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“Nos gustaría vivir y morir como las brevas: caernos del árbol de la vida sólo después de habernos puesto morados.” (Anónimo). Esa es nuestra pretensión, caernos del árbol de la vida después de habernos puesto morados subiendo y bajando montañas.
En esta ocasión nos acercamos, para ponernos morados, a la agreste y fantástica comarca del Alto Mijares que siempre nos depara extraordinarias rutas. En concreto nos fuimos a la población de Torrechiva para realizar una bonita ruta que nos lleva desde esta localidad hasta la de Toga por un antiguo camino de herradura que forma ahora parte del GR-333. Este sendero nos conduce hasta el pilón de término de Torrechiva, donde enlazaremos con el SL-CV 70 (antiguo camino de Fuentes de Ayódar a Toga) que nos dejará en Toga. Una vez allí, saldremos de la localidad y retomaremos el GR-333 que nos devuelve a Torrechiva bordeando los Morrones.
A muy pronta hora, como habitualmente, nos encontrábamos en Torrechiva dispuestos para comenzar la ruta. El campanario de la iglesia de San Roque fue testigo de nuestra llegada.
Tañía una campana
en el azul cristal
de la santa mañana
oración campesina,
que temblaba en la azul
santidad matutina.
Valle Inclán
Y la preceptiva foto de grupo que últimamente es individual o de dúo.
De izq. a der. Rafa Lafuente y servidor.
Iniciamos el recorrido buscando la bajada al río por la ronda del Mijares.
Pasamos por el Ayuntamiento, sito en este edificio destinado también a otros usos.
Y seguimos bajando por la ronda del Mijares.
Mientra bajamos hasta el cauce del río nos vamos entreteniendo con elementos curiosos que vamos viendo, como esta barandilla realizada con aperos de labranza.
O con puertas con cuidada decoración.
“No hay dos puertas iguales: respetadlas todos. Yo siento una profunda veneración por ellas; porque sabed que hay un instante en nuestra vida, un instante único, supremo, en que detrás de una puerta que vamos a abrir está nuestra felicidad o nuestro infortunio…” (Azorín, “ Las confesiones de un pequeño filósofo”)
Enfilamos el último tramo de bajada al río. Al fondo distinguimos las cimas que nos dan una idea de la altura a la que subiremos.
Ya junto al río. encontramos las ruinas de lo que al parecer fue un antiguo molino.
Antes de continuar, nos desviamos unos metros de nuestro camino para acercarnos a un pequeña playa que forma el Mijares.
Es un bonito recodo donde el río se remansa y espejea y se respira paz y tranquilidad.
"Corre, corre, manso río
corre y dile que la adoro,
que estoy pálido y sombrío,
que por sus desdenes lloro,
y dile que es mi tesoro;
pero, corre, manso río."
Julio Flórez
Tras la visita a la playita fluvial, volvemos sobre nuestros pasos y seguimos nuestro camino. Cruzamos este puente sobre el Mijares.
“El hombre no es
más que una caña, el ser más débil de la naturaleza. Pero es una caña que
piensa.” (Blaise Pascal)
El Mijares desde el puente que lo cruza.
“Por
numerosos que puedan ser los meandros del río, acabará por ir a parar al mar.”
(Proverbio hindú)
Ya hemos caminado un trecho y nos damos la vuelta para ver cómo Torrechiva se despierta.
Dejamos el camino que llevábamos para meternos por esta senda que nace a la izquierda. Es un antiguo azagador que iba a Espadilla.
El azagador aún conserva el empedrado en muchos tramos.
"Blanca senda, camino olvidado,
¡Bullicioso y alegre otro tiempo!
del que solo y a pie de la vida
va andando su larga jornada, más bello
y agradable a los ojos pareces
cuanto más solitario y más yermo.
Rosalía de Castro
Siempre encontramos especies vegetales que no conocíamos y que nos entretiene unos instantes.
Ya hemos subido algo más. Nos espera aún una subida con bastante pendiente que requerirá un buen esfuerzo por nuestra parte. Esto ha sido sólo el principio.
Aquí ya vemos palas del GR 333 que vamos a seguir hasta el pilón de Torrechiva.
Aquí el sendero ya se empina de lo lindo, pero a nosotros nos gusta el esfuerzo.
Y Torrechiva cada vez más alejada de nosotros.
El sendero asciende sobre el barranco de la Jara. Las vistas son magníficas.
Los lentiscos rebosaban de rojos frutos que contrastaban con el verde que les rodeaba.
Pasamos dos pedreras.
Y cruzamos el barranco de la Jara a la otra vertiente.
En este punto la vegetación es muy exuberante.
Torrechiva a vista de pájaro.
Pues aún nos queda mucho por subir todavía.
El sendero, por la otra vertiente, sigue en ascenso.
Seguimos en pleno esfuerzo en una subida exigente que nos activa los pulmones y el corazón (foto de Rafa Lafuente)
"¡Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito."
Pablo Neruda.
Pasamos por bonitos tramos.
Los enebros también presentan sus frutos.
La altura nos permite muy buenas vistas. Al fondo vemos asomar la meseta de Peñacalva.
También vemos asomar la inconfundible cima del Penyagolosa.
Nos apartamos unos metros del sendero para ver esta masía en ruinas y pensamos unos momentos lo duro que era la vida no hace mucho tiempo atrás. Creo que ahora no seríamos capaces de llevar ese estilo de vida.
"Y aquí estoy yo, brotado entre las ruinas,
mordiendo solo todas las tristezas,
como si el llanto fuera una semilla
y yo el único surco de la tierra."
Pablo Neruda
En el tronco de un pino, junto a las ruinas, encontramos esta escultura "inacabada" de lo que parece un pájaro carpintero.
“El
cielo está limpio, diáfano; no aparece ni la más tenue nubecilla en la infinita
y elevada bóveda de azul pálido.” (Azorín)
“Una
montaña que se ve en el horizonte, sobre el cielo límpido, es una imagen que se
graba en nuestra alma y que en ella reposa durante tiempo y tiempo.” (Azorín,
“España”).
Si antes veíamos asomar tímidamente la meseta de Peñacalva, ahora la vemos al completo. Se nota que hemos ascendido bastante.
Y lo mismo ocurre con el Cabezo de las Cruces.
Cruce a la izquierda. Al fondo la sierra de Espadán.
Al fondo el Pinar o Alto de la Santa (1102 m) de Torralba.
Éste es el Alto del Pinar (1044 m.) de Villamalur.
La Rápita o Alto de los Cubos (1106 m.) de Alcudia de Veo.
El pico Espadán (1099 m) también de Alcudia de Veo.
Caminamos ahora, después de la subida, por una cómoda meseta que nos viene muy bien.
Y llegamos al pilón de Torrechiva, que delimita los términos de Torrechiva, Toga y Espadilla. En este punto enlazamos con el SL-CV 70 que nos lleva hasta Toga.
Seguimos disfrutando del terreno plano y de este magnífico paisaje típico del Alto Mijares: grandes espacios, silencio, soledad...
"Y hay en nuestras montañas, y en nuestros cielos
en cuanto tiene vida y en cuanto tiene ser,
un color de suavidad y transparencia húmeda,
de vaguedad, que sólo a nosotros da placer."
Rosalía de Castro
A cuatrocientos metros del pilón de Torrechiva nos encontramos el pilón de Espadilla, que delimita los términos de Espadilla y Toga.
Los restos de otro corral, vestigios de un duro pasado donde vivir y subsistir eran una misma cosa.
En marzo de 2012 dediqué una entrada a estas masías y corrales que ahora vemos en ruinas y que en un tiempo no demasiado lejano tuvieron vida propia. La titulé "Masías del olvido".
A partir de aquí el sendero empieza a descender por la vaguada del barranco del Pairo.
El sendero es el antiguo camino de Fuentes a Toga y serpentea paralelo al barranco.
“El arte, la gloria, la libertad se marchitan, pero la
Naturaleza siempre permanece bella.” (Lord Byron)
Ya tenemos a la vista Toga.
Por cierto, a la localidad le dedicó una canción el famosillo Jesulín de Ubrique: "Toga". ¿Os acordáis?: "Toga, Toga, Toga, te necesito Toooogaaaa..."
El Monte Redondo en primer plano y "el Gegant" al fondo.
A nuestra derecha ya podemos ver el perfil inconfundible de Peña Saganta.
Seguimos en descenso disfrutando de las vistas.
Como siempre, multitud de mariposas acompañan nuestro caminar y de vez en cuando podemos captar bellezas como la de la foto: Macaón (Papilio machaon)
"Tardíamente, en el jardín sombrío,
tardíamente entró una mariposa,
transfigurando en alba milagrosa
el deprimente anochecer de estío."
José Ángel Buesa
Ésta es tal vez una mariposa pedregosa (Lasiommata maera), tal vez no tan vistosa como la anterior, pero igualmente bella.
A medida que descendemos aumenta la vegetación y caminamos entre pinos jóvenes. Toda esta zona ardió durante el pavoroso incendio de julio de 1994 iniciado en Espadilla y que redujo a cenizas 19000 hectáreas.
Flor de cardo azul que aún no ha adquirido su color. Nos admira su perfecta redondez.
"Así pasa la vida, como raro espejismo.
¡La rosa azul que alumbra y da el ser al cardo!"
César Vallejo
Cruzaban el cielo algunas aves como ésta que puede captar de casualidad. Parece una rapaz pequeña, ¿lo que en gallego llamarían "rapaciña"?
Como antiguo camino de herradura que es, conserva el empedrado en algunos tramos.
"MARIPOSA de luz,
la belleza se va cuando yo llego
a su rosa."
Bonito tramo entre pinos, ya en las proximidades de Toga.
Toga a tiro de piedra.
Pasamos cerca de su sencillo cementerio. El cementerio es el lugar que a todos nos iguala.
"En el viejo camposanto
hay sepulcros fanfarrones
criptas/ nichos /panteones
todo en mármol sacrosanto
de harto lujo/ pero en cuanto
a desniveles sociales/
en residencias finales
como éstas /no hay secretos
y los pobres esqueletos
parecen todos iguales"
Mario Benedetti
Últimas paletas del SL-CV 70 que veremos.
Entrada a Toga. Como en todos los pueblos de la Mancomunidad Espadán-Mijares, un panel cerámico nos señala la población en la que estamos y alrededor las demás que forman parte de la Mancomunidad.
Cruzamos y estamos en Toga. Y justo enfrente, ¡oh casualidad!, estaba el bar.
"Pues nos va a tocar almorzar aquí", dijimos. Y dicho y hecho.
Y eso hicimos.
“Comamos y bebamos, que mañana moriremos.” (Isaías XXII, 13)
Y rematamos con un poco de gasolina.
Tras el almuerzo, tocaba nuestro camino dirección Torrechiva. Callejeamos por Toga buscando la salida por la carretera.
"Por las calles voy dejando
algo que voy recogiendo:
pedazos de vida mía
venidos desde muy lejos."
Miguel Hernández
Volvemos a enlazar con el GR-333 que nos llevará hasta Torrechiva. Este panel muestra el recorrido íntegro del GR 333.
El camino evita un tramo de la carretera CV-20 a la que saldremos más adelante.
Pasamos bajo el puente de la carretera que salva el barranco del Pairo.
Este tramo en la sombra y salimos de nuevo a la carretera.
Otra bella mariposa que pudimos captar.
"Tiene la mariposa cuatro alas;
tú tienes cuatro versos voladores;
ella, al girar, resbala por las flores;
tú por los labios, al girar, resbalas."
Salvador Rueda
Salimos a la CV-20 por la que caminaremos con cuidado unos trescientos metros.
Ahora cruzamos otro puente, pero por arriba, sobre el Mijares.
"¿Cómo decía usted, amigo mío?
¿Que el amor es un río? No es extraño.
Es ciertamente un río
que uniéndose al confluente del desvío,
va a perderse en el mar del desengaño.
Rubén Darío
Apenas pasado el puente, cruzaremos con cuidado para seguir de frente por el GR que coincide con el antiguo camino de Toga a Torrechiva.
Como se aprecia, el inicio del sendero está muy estropeado.
Salvado este primer tramo, seguimos por el sendero en mejores condiciones.
Nos detenemos unos instantes para decir adiós a Toga, que tan bien nos ha acogido.
A unos cuatrocientos metros del inicio del sendero nos encontramos con el tramo más estropeado de toda la ruta. Es un tramo de unos cincuenta metros muy descompuesto, con piedra suelta, inclinado y con surcos producidos por arrastre de agua. Aunque tiene barandillas de cuerda, no parecen muy fiables a la hora de sujetarnos en caso de resbalar.
El resto del camino ya es coser y cantar.
Este poste y la sencilla y oxidada cruz de hierro junto al camino marcan la frontera entre los términos de Toga y Torrechiva.
En un punto marcado con este sencillo hito, dejamos el camino ancho y descendemos por el sendero que nace a nuestra izquierda.
Enseguida tenemos a la vista Torrechiva.
Esta pareja de centáurea mayor nos dan la bienvenida.
"Entre las flores te fuiste.
Entre las flores me quedo."
Miguel Hernández
Un suspiro y estamos en Torrechiva.
Y una más: Festón blanco (Hipparchia fidia).
Ha sido un día propicio para captar mariposas.
"Por
el camino,
junto a mi sombra,
el mediodía pinta el vuelo
de una mariposa.
Pienso en tu recuerdo
que va conmigo."
Meira Delmar
Entramos en Torrechiva junto al pabellón multiusos de la población.
Y el panel cerámico como el que vimos en Toga, en esta ocasión de Torrechiva.
Entramos por esta calle junto al frontón para seguir por la derecha a la calle Moreral, donde dejamos el coche a la mañana.
La belleza siempre requiere atención.
"Santa florecita, celestial renuevo,
que hiciste mi alma una primavera,
y cuyo perfume para siempre llevo:
¿cuándo en mi camino te hallaré de nuevo?"
Amado Nervo
Y llegamos al punto de inicio. Aquí termina la ruta de hoy, pero aún no estamos ahítos de rutas. Seguiremos haciendo más hasta cansarnos y ponernos morados para poder caernos a gusto del árbol de la vida.
“Mientras vamos hacia algo o huyendo de algo, por quimérica que parezca la meta, estamos vivos. Lo otro es vegetar.” (Casilda Iriarte en “La Reina de las Nieves” de Carmen Martín Gaite).
La ruta en el mapa.
La ruta en Wikiloc.
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Película.
Muy chulo todo, como siempre
ResponderEliminar¡¡Hola, mcafmenfaura! Gracias. Un saludo.
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