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martes, 11 de marzo de 2025

CORBERA: LES CORONES, LES FONTANELLES (8/3/2025)

 

“El hambre acaba comiendo a quien la padece, hasta hacerlo morir de consunción.” (Fernando Navales en “Mil ojos esconde la noche” de Juan Manuel de Prada). Nosotros tenemos hambre de montaña y tal vez acabe devorándonos algún día; pero mientras tanto intentaremos saciar ese hambre con montaña y más montaña.
Esta semana buscábamos una ruta más de estiramiento (la semana pasada hicimos Fanzara-Penyagolosa) que otra cosa. Además la semana lluviosa que habíamos pasado y los pronósticos nada halagüeños para este sábado marcaron un poco nuestra decisión. Finalmente, el destino elegido fue Corbera. Fuimos allí con la idea de visitar su castillo de paso que hacíamos alguna ruta por su sierra. Y lo que hicimos es lo que paso a contaros.
Nos salió una ruta corta en kilometraje, pero no exenta de dureza, sobre todo entre los kilómetros dos y tres, de una fuerte subida hacia Les Corones, con gran desnivel y dificultada además de por un terreno muy descompuesto y con mucha pendiente, por lo mojado que estaba debido a las lluvias, lo que lo hacía particularmente peligroso por el riesgo de resbalar. El resto de la ruta fue mucho más llevadera, salvo un corto tramo de bajada de unos trescientos metros entre el collado de la Murta y la fuente del Senill, por el mismo motivo que he comentado de la subida.

Empezamos nuestra ruta en la Avenida de les Fontanelles.


Apenas unos metros después nos detenemos en la ermita del Santísimo Cristo para la  preceptiva foto de inicio. De derecha a izquierda: Rafa Lafuente, Robert Kelly que hoy nos acompañaba y un servidor.

Seguimos por la calle Calvario, caminando entre naranjos.

Cuando yo me muera,
entre los naranjos
y la hierbabuena.

Cuando yo me muera,
enterradme si queréis
en una veleta.

 Federico García Lorca

Estas buganvillas alegran el monótono paseo.


Seguimos entre naranjos con la vista al fondo de la cima de Les Corones, que aunque no subiremos hasta ella, la bordearemos por una empinada senda que nos hará sacar nuestra mejor versión.


El camino llega a las proximidades de una urbanización que bordearemos por la derecha hasta desviarnos por la izquierda en el punto que veis en la foto, la tercera bocacalle.


Desde aquí nuestra ruta empieza a subir. Primeramente de una manera más suave como se ve en la foto. (foto de Robert)


Termina el grupo de chalets y el camino sigue paralelo a un gran campo de naranjos escalonado. El camino se empina desde aquí un poco más.

"Por el perfume de azahar difuso,
el naranjo escondido se revela"

 Marcelino Menéndez y Pelayo



Aquí vemos la cima de Les Corones, que aunque modesta (266 m.) presenta una fuerte subida.


El camino termina en este punto donde vemos una tubería. Justo en este punto, por la derecha, aunque no muy visible, nace una senda poco transitada a mi parecer. (foto de Robert)


Veremos en nuestra ruta cantidad de jarales en flor. En éste una abeja liba en busca de ese néctar que utilizará para la fabricación de la miel, además de contribuir a la polinización tan importante para la flora.

"Prisionera de la flor,
la abeja sabe libar
en su cárcel de azahar."

    Luis Llorens Torres


Como dije, el sendero no está muy pisado. De hecho, en tramos, la vegetación se lo come y nos dio la impresión de que en poco tiempo estará impracticable.



Además de que el tramo de senda es incómodo porque sigue la tubería y está tapada por la vegetación, a nuestra derecha tenemos altura y hemos de caminar con cuidado.
Vistas desde la senda sobre la tubería.


En medio del sendero este curioso observatorio hecho con un palet. 
Rafa observa desde lo alto.


En esta boca de riego, sin tapa de madera (hemos cruzado otras que tenían una tapa de madera) dejamos este sendero que llevábamos y dejamos la tubería porque se cierra el sendero y nos vamos por la derecha.


Nos parece curiosa esta hierba de nombre científico Asphodelus albus, pero nos gusta más el nombre común de Vara de San José.

“La Botánica no es una ciencia; es el arte de insultar a las flores en griego y latín.” (J.B. Alphonse Karr)


Apenas cien metros después de haber dejado la tubería, empezamos la subida a Les Corones.
Es, sin duda, el tramo más duro de la ruta por su inclinación y desnivel, el descompuesto suelo y la dificultad añadida del suelo mojado.


El día no se abría y el sol no alcanzaba la preponderancia que esperábamos y las nubes y la niebla impedían una buena visibilidad. Aquí intuimos, por la silueta, el castillo de Corbera.


Tenemos que emplearnos a fondo en la subida. El desnivel es importante y nuestro corazón y nuestros pulmones van al 100%. (foto de Robert)


En un punto de la subida nos parece observar un sendero que surge por la izquierda y parece dirigirse a la cima. Pero no lo seguimos, no es objetivo de hoy. Rodearemos la cima y seguiremos nuestro camino.


La niebla va de aquí allá y lo mismo tapa el paisaje o las cimas cercanas que se mueve y nos permite una vista más nítida.

“Humo, lejanía, recuerdo, nada…En los árboles de la colina verde, en los días verdes, los cendales de niebla se van desgarrando lentamente.” (Azorín, “El paisaje de España visto por los españoles”)


Mirad Les Corones después de haberla rodeado. Bueno, lo de mirad es un decir, porque apenas la vislumbramos.


Entre la neblina y gracias a la altura alcanzada, vemos Corbera.


Tras bordear la cima de Les Corones, el sendero sigue ascendiendo pero no con la misma inclinación, pero aún hemos de esforzarnos a base de bien.


Avanzamos entre nubes y vegetación arbustiva y algunos pinos jóvenes.
(foto de Rafa Lafuente)


Mirad la niebla que cubría por momentos el cielo. La visibilidad era muy mala.


Llegamos a este cruce donde vemos un hito y unas marcas de sendero local (SL) que no he podido averiguar cuál es. Aquí teníamos la posibilidad de subir a la Penya Roja desde la que se puede disfrutar de excelentes vistas. Pero el día no estaba para florituras y la vistas serían más bien escasas, por lo que decidimos no subir en esta ocasión.


¡Mirad qué vistas tan espectaculares!

“Se extravió por desfiladeros de niebla, por tiempos reservados al olvido, por laberintos de desilusión. Atravesó un páramo amarillo donde el eco repetía los pensamientos y la ansiedad provocaba espejismos premonitorios.” (“Cien años de soledad”, Gabriel García Márquez) 


Llegamos al collado de la Murta. Aquí se nos ofrecía otra posibilidad de alargar la ruta y hacerla un poco más larga. Pero hoy no teníamos un buen día y decidimos seguir la opción más corta.


Empezamos a descender por un tramo de senda también con buena pendiente y con terreno mojado por el que tuvimos que andar con tiento de no resbalar. Es un tramo de unos trescientos metros aproximadamente. La bajada nos permite una vista amplia, pero en esta ocasión el horizonte estaba oculto por la neblina que opacaba el ambiente.

"Esté el horizonte triste;
¿el paisaje ya no existe?;
un dia rosa persiste
en el pálido poniente...
Llueve, llueve dulcemente."
   
      Juan Ramón Jiménez


La jara negra, paradójicamente, tiene una preciosa flor blanca que nos invita a su contemplación.
Realmente valen la pena esos minutos dedicados a disfrutar de estas pequeñas joyas naturales. No todas las cosas bellas o interesantes están en los museos.

"Mi labio, está dolorido...
tiene una herida adorada.
Mira: esa flor... me ha mordido."

                               Julio Flórez

Descendemos por el sendero con precaución mientras vamos disfrutamos lo que el tiempo neblinoso nos deja ver.

Llegamos a la fuente del Senill, ubicada en el barranco del mismo nombre. Como se aprecia, no mana agua. Nos hemos desviado unos metros del sendero para verla.

"Ya no mana la fuente, se agotó el manantial;
Ya el viajero allí nunca va su sed a apagar."

                                  Rosalía de Castro


Encontramos, junto a la senda, en un punto estratégico por sus vistas, este rudimentario banco de pinos que invita al descanso, la contemplación y la meditación.

Ésta es la vista desde el banco. En un día claro y soleado ganará mucho, pero hoy es lo que hay (me ha salido un juego de palabras).

"El tenue resplandor del sol naciente
poco a poco los cielos ilumina,
y al fresco soplo de vital ambiente
va huyendo presurosa la neblina."

                   Miguel Ángel Corral



Y aquí Rafa comprobando lo que os acabo de comentar.


Escasos metros más abajo llegamos al Paraje Natural de les Fontanelles. Una densa pinada le otorga un ambiente de frescor y belleza. Se nota que ha sido limpiado.


En este paraje se encuentra una encrucijada de sendas que hizo que varios senderistas y corredores pasaran por aquí.


Mesas para picnic en el lugar nos vinieron muy bien para hacer la preceptiva parada del almuerzo.
No por corta la ruta íbamos a dejar de almorzar.


Aquí tenéis el rancho preparado para ser comido.


Tras el almuerzo, seguimos nuestro camino por este bonito paraje. En la foto se aprecia otro de esos bancos rústicos hechos con troncos de pino.


Junto al camino este abrigo que he visto marcado en algún sitio como cueva del Frare, pero no lo puedo afirmar. (foto de Rafa Lafuente)


El sendero ya se ha dulcificado del todo y caminar por aquí se convierte en un bonito paseo.
(foto de Robert)


Este tramo es de lo mejorcito de la ruta. Tal vez si el tiempo hubiera estado mejor las vistas habrían constituido la parte más interesante, pero desde luego, disfrutamos mucho caminar por este bonito y exuberante entorno.


Encontramos los rústicos bancos de troncos por todo el paraje.


El sendero baja paralelo al barranco de les Fontanelles. A nuestra izquierda, altos paredones flanquean el sendero. En la parte izquierda, por encima de las copas de los pinos, podemos ver una oquedad.


Metros después, este panel informativo sobre el paraje que estamos atravesando, nos da explicación del agujero que hemos visto en lo alto de la pared. Se trata de la cueva de les Ratetes, por albergar una colonia de murciélagos de herradura grande así como de otras dos especies diferentes que también habitan la cueva (de cueva y de morro agudo). Algunos invertebrados también viven en esta cueva, lo que hace de ella un lugar de gran valor ecológico. Lo que es una pena es que el panel sólo esté en valenciano. 


Seguimos nuestro camino. Encontramos alguna pala de madera que marca el camino hacia el paraje que acabamos de visitar.


Ya avistamos parte de las murallas del castillo.


El sendero desemboca en esta ancha carretera que seguimos hasta Corbera.


Nuevo panel informativo sobre esta ruta a les Fontanelles, también exclusivamente en valenciano. Seguramente suponga el responsable que un posible turista de otra zona de España no tendrá ningún interés en informarse sobre el paraje y únicamente vaya dirigido a los locales.


En este tramo el barranco de les Fontanelles está encauzado.
(foto de Rafa Lafuente)


La vista sobre el castillo es ahora total.

"Monstruo de piedra, elévase el castillo
rodeado de coposos limoneros,
que sombrean los húmedos senderos
donde crece aromático el tomillo."

                          Julián del Casal


Nos dirigimos hacia él con idea de conquistarlo. 
(foto de Robert)


Bonito contraste entre el verde del trébol y el amarillo CHILLÓN de sus flores.

"Mi cuerpo estará amarillo,
y por la abierta ventana
entrará una brisa fresca
preguntando por mi alma."

  Juan Ramón Jiménez


El castillo de Corbera desde su base. 
El castillo, cuya visita nos trajo hasta aquí, no pudimos conquistarlo. Unos senderistas del lugar nos comentaron que está en fase de restauración y no se permite la entrada al recinto. Por lo tanto, para nosotros, seguirá inexpugnable de momento.


A la entrada de Corbera, a punto de terminar nuestra ruta, nos detuvimos a leer este panel donde nos pudimos informar de diferentes edificios y lugares emblemáticos de la localidad. En esta ocasión se encontraba en valenciano y castellano. Así debe ser.


Y terminamos nuestra ruta en la sencilla ermita del Santísimo Cristo (1892), situada en el cruce de las calles Calvario y Santísimo Cristo y formaba parte del antiguo cementerio y del Via Crucis que ya no existen. Como veis, leer es muy instructivo.

Ponemos punto y final a una nueva ruta. Nuestra hambre de montaña tal vez nos acabe devorando algún día. Mientras intentaremos seguir comiendo hasta que nuestro cuerpo diga "basta".

Pincha en el enlace para ver las fotos de la ruta.

Debemos disfrutar de la montaña siempre de la manera más segura posible para evitar riesgos y accidentes. Para ello es importante que leas estos consejos sobre "Seguridad en la práctica de senderismo y emergencias en montaña".

La ruta en el mapa.


La ruta en Wikiloc

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