Decía Platón que “La
mayor parte de lo que ignoramos es mucho mayor que todo cuanto sabemos.” En senderismo sucede lo mismo. Por mucho que conozcamos, es más aquello que nos falta por conocer. Esta nueva ruta es uno más de esos lugares que no conocíamos y eso que ya conocemos muchos. Tras acabarla, nos ha quedado la sensación de que aún nos quedan muchas más por conocer.
Esta nueva ruta transcurre por el término de Higueruelas, en la comarca de Los Serranos. Nos hemos ido allí para realizar un recorrido que nos llevará hasta lo alto de la Peña del Rodeno. Además visitaremos dos fuentes (del Ladrón y de la Hoz) y disfrutaremos de tres pinos monumentales (pino Rebollón, pino del Tío Mariano y el pino de la Viga del Horcajo). Seguidme y os explico la ruta.
A primerísima hora nos encontrábamos en Higueruelas, en la entrada de la población desde la carretera de Villar del Arzobispo. Encontramos una sencilla cruz metálica en un pilar de ladrillos.
Como solemos hacer habitualmente nos hicimos una foto para el recuerdo antes de iniciar la ruta.
De izquierda a derecha Rafa Lafuente, servidor y Emilio Romero. (foto de Emilio Romero)
Empezamos nuestra ruta siguiendo la carretera de Villar hacia el pueblo.
A los pocos metros nos encontramos con dos entradas a lo que fue un refugio de la guerra civil.
Este panel nos habla de él.
Una de las entradas al refugio.
Y poco más adelante nos encontramos con este panel con los tres senderos homologados que podemos realizar en Higueruelas. Nosotros seguiremos el PR-CV 393 en su mayor parte y algún tramo de los otros dos el SL-CV 67 y el PR-CV 367.
En este punto giramos a la derecha buscando el lavadero municipal-
Pasamos por el lavadero que se encuentra cerrado.
Apenas pasado el lavadero giramos hacia la izquierda buscando el cementerio municipal, por cuya puerta pasamos.
"Lleno yo de fastidio y de quebranto,
sin fuerza ya contra la suerte lidio,
y muerto para el mundo, sólo envidio
a los muertos que guarda el camposanto."
Antonio Plaza Llamas
Apenas pasamos el cementerio nos encontramos ya en campo abierto. Recorreremos ahora un trecho donde predominan los campos de cultivo sobre todo de almendros. Frente a nosotros la imponente imagen de las Peñas de Dios, que nos incita a volver para subir hasta allí.
Preciosa flor silvestre, trébol hediondo (Bituminaria Bituminosa), que nos hace detenernos unos instantes.
"Belleza que yo he visto
¡no te borres ya nunca!
Porque seas eterna
¡yo quiero ser eterno!"
Juan Ramón Jiménez
La cima de las Peñas de Dios (1167 m.) con su cruz y detrás se aprecia el vértice geodésico.
Este cardador cruzaba el camino. En la subida a la Peña del Rodeno encontramos infinidad de ellos en el camino tal vez debido a que la tierra estaba húmeda por la lluvia del día anterior.
El poste direccional nos dirige hacia la derecha, hacia el pino Rebollón, y nos marca que vamos por el SL-CV 67.
Entre estas dos carrascas nos encontramos con estas dos sillas sujetas en un travesaño entre los dos árboles. Nos preguntamos el motivo.
Encontramos los almendros repletos de almendras. Muchos de ellos apenas tenían hojas pero sus ramas rebosaban de almendras.
"El cielo azul, azul, azul, asaeteado de mis ojos en
arrobamiento, se levanta, sobre los almendros cargados, a sus últimas glorias." (Juan Ramón Jiménez, "Platero y yo")
Cruzamos el barranco de la Loma donde se aprecia que ha corrido abundante agua.
Bordeamos las Peñas de Dios por su base y cada vez nos impresionan más. Volveremos.
“El
cielo está limpio, diáfano; no aparece ni la más tenue nubecilla en la infinita
y elevada bóveda de azul pálido.” “(Azorín,
“La ruta de Don Quijote”)
Nuevo poste que guía nuestro camino: derecha hacia el pino Rebollón.
Llegamos al paraje del pino Rebollón. Si queremos verlo de cerca hemos de subir por un sendero en apariencia algo descompuesto. Nosotros decidimos no subir. Desde aquí apreciamos lo más interesante de este ejemplar que es su tamaño y su forma.
Este panel en el inicio de la senda de subida nos proporciona la información necesaria sobre el pino. "La forma tan curiosa que tiene es debida a una enfermedad que lo deja achaparrado y con un crecimiento muy elevado de acículas, teniendo la copa forma de seta (rebollón)."
A escasos metros del pino Rebollón nos desviamos unos metros para acercarnos a ver un antiguo yesar. (foto de Emilio Romero)
Junto al yesar un panel con la información del modo de utilización.
Ahora seguimos el camino por senda entre pinos, con el suelo húmedo que confirma que ha llovido con cierta abundancia.
Seguimos de frente en un cruce y para evitar confusiones, ponemos un hito que confirme el camino a seguir.
El sendero ahora nos lleva paralelos al pequeño cauce de un arroyo sin agua, pero que evidencia también que ha llevado hace unas horas.
La vegetación abunda en este tramo. (foto de Emilio Romero)
Algún desvencijado puente de madera cruza el pequeño cauce.
El sendero desemboca en una carretera en este punto. Justo en esta bifurcación conectamos con el PR-CV 393 que seguiremos a partir de ahora.
Apenas doscientos metros de caminar por la carretera llegamos al área recreativa de la Fuente del Ladrón.
Encontramos mesas para hacer picnic.
Desgraciadamente la fuente no manaba.
"Ya no mana la fuente, se agotó el manantial;
Ya el viajero allí nunca va su sed a apagar."
Rosalía de Castro
Seguimos nuestro camino en busca de otra fuente. Apenas recorridos otros doscientos metros encontramos el desvío. El tramo a la fuente es de ida y vuelta.
El camino es ancho y frondoso. Antes de llegar a la fuente pasamos junto a una gran balsa que recoge las aguas del arroyo de Barcelón.
Y llegamos a la fuente de la Hoz. De ésta sí que manaba agua.
"La
fuente vieja, Platero, donde tantas veces me has visto parado tanto tiempo,
encierra en sí, como decir, el sentimiento de la vida
verdadera." (J.R. Jiménez, "Platero y yo")
Nos alegra que las fuentes tengan caudal. Lo celebramos con una foto delante de ella.
Tras visitar la fuente, volvemos sobre nuestros pasos. De camino nos detenemos ante este monumental pino al que Rafa no puede evitar abrazar de la emoción: "amor a la naturaleza".
Salimos de nuevo a la carretera y seguimos por la derecha dirección al Rodeno.
El camino bordea por su base el Alto del Barcelón.
La pista va en ascenso y hemos alcanzado la altura suficiente para ver Higueruelas en la lejanía.
Pasamos junto a un viejo corral. (foto de Emilio Romero)
Metro a metro la inclinación de la pista es mayor y necesitamos más esfuerzo. (foto de Emilio Romero)
En un cruce encontramos el poste direccional en el suelo. Intentamos dejarlo en pie. Pero claro, Rafa no podía quedarse sujetándolo siempre. Entonces pensamos...
...en dejarlo apoyado en un pino apuntando en la dirección correcta.
Y seguimos nuestros camino, en subida, con nuestra compañera fiel. Allá donde vamos está con nosotros y aunque a veces desaparece, vuelve siempre con nosotros.
"¡Esa sombra, mortal, que rauda pasa,
es la fugaz imagen de tu vida!"
Francisco Villaespesa
En la subida, junto al camino, otro viejo corral amparado por la sombra de un pino.
Y enfilamos el tramo final de subida haciendo un último esfuerzo para llegar a la cima. Es el único tramo algo pesado de la ruta. Nada del otro mundo. (foto de Rafa Lafuente)
“Hay veredas
escurridizas, otras cuajadas de espinos y otras secas, como las hay más verdes
pero más largas o menos pronunciadas pero que exigen más tiempo para recorrerlas.
Toma la que se avenga contigo y no desfallezcas. Si estás tratando de llegar, a
cada momento ya estás en la meta. Como le denominemos a esa meta también es lo
mismo, es irrelevante.” (Ramiro Calle, “Los mejores aforismos y parábolas de
Oriente.”)
La subida está flanqueada por pinos, algunos jóvenes aún, otros más antiguos.
Ahora sí que hemos tomado altura e Higueruelas aparece a vista de pájaro.
"Es el pueblo. Por encima
de los oscuros tejados,
verde, lloroso de grillos
y de esquilas, está el campo."
Juan Ramón Jiménez
Y llegamos a la Peña del Rodeno. Allí encontramos este panel orientativo, con señalización de los elementos del paisaje que tenemos delante de nosotros. Por ejemplo, esa pequeña sierra que vemos justo enfrente es la Sierra de los Pinares según el panel.
“¿Llegar?
¿Qué es llegar y, sobre todo, adónde y a qué se llega? ¿Cómo puede nadie saber
que ese adónde y ese qué son de llegada?(Juan
Ramón Jiménez, “Cuentos de antología”)
Hacia el sureste, la población de Villar del Arzobispo.
Y en el valle, alguna explotación minera de la zona.
Hacia el norte, las Peñas de Dios (1167 m.)...
..y el Cerro Simón (1223 m.).
Hacia el este también se puede ver la Sierra Calderona.
Y acertamos a acercar con nuestro zoom, hacia el suroeste, la cima del Castellano, con su vértice geodésico a 1055 m. de altitud.
Tras disfrutar de las vistas y familiarizarnos con los puntos más destacados del paisaje que teníamos frente a nosotros, aprovechamos la llegada a la cima, objetivo de la ruta de hoy, para inmortalizarnos con una foto de grupo. (foto de Emilio Romero)
La cima era el lugar más adecuado para almorzar y el panel nos sirvió de improvisada mesa para preparar las viandas que iban a componer nuestro almuerzo de hoy. Como veis, nada de otro mundo.
Según las previsiones meteorológicas del día, podría llover a partir de las once de la mañana.
Al llegar a Higueruelas, sorprendentemente si tenemos en cuenta la previsión, no había ni un atisbo de nubes en el cielo. Encontramos un cielo intensamente azul y limpio de nubes, lo que nos tranqujilizó y pensamos que la previsión había fallado. Pero durante el almuerzo el cielo se fue cubriendo poco a poco y unas nubes amenazantes fueron apareciendo sobre nuestras cabezas. Tras el almuerzo tocaba retomar la ruta. Volvimos por el camino que nos trajo a la cima para regresar a Higueruelas.
“Cuando
en el cielo despejado de la setentena aparece una nube, ya se sabe que es la
nube de la muerte.” (Martín Santomé, Mario Benedetti, “La Tregua”, pág. 143)
Encontramos algún poste también caído. Es posible que el sendero no haya tenido mantenimiento en mucho tiempo, lo que puede hacer que llegue a descatalogarse.
Volvemos a pasar por el corral en ruinas y aquí haremos una pequeña variante con respecto a la subida. Bordearemos la casa por la derecha y seguiremos una senda que nos devuelve a la pista recortando un poco la distancia.
Nuevamente Higueruelas, hacia donde nos dirigimos.
Las tiernas lechetreznas contrastan con el terreno seco donde crecen.
Se nota la importancia del almendro como cultivo más importante del término.
El cielo presentaba estas negras nubes que amenazaban con descargar agua.
“El sol no lleva sino su sencilla túnica de luz. Las nubes
se adornan con magnificencia.” (Rabindranath Tagore)
Junto al camino, esta conejera protegida por una alambrada.
La Peña del Rodeno de donde venimos.
La belleza de la achicoria atrae fatalmente a la abeja que cae en sus redes y no se puede escapar de ella. Seguro que no se arrpiente.
"Prisionera de la flor,
la abeja sabe libar
en su cárcel de azahar."
Luis Llorens Torres
Otro cruce que nos deriva hacia la derecha a un tramo con mucha vegetación porque transcurre paralelo a la rambla de Peñarroya, de la que oímos el agua que lleva más que verla.
La proximidad del agua hace que este tramo de sendero sea exuberante en vegetación como se aprecia en la foto.
Los grandes chopos dominan en este tramo.
Algún puente de madera nos ayuda a cruzar la rambla.
En este punto haremos un breve tramo del PR-CV 367 que visita el precios pino del Tío Mariano que veis en la foto. (foto de Emilio Romero)
“Donde
quiera que paro, Platero, me parece que paro bajo el pino de la Corona. A donde
quiera que llego-ciudad, amor, gloria-me parece que llego a su plenitud verde y
derramada bajo el gran cielo azul de nubes blancas.” (“Platero y yo”, Juan
Ramón Jiménez)
El panel nos da información sobre este pino monumental. Algún visitante no está de acuerdo con la catalogación botánica de la especie a la que pertenece este pino. Nosotros no entraremos en esa polémica y nos limitamos a disfrutar de su belleza, sea de la especie que sea.
Las higueras también abundan en este húmedo tramo.
"Como la higuera joven
de los barrancos eras.
Y cuando yo pasaba
sonabas en la sierra.
Como la higuera joven,
resplandeciente y ciega."
Miguel Hernández
Bello y espectacular tramos el que estamos recorriendo. así da gusto.
Otro de los diferentes puentes de madera que hemos cruzado en esta ruta. Éste es uno de los más nuevos. (foto de Emilio Romero)
Salimos a un camino y seguimos a la izquierda por el PR-CV 393 y dejamos el PR-CV 367 del que hemos hecho un corto tramo.
Junto al camino, un abrevadero.
Seguimos por la derecha donde encontramos otro panel con los tres senderos homologados de la localidad.
Seguimos con abundante vegetación.
Pasamos junto a unos nogales.
Y volvemos a cruzar la rambla por otro puente de tablas.
Y nos acercamos a otro de los pinos monumentales que nos ha ofrecido esta ruta. Se trata del Pino de la Viga del Horcajo.
El panel nos informa de algunas de las características de este ejemplar de pino, como su altura (unos 20 m.) y su edad (unos 200 años).
Un kilómetro prácticamente es el recorrido exuberante que hemos recorrido junto a la rambla.
Tras ese kilómetro salimos a un camino y dejamos la rambla, que sigue su camino por nuestra derecha.
El camino que se dirige a Higueruelas pasa junto a la depuradora del pueblo.
En este corto tramo para entrar en el pueblo nos entretenemos con pequeñas bellezas que nos vamos encontrando junto al camino.
Una preciosa malva nos hace detener para inmortalizarla. !Qué belleza!
“Esta flor vivirá
pocos días, Platero, aunque su recuerdo podrá ser eterno. Será su vivir como un
día de tu primavera, como una primavera de mi vida.” (J. R. Jiménez, “Platero y
yo”)
¡Y qué decir de esta preciosa amapola!
"Novia del campo, amapola
que estás abierta en el trigo;
amapolita, amapola,
¿te quieres casar conmigo?"
Juan Ramón Jiménez
Las margaritas no se quedan atrás en sencillez y belleza.
"En mi pequeño huerto brilla la sonrosada margarita, tan fecunda y humilde, como agreste y sencilla."
Rosalía de Castro
Hasta el cardo borriquero tiene su encanto.
"No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y de cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!"
Miguel Hernández
Este pequeño camino nos entra en Higueruelas.
Entramos en Higueruelas por la calle San José.
Encontramos algún bonito y ornado rincón en nuestro callejeo.
"Oh, calles de los pueblos.
A su vera duermen las niñas.
Tienen los ojos azules.
Tienen el cuerpo moreno.
Oh... Muros de los pueblos."
Liber Falco
Nuestro callejear nos lleva hasta la plaza de la Iglesia, donde se encuentra el Ayuntamiento...(foto de Emilio Romero)
...y la iglesia parroquial dedicada a Santa Bárbara.
Antes de terminar nuestra ruta, ya cercanos al final, hacemos una parada para hidratarnos en el Centro Social. (foto de Emilio Romero)
Y tras la hidratación sólo queda volver al punto de inicio y terminar así nuestra ruta semanal.
"La contemplación de la naturaleza me ha convencido de que nada de lo que podemos imaginar es increible." (Plinio el Viejo)
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