Decía Santiago, el protagonista de El Alquimista de Claudio Coelho que“Es justamente la posibilidad de realizar un sueño lo que hace que la vida sea interesante.” Intentamos hacer nuestra vida interesante persiguiendo nuestros sueños y uno de esos sueños es, desde luego, disfrutar de la montaña hasta que nuestro cuerpo lo permita.
En esta ocasión nos desplazamos de nuevo al Parque Natural de la Sierra de Espadán para realizar una entretenida y dura ruta que nos lleva desde Villamalur hasta Torralba del Pinar siguiendo el GR 333 y que nos devuelve hasta Villamalur esta vez por el GR 36, que coincide con el antiguo camino desde Torralba hasta esta población. Es una ruta dura en los primeros tres kilómetros que son de constante subida porque nos llevan a salvar un desnivel de unos cuatrocientos metros en esa corta distancia. De esos tres kilómetros el último es el más duro y nos pondrá a prueba. Villamalur (644 m) y Torralba del Pinar (729 m) son dos de los pueblos más altos de esta sierra.
Una vez más la noche aún ocupa la hora de partir hacia nuestra nueva ruta. Madrugar no nos importa. Vamos en busca de cumplir un nuevo sueño.
"Mátame al amanecer,
o de noche, si tú quieres;
pero que te pueda ver
la mano;
pero que te pueda ver
las uñas;
pero que te pueda ver
los ojos,
pero que te pueda ver."
Nicolás Guillén.
Tras hora y media después de la partida llegamos hasta el punto de partida: el área recreativa de la rambla de Villamalur.
Antes de iniciar la ruta, posamos "para la prensa". Es la habitual foto de dúo: Rafa Lafuente a la izquierda y servidor a la derecha.
Evidente e importante cruce de caminos como prueban estos postes direccionales. En nuestro caso seguiremos la dirección "Torrralba del Pinar" que marca la paleta del GR 333, a 6,61 km.
Los primeros metros de recorrido son compartidos con el GR 36 y el PR CV 276, hasta llegar a este punto, donde abandonamos a estos dos últimos para continuar de frente siguiendo el GR 333.
Transitamos por un camino ancho que transcurre paralelo al barranco de Berniches.
Como indica esta tosca señal se trata del camino a Matet y Pavías.
Cuando llevamos aproximadamente un kilómetro el camino se convierte en senda y empezamos a notar que la pendiente se acentúa.
Entre el predominante color verde, encontramos notas de color otoñales.
Como bosque de la sierra de Espadán, no podían faltar los alcornoques. Tenderemos ocasión de disfrutar de ejemplares de gran porte.
Poco a poco vamos poniendo a prueba nuestras piernas, nuestros pulmones, nuestro corazón, nuestra mente...
...aunque el paisaje por el que caminamos nos hace compensar el esfuerzo.
Este gran ejemplar de alcornoque yace en mitad del camino dándonos otra de las lecciones que nos enseña la naturaleza: hasta los más grandes mueren. Nosotros no haremos leña del árbol caído.
"Troncos de soledad,
barrancos de tristeza
donde rompo a llorar."
Miguel Hernández
La constante subida nos hace detenernos de vez en cuando y echamos la vista atrás para tomar conciencia de lo recorrido. Villamalur a los pies del cerro del castillo.
El sendero se vuelve a ensanchar lo que agradecemos porque nos permite recuperarnos un poco.
Y junto al camino, nos encontramos con un alcornoque monumental. Tal vez nos faltó una foto junto a él para apreciarlo mejor. Pero su porte y señorío no admite dudas sobre su monumentalidad.
"Sé bien que soy tronco
del árbol de lo eterno.
Sé bien que las estrellas
con mi sangre alimento.
Que son pájaros míos
todos los claros sueños…
Sé bien que cuando el hacha
de la muerte me tale,
se vendrá abajo el firmamento.
Juan Ramón Jiménez
De nuevo otra tosca señal no indica que vamos por el camino de Pavías.
En este punto dejaremos la comodidad de la pista para desviarnos por este sendero que sale a nuestra derecha. A partir de aquí comienza el tramo más duro de toda la ruta que nos llevará hasta el punto más alto de la misma, con gran esfuerzo por nuestra parte.
Subimos acompañados de bonitos ejemplares de alcornoque que mitigan con su belleza nuestro esfuerzo.
"En mis pagos hay un árbol,
que del olvido se llama,
al que van a despenarse, vidalita,
los moribundos del alma."
Fernán Silva Valdés
El sendero nos devuelve a la pista que dejamos antes pero apenas la pisamos nos desviamos enseguida por una senda a la derecha que nos marca el poste: "Monte alto del Pinar".
Mirad la subida que comenzamos ahora, con gran pendiente y mucha piedra suelta.
"El camino fue largo, muy largo,
fue malo también:
los tropiezos que en él abundaban
lo hacían difícil, cansaban los pies."
Vicenta Castro Cambón
El desnivel y la pendiente nos obligan a realizar pequeños descansos que nos sirven para deleitarnos con el paisaje circundante. Al fondo a la derecha descubrimos el pico de Santa Bárbara de Pina.
"Entonces, muerto de angustia,
ante el panorama inmenso,
mientras cae el agua mustia,
pienso."
Carlos Pezoa Berliz
Aquí lo acercamos con el zoom de la cámara.
Alguna rapaz nos rondaba desde el cielo, muy alta.
"Quiero morir cuando decline el día,
en alta mar y con la cara al cielo,
donde parezca sueño la agonía,
y el alma, un ave que remonta el vuelo."
Manuel Gutierrez Nájera
La luna también se dejaba ver, aunque de manera tímida ya que apenas veíamos una parte. Esta luna nos muestra otra enseñanza de la naturaleza: no podemos decir que aún viendo la luna sea de noche.
Las cosas no son blancas o negras. Entre uno y otro color hay una inmensidad de tonos.
"La luna me echa en el alma
honda, un agua de deslumbres,
que me la deja lo mismo
que un pozo templado y dulce.
Juan Ramón Jiménez
Algún tramo muy empinado, casi vertical, se nos atraganta un poco.
Seguramente cada vez somos más mayores. Pero somos conscientes también de que “Ningún camino de flores conduce a la gloria.” (La Fontaine)
Nueva parada para recuperarnos del resuello y que aprovechamos para disfrutar lo que la altura nos proporciona.
"NUBES flotantes, húmedos vapores,
viajeras incansables del espacio,
que vestís los colores
del rubí, del zafír y del topacio!
veros me place; el sol os ilumina
y le tendéis magnífica cortina."
José Tomás de Cuéllar
Tras la parada, otra vez a subir. Se nos hace eterna la subida.
Llegamos al pocico de la Hornera, en término de Villamalur. Tenía agua.
A escasos metros del aljibe,salimos a esta pista. A la derecha iríamos hasta la cima del Alto del Pinar que en esta ocasión obviaremos. Nosotros seguiremos hacia la izquierda. Hemos alcanzado el punto más alto de la ruta.
"Al bosque me llevó mi fantasía,
y en su fondo erizado de retamas.
hallé un gigante pino, cuyas ramas
eclipsaban la luz del medio dia."
Manuel del Palacio
La altura alcanzada, aproximadamente sobre los mil metros, nos permite tener buenas vistas hacia el valle del Palancia. En la foto, Gaibiel.
También alcanzamos a ver la población de Jérica, con su emblemática torre mudéjar, única en la Comunidad.
Nos salimos unos metros del camino para acercarnos a otro aljibe, el pocico de Torralba. También tenía agua.
El paseo por la pista es cómodo y nos ha permitido recuperar la respiración y las pulsaciones.
Se trata de una pinada muy bien cuidada y muy agradable de caminar.
"Quien prefiere lo vivo a lo pintado
es el hombre que piensa, canta o sueña."
Antonio Machado
Entre los pinos acertamos a ver el pueblo de Torralba del Pinar. Aunque aún nos quedan algo más de dos kilómetros.
También asoma el Pinar.
La pista acaba en una pequeña explanada en la que no se aprecia continuidad. Aprovechamos la pequeña incertidumbre para disfrutar del paisaje, de ese horizonte tan lejano en el que apreciamos la silueta de Peñagolosa.
"La vida nos acorta la vista
y nos alarga la mirada."
Roberto Juarroz
Pero en la izquierda de la explanada, junto a estos pinos, asoma una senda en bajada que es la continuidad de nuestro camino.
El sendero es corto pero tiene pendiente de bajada. Nos dejará en el collado de la Rocha.
En la bajada, que hacemos con cuidado, encontramos un grupo de arces de Montpellier que rebosan color de otoño.
Pasamos junto a un bebedero de animales.
Y llegamos al collado de la Rocha donde continuamos por la derecha. Por la izquierda subiríamos a lo alto del Pinar.
El primer tramo de bajada lo hacemos por un mullido terreno porque el sendero está cubierto por pinocha y ramas de pino trituradas.
El motivo es que se ha estado limpiando el suelo de la pinada.
Acabado ese tramo, volvemos al sendero normal, con algo de pendiente y su dosis de piedra suelta que nos obliga a bajar con precaución.
El llevar cuidado en la bajada no impide que disfrutemos de bonitas panorámicas como ésta, donde vemos en sombra el Peñagolosa y un tímido sol iluminando el ambiente a través de los huecos que las nubes le dejan.
"Regresan por los montes de mañana
las voces claras de tu lejanía."
Carlos Pellicer
El sendero desemboca en esta carretera que cruzamos para buscar un sendero que desciende.
El sendero zigzaguea y nos llevará a enlazar con el GR 36.
Pasamos por una pedrera, típica de la sierra de Espadán.
Vemos a nuestra derecha el cerro en el que se ubica el castillo de Villahaleva.
Llegamos a este cruce donde vemos esta paleta y que seguimos en dirección a Torralba, del que nos separa apenas un kilómetro...
...y enlazamos con el GR 36.
El sendero nos dejará en doscientos metros en el collado de San Cristóbal.
El collado de San Cristóbal coincide con la carretera que seguiremos unos doscientos metros.
El otoño aparece tímidamente entre los pinos.
"Oyes en medio del otoño
detonaciones amarillas?
por qué razón o sinrazón
llora la lluvia su alegría?"
Pablo Neruda
Dejamos la carretera por la izquierda para acercarnos a Torralba por senda.
Dejamos el sendero unos metros para acercarnos a la Fuente del Cerezo.
Y enseguida tenemos frente a nosotros la población de Torralba.
Entramos en Torralba por las antiguas eras.
Y nos detenemos en el cruce de la calle de la Iglesia con la CV 203.
Aquí paramos a almorzar en el bar restaurante El Pinar.
"Ante el pálido lienzo de la tarde,
la iglesia, con sus torres afiladas
y el ancho campanario, en cuyos huecos
voltean suavemente las campanas,
alta y sombría, surge."
Antonio Machado
No sólo hemos de alimentar el espíritu. El cuerpo necesita también lo suyo. Aquí pudimos almorzar contundentemente como se puede apreciar y acariciados por un tibio sol de otoño nada molesto, muy agradable.
Tras el almuerzo hemos de seguir. Nos queda volver a Villamalur. Ahora lo haremos por el antiguo camino de Torralba a Villamalur, por el que transcurre el GR 36. Salimos de Torralba por el mismo sitio por donde entramos.
El senderismo no es únicamente un ejercicio físico. Quien piense así tiene una visión muy parcial. Además del aspecto físico, hay muchas otras cosas que componen esta actividad. Una de ellas es disfrutar de todos aquellos detalles por pequeños que sean que nos produzcan emociones, sensaciones, pensamientos, sentimientos...Disfrutar de la belleza de esta flor de diente de león es una de esas pequeñas cosas que también forman parte del senderismo.
"Flor de un día es lo más grande
al pie de lo más pequeño.
Flor de la luz el relámpago,
y flor del instante el tiempo.
Miguel Hernández
O estas otras tan sencillas que también nos conmueven.
"Orgullo de la enramada,
blanca y leve florecilla,
más que todas delicada,
y más que todas sencilla."
Carolina Coronado
Decimos adiós definitivamente a Torralba.
Salimos de nuevo a la carretera...
...y llegamos al collado de San Cristóbal y dejamos la carretera para seguir por el sendero que sale a nuestra izquierda.
Mucho más benigno este camino que el que nos llevó hasta Torralba.
En el centro, el cerro del castillo de Villahaleva por cuya base pasa el camino.
Llegamos de nuevo al cruce donde se enlaza con el GR 333. Ahora nos vamos hacia la izquierda.
El tramo está adornado por arces de Montpellier como el de la foto.
Otro ejemplo aquí de arce junto a unos helechos tristemente secos.
"El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos."
Federico García Lorca
Este tramo de GR 36 es frondoso en muchos tramos.
Una pena ver los helechos tan secos.
En tramos más despejados podemos disfrutar de grandes horizontes. En la foto, en su lado derecho, la redondeada cima del Turio.
Y otra vista del Peñagolosa.
Llegamos al collado de la Sierpe a los pies del monte de El Castillejo. Cruzaremos para seguir por la senda.
En el collado encontramos este pilón que separa los términos de Ayódar y Villamalur.
Desde aquí dos kilómetros y medio nos separan de la rambla de Villamalur.
Vistas hacia el pico Espadán y de todo el cordal hasta la Peña Pastor.
Desde el collado de la Sierpe, todo el camino es de bajada.
Ya podemos vislumbrar el cerro del castillo de Villamalur.
Acercamos la cima con el zoom y podemos ver los restos del castillo.
Y poco después, aparecen algunas casas de Villamalur.
El sendero desemboca en la carretera que nos llevará hasta la rambla.
La seguimos unos trescientos metros.
Villamalur entre las ramas de los pinos.
Dejaremos la carretera por este atajo que evita una curva.
Justo en el desvío, el corral del Mesillo.
Volvemos de nuevo a la carretera que no dejaremos hasta la rambla.
Desde la parte de arriba de la carretera podemos ver el área recreativa de la que partimos.
Y finalmente, volvemos al punto de inicio. Aquí ponemos punto y final a nuestra preciosa, entretenida y dura ruta en su primera parte. Hemos vuelto a disfrutar de una nueva ruta en esta maravillosa sierra que nunca defrauda.
En marzo de 2013 realizamos esta ruta pero ascendiendo al Alto del Pinar(Villamalur) y al Pinar (Torralba). Si os interesa podéis pinchar en el siguiente enlace: "Alto del Pinar y el Pinar".
“Un paisaje se conquista con las suelas del zapato, no con las ruedas del automóvil.” (William Faulkner). Esa es nuestra intención y nuestra ilusión.
La ruta en el mapa
La ruta en Wikiloc
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Película
Hola Emilio...
ResponderEliminarMucho tiempo sin pasar por tu blog y muy mal por mí parte.A ver si voy sacando tiempo,para recuperar los "buenos hábitos" de visitar y disfrutar de los blogs que sigo,como el tuyo.
...Y metiéndonos en la ruta que nos has mostrado y contado,sin duda Espadán siempre nos deja más que satisfechos,se haga lo que se haga.
Magnifico recorrido entre Villamalur y Torralba.Bastante reciente tengo ese GR-333, aunque ya ha pasado año y medio desde que lo hicimos en 2021.Nosotros la hicimos a la inversa y la subida también picaba y después de bajada con tiento y buena ayuda de los bastones de montaña.
Muy buena circular que no descarto hacer un un futuro cercano.
El almuerzo en Torralba,buen premio al esfuerzo realizado... jejeje.
La reflexión que haces sobre el senderismo,muy acertada, porque no solo es andar,hay muchísimos detalles que que nos llenan cada vez que salimos a la montaña...
Un abrazo.
¡Hola, Juane! Como bien sabes, la sierra de Espadán nos ofrece parajes inolvidables que hechizan e invitan a visitarla una y otra vez. Esta ruta tiene los alicientes suficientes para pasar una gran jornada senderista. La situaciones y circunstancias particulares hacen que no dispongamos de todo el tiempo que nos gustaría para visitar los blogs amigos, pero intentaremos ir solucionándolo. A mí me pasa lo mismo que a ti.
EliminarUn abrazo.
Enhorabuena buena ruta y buenos comentarios.
ResponderEliminarUn saludo
¡Hola, anónimo! Gracias por tu comentario. Me alegro que te haya gustado.
EliminarUn saludo.