"Más se ha de estimar un diente que un diamante" ("Don Quijote de la Mancha"). Efectivamente, el dichoso confinamiento ha mostrado a muchos que lo importante en la vida es lo más sencillo, lo cotidiano, lo que nos proporciona pequeñas (y grandes) satisfacciones. Los lujos, el dinero, lo superfluo...no nos proporciona felicidad o es una felicidad efímera, falsa...Por eso necesitábamos urgentemente volver a gozar de la montaña. Era una necesidad vital. Después de tanto tiempo, hemos podido volver a disfrutar de ella con una sencilla y cercana ruta en la Calderona, pero que nos ha producido una gran satisfacción.
La Calderona siempre nos ofrece tal variedad de posibilidades que hace que tengamos un recurso cercano a Valencia para satisfacer desde los gustos más sencillos con pequeñas y agradables rutas, hasta los más exigentes con recorridos largos y difíciles. En esta ocasión se trata de una ruta corta y sencilla que nos permitiera ir recuperando esa forma que hemos perdido debido al duro parón que hemos vivido. Se trata de una ruta que desde Serra nos lleva hasta su castillo por el cordal para, a continuación, rodeando el Alt del Pi por el camino del Garbí y siguiendo un tramo del PR-CV 369, llegar hasta la fuente de Barraix. Desde aquí, sólo queda volver a Serra por el GR-10. Sencilla pero gratificante ruta que paso a contaros.
Hemos entrado a Serra y por la Plaza del Castillo, hemos llegado hasta el puente sobre el barranco de la Umbría, donde hemos dejado el vehículo. Se veía que había ganas de montaña porque aparcar era bastante difícil. A lo largo de la ruta pudimos comprobar este hecho ya que nos cruzamos con multitud de senderistas, corredores, ciclistas...
Nos asomamos sobre el cauce del barranco y comprobamos que lleva agua. Eso nos alegra.
Mirar el río
hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Jorge Luis Borges
Nos disponemos a emprender la ruta. Este escenario nos resulta muy familiar ya que es el inicio de muchas de las rutas que hemos realizado en la Calderona.
Pero como siempre, primero una foto de grupo.
De izq. a derecha, Carmen, servidor y Rafa Lafuente.
Iniciamos la ruta siguiendo la pista que sube al castillo.
Pero apenas hemos doblado la primera curva, la dejamos para subir este talud y coger una empinada senda que nos dejará en el cordal por el que conquistaremos una vez más, el castillo de Serra.
Iniciamos las primeras rampas. Este es el tramo con mayor dificultad de la ruta debido al gran desnivel que hemos de acometer en poca distancia.
Apenas unos pasos y ya hemos adquirido cierta altura que nos abre el panorama, con la Gorrisa como telón de fondo.
Tampoco se nos escapa el Monasterio de las Carmelitas descalzas de Serra, ubicado en lo alto de un cerro que domina la población.
Hacia el norte, asoma entre pinos la inconfundible silueta del Sierro (Cierro) u Oronet.
El desnivel es fuerte y además, hemos de sortear algún que otro pino caído.
Ahora que hemos alcanzado mayor altura la silueta del Sierro se delimita perfectamente.
Y somos capaces de alcanzar la cruz acristalada que ocupa su cima con el zoom de nuestra cámara.
Serra a los pies de la Gorrisa.
Y el horizonte hasta donde abarcan nuestros ojos, ocupado con el Camp de Túria. Al fondo, entre la calima, la redondeada cima del Motrotón.
A lo empinado de la senda hemos de añadir lo descompuesta de la misma, con mucha piedra suelta que hace que sea muy fácil resbalar y que nos cueste más subir.
Serra a vista de pájaro.
!Aire! ¡más
luz, una planicie verde
y un horizonte azul que la
limite,
sombra para llorar cuando recuerde,
cielo para creer cuando medite!
sombra para llorar cuando recuerde,
cielo para creer cuando medite!
Manuel Gutierrez Nájera
Náquera tras la punta de esa montaña, que la oculta parcialmente.
El Montcúdio también nos ofrece su alomado perfil, que hemos recorrido varias veces.
También acercamos con el zoom al mirador del Vizcaíno que se asoma al vacío desde la montaña del Vizcaíno. También hemos estado un par de veces en él.
También acercamos con el zoom al mirador del Vizcaíno que se asoma al vacío desde la montaña del Vizcaíno. También hemos estado un par de veces en él.
El fuerte contraluz marca la silueta del castillo de Serra que tenemos ya cercano.
Julián del Casal
"Monstruo de piedra, elévase el castillo
rodeado de coposos limoneros,
que sombrean los húmedos senderos
donde crece aromático el tomillo."
rodeado de coposos limoneros,
que sombrean los húmedos senderos
donde crece aromático el tomillo."
Julián del Casal
Lo simple, lo menudo, lo sencillo, lo humilde, lo bello...como estas florecillas, también las echábamos mucho de menos.
A un paso de doblegar el castillo y tomar posesión de él.
Lo cierto es que no hemos encontrado demasiada resistencia para tomar la plaza. Únicamente un pequeño esfuerzo físico y poco más. ¡Ojalá todo fuera tan sencillo!
Tras la conquista, la foto de grupo a los pies de la torre del homenaje.
Hasta lo aparentemente peligroso o dañino, tiene una belleza que nos atrae.
Ese intenso morado no nos puede pasar desapercibido a pesar de las espinas que muestra este cardo.
Ese intenso morado no nos puede pasar desapercibido a pesar de las espinas que muestra este cardo.
Disfrutamos de las vistas que desde el castillo podemos abarcar. En la foto, Benaguacil en el Camp de Túria.
Y Llíria, capital de la comarca.
Y Llíria, capital de la comarca.
Y ahora vemos algo mejor Náquera.
Tras disfrutar brevemente del horizonte, descendemos del castillo por la corta aunque intrincada senda de bajada.
El corto y tortuoso camino nos deja en una gran explanada. En estos bancos podemos descansar o aprovechar para dar un bocado. Nosotros lo dejaremos para hacerlo en la fuente de Barraix.
Nuestro camino continúa ahora siguiendo la pista hacia la derecha que enlazará con el camino del Garbí. Es un tramo tal vez algo anodino y monótono que rodea el Alt del Pi por su base, pero que nos supo a gloria teniendo en cuenta el tiempo en el que no hemos podido salir. El poder respirar aire puro es un lujo que no podemos despreciar sea por senda o pista. Y mucha gente pensaba lo mismo que nosotros porque nos cruzamos con multitud de senderistas, corredores, cilistas...todo un hervidero de personas ávidas de retomar esta sana afición de la montaña disfrutada de diferentes formas.
En una bifurcación de pistas, nuestro camino sigue hacia la izquierda, pero nos vamos unos metros a la derecha para ver esta original pintura en una gran roca. Desconocemos autor y significado.
Como dije antes, estamos rodeando la cima del Alt del Pi por su base. Desde aquí no divisamos sus antenas, pero tiempo a tiempo.
Como veis, no siempre caminar por pista es tan malo. También podemos disfrutar porque en muchas ocasiones, caminar por ellas es agradable. Este tramo es muy amable. Sin apenas desnivel vino muy bien para descansar de la fuerte subida al castillo que habíamos realizado.
Ahora ya vemos las feas antenas que pueblan la cima del Alt del Pi.
El camino desemboca en la carretera del Garbí, justo en lo que nos pareció una calera.
El camino desemboca en la carretera del Garbí, justo en lo que nos pareció una calera.
Cruzamos la carretera y seguimos por esta senda de la izquierda que se corresponde con un tramo del PR-CV 369 (Sendero Estivella-Penya Roja). Esta bonita, tupida y exuberante senda nos llevará hasta la fuente de Barraix.
Las coloridas vainas del espantalobos también llamaron nuestra atención.
El sendero es muy tupido. Eso nos permitió protegernos del sol que apretaba de lo lindo.
Ahora tenemos vista hacia la vertiente norte de la Calderona, lo que nos permite tener vistas hacia la Sierra de Espadán. La Rápita en la foto.
Nos gustan las pistas y nos encantan las sendas como ésta.
Gabriela Mistral
"El viento los
pinos
suavemente ondula.
¡Duérmete, recuerdo,
duérmete, amargura!"
suavemente ondula.
¡Duérmete, recuerdo,
duérmete, amargura!"
Gabriela Mistral
Metros antes de salir a la fuente de Barraix, pasamos junto a la ermita del Sagrado Corazón. Nos encontramos en término de Estivella. Tras años de abandono y estado deplorable, fue restaurada bajo los auspicios de la Diputación Provincial durante los años 2016-2017, cosa de la que nos congratulamos.
Desde la ermita, el paisaje se abre hacia el valle del Palancia, desde el que vemos las poblaciones de Algimia de Alfara en primer término, y Alfara de la Baronía detrás.
Salimos al camino que viene desde Beselga hasta la fuente del Garbí. Nos entretenemos en ver el panel informativo del PR-CV 369 para posibles futuras rutas.
Y apenas una veintena de metros y tenemos la fuente de Barraix.
En un momento, multitud de ciclitas y senderistas, pararon a abastecerse de agua. Fresquísima agua.
En un momento, multitud de ciclitas y senderistas, pararon a abastecerse de agua. Fresquísima agua.
Aprovechamos la fresca agua de la fuente y la sombra del paraje para el inevitable, necesario y esperado almuerzo.
Antonio Machado
"¡Ay del que llega
sediento
a ver el agua correr
y dice: La sed que siento
no me la calma el beber!"
a ver el agua correr
y dice: La sed que siento
no me la calma el beber!"
Tras el almuerzo abordamos el último tramo de la ruta. Desde la fuente y siguiendo el GR-10, volveremos a Serra.
Volvemos a salir a la carretera del Garbí y la cruzamos para seguir por senda el GR-10.
El poste nos marca el sendero.
El poste nos marca el sendero.
Y el diente de león esperando que una ráfaga de viento esparza sus semillas por el monte para continuar con la subsistencia de su especie.
El sendero es agradable de pasear, con tramos entre pinos y tramos más abiertos.
Esteremos atentos a las marcas, porque llevamos un cómodo caminar y nos podemos pasar este desvío por el sendero en bajada.
Ahora vemos más claro el último, duro y empinado tramo de subida a Rebalsadors.
El sendero desemboca en esta pista que nosotros vamos a seguir hacia la izquierda.
En este punto tenemos la opción de visitar la fuente de la Umbría, a escasos cien metros hacia la derecha. Pero puesto que ya hemos estado otras veces y supone un tramo de ida y vuelta, decidimos dejarlo para otra ocasión.
En este punto tenemos la opción de visitar la fuente de la Umbría, a escasos cien metros hacia la derecha. Pero puesto que ya hemos estado otras veces y supone un tramo de ida y vuelta, decidimos dejarlo para otra ocasión.
Un poco más adelante del cruce anterior, nos viene esta otra bifurcación que hemos de seguir por la derecha. Si no perdemos de vista las señales, no tendremos pérdida.
Enfilamos el último tramo de nuestra ruta de hoy. Hemos acertado en la distancia y en la hora de salida. Ambos factores nos van a evitar el calor que ya empieza a apretar de lo lindo.
De la misma manera que en la ida saludamos a diferentes elementos del paisaje conocidos, ahora llega el momento de decirles adiós. Hasta pronto, Sierro...
Hasta otra, mirador del Vizcaíno...
Y numerosas florecillas ilustrando y dando colorido al campo, que se ha beneficiado mucho del largo descanso que ha tenido de presencia humana. Como esta bella campanilla, con la que hemos soñado varias veces con poder volver a ver y al fin hemos podido hacerlo. Tiene un huésped en su interior que seguramente también la echaría en falta.
Animada charla en el tramo postrero de la ruta.
Pasamos debajo del cerro del castillo, del que acertamos a ver, no sin cierta dificultad debido a la abundancia de pinos, su torre y un resto de muralla. De él también nos despedimos hasta otra ocasión.
Un senderillo a la derecha nos lleva hasta el cauce del barranco de la Umbría.
Cruzamos el cauce, con agua.
"Y así, como
un arroyo que se convierte en río,
y que en cada cascada se purifica más,
voy cantando este canto tan ajeno y tan mío,
con la simple palabra que no muere jamás."
y que en cada cascada se purifica más,
voy cantando este canto tan ajeno y tan mío,
con la simple palabra que no muere jamás."
José Ángel Buesa
Ahora transitamos por un camino entre campos de cultivo la mayoría abandonados y casas de campo.
Y finamente, volvemos al punto de inicio.¿Qué es la vida sino eso? Nacer y caminar hasta volver al inicio. Vivamos pues para regresar al principio.
La ruta en el mapa.
La ruta en el mapa.
La ruta en Wikiloc
Hola Emilio.
ResponderEliminarAllí empezasteis con un poco de retraso, pero sobre todo los primeros días, la gente lo pilla con ganas y el monte, pasa de estar solitario a tener bastante afluencia.
Esta sierra de la Calderona, me gusta, por el color rojizo de su tierra, los pinares y algunas de sus montañas. Además esta primavera, imagino que por allí, también habrá llovido bastante y el monte está espectacular.
Otra cosa que me llama la atención de está sierra, son sus topónimos, en este caso el del Vízcaino.
Salud y montaña!
¡Hola, Eduardo! Ganas había muchas. Los que salimos a la montaña la echábamos mucho de menos. Yo diría que incluso a los que no les gusta, tenían ganas de ella. En fin, a ver si retomamos esta preciosa afición que tanto nos gusta.
EliminarSaludos.
¡Hola Emilio!
ResponderEliminarQue gusto dar poder volver a monte después de tanto tiempo teniendo que estar encerrados.
Como dices, esto nos ha hecho ver que son las pequeñas cosas a las que no damos importancia las que realmente importan.
Muy bonita esta ruta para volver a coger el tono en las piernas, con senderos, pistas, fuentes donde refrescarnos y hasta un bonito castillo, más no se puede pedir.
Un abrazo.
¡Hola, David! Nos gusta la montaña en cualquier condición, pero después de tres meses sin pisarla, es una bendición del cielo. Sencilla y adecuada para retomar la marcha normal. La Calderona nos permite ponernos al día.
EliminarUn abrazo.
Bonita ruta la que hicisteis en La Calderona que tan majestuosa acude en nuestra ayuda para aliviar nuestro déficit de Naturaleza. Bellos parajes, hermosos paisajes en la lejanía, magnífica compañía trimutua.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo totalmente con Don Quijote "Más vale un diente que un diamante". Si son dos los dientes y dos los diamantes, también sirve la mención, estoy totalmente conforme. Un abrazo
¡Hola, Emilio! Sencilla, pero entretenida ruta a la que tú no quisiste venir. Tú te lo perdiste. Disfrutamos después de tantos meses sin poder hacerlo. A la próxima nos vemos.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio...
ResponderEliminarVolvemos a lo que nos gusta,volvemos a la montaña,a esa naturaleza que nos llena.
Siempre es una gran elección esa magnífica Serra Calderona,que muchas veces hemos comentado que es como un "comodín",para l@s que la tenemos tan cerca.
Buen "reinicio de la actividad montañera",con un recorrido con todos los ingredientes para disfrutar...Desnivel,sendas,vistas,algo de pista forestal y sobre todo las ganas de ese reencuentro con amig@s que comparten nuestra afición.
Un abrazo.
¡Hola,Juane! Hemos acudido a la sierra que nos socorre en tantas ocasiones y que tan cerca tenemos. Muy sencilla, clásica y entretenida ruta en la Calderona que nos sirvió para empezar a volver a recuperar el tono montañero que hemos perdido casi por completo. Ahora intentaremos recuperarlo lo más pronto posible.
EliminarUn abrazo.
Hola Emilio.
ResponderEliminarNo os anduvisteis con medias tintas, y el primer día que pudisteis salir al monte, así, sin calentar ni nada, la exigente subida al Castell de Serra jejeje.
Fuera de coñas, bonita ruta la que trazasteis para este regreso a lo que más nos gusta, que es patear, respirar, sentir monte. Y qué bonito luce siempre este sector de la Calderona, mucho más tras las lluvias primaverales.
Teníamos ganas de volver a leer tus crónicas, amigo Emilio.
Un abrazo.
¡Hola, Dani! Retomamos la marcha montañera con una ruta sencilla, aunque es cierto que esa subidita al castillo de entrada, era algo durillo teniendo en cuenta la inactividad que traíamos. Pero la superamos con nota. Yo también tenía ganas de volver a escribir una crónica, señal de que hemos retomado nuestra pasión.
EliminarUn abrazo.
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