“No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos.” (Herman Hesse) De la misma manera, no debemos decir de ninguna ruta por sencilla que sea, que es pequeña o indigna. Vivimos y disfrutamos de nuestras sencillas, hermosas y magníficas rutas, y cada una de ellas contra la que cometamos esa injusticia es una estrella que apagamos.
En esta ocasión realizaremos una corta, sencilla y bonita ruta en la Sierra Calderona que nos lleva desde Serra a lo alto del mirador del Vizcaíno. Desde aquí buenas vistas sobre el Sierro, Rebalsadors, castillo de Serra, Alt del Pi, la Gorrisa, el puerto del Oronet...Antes de subir al mirador, pasaremos por la torre de Ria. Y volveremos a Serra siguiendo un bonito tramo de GR 10. Es una de esas rutas que por muy sencilla que nos parezca, no tiene nada de "pequeña" o indigna".
Como siempre un buen madrugón nos dejó en el aparcamiento de Serra frente al Ayuntamiento a una hora muy temprana como se puede apreciar en la fotografía.
“Soy
contento de esperar que ría el alba, aunque yo llore lo que ella tardare en
venir.” (Don Quijote)
Frente al edificio del Ayuntamiento, una escultura de metal del itinerario "La ruta de las esculturas", que invita al viajero a hacer un recorrido por la población descubriendo el rico patrimonio cultural, etnológico y monumental de la población a través de unas esculturas de metal que representan a diferentes personajes tanto históricos como populares. En este caso el personaje que representa la escultura es la Calderona, actriz muy conocida en el S.XVII amante de Felipe IV que según una leyenda, en los últimos años de su vida se escapó del convento en el que estaba recluida para venir a estas montañas y unirse a un grupo de bandoleros para poder sobrevivir. Ella daría nombre a esta sierra.
Empezamos a caminar un tramo por la carretera a Torres Torres. Aún es de noche y la falta de luz baja muchísimo la calidad de las fotos.
Aproximadamente a medio kilómetro de la salida dejamos la carretera por este camino que sale a nuestra derecha.
Recorreremos un tramo de GR 10.
Tras cruzar el barranco, nos espera una amplia pista en ligera subida.
La luz aún es muy pobre. El sol se resiste a salir. Esta pala nos indica que seguimos la "Ruta del Castillo".
Nos desviaremos unos metros para visitar la torre de origen islámico de Ria. Según explica el panel, se trata de una torre defensiva del desaparecido poblado de Ria. Tantas veces por la zona y jamás había venido hasta aquí.
Torre de Ria.
"Desde mi torre de marfil
miro la vida que discurre.
Mi alma romántica y sutil
suspira, sonríe y se aburre."
Medardo Ángel Silva
Los tramos empedrados demuestran que surcamos un camino con solera, un camino que ha conocido muchas vidas, muchas historias, muchas alegrías, muchas penas.
"Voy camino de la tarde
entre flores de la huerta,
dejando sobre el camino
el agua de mi tristeza."
Federico García Lorca
El Sierro u oronet, cima emblemática de la Calderona que será un referente en buena parte de la ruta.
¿Qué me decís de la sencillez de la olivarda? ¿Y del contraste de sus amarillos pétalos al lado de tanto verde? ¿Vale la pena detenerse unos instantes para disfrutar de ella?.
Esta pala ofrece dos opciones: "Castell per senda" y "Castell per l'ombria". En nuestro caso, seguiremos la segunda opción por la izquierda.
Hemos adquirido ya cierta distancia desde que salimos. Echando una mirada atrás vemos Serra.
Tampoco la blanca flor del dondiego nos pasa desapercibida.
"Orgullo de la enramada,
blanca y leve florecilla,
más que todas delicada,
y más que todas sencilla."
Carolina Colorado
Seguimos por rojiza y ancha pista.
Echamos un vistazo a Rebalsadores que vemos aún con poca luz.
El sol está perezoso últimamente y sale más tarde.
En este cruce seguiremos de frente. A la vuelta, volveremos por el sendero que ahora vemos salir por nuestra derecha.
Pasamos por la fuente de la Umbría. En esta ocasión no bajamos.
"La
fuente vieja, Platero, donde tantas veces me has visto parado tanto tiempo,
encierra en sí, como decir, el sentimiento de la vida verdadera." (J.R.
Jiménez, "Platero y yo")
Este panel en la bajada a la fuente nos da información de uno de los oficios ya desparecidos vinculado con la bondad de las aguas de las fuentes de esta sierra. Se trata del oficio de los aguadores, que llevaban el líquido elemento desde estas fuentes hasta Valencia y pueblos de alrededor.
Seguimos tranquilamente por la pista, disfrutando del entorno donde el pino blanco abunda.
Al fondo, iluminada por el sol, la montaña de la Gorrisa.
Acercamos con el zoom el convento de las Carmelitas Descalzas de Serra ubicado a los pies de la Gorrisa.
Y de nuevo, el Sierro al que también le han llegado ya los primeros rayos de sol de esta mañana.
Nuevo cruce. Izquierda.
Y ya somos capaces de ver el mirador del Vizcaíno al que vamos a subir en breve.
Ahora lo veis más cerca.
Como vemos en las fotos, hemos de subir hasta allí, hay pendiente pero es bastante llevadera y se hace bien.
Transitar por caminos en la montaña produce un placer difícilmente descriptible.
"No. Mejor a pie
Veré los colores
Del verano mío,
Que aún no me conoce."
Jorge Guillén
El sol poco a poco va iluminando del todo el Sierro.
Encontramos monumentales pìnos que atraen nuestra atención.
"Al bosque me llevó mi fantasía,
y en su fondo erizado de retamas.
hallé un gigante pino, cuyas ramas
eclipsaban la luz del medio dia."
Manuel del Palacio.
Otro elemento recurrente en gran parte de la ruta es el castillo de Serra.
Hemos adquirido ya una buena altura que nos permiten disfrutar de vistas como ésta sobre Serra y la Gorrisa.
El convento de las Carmelitas.
No nos olvidamos tampoco del Alt del Pi y sus inconfundible antenas, casi imperceptible en la foto por el contraluz.
La altura también nos permite una amplia visión sobre la comarca del Camp de Túria.
En la foto la localidad de Ribarroja de Túria.
Seguimos subiendo por la pista que ahora es algo más incómoda no sólo por la pendiente sino por tener cantidad de piedra suelta que la hace algo más pesada.
"Yo no volveré. Y la noche
tibia, serena y callada,
dormirá el mundo, a los rayos
de su luna solitaria.
Juan Ramón Jiménez
Si el amarillo de la olivarda nos atrajo, no puede ser menos el rojo intenso de los frutos del lentisco, en periodo de maduración.
En el último tramo de pista antes de llegar al desvío de la senda que nos llevará hasta el mirador, encontramos este gran pino serrado de grandes dimensiones: hasta los más grandes imperios caen. (foto de Rafa Lafuente)
"Troncos de soledad,
barrancos de tristeza
donde rompo a llorar.
Miguel Hernández
El sendero transcurre por una tupida pinada que es un gozo de transitar.
"El sol ha mandado un rayo
de oro estraño a la arboleda,
un rayo flotante, dulce
luz a las cosas secretas."
Juan Ramón Jiménez
El sendero, en su primer tramo, transcurre por el cordal junto al borde. Y nos lleva hasta un mirador natural en un saliente de rocas con excelentes vistas.
Por ejemplo del castillo de Serra...
...o del Alt del Pi...
Y como debido a que por la oscuridad de la noche cuando llegamos a Serra no nos habíamos hecho la foto de dúo, aprovechamos esta excelente atalaya inundada ahora por el sol para hacernosla. A la iza. Rafa Lafuente y a su lado un servidor.
Llegamos a un cruce con una senda más ancha a la derecha que se aparta ya del borde y que seguimos.
El camino nos deja junto al refugio de Les Llomes que encontramos cerrado.
Desde el refugio sale un camino que nos conduce hasta el extremo donde se encuentra el mirador.
En los puntos en que los pinos se aclaran, vemos el Sierro que no ha dejado prácticamente de seguirnos durante todo el día.
Ampliada la cima con el zoom acertamos a ver, aunque mínimamente, la cruz que corona su cima.
También podemos ver las duras rampas de la carretera que sube al Garbí, plagada de ciclista que intentan emular a los profesionales de la bici ascendiendo míticos puertos de montaña.
También tenemos vistas hacia el valle del Palancia. En la foto, la localidad de Castellnovo y la ermita de San Critóbal en la cima del cerro que domina la población. Al fondo, la sierra de Gúdar donde vemos Peñacalva, a la izquierda y distinguimos también el Cabezo de las Cruces hacia el centro de la foto.
Este es el mirador del Vizcaíno al que nos asomamos para disfrutar de las vista durante unos minutos.
El castillo de Serra, ahora más visible...
...Serra...
...El Sierro...
Tras disfrutar del paisaje, retomamos el camino que nos trajo aquí y volvemos sobre nuestros pasos.
De nuevo pasamos junto al refugio, que dejamos para seguir rectos y salir a la carretera.
Salimos a la carretera y la seguimos hacia la derecha unos doscientos metros para llegar...
...hasta el restaurante El Chaparral, otro objetivo de la ruta puesto que pensábamos almorzar allí.
Tras reponer fuerzas seguimos por la carretera dirección el Garbí durante un kilómetro, teniendo precaución por los vehículos que circulan por allí.
Aunque es asfalto, disfrutamos igualmente porque las vistas nos lo hacen olvidar.
También nos distraen bonitos ejemplares de pino como éste, azotado por los vientos que le han conferido esta tortuosa forma.
“Ningún
árbol es fuerte sin contínuos vientos; pues con ellos se fortifican más sus
raíces.” (Lucio Anneo Séneca)
Y la luna que no nos deja ni un solo momento, ahora con un cielo más azul de fondo.
"La luna está muy cerca,
quieta en el aire nuestro.
El que yo fui me espera
bajo mis pensamientos."
Jorge Guillén
El Alt del Pi a un tiro de piedra. Pero hoy no es nuestro objetivo.
Y más bonitos ejemplares de pìnos que nos distraen caminando por el prosaico asfalto.
Hemos visto pocos alcornoques y tenemos la suerte de ver este espléndido ejemplar.
"La gracia cenicienta de la encina,
hondamente celeste y castellana,
remansa su hermosura cotidiana
en la paz otoñal de la colina."
Leopoldo Panero
Transcurrido un kilómetro como comenté antes, encontramos las paletas direccionales del GR 10 que nos guían y nos señalan el camino a seguir: Serra, 3'1 km.
Un sendero en descenso por una bonita, mágica y tupida pinada nos llevará hasta la fuente de la Umbría y desde ahí, de nuevo hasta Serra.
“Hay veredas escurridizas, otras cuajadas de espinos y otras secas, como las hay más verdes pero más largas o menos pronunciadas pero que exigen más tiempo para recorrerlas. Toma la que se avenga contigo y no desfallezcas. (Ramiro Calle, “Los mejores aforismos y parábolas de Oriente.”)
Una delicia caminar por el bosque.
Apenas un piar o un aleteo de algún pajarillo rompe el silencio.
"Y adoro
ese verde con sol de los pinares
tan parecido al verde de tus ojos."
José María Pemán.
El bosque está rebosante de brezo que ahora muestra en toda su plenitud, una multitud de florecillas pequeñas, sencillas y vistosas que alegran el monte y el sendero.
"Mi corazón alegras
con tu flor diminuta y tu silencio.
¡Cómo llenas las horas en abismo
de mi pasar sediento!"
Antonio López Baeza
Los madroños, también muy abundantes en esta sierra, muestran su mejor imagen con gran cantidad de frutos algunos de ellos ya maduros y listos para comer.
Salimos a la pista en este cruce que habíamos obviado esta mañana. A la derecha volveríamos a la fuente de la Umbría que vimos por la mañana, pero ahora dirigiremos nuestros pasos hacia la izquierda, dirección Serra.
Apenas hemos salido a la pista, la dejamos para seguir por la derecha por donde ya vinimos esta mañana. Por la izquierda subiríamos al castillo.
Ya avistamos Serra muy cerca.
La marca azul nos guía.
Cercanos ya a Serra la vegetación cambia un poco y vemos otro tipo de árboles además de los pinos, como este ejemplar fabuloso de algarrobo. También encontramos olivos y almendros que indican la presencia de campos de labor que fueron cultivados no hace mucho y ahora están abandonados.
Pasamos de nuevo por el barranco de Marianet. A la mañana, casi a oscuras, sólo oíamos el rumor del agua del arroyo pero no podíamos verlo. Ahora podemos ver el agua además de escucharla.
De nuevo salimos a la carretera de Torres Torres que ahora seguimos a la izquierda dirección a Serra.
Y volvemos a detenernos ante una flor, ante unas flores, y no es para menos. Preciosas las campanillas que parecen tener una lucecilla iluminada en el centro de la corola.
“¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir.” (Confucio)
Y llegamos por fin al aparcamiento frente al Ayuntamiento de Serra desde donde partimos esta mañana. La oscuridad de la noche es ahora clara luz del día.
Decía Petra Kelly, diputada del partido verde alemán, que "Todos quieren volver a la naturaleza, solo que no a pie." Pues no es nuestro caso. Nos encanta ir a pie, a la naturaleza o a pueblos y ciudades. Nos gusta andar, andar, andar...
La ruta en el mapa.
La ruta en Wikiloc.
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Película
Preciosa entrada y me alegro de leerte
ResponderEliminar¡Hola, mcarmenfaura! Me alegro que te haya gustado. Ahora a disfrutar haciéndola.
EliminarUn saludo.