Seguidores

lunes, 25 de marzo de 2019

EL MONTÍ, MONTÍ MENOR, ERMITA DE STA. BÁRBARA, FTE MONTÍ DESDE TALES (23/3/2019)

Esta semana nos trasladamos a Tales para realizar una magnífica ruta en la Sierra de Espadán. Todos sabemos que cualquier ruta en esta sierra es magnífica y ésta no iba a ser la excepción. Seguiremos un track de nuestro amigo Dani Alcalá (Per Dalt i per Baix), con la única variación de que él subió dos veces al Montí y nosotros con una tuvimos suficiente.

La ruta nos llevará hasta el Montí en apenas dos kilómetros y medio salvando un desnivel de más de trescientos metros, lo cual ya nos dice cómo será la senda que vamos a subir. Después, bajaremos, también en fuerte pendiente, hasta la ermita de Santa Bárbara para seguidamente, subir hasta el Montí Menor. Desde aquí ya todo será prácticamente bajada hasta llegar de nuevo a Tales pasando primero por el paraje de la Fuente del Montí.

Llegamos a Tales poco después de las ocho de la mañana. Aparcamos como siempre que venimos a aquí en la zona de aparcamiento que encontramos enfrente del edificio de la Mancomunidad Espadán-Mijares. Aquí comenzaremos nuestra ruta.


Y apenas bajamos del coche, nuestro primer objetivo aparece ante nosotros: el Montí.
Aunque hoy nuestro estado de ánimo y nuestro estado físico no sea el óptimo, echaremos el resto para salir airosos del reto. El sol está saliendo."Amanece, que no es poco", como reza el título de la emblemática película de José Luis Cuerda.



Caminamos unos metros por carretera asfaltada hasta este paraje.


Encontramos una especie de abrevadero.


Y alguna baldosa que nos saca una sonrisa, porque sabemos muy bien que dice una verdad muy grande.


Aprovechamos para hacernos la foto de grupo, como ya es habitual.
De izq. a der. Emilio Romero, Ricardo, Rafa y servidor.



Seguimos aún unos metros más por asfalto...


...hasta este cruce en el que giramos a derecha para coger un camino entre campos.


Esta desdibujada pala nos marca el camino. En la entrada de Dani (creo que allá por el 2015) la paleta estaba en perfecto estado. Hoy las telarañas se han apoderado de ella. La edad no perdona: perdió su antiguo esplendor y nadie se ha preocupado de intentar recuperarlo un poco al menos.



Un poco más adelante un milagro de la naturaleza nos asombra una vez más. Jóvenes hojas reverdecen y dan a alegría a la higuera, que hasta ahora había permanecido desnuda, triste, sombría...


Caminamos aún algo entumecidos por haber madrugado y por el fresco de la mañana recién amanecida. El silencio es casi total.


En esta pala comienza el sendero que no nos dará respiro hasta llegar al Montí.


Se trata de un sendero muy empinado y con mucha piedra suelta.


Más belleza ante nosotros. El morado de la flor del cantueso contrasta con el verde de las hojas. Tal vez en el contraste encontremos también la belleza. Al menos a nosotros nos atrajo sobremanera.


En apenas metros, subimos un buen desnivel que nos permite tomar la foto de Artesa.


Y, cómo no, Tales y Sueras al fondo.


Y también acertamos a ver perfectamente los Òrganos de Benitandús.


La senda nos hace sacar la lengua y resoplar.
Pero hemos de tirar hacia arriba.


El pelotón se estira en sendas así. Hay que dosificar el esfuerzo. Ahora no nos importa la cima. Ya llegaremos. Ahora nos interesa gestionar la subida de manera que podamos asumirla sin excesivo esfuerzo.


Cordal desde la Peña Pastor (izquierda) hasta la punta del Espadán (derecha).


También distinguimos en su escarpada atalaya el castillo de Mauz.
Poco después lo captaremos desde mayor altura.


Bonitos ejemplares de alcornoques flanquean la senda. Algunos de bastante edad. Nos llama la atención su piel rugosa y retorcida. Esa piel es la que le hace fuerte, le hace capaz de soportar cualquier incendio y poder seguir viviendo a pesar del sufrimiento. Incluso descortezado, con el tiempo vuelve a crecer de nuevo. En esta piel rugosa se encuentra su fuerza y su belleza.


Aparentemente lejano, no es así. Siempre cercano a nosotros, en nuestra cabeza, en nuestro corazón; emblema, santo y seña de nuestras emociones, ilusiones y esperanzas.



¿A que no estaba tan lejos?.


La senda sigue ascendiendo. Las vistas mejoran con la altura.


Suera con zoom.


Vistas hacia el sur: el Espino.


Peña Saganta y Peñacalva al fondo.


Los Órganos en primer plano. A la izquierda las Dos Tetas y al fondo la Rápita.


Ahora el castillo de Mauz desde más arriba.
Para mí, sin duda el más espectacular de todos los de la sierra.


La florecilla de la jara negra, sin estar abierta del todo, nos resulta preciosa. Tiene algo que nos atrae (¿su color?, ¿su forma?...). 


Por fin llegamos hasta la cima del Montí (612 msnm).
Este puntiagudo hito lo marca. Al estar la cima poblada por multitud de pinos, las vistas no son las deseables.


Foto de grupo en el primer objetivo del día.
Al final, llegamos.


Desde el Montí iniciaremos un vertiginoso descenso por una senda también muy descompuesta y descascarillada en la que tendremos la suficiente precaución para no resbalar o tropezar y caer.


Penyagolosa omnipresente siempre.



Pasamos junto a esta caseta, que se asoma hacia Onda.





Font de Cabres hacia el este.





La altura a la que estamos nos permite captar esta perspectiva de la populosa e industrial ciudad de Onda.


Aquí nos veis fotografiando Onda (foto de Emilio Romero).



Si preciosa se nos mostró  un rato antes la todavía joven flor de la jara, imaginaos ahora cuando nos muestra todo su esplendor y belleza natural  de esta manera.¡Espléndida!



El Bartolo.


Las Agujas de Santa Águeda.


Ya asoman las ruinas de la ermita de Sta. Bárbara.
 Hasta allí hemos de bajar.


Tampoco se nos olvida fotografiar el castillo de Onda
Lo hicimos varias veces.


La senda baja de manera directa. Esperemos no tropezar y caer de bruces.


Como la pasada semana, las flores nos han acompañado alegrando la ruta, dándole colorido y belleza. Cualquier florecilla nos anima y alegra. Lo sencillo es bello y no nos cansa. De nuevo, la flor de la jara nos atrae de la misma manera que la abeja se siente atraída por su color, sencillez, discreción...


Salimos a esta pista enfrente de unas antenas. Seguimos hacia la derecha.


Ahora ya estamos más cerca. A pesar de su ruina, la ermita se muestra imponente.
Nos hubiera gustado conocerla en todo su esplendor.



Un desvío a la izquierda de la pista que llevamos nos subirá en poco tiempo hasta la ermita (foto de Ricardo Vivó).


Los muros exteriores se encuentran en buen estado.


Interior del templo.


En la parte superior del dintel aparece el año de construcción: 1697.



Mirando al horizonte (foto de Ricardo Vivó).








Momento del almuerzo.













Hasta aquí las florecillas silvestres alfombran el suelo y nos acompañan en el almuerzo.
Seguro que así almorzamos más a gusto.

Tras almorzar descendemos de nuevo a la pista.




Desde aquí vemos el sendero que habremos de coger en breve (foto Ricardo Vivó).


Es éste. 
Estas palas marcan el SL-CV 142 que seguiremos hasta el Montí Menor.


Iniciada la senda, la vista atrás nos muestra ya la lejanía en la que queda la ermita.


La senda sube con buen desnivel, pero algo más suave que la de subida al Montí. Además, presenta tramos perfectamente empedrados como  el de la foto. Nos gusta caminar por senderos así.


La sombra nos delata.


Llegamos a la fuente del Retor o Rector. Desgraciadamente no llevaba agua.
Nos entristece ver las fuentes secas.


En varias zonas del recorrido encontramos pinos caídos. En este punto, la casualidad hizo que este pino caído no llegara hasta el suelo al quedar una de sus ramas apoyada de esta guisa en  el suelo.


Este cartel agradece la labor de los que desinteresadamente han colaborado para limpiar estas sendas. Nosotros también agradecemos esta importante labor.



Junto a la senda este banco de piedra en seco es un buen punto para descansar un rato.


Disfrutamos mucho de estos bonitos senderos, a pesar del esfuerzo que nos supone subirlos.


Y aparecemos en la segunda cima del Montí, el denominado Montí Menor (577 msnm), con este aspecto de cima del Himalaya que le dan las banderitas que penden del poste.


En esta cima menor tenemos una panorámica más amplia que en el Montí. Todo Espadán ante nosotros.No podemos hacer otra cosa que intentar captar el amplio horizonte que tenemos ante nosotros (foto de Emilio Romero).
Si queréis conocer las cimas que estamos viendo, pinchar en el siguiente enlace de Dani, en el que veréis con detalle todas las cimas que abarca nuestra vista: pincha aquí.
Gracias, Dani.

Yo os muestro algunas.

El Benalí.


La Peña Pastor.


El Espadán.


Y los que ya vimos anteriormente: Órganos de Benitandús, Dos Tetas (izquierda de la foto) y La Rápita al fondo.


También vistas hacia el norte. Onda en el fondo.



Posando en el Montí Menor.



Foto de grupo en el Montí Menor.


El Espino, al que esperamos subir pronto.



Nuevamente, nos quedamos absortos ante la belleza sencilla y natural de esta florecilla. No la buscábamos, pero nos hemos encontrado con ella de manera inesperada y nos ha atrapado totalmente, nos ha embrujado sin posibilidad de deshacernos del hechizo.


Seguimos caminando por un bosquecillo con árboles jóvenes.




Recorrer estas sendas es un goce para los sentidos. Desde el Montí Menor, disfrutaremos de una prolongada bajada que hará muy llevadero el tramo final de la ruta.


Suera.


El camino pasa junto a este corral en estado ruinoso, como tantos y tantos que encontramos a lo largo de esta sierra.


Enlazamos con el PR-CV 161 que nos llevará hasta el paraje de la fuente del Montí.


Hemos ido rodeando el Montí, que vemos ahora en toda su longitud.


Hemos acercado con zoom el poste del Montí Menor en el que estuvimos hace un rato nada más.




Una amplia sonrisa se pinta en nuestros labios. Eso es que una tontería grande ha dicho alguno.
Momentos inefables de todas las rutas que hacen disfrutar más si cabe de ellas.


Llegamos por pista al paraje de la Fuente del Montí.


Aquí tenéis la fuente. Bebimos y nos refrescamos ya que hacía calor.



Nos divertimos mucho haciendo esta foto, de la que hubo varios intentos y ninguna de ellas quedó bien.

Después de distraernos un rato en la fuente, seguimos por un sendero que sale de la misma fuente.



Por este sendero junto al olivo seguimos nuestro camino.


Encontramos esta enredadera abrazando un árbol. Al pino le resulta muy difícil desembarazarse de este abrazo, tal vez no lo deseé. El pino tal vez se encuentre feliz ante el abrazo efusivo de la enredadera.Y ésta, seguramente abraza al pino porque es su deseo.

No sólo las flores llaman nuestra atención. Una leve, frágil, ligera, juguetona mariposa descansa brevemente en una piedra permitiendo que seamos capaces de captar su belleza con nuestra cámara. Su belleza permanecerá indeleble en nuestras retinas.



Meditando (foto de Emilio Romero).



Seguimos descendiendo poco a poco.



La senda desemboca junto a esta casa en el camino de Aín.
Seguiremos a la derecha.


Por la pista llegaríamos a Tales.


Pero la dejaremos un poco más adelante para hacerlo por un bonito sendero.




Se trata de un camino empedrado en algunos tramos. 
Sentimos algo especial caminando por estos antiguos caminos.


El Montí.
Siempre que tenemos ocasión de ver desde lejos la cima desde la que venimos, nos viene el mismo pensamiento: ¿De allí venimos? El esfuerzo siempre tiene recompensa y gracias a él podemos conseguir hazañas que pudieran parecer imposibles o difíciles.


La senda sale junto al cementerio de Tales.


El Montí y casas de la Urbanización Falda de Montí.



Entramos por fin en Tales. Sólo nos queda recoger sus calles para volver al punto de inicio.



Y aquí, terminamos lo que empezamos poco más de cinco horas antes.



Tras la ruta, la merecida comida en el Restaurante "Antiquari" de Tales, donde comimos de maravilla.



En el menú de hoy, una estupenda fideuà de fideos finos y un excelente "cremaet" para terminar la comida.





La ruta en el mapa.




La ruta en wikiloc.



Powered by Wikiloc

5 comentarios:

  1. Hola Emilio.

    Primero que nada gracias por las alusiones ;-)

    Uno de mis sitios de recreo y escape favoritos, sobre todo esa cima menor del Montí, a la que subo con mucha frecuencia, al llegar allí siempre me siento mis diez minutitos a contemplar el panorama e identificar las vistas, no me importa hacer este ejercicio una y otra vez, por mucho que lo repita. Me ha hecho mucha ilusión ver este reportaje, que por supuesto me ha gustado mucho.

    Con la cantidad y calidad de sendas que tiene el Montí cualquier combinación es apuesta ganadora, y la que hicisteis vosotros lo fue, aunque os faltó la guinda de subir otra vez al Montí jeje.

    Dos apuntes: uno, si tenéis pensado subir al Espino informaros antes del estado de sus sendas, ya que fue una de las zonas que peor parte se llevó en el incendio de 2016, pero ya os digo yo que todos los pinos quemados que quedaron en pie ahora estarán en el suelo; y dos, "Tiempo después" es una digna continuación de "Amanece, que no es poco", te la recomiendo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Dani! Muchas gracias por tu comentario y por compartir esta ruta que nos ha servido para pasar una mañana fenomebal. Tal vez debimos haber seguido tus pasos y subir dos veces al Montí, pero no sé si a nuestras pirnas les hubiera sentado bien. Ya habrá otra ocasión. Gracias por indicarnos lo del Espino. Intentaré informarme del estado de las sendas. Y, por supuesto, te tomo la palabra y veré "Tiempo después". Imagino que si es continuación de la otra estará a la altura.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Hola Emilio...
    Extraordinaria ruta,si señor.He vuelto a recordarla,viendo tu magnifica crónica,como siempre.De hecho,en su día,también seguimos ese track que comentas de Dani,pero sin la doble subida...jejeje,con una ya iba bien.
    También aproveche la sapienza montañera de Dani,sobre todo en lo referente a la Sierra de Espadán,cuando llegamos al Monti menor.
    Los poco mas de 11 kilómetros de esta ruta nos ofrecen magnificas y empinadas sendas y por supuesto excelentes vistas,aunque no en el Monti.
    Lo dicho,una gran ruta.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Juane! Sí, ya vi que utilizáste el track de Dani. Nosotros pensamos que mejor subir una vez al Montí, no fuera a ser que nos gustara. Un lujo disponer de Dani para ayudarnos a reconocer las emblemáticas cimas de Espadán.
      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar