"Un caminejo torcido y pedregoso subirá por una montaña sin árboles, matizada de rastreras plantas olorosas. El romero, el tomillo, el cantueso, el hinojo, llenarán de un sutil y penetrante aroma el ambiente. De raro en raro, quizá haya un macizo de pinos olorosos, henchidos de resina, que susurran a ratos al blando viento." (Azorín, “El paisaje de España visto por los españoles”)
“Podemos
sentirnos auténticos peregrinos, pero lo más posible es que sólo seamos un
remedo, un reflejo múltiple de los miles de peregrinos que ya han recorrido el
Camino.” (“El Camino Mágico de Santiago”, Xosé Azofra Carballo)