“¿No amáis las montañas? ¿No son vuestras amigas las montañas? ¿No produce su vista en vuestro espíritu una sensación de reposo, de quietud, de aplacamiento, de paz, de bienestar?” (Azorín, “España”). Nosotros amamos las montañas; nos producen sensación de reposo, de quietud, de paz, de bienestar...Por eso, nos desplazamos a Aín, en pleno corazón de la Sierra de Espadán, para sentir todas esas emociones que, como Azorín, experimentamos los que amamos las montañas.
No penséis que las nubes que opacan el cielo nos iban a impedir disfrutar de este día. Es cierto que para las fotos no es lo mejor. Pero tampoco eso es lo importante, no somos "de esos tontos que se pasean por el mundo coleccionando fotos de monumentos y no se enteran de nada." (Arturo Pérez Reverte, "El club Dumas")
Vamos a recorrer algunas sendas y caminos de este término y del vecino Veo. El paseo en sí ya tiene encanto suficiente para no tener que añadir ningún otro detalle.
Aparcamos a la entrada de Aín, en esta zona habilitada para bastantes coches.
Aín es uno de los pueblos que forman parte de la Mancomunidad Espadán-Mijares y para mí, el más bello de la Sierra de Espadán.
En la plaza Sorribes Fuster, se encuentra enclavado el Ayuntamiento, donde nos hacemos la foto de grupo. De izq. a der. Emilio Romero, Rafa Lafuente, servidor y Jaime Ballester.
Empezamos la ruta por la plaza Nova, donde a la vuelta pararemos para la cervecita.
Ahora todo está en silencio. Nada altera la paz que se respira.
Ya os he dicho que Aín, para mí, es el pueblo más bonito de la sierra. Tiene rincones magníficos que nos hacen entretenernos. Mientras callejeamos buscando las huertas, disfrutamos de este maravilloso entorno.
Otro ejemplo que ilustra lo que digo.
“Unas calles del pueblo son estrechitas, otras son más anchas, se ve también algún callejón sin salida. En una de las plazas se levanta el Ayuntamiento; hay otra plaza también ancha, en su centro se yergue una fuente de mármol bermejo, que arroja el agua por cuatro gruesos caños”. (Azorín, “España”)
Salimos del pueblo y seguimos por el camino de las huertas, algunas de ellas dejadas y olvidadas. Otras aún continúan vivas.
Cualquier resquicio donde agarrarse es bueno para crecer y vivir.
El agua es importante en la zona. Existen numerosas fuentes en el término que hacen del agua un elemento fundamental.
Hemos bajado hasta el cauce de un barranco cuyo arroyo sobrepasa el camino cementado. Lo cruzamos sin ningún problema (foto de Emilio Romero).
Algunos cerezos mostraban ya sus preciosos y preciados frutos.
¿Por qué es tan dura la dulzura
del corazón de la cereza?
es porque tiene que morir
o porque tiene que seguir?
Pablo Neruda
Y nos seguimos maravillando de la perfección de la naturaleza. En cosas tan pequeñas y sencillas, somos capaces de apreciar toda su grandeza.
Este poste nos marca la dirección. Hemos de seguir hacia la fuente de la Basseta, siguiendo el SL-CV 29. Por el estado de las palas y el número del SL pensamos que sería de los primeros en homologarse.
Salimos a la carretera de acceso a la población y junto a ella encontramos un mirador sobre Aín. En él, este estropeado panel nos intenta explicar lo que vemos desde aquí.
Y ésta es la vista desde el mirador: Aín con el Batalla detrás, medio tapado por las nubes (foto de Emilio Romero).
Cruzamos la carretera CV-223 (foto de Emilio Romero).
La abundancia de agua en la zona es más que evidente. A veces tenemos la impresión de encontrarnos en una selva tropical. El microclima de la sierra es el causante de este hecho.
Este camino con barandillas de madera nos lleva al paraje de la fuente de la Basseta.
En el paraje de la fuente de la Basseta encontramos este reconstruido horno de cal.
Y junto al horno, este panel cerámico que nos explica cómo se obtenía la cal.
Y enfrente de este conjunto etnográfico, la fuente de la Basseta.
Junto a ella, por su izquierda, enfilamos un sendero.
El sendero enseguida coge altura y nos proporciona esta vista general del paraje de la fuente de la Basseta.
El sendero está bien definido y diríamos que limpiado recientemente, lo cual es muy de agradecer.
Y un primer tintineo lo sentimos al pasar junto a esta campanilla.
A lo largo de la ruta oiremos muchos más.
El sendero va ascendiendo por una tupida pinada. Siempre muy limpio y arreglado (foto de Emilio Romero).
La proximidad a la población hace que encontremos algún campo de olivos.
"Los olivos grises,
los caminos blancos.
El sol ha sorbido
la color del campo; y hasta tu recuerdo
me lo va secando
este alma de polvo
de los días malos."
Antonio Machado
Seguimos caminando ahora por un ancho camino. En el horizonte, un cielo incierto y gris.
Otro campo cultivado, éste con viñas.
El aladierno muestras sus frutos aún rojos, esperando su maduración.
Y nuestros pasos siguen disfrutando del camino.
Las madreselvas también abundan.
"La violeta enamorada,
la retama encaramada,
la madreselva mezclada,
la flor de lino celosa.
¿Cuál es la más hermosa?"
Tirso de Molina
¿Quién dijo que caminar por pista no era agradable?
Lo es y sobre todo en este medio tan exuberante y rodeados de vegetación.
La primavera nos sigue mostrando su mejor cara. Ejemplos múltiples aparecen por doquier y ponen de manifiesto nuestra ignorancia botánica, pero también nuestra emoción más intensa ante tales ejemplos de belleza.
La belleza nívea del talictro tuberoso.
Las jaras, que hacen suyo el eslogan de que "la arruga es bella"
¿Y qué decir del junquillo azul?
No dejamos de deleitarnos con la infinidad de flores que adornan el bosque.
Caminar por la montaña nos proporciona paz.
"No hay ningún estrépito que turbe el silencio. Este sosiego, o mejor, esta seguridad en el sosiego, esta certidumbre de que nuestra paz y la paz del paisaje no será turbada, ¿no vale más que todos los placeres que pueden ofrecernos las ciudades?" (Azorín, "Castilla").
"Para el pájaro el aire, para el musgo la roca,
los mares para el alga, mayo para la rosas,
que todo ser o planta va buscando
su natural atmósfera,
y sucumbe bien pronto si es que a ella
oculta mano sin piedad la roba."
Rosalía de Castro
La candileras a punto de florecer.
Junto a la esparraguera, estas florecillas rosas que nos recuerdan a alegres cascabeles
Y seguimos por una preciosa senda que colma nuestras expectativas.
Desde luego, no tiene desperdicio (foto de Emilio Romero).
"Seguiré mi camino lentamente,
Mi mirada a los ojos mirará,
Irá muy hondo la mirada mía,
Y alguien, en el montón, comprenderá."
Alfonsina Storni
El bonito sendero desemboca en este camino. Hemos encontrado el lugar perfecto para detenernos y aprovisionarnos. Seguiremos de frente cunado acabemos de almorzar.
Una humilde y sencilla mesa para un humilde y sencillo almuerzo. Eso sí, para nosotros muy importante.
Por eso nos ponemos tan contentos y posamos para la cámara (Foto de Emilio Romero).
A punto de salir volando a buscar nuevos horizontes los remolinos de diente de león se han despedido de nosotros.
Tras el almuerzo toca reemprender la marcha. Cuesta un poco con el estómago lleno, pero no hay más remedio. El entorno hace que olvidemos enseguida ese pequeño problema.
Una joven higuera pugna por hacerse hueco entre tanta competencia. Sus hojas verdegay nos indican su juventud.
"Como la higuera joven
de los barrancos eras.
Y cuando yo pasaba
sonabas en la sierra.
Como la higuera joven,
resplandeciente y ciega"
Miguel Hernández
Las lechetreznas pugnan también por tener su protagonismo. A nosotros no se nos escapan sus intenciones y le hacemos caso.
Alternamos tramos de bonitas sendas...
...con tramos de pista que no desdicen para nada la ruta (foto de Emilio Romero)
Pasamos junto a un corral.
Y seguimos avanzando por lo que nos parece una jungla.
Como comenté al principio, encontramos las sendas limpias, como recién arregladas. El único punto en el que encontramos un obstáculo, fue aquí. Solucionamos el paso dando un corto rodeo.
"Troncos de soledad,
barrancos de tristeza
donde rompo a llorar."
Miguel Hernández
La verdad que la vegetación es exuberante y nos rodea por todas partes. Es una gozada caminar por entornos tan verdes.
En tramos se conserva el empedrado original.
Y los peligros acechan en la selva, como pasa en las películas.
Este cocodrilo en las manos de Rafa nos amenaza con incarnos el diente.
Aquí está el feroz ataque que casi me hace perder el dedo.
Un bonito tramo de este camino de herradura. Nos preguntamos en qué Universidad estudiaron sus diseñadores y constructores.
Aunque hay alguna pendiente que nos pone a prueba, en general la ruta es bastante llevadera.
Un último esfuerzo antes de llegar al collado de Veo.
Llegamos al collado de Veo. Desde aquí y hasta Aín, compartiremos ruta con el GR-36...
...y con el recientemente homologado GR-333.
Continuamos ahora siguiendo los dos tramos de GR que nos conducen hasta Aín.
Hasta la abejas sucumben a los encantos de la flor del diente de león. La fluorescencia de su color amarillo es hipnotizante, atractiva, cegadora...nos atrae como a las abejas.
Aín rodeado de montañas. Bonita estampa.
Y acercamos con el zoom su ruinoso castillo. Todos los pueblos de la sierra tenían su castillo, que desde el otero en el que solían estar construidos, vigilaban y defendían la población que tenían a sus pies.
Transitamos por el camino viejo de Aín a Onda. El empedrado así lo corrobora.
"Los caminos, los viejos caminos, hacen revueltas y eses entre los bancales. Viejos caminos, caminos angostos y amarillentos ¿cuántas veces nos han llevado de niños por vosotros?¿Cuántas veces, ya hombres, hemos ido por vosotros, y por vosotros hemos llevado nuestra tristeza, nuestras ansias y nuestros desengaños?" (Azorín, "Castilla")
Nuestro objetivo está ya a nuestro alcance(foto de Emilio Romero).
Muchas veces la belleza está en la originalidad, en lo diferente. Aunque no siempre es así. Pero en este caso hemos de afirmar que así es.
A nuestra salida de Aín, una campanilla nos repicó para despedirnos.
Otra nos tintinea ahora para darnos la bienvenida en nuestro regreso.
Aín a los pies de la Peña Pastor y el poste direccional del GR-333.
Estamos ya cercanos a Aín. La mañana ha estado triste, neblinosa, oscura...pero hemos disfrutado mucho.
"Si la niebla se esfuma
¿Qué otra pasión me espera?
¿Será tranquila y pura?
Federico García Lorca
Entramos a Aín por la zona de los corrales, a la otra parte de la carretera.
Cruzamos la carretera siguiendo el GR.
Y entramos por otra zona de corrales.
Algunos corrales están reformados, lo cual nos satisface.
De nuevo, otro camino de huertas nos llevará hasta Aín.
Las margaritas son flores muy estimadas. De siempre han ayudado a resolver conflictos amorosos. "¿Me quiere?¿No me quiere?", decimos deshojando sus blancos pétalos. Si la persona amada me quiere, el último pétalo lo dirá. Infalible, ¿verdad?
"¿Te quiere?
¿No te quiere?
¡Dichoso el tiempo de saberlo siempre!"
Vicente Aleixandre
La alcandorea (también vincapervinca) tiene una belleza señorial, como vestida de festividad, de domingo, que nos atrae.
Es una delicia callejear por Aín.
"Oh, calles de los pueblos.
A su vera duermen las niñas.
Tienen los ojos azules.
Tienen el cuerpo moreno.
Oh... Muros de los pueblos."
Liber Falco
El gato, indolente, ve pasar el tiempo, su vida y a nosotros desde este ventanuco.
Hay detalles que nos fascinan.
“Yo amo las cosas: esta inquietud por la esencia de las cosas que nos rodea ha dominado en mi vida. ¿Tienen almas las cosas? ¿Tienen alma los viejos muebles, los muros, los jardines, las ventanas, las puertas?” (Azorín, “Las confesiones de un pequeño filósofo”)
Y acabamos en el mismo sitio que empezamos, pero horas después.
Tal vez pocas cosas hayan cambiado. O tal vez sí.
Tras el esfuerzo, la recompensa en forma de cervecita, que siempre viene bien (Foto de Emilio Romero)
Y de nuevo, al lugar de aparcamiento.
Hemos corroborado las palabras de Azorin. Hemos sentido en nuestro espíritu una sensación de reposo, de quietud, de aplacamiento,
de paz, de bienestar, de silencio...que valen más que cualquier placer que nos pueda ofrecer una ciudad. Por eso hemos venido hasta Aín, un pueblecito rodeado de montañas que nos hacen experimentar todas estas sensaciones.
La ruta en el mapa
La ruta en Wikiloc.
El track de la ruta es de Emilio Romero. El mío, inexplicablemente desapareció cuando los administradores de la aplicación realizaron una labor de mantenimiento mientras trabajaba con el track añadiendo fotos. Hicimos la ruta juntos y se corresponde exactamente a la descripción que he realizado.
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Hola Emilio, la tecnología tiene estas cosas de brujería; siento que te desapareciera el track pero algo extraño pasó pues a la hora de intentar ver en el wikiloc tu ruta me dice página no encontrada, una vez y otra, un día y otro... ¿¿??. En resumen una preciosa ruta y como dices , bosque que parece jungla de lo tupido que se encontraba y que de hecho ocultaba vistas en la lejanía; una gozada y un disfrute completo y continuo. Y es que esa sierra es la sierra encantada. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Hola, Emilio!Pues eso, cosas de la tecnología que nunca comprenderemos.Pero lo importante es lo bien que lo pasamos y los paisajes que disfrutamos. Y eso, la tecnología no nos lo puede quitar. Espadán, una sierra mágica.
EliminarUn abrazo.