierra que nos acerca a Espadilla.
Espadilla a un tiro de piedra.
Callejeamos por Espadilla. Nos gustan sus limpias y pulcras calles. Nos invade el silencio que se respira, y pasear por sus calles nos llena de tranquilidad.
Vamos a la plaza de la iglesia, para cerrar el Track de la ruta. En la pared de la iglesia, encontramos este bonito reloj de sol. A la hora que marca, le tenéis que añadir dos horas más.
Nos encantan los detalles que adornan muchas de sus tranquilas y bonitas calles. Como dije al principio, vale la pena visitar Espadilla. Os enamorará.
Y aquí damos por finalizada la ruta.
Estamos frente a la iglesia parroquial de San Juan Bautista.
Interior de la iglesia.
Para terminar, la organización prepara una comida de hermandad para todos los participantes en la que animadamente intercambiamos pareceres, chismes, proyectos, ilusiones, futuras rutas...
La comida se realizó en el edificio multiusos de Espadilla.
Es el momento distendido del día y se disfruta mucho.
Un excelente guisado de ternera fue el plato fuerte de la comida.
Y para terminar la fiesta, ya fuera de menú, nos fuimos al bar a tomarnos un "cremaillo" que nos sentó de maravilla.
Y antes de marcharnos, nos despedimos de Peña Saganta que desde esta perspectiva impresiona.
El año que viene, si no pasa nada especial, volveremos a la ruta de la Mancomunidad. Es una cita con la vida a la que no nos gusta faltar.
Otras ediciones de la Ruta de la Mancomunidad en los siguientes enlaces:
Rutas de la Mancomunidad Espadán-Mijares.
Otras rutas de la Mancomunidad Espadán-Mijares.
La ruta en el mapa.
La ruta en Wikiloc
Magnífica y bella ruta la organizada este año (como otros tantos) la Mancomunidad Espadán-Mijares que nos sirvió para deleitarnos con sus hermosos paisajes tanto próximos como lejanos. La verdad es que esta zona emblemática de la geografía castellonense enamora. Cuando la has visto una vez ya no puedes dejar de visitarla. Si encima, caminas en armonía y en grata compañía, la felicidad es completa. Estupenda narración la de mi tocayo Emilio Vera, a quién es un privilegio y un lujo gozarlo. Gracias.
ResponderEliminar¡Hola, Emilio! Nos gusta acudir a las rutas de la Mancomunidad. Nos divertimos y disfrutamos del Alto MIjares y de Espadán en grata y numerosa compañía. Repetiremos el año que viene.
EliminarUn abrazo.
¡Hola Emilio!
ResponderEliminarQue cantidad de gente que os reunisteis para un gran día senderista.
Me ha gustado mucho el recorrido que os propusieron, con bonitas sendas, iglesias, impresionantes vistas al Penyagolosa y a la Peña Saganta.
Mira que si te llegas a quedar encerrado en el baño y se van sin ti... jejeje
Un abrazo.
¡Hola, David! No gusta hacer rutas más en familia, pero algunas, como la de la Mancomunidad, les tenemos mucho carió y nos gusta repetir. Siempre vemos a buenos amigos y nos agrada ir.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio...
ResponderEliminarOtra buena concentración senderista,en esa ruta,ya clásica,de la Mancomunidad Espadán-Mijares.En esta ocasión el buen tiempo hizo que disfrutarais de una estupenda jornada senderista y desde luego,entretenido y variado recorrido,ademas con ese buen almuerzo sentados en el bar de Toga.No he podido evitar el sonreír,al leer tu anécdota del aseo...jejeje.
Me han pasado una foto en la que estas con un buen amigo,Vicente Moyá.Ya lo he visto también en la foto grupal de inicio.
Buen remate,con esa comida que preparo la organización y sobre todo ese "cremaet" del final...jejeje.
Un abrazo.
¡Hola, Juane! En estas rutas multitudinarias, siempre conoces gente nueva como a Vicente Moyá. Coincidimos juntos en el almuerzo y hablando y comentando, salíó la coincidencia de que salía con vosotros a veces y con el grupo de Emili. Al final, todoa nos conocemos. Estas rutas tienen eso. Por ello,nos gusta acudir a alguna de vez en cuando.
EliminarUn abrazo.
Una descripción estupenda de la bonita jornada que compartes hoy con nosotros.
ResponderEliminarY estoy deacuerdo con lo de los tiempos de los postes indicativos.
Han sido tema de debate para nosotros en más de una ocasión jejeje
Saludos
¡Hola, José Ramón! Una ruta entretenida por el Alto Mijares y en buena compañía. De vez en cuando nos gustas las marchas senderistas y más si son por esta zona. Desde luego, los tiempos de las paletas que vimos eran incorrectos. Si lo sabes, no pasa nada, pero si no te pueden liar.
EliminarSaludos.
Hola Emilio.
ResponderEliminarAl igual que Juane no he podido evitar que se me escapase una sonrisa cuando he leído tu "secuestro" en el aseo jeje.
Una ruta sin desperdicio la que prepararon los amigos de la Mancomunidad, con el paso por Espadilla y Toga, y luego ese bonito empedrado por el que subisteis a la zona de los Pilones, donde se tienen unas enormes vistas del Gegant, Espadán y esta gran comarca del Alto Mijares. Bonito remate con esas tres fuentes y las vistas de Peña Saganta y el castillo. Preparando este tipo de rutas y con ese gran ambiente, normal que se apunten tantos senderistas.
Un abrazo.
¡Hola Dani! Lo del servicio estuvo gracioso. El equipo de rescate estuvo bien. Lo que no conté es que por la tarde, en Espadilla, cuando volví al aseo, no podía salir y pensé que no era posible quedarme encerrado dos veces el mismo día. Y resulta que estaban haciendo fuerza en el pomo desde fuera para que no pudiera abrir. Las risas fueron impresionantes. La ruta y la compañia muy agradables. Cierto que entre el buen tiempo y la estupenda organización, la gente se apunta a disfrutar de la montaña.
EliminarUn abrazo.