"Hay momentos en la vida en que los hombres se vuelven prisioneros de sus propios pasos" ("La piel del tambor", Arturo Pérez Reverte). Efectivamente, es mi caso. Soy prisionero de mis propios pasos, de mi pasión por la montaña. Ello hace que a pesar de que mi estado físico recomienda no hacer lo que más me gusta, soy prisionero de esa pasión y no puedo evitar, a pesar del dolor, dar una vuelta por la montaña para satisfacer esa pasión.
Y como afirma el buen Sancho, "Bien dicen que es menester mucho tiempo para venir a conocer las personas...", pues lo mismo ocurre con la Calderona. Habrá de pasar mucho tiempo para que la conozcamos bien. Siempre encontramos vericuetos y rincones que no conocíamos a pesar del tiempo que hace que recorremos sus caminos, pistas y senderos.
La Calderona nos ofrece infinidad de posibilidades y variaciones de rutas. Los mapas de El Tossal Cartografies (2013) nos ayudan a confeccionar a nuestro gusto las rutas que queramos.
En esta ocasión, subiríamos por segunda vez al cerro de la Mata (752 msnm) después de haberlo hecho en noviembre de 2013. En aquella ocasión, todo el recorrido transcurrió por pista, lo que lo hizo un tanto monótono. En esta ocasión, combinaremos pista y senda lo que hará que disfrutemos de la subida al cerro de una manera diferente. Vamos allá.
"Mas apenas comenzó a descubrirse el día por los balcones de oriente..." (Don Quijote) yo ya me encontraba en la puerta de la Cartuja de Portacoeli.
Esta plancha metálica con silueta de cartujo nos dice que nos encontramos en un "Lugar de silencio". Desde luego no seremos nosotros quienes lo rompamos. El silencio es una de las cosas que más estimamos.
"El silencio se oye siempre, pero no siempre se escucha" (Fernando Sánchez Dragó, "El sendero de la mano izquierda").
"El silencio se oye siempre, pero no siempre se escucha" (Fernando Sánchez Dragó, "El sendero de la mano izquierda").
Desde el inicio, tenemos la visión de nuestro objetivo del día: el cerro de la Mata.
Este cerro es fácilmente reconocible porque en su
cima resalta una vetusta torre de vigilancia forestal. Una sencilla ruta
circular, nos acerca a la
cumbre de esta montaña
Antes de la partida, la habitual foto de grupo.
En esta ocasión posa "yo, mi, me, conmigo".
Luego comprobaréis que mi soledad y mi sombra también vienen conmigo.
En esta ocasión posa "yo, mi, me, conmigo".
Luego comprobaréis que mi soledad y mi sombra también vienen conmigo.
Iniciamos la ruta por este camino custodiado a ambos lados de cipreses, dirección Rebalsadors.
No tardamos en llegar bajo las arcadas del acueducto gótico que llevaba el agua de la cercana fuente de la Mina hasta la Cartuja.
Hoy en día se encuentra inhabilitado.
Hoy en día se encuentra inhabilitado.
Seguimos hacia adelante. ¿Que nos espera hoy?. Futuro siempre incierto y paso firme hacia el futuro.
Pasamos bajo los arcos centenarios que han visto pasar a tantos y tantos caminantes, tan distintos, tan iguales...
Junto al muro, una breve reseña de la historia de la Cartuja, que nos detenemos a leer.
Y siempre, un vistazo atrás para no olvidar de dónde venimos, de lo que somos...En este caso también nos permite ver algunas de las estancias de la Cartuja.
Seguimos por la amplia y despejada pista, con escasa vegetación a ambos lados. Únicamente vemos algunos pinos supervivientes de diferentes incendios que ha sufrido la zona a lo largo del paso de los años.
Pasamos junto a la puerta de la finca particular de la Pobleta. En otros tiempos formó parte de los terrenos de la Cartuja, pero los trances de la vida tienen estas cosas. La vida da vueltas y lo cambia todo. Nada es eterno.
Mientras el silencio de la mañana nos acompaña, junto al canto de algún pajarillo que nos saluda, disfrutamos del rodeno con algunas caprichosas formaciones rocosas.
El color rosado de las adelfas pone una nota de color frente a la monotonía del predominante color verde del resto de vegetación.
"El tiempo que la barba me platea,
y mientras más lejano, más clarea,
ahondó mis ojos y arrugó mi frente,
va siendo en mi memoria transparente."
Antonio Machado
El verde todo lo domina. Ha llovido esta primavera y la montaña lo ha sabido agradecer mostrándonos su mejor cara.
Alcanzamos un cruce que seguiremos a la derecha. De frente nos encontraríamos con la fuente del Marge, pero la visitaremos a la vuelta.
Y seguimos subiendo.
La pista alcanza altura y en un día claro dispondríamos de mejores vistas de las que tenemos hoy. La lluvia de ayer y el calor hacen que la humedad forme una neblina que dificulta mucho la vista hacia el horizonte.
Aún así, distinguimos el hospital del Doctor Moliner.
Y la población de Bétera.
Y si hubiéramos tenido un buen día habríamos podido ver más cosas. Mirad, por ejemplo, lo que alcancé a ver en dos mil trece....
...la ciudad de Valencia y al fondo se puede distinguir la silueta del Mondúver.
Y si hubiéramos tenido un buen día habríamos podido ver más cosas. Mirad, por ejemplo, lo que alcancé a ver en dos mil trece....
...la ciudad de Valencia y al fondo se puede distinguir la silueta del Mondúver.
El rodeno de Santa Inés.
Siguiendo la pista, llegamos a este punto en la que dejaremos el camino principal y nos iremos por la derecha por esta pista, vedada a vehículos y que termina en unos centenares de metros en una caseta de guarda forestal, para seguir por una senda con buena pendiente que nos dejará en otra pista. Este tramo aún no lo conocía y fue la novedad de la ruta para mí.
Apenas iniciada la pista, a nuestra derecha, la Pobleta.
Esta es la caseta del guarda forestal según el mapa de Tossal. A partir de aquí, seguimos por una senda que pondrá a prueba nuestros pulmones y nuestras maltrechas rodillas y caderas, haciéndonos sufrir un poco; pero sarna con gusto no pica.
Nosotros seguimos subiendo y subiendo.
Nosotros seguimos subiendo y subiendo.
"Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día.
Antonio Machado
Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía,
buscando los recodos de sombra, lentamente.
A trechos me paraba para enjugar mi frente
y dar algún respiro al pecho jadeante."Antonio Machado
El sendero, además de empinado, está descompuesto en muchos tramos, con mucha piedra suelta que dificulta el ascenso.
El sendero va ganando altura y nos obliga a parar para recuperar las pulsaciones, lo que nos viene bien para disfrutar algo del paisaje, aunque como dije antes, hoy no ha sido el mejor día para ello.
Distinguimos la Cartuja, parcialmente tapada por un pequeño cerro.
Y de nuevo el hospital del Doctor Moliner.
Un hongo yesquero viviendo en la corteza de este pino.
Y el lentisco, uno de los arbustos más habituales de esta sierra.
El sendero sale a este camino que seguimos a nuestra izquierda...
...y que da a este collado, cruce de varias pistas. Nosotros seguiremos por la pista en subida de la izquierda.
A nuestra derecha dejamos el enlace con el GR-10.
A nuestra derecha dejamos el enlace con el GR-10.
Y vemos el cerro a nuestra izquierda.
"No lloro las arrugas de mi frente
Ni me estremece la indiscreta cana;
Lloro los sueños de mi edad lozana,
Lloro la fe que el corazón no siente."
Ni me estremece la indiscreta cana;
Lloro los sueños de mi edad lozana,
Lloro la fe que el corazón no siente."
Manuel del Palacio
Aunque la pista parezca monótona, no lo es para nada. Cualquier detalle nos llama la atención y nos distrae. Cualquier florecilla, cualquier mariposa, un pajarillo que pasa, el silencio que escuchamos, la paz que sentimos...
Estas "gatas rabiosas" nos parecieron muy pacíficas y nos paramos a fotografiarlas.
Estas "gatas rabiosas" nos parecieron muy pacíficas y nos paramos a fotografiarlas.
Y llegamos hasta el collado de la Morería.
Aquí en el collado encontramos este panel informativo de la Sierra Calderona.
Casi pegado al panel, vemos el caminito a la izquierda que nos llevará hasta el cerro de la Mata.
Antes de iniciar la subida, vistas hacia el corazón de la Calderona.
De izquierda a derecha, Peña Roja, Alto del Hombre Muerto y Alto del Sapo.
La humedad impide vistas nítidas.
De izquierda a derecha, Peña Roja, Alto del Hombre Muerto y Alto del Sapo.
La humedad impide vistas nítidas.
A veces desconocemos sus nombres, pero eso no impide que seamos cautivos de su belleza, una belleza anónima que nos hipnotiza.
Es increíble la cantidad de vidas minúsculas que desconocemos y nos perdemos. Esto me enseña que tenemos un visión de lo que es la VIDA, muy limitada. Este chinche alimentándose con esta pequeña flor apenas es perceptible si no te fijas mucho.
El primer tramo de subida ha sido plácido, pero enseguida se empina con un fuerte desnivel que se hará muy pronunciado en el último tramo de ascenso.
Cada vez más cerca pero más cansados.
Pompones naturales.
"Sombra que nunca sales
de tu cueva, y al mundo
no devolviste el silbo
que al nacer te dio el
aire,
del aire, aire, aire."
Rafael Alberti
El último tramo es el más empinado. La subida es corta, pero nos hará sacar la lengua y más si nuestro estado físico no es el más adecuado.
Llegamos, por fin, arriba y en lo alto del cerro encontramos esta desvencijada y olvidada torre forestal que afea la cima. Nos preguntamos si no se puede quitar, ya que la función para la que nació ya no la ejerce. Chatarra así sobra.
Desde el cerro, hacia el sur, fijaos que limitada está la visibilidad.
Acercando el zoom vemos la Cartuja a vista de pájaro.
El hospital del doctor Moliner.
Y si el día hubiera sido claro, Benaguacil (izquierda) y Llíria (derecha) (foto de 2013).
Incluso nos hubiera alcanzado a ver Valencia, su golfo y, en la lejanía, la silueta del Montgó (foto de 2013).
Y Bétera en primer plano y, al fondo, la redondeada meseta del Motrotón de Yátova (foto de 2013).
Hacia el norte hubiérmos podido ver de manera clara, el emblemático pico Espadán que da nombre a la sierra donde está ubicado (foto de 2013).
Tras disfrutar de las pocas vistas en esta ocasión, nos disponemos a bajar por el mismo camino de subida.
Y si el día hubiera sido claro, Benaguacil (izquierda) y Llíria (derecha) (foto de 2013).
Incluso nos hubiera alcanzado a ver Valencia, su golfo y, en la lejanía, la silueta del Montgó (foto de 2013).
Y Bétera en primer plano y, al fondo, la redondeada meseta del Motrotón de Yátova (foto de 2013).
Hacia el norte hubiérmos podido ver de manera clara, el emblemático pico Espadán que da nombre a la sierra donde está ubicado (foto de 2013).
Tras disfrutar de las pocas vistas en esta ocasión, nos disponemos a bajar por el mismo camino de subida.
No penséis que la bajada es más cómoda. Los que salimos habitualmente a la montaña, la mayoría preferimos subir que bajar. Las bajadas son malísimas para las articulaciones y los resbalones y caídas, más frecuentes.
De nuevo en el collado de la Morería, seguimos ahora a la izquierda.
Cualquier cosa nos llama la atención y nos entretiene. Esta mariposa tuvo la paciencia suficiente para que la inmortalizara en esta foto.
Cualquier cosa nos llama la atención y nos entretiene. Esta mariposa tuvo la paciencia suficiente para que la inmortalizara en esta foto.
"¿No eres tú, mariposa,
el alma de estas sierras solitarias,
de sus barrancos hondos
y de sus cumbres agrias?"
el alma de estas sierras solitarias,
de sus barrancos hondos
y de sus cumbres agrias?"
Antonio Machado
La flor de la jara negra ha perdido su esplendor.
Todo llega y todo acaba.
Todo llega y todo acaba.
Seguimos por la amplia pista, caminando, caminando...
Delicadeza, sencillez, belleza, humildad, discreción...
¿Amor imposible?
La mariposa abraza desesperadamente a su amada. Su cortejo ...¿tendrá respuesta?
La mariposa abraza desesperadamente a su amada. Su cortejo ...¿tendrá respuesta?
El corazón de la Calderona. En el centro, la Penya del Xurro.
Una maravilla para los sentidos estas florecillas en forma de ramo.
Minúsculas, bellas...
Minúsculas, bellas...
Mi sombra jamás me abandona. Según va mi rumbo, así va ella. Aunque a veces desaparece y no sé a dónde va.
En esta parte de la Calderona, el rodeno es el rey.
Tras deambular por la pista, la abandonamos en esta curva para coger un estrecho sendero.
Se trata de un sendero muy tranquilo, nada transitado, silencioso...
"Cada uno debe recorrer ciertos caminos solo" (Arturo Pérez Reverte, "El club Dumas").
¿Iré pensando en eso?
¿Iré pensando en eso?
La vegetación es frondosa e invade el sendero en algún tramo.
Numerosas especies vegetales encontramos a ambos lados del sendero, pero nos detenemos en el madroño. El colorido de sus hojas nos emociona. Decididamente, el verde es mi color favorito. Tal vez sea de los colores que más tonalidades presenta.
El sendero pasa junto al corral de la Rosa, que dejamos a nuestra derecha para seguir por la izquierda un senda que se va a ir haciendo muy empinada y cerrada en algunos tramos.
En un principio, la senda es relativamente cómoda.
Pero presenta tramos muy cerrados que demuestran que es una senda muy poco transitada.
También presenta tramos con bastante piedra suelta.
Tras pasar la zona más cerrada, el sendero se aclara y empieza a bajar hasta dar en una pista.
Seguiremos ahora aproximadamente medio kilómetro hasta que la dejemos por nuestra izquierda.
Nuestros problemas físicos nos llevan a plantearnos el tema de la edad. Y sabemos que ya no somos unos chavales "cuando miras al futuro y no ves más que pasado" (Arturo Pérez Reverte, "El Club Dumas")
Como dije anteriormente, abandonamos la pista por este punto y cogeremos un sendero que nos va a llevar hasta la fuente del Marge.
A nuestra izquierda, la destartalada torre nos marca el cerro de la Mata, del que venimos.
Una ligera y molesta neblina nos impide la visión nítida del paisaje.
La senda está muy estropeada. Por ello habremos de extremar las precauciones para no resbalar porque tiene mucha pendiente y mucha piedra suelta que hacen muy fácil que tengamos un resbalón.
Nos encontramos con este hito. Nosotros seguimos por la izquierda. Las características del sendero no varían. Hemos de continuar con las precauciones debidas para no caer. Por la derecha también llegamos al mismo sitio.
A nuestra izquierda las paredes del barranco de la fuente del Marge.
Estas centauras en la orilla del sendero no esperan la admiración de nadie y sin embargo, son bellas. Pero siempre hay alguien que se entretiene...
"Quien prefiere lo vivo a lo pintado
es el hombre que piensa, canta o sueña."
("Proverbios y cantares"Antonio Machado)
"Quien prefiere lo vivo a lo pintado
es el hombre que piensa, canta o sueña."
("Proverbios y cantares"Antonio Machado)
Ya vemos el paraje de la fuente del Marge, llena de viejos eucaliptus.
En un momento estaremos allí.
Llegamos a la fuente. Un buen caño de fresca agua nos recibe.
Un grupo infantil de Scouts alegra el paraje con su algarabía, sus risas, su vitalidad...
"Dan vida a mi mediano pensamiento
el ver un pino y una fuente clara
en esta soledad que el alma adora."
Luis Carrillo y Sotomayor
En un momento estaremos allí.
Llegamos a la fuente. Un buen caño de fresca agua nos recibe.
Un grupo infantil de Scouts alegra el paraje con su algarabía, sus risas, su vitalidad...
"Dan vida a mi mediano pensamiento
el ver un pino y una fuente clara
en esta soledad que el alma adora."
Luis Carrillo y Sotomayor
El paraje es ideal para sentarse y almorzar con tranquilidad, antes de afrontar el último tramo de la ruta. La sombra del paraje y la tranquilidad que se respira hacen que sea el lugar ideal para descansar un rato.
Tras el refrigerio, volvemos al camino. Ahora nos queda un kilómetro y medio para terminar por una ancha y cómoda pista que ya recorrimos a la mañana.
¿Verdad que el verde es un color espectacular?.
Verde esperanza... verde naturaleza...verde que te quiero verde...
Verde esperanza... verde naturaleza...verde que te quiero verde...
Y con un caminar tranquilo, sereno, pausado... con nuestras retinas impregnadas de belleza y nuestra cabeza reconfortada por haber podido disfrutar de una entretenida mañana en la montaña, enfilamos el tramo final de la ruta de hoy.
Ahora tenemos enfrente el rodeno de Santa Inés. Recibe este nombre porque en una cueva que podemos ver en la foto vivió durante veinte años la venerable Inés de Moncada (S. XIV), ya que no pudo ver convertido en realidad su deseo de ingresar en la cartuja al ser mujer.
Aquí la boca de la cueva acercada con el zoom.
"Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas! ...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
—La tarde cayendo está—."
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas! ...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
—La tarde cayendo está—."
Antonio Machado
Los arcos del acueducto nos indican que ya estamos llegando.
Enfilamos el último tramo. Los cipreses no se han ido de su sitio, inmóviles, enhiestos, silenciosos, respetuosos...
Llegamos al punto final. El mismo silencio que nos recibió, nos despedirá ahora también.
El silencio es una de las cosas que más busco últimamente.
En la ruta de hoy, lo he podido encontrar.
El silencio es una de las cosas que más busco últimamente.
En la ruta de hoy, lo he podido encontrar.
La ruta en le mapa.
La ruta en Wikiloc.
Atractiva ruta cerca de Valencia que hace las delicias de pasar una entretenida mañana en contacto con la Naturaleza, disfrutando de los paisajes, el silencio. Cuídate. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Hola, Emilio! Mientras vosotros estabais en Aín, yo merodeé por la Calderona. Disfruté del día haciendo lo que más me gusta, lo que me da la vida. Me cuidaré.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio.
ResponderEliminarPreciosa crónica, como de costumbre muy bien narrada y muy bien documentada fotográficamente, y muy rica en matices: reflexiones, pensamientos, poesía, macros... quizás tu estado físico actual no sea el que desearías (no eres el único, créeme), pero tu prosa, y tu manera tan poética (marca de la casa) de contarnos las rutas, no se han resentido ni en lo más mínimo ;-)
Un fuerte abrazo.
¡Hola, Dani! Gracias por tus palabras. La verdad es que no estoy para tirar cohetes y tardaré una larga temporada en estarlo. Pero bueno...no nos vamos a quejar. Haremos lo que podamos. Espero que si está en la misma situación también mejores. e intentaré seguir contando las cosas como las veo, las pienso y las siento.
ResponderEliminarOtro fuerte abrazo para ti.
Hola Emilio, buena ruta para salir con nuestra amiga la Sole, hay veces que te lo pide el cuerpo y sienta fenomenal adentrarse en uno mismo.
ResponderEliminarCasualmente, y no es la primera vez, casi volvemos a coincidir pues nosotros estuvimos ese mismo día haciendo un rutón por las montañas de Serra en plan machacarse (calor incluído), Castillo de Serra x 2, Alt del Pi x 2, Creu del Sierro y los Carasoles. Total 21kms con 1400m de desnivel +. Ni te imaginas cómo cayó la cerveza.
Siempre me han encantado tus citas literarias y poéticas pero hoy te has salido.
El día acompañaba para ensimismarse un poco. Y qué decir de las fotetas a las plantas y bichejos, me encantan ... ya sabes lo que me gustan a mi. Qué bien le ha sentado al monte esta primavera !!!.
Enhorabuena y cuídate mucho. Escucha a tu cuerpo y hazle caso. Un abrazo.
Hola Emilio...
ResponderEliminarSin duda una buena ruta "made in Calderona",para pasar una buena y entretenida mañana.
Tu condición física,por lo que cuentas,no es la más óptima,pero como bien apuntas,puede mucho más tu pasión por las montañas.Tampoco ando yo últimamente "fino filipino" y se que a la larga mi problema de espalda,pasará su factura,pero como dice mi madre..."mentres va el carro,fa ruido".
La primera parte de la ruta,es similar a una que hicimos en noviembre del año pasado y doy fe de esa empinada senda que lleva al collado,que te pone tieso...jejeje.
La tranquilidad de ir con "tu soledad",hace que te fijes mucho más en los pequeños detalles que nos ofrece la montaña.
Una pena que esa neblina te privara de mejores vistas,pero como siempre decimos,lo importante es disfrutar del entorno.
Un abrazo.